Arabia Saudí y sus aliados del Golfo presentaron un
virtual ultimátum al Emirato de Qatar que solo sirve para agudizar la crisis.
Dos semanas
después de Arabia Saudí, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Egipto rompieran
relaciones diplomáticas y establecieran un bloqueo contra su hasta entonces
socio en el Consejo de Cooperación del Golfo, el Emirato de Qatar, la crisis
parece agravar con la presentación de un humillante ultimátum.
El
secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, mediando en el
conflicto sugirió al grupo encabezado por Riad precisar sus demandas a Qatar.
Tillerson
específico que estas demandas deberían ser “razonables y procesables” para que
se pudiera avanzar en la solución del diferendo.
Pero,
los cuatro países presentaron un verdadero ultimátum, con cláusulas humillantes
para cualquier estado soberano.
El
diario británico The Guardian ha
resumido estas demandas en la siguiente forma:
1.- Reducir
las relaciones diplomáticas con Irán y cerrar las misiones diplomáticas allí.
Expulsar a los miembros de las Guardias Revolucionarias iraníes de Qatar. Doha
niega que haya miembros de las Guardias Revolucionarias. Solo se permitirá el
intercambio y el comercio con Irán que respete las sanciones internacionales
impuestas a Teherán.
2.-
Terminar todos los vínculos con organizaciones terroristas, especialmente los
Hermanos Musulmanes, al Qaeda, Hezbolla y Daesh o Estado Islámico. Qatar debía
también denunciar oficialmente a esas organizaciones como grupos terroristas.
3.-
Cerrar la cadena noticiosa Al Jazzera y sus estaciones afiliadas.
4.-
Cerrar los medios informativos que financia directa o indirectamente en el
mundo árabe: Arabi21, RASSD, Al Jadeé,
Al-arabí y Middle East Eye.
5.
Cesar inmediatamente la cooperación militar con Turquía y en especial expulsar
a los militares turcos que actualmente se encuentran en territorio qatarí. Con
la llegada esta semana de 23 militares turcos y cinco vehículos blindados, los “asesores
militares” de ese país suman 111 hombres. El objetivo inicial del convenio de
cooperación militar entre Qatar y Turquía, de 2014, era el despliegue de un
contingente de mil militares turcos en una base para entrenar al Ejército
qatarí.
6.-
Detener todos los medios de financiamiento de individuos, grupos u
organizaciones que hayan sido designados como terroristas por Arabia Saudí,
Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Bahréin y la OTAN.
7.-
Entregar a las “personalidades
terroristas” e individuos que son requeridos por Arabia Saudí, Emiratos
Árabes Unidos, Egipto y Bahréin a sus países de origen. Incautar sus bienes y proveer
cualquier información deseada sobre su lugar de residencia, movimientos y
finanzas.
8.-
Terminar con la interferencia en los asuntos internacionales de países
soberanos. Cesar de otorgarle ciudadanía qatarí a los nacidos en Arabia Saudí,
Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bahréin, que estos países reclaman.
9.-
Cesar todos los contactos con la oposición política en Arabia Saudí, Emiratos
Árabes Unidos, Egipto y Bahréin. Entregar todos los documentos que describen
los contactos previos entre Qatar y estos grupos opositores, así como detalles
del apoyo que se les brindó.
10.-
Pagar reparaciones y compensaciones por la pérdida de vidas y otros daños, así
como las pérdidas financieras ocasionadas por las políticas de Qatar en los
últimos años. La suma será determinada en coordinación con Qatar.
11.-
Permitir auditorias mensuales durante el primer año luego de acceder a las
demandas. El segundo año auditorias trimestrales y los diez siguientes
auditorias anuales para verificar el cumplimiento de estas cláusulas.
12.-
Alinearse con los restantes países del Golfo militar, política, social y
económicamente, en concordancia con el acuerdo suscripto con Arabia Saudí, en
2014.
13.-
Aceptar todas las demandas dentro de los siguientes diez días de ser enviadas a
Qatar o la lista perdería su validez.
Las
demandas del grupo encabezado por Arabia Saudí son tan agresivas que aceptarlas
significaría para Qatar una auténtica capitulación. Por lo cual parecen
redactadas para que sean rechazadas y la crisis siga su curso.
Es
indudable que la crisis en el Golfo Pérsico no pasa ni por el financiamiento al
terrorismo -algo en lo que ninguno de los países involucrados puede “arrojar la
primera piedra”- ni por las molestas críticas de Al Jazzera.
En el
fondo de la cuestión está la confrontación entre Arabia Saudí e Irán que se
proyecta en diversos escenarios geopolíticos de la región.
Por
otra parte, Arabia Saudí parece haber establecido una auténtica “esfera de influencia” en el Golfo y
Qatar estaba intentando apartarse de la misma con el apoyo de Irán y Turquía.
Pero, al menos por el momento, Riad no parece muy dispuesta a permitirlo.
La
pregunta del millón es hasta donde está dispuesta Arabia Saudí a llegar para
doblegar al pequeño y rebelde emirato y si Qatar está dispuesto a resignarse a
ser un “Estado Satélite” de los
saudíes o insistirá en resistir y luchar por su independencia.
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