jueves, 28 de marzo de 2024

A reconocimiento de parte, relevamiento de prueba


 

El presidente argentino Javier Milei ha provocado un serió incidente diplomático con Colombia al llamar al presidente Gustavo Petro. El hecho insólito es que el propio presidente Petro, hoy muy ofendido por la acusación ha reconocido recientemente en publico ser terrorista y pertenecer a una organización terrorista autora de sangrientos hechos en el pasado.

Convengamos que el presidente Javier Milei es dueño de una sinceridad por momentos brutal y que se niega a negociar sus convicciones para el lo blanco es blanco y lo negro es negro, sin concesiones a lo políticamente correcto. Para él, los socialistas, los marxistas y los terroristas son enemigos a los cuales no hace concesiones y así lo expresa donde sea, en el Foro de Davos, en el Congreso argentino o en una entrevista de la agencia CNN.

Por lo tanto, no puede sorprender que en una entrevista de la CNN afirmara con respecto al pasado guerrillero del presidente de Colombia: “mucho no se puede esperar de alguien que era un asesino terrorista.”

Insólitamente, el gobierno de Colombia reaccionó airadamente ordenando el miércoles 27 de marzo, la expulsión de todo el cuerpo diplomático de Argentina en su país, en respuesta a las declaraciones de Milei.

“Las expresiones del presidente argentino han deteriorado la confianza de nuestra nación, además de ofender la dignidad del presidente Petro, quien fue elegido de manera democrática”, dijo el Gobierno de Colombia en un comunicado.

Pero, como puede ofenderse “la dignidad del presidente Petro”, afirmando algo que el mismo reconoce públicamente.

Precisamente, en una de la cadena noticiosa rusa RT, titulada “Petro revela el origen de su vínculo con Palestina”, publicada el mismo 27 de marzo de 2024, se menciona que en un evento público centrado en la “lucha por tener una patria”, realizado en la localidad de Tierraalta (Córdoba, Colombia) el mandatario recordando a Enan Lora Mendoza, militante del grupo terrorista M-19, batido por los hombres del Departamento de Administración de Seguridad (DAS), en 1994, dijo: “Enan Lora, para saber de historias, se entrenó militarmente en los desiertos del Sáhara, en Libia, miré como se entrenó con los militantes y combatientes de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP)”.

Agregando: “Porque fuimos allí, a debajo de las estrellas a tocar guitarras al lado del Frente Polisario, que yo reconocí. Árabes luchando por su nación, por su patria, contra la injusticia. Mire lo que pasa hoy en Palestina”, concluyó.

Es decir que, Petro reconoce su pasado como terrorista, que actuó contra gobiernos constitucionales democráticamente elegidos por el pueblo colombiano, algo que nunca negó, por otra parte, entonces: ¿Por qué considera afectada su dignidad?

Será, quizás por lo de “asesino”, pero, según la ley cuando un individuo forma parte de una asociación ilícita, una banda de asesinos, por ejemplo; es también por complicidad responsable de los crímenes que su organización comete, aunque no apriete el gatillo para asesinar por sí mismo.

Ahora bien, el M-19 era una banda terrorista responsable de asesinatos. Con certeza lo era, sin lugar a duda. Veamos algunos ataques y atentados terroristas cometidos por el M-19 en los veinte años en que llevó a cabo sus acciones (1970 – 1990).

El M-19 fue responsable, entre otras acciones terroristas, por: el robo de la espada del Libertador Simón Bolívar (hecho con el que se dio a conocer) en 1974, el robo de armamentos del Cantón Norte, en 1979, la toma de la Embajada de la República Dominicana, en 1980, el hundimiento del barco El Karina, el secuestro al avión de Aeropesca y el secuestro de Martha Nieves Ochoa en 1981, la batalla de Yarumales, en 1984, el ataque contra el Palacio de Justicia, en 1985 (que marcó un punto de inflexión en su historia, al ser tomado por este grupo y la retoma por la fuerza pública terminó con el incendio del edificio, la muerte de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia,  de varios terroristas, militares y civiles, y la desaparición de 11 personas).

También, el M-19, formó parte de alianzas con otros grupos terroristas como del “Batallón América”, en 1986, (con el Movimiento Armado Quintín Lame, el grupo ecuatoriano Alfaro Vive Carajo y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, de Perú), la conformación de la “Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar”, en 1987, organización terrorista que llevó a cabo varios secuestros a políticos, diplomáticos, empresarios y periodistas. Finalmente, participaron en dos acuerdos de paz: los Acuerdos de Corinto, en 1984, y el proceso de paz que finalizó con su desmovilización y el abandono de las armas en marzo de 1990. 

Por lo que puede verse, los calificativos de “terrorista” y “asesino” son muy aplicables a Gustavo Petro. Pero pareciera que el presidente colombiano solo es un combatiente cuando necesita “sacar chapa” de héroe revolucionario y reformista social, en otros momentos, porque así le conviene, prefiere presentarse como un político democrático. Milei solo ha cometido el pecado de “mostrar la soga en la casa del ahorcado” y la respuesta de Petro es una sobre actuación injustificada.

Finalmente, no podemos pasar por alto que Gustavo Petro menciona también que se entrenó como terrorista con milicianos del Frente Polisario, organización que siempre ha negado ser un grupo terrorista aún cuando sobran las evidencias de su permanente apelación a lo que denominan “lucha armada” y que solo son acciones terroristas.

Por último, Petro también admite que reconoció al Frente Polisario y a su inexistente República Árabe Saharaui Democrática en recuerdo de las actividades terroristas compartidas con esa banda separatista.

Como suelen decir los abogados, cuando una parte reconoce los hechos, la otra no está obligada a probar nada. Gustavo Petro se reconoce como terrorista y asesino, Milei solo ha dicho la verdad por incómoda que sea.

Punto final a una mentira


 

La Agencia Española de Contraespionaje a marcado un verdadero “game over” a las patrañas sobre el espionaje telefónico de Marruecos al teléfono del presidente de Gobierno Pedro Sánchez.

El teléfono celular del presidente de Gobierno de España fue infectado por el programa espía Pegasus, fabricado por una empresa israelí y empleado por gran número de países como instrumento de recopilación de datos en operaciones de inteligencia. En el caso español, el espionaje al teléfono de Sánchez se llevó a cabo en cinco ocasiones entre octubre de 2020 y diciembre de 2021, según constató el Centro Criptológico Nacional de España, organismo perteneciente al Centro Nacional de Inteligencia.

Los hackers robaron más de 2,57 GB de información. Sin embargo, nunca ha podido averiguarse a que tipo de información accedieron ni quienes fueron los responsable. También fueron intrusados los teléfonos de los ministros Margarita Robles, Fernando Grade-Marlaska y Luis Planas.

El Gobierno quiso llegar a fondo del asunto al enterarse, mucho tiempo después. El 2 de mayo de 2022, el ministro de la Presidencia compareció en rueda de prensa para denunciar lo sucedidos y avisar que la Abogacía del Estado presentaría inmediatamente una denuncia en la Audiencia Nacional. Como resultado de esta, el juez José Luis Calama abrió una investigación por un delito de descubrimiento y revelación de secretos.

Debido a que en esos momentos las relaciones entre España y Marruecos pasaban por un momento de tensión a raíz del ingreso a la Península del líder de la banda separatista Frente Polisario, Brahin Ghali, con nombre falso para ser atendido por COVID; algunos partidarios de Argelia y el Polisario en los medios de prensa españoles aprovecharon la ocasión para responsabilizar al reino magrebí por la intromisión en dichos teléfonos.

Pero como se trataba de flagrante mentira, nunca se pudieron encontrar pruebas que respaldaran esas acusaciones. Finalmente, el 10 de julio de 2023, el Juez José Luis Calama tuvo que dictar el sobreseimiento de Marruecos en esta causa infundada.

Cabe recordar, que anteriormente, en noviembre de 2022, esa aberrante acusación había sido desmentida por altos funcionarios españoles en noviembre de 2022, durante las audiencias convocadas por una comisión del Parlamento Europeo que investigaba el empleo ilegal del software Pegasus.

Esa misma comisión determinó, por el contrario, que países como China y Rusia hacían empleo de este programa maligno.

Para dar un punto final a la cuestión, la Agencia Española de Contraespionaje, dependiente del Gobierno español, ha hecho público un informe por el cual exonera al Reino de Marruecos de cualquier responsabilidad en los actos de espionaje e injerencia que afectaron a los altos dirigentes españoles mencionados.

Así, se desarticula para siempre la maniobra espuria montada por algunos enemigos de Marruecos para intentar deteriorar la relación de asociación estratégica entre ambos reinos.

 

martes, 26 de marzo de 2024

El atentado en Moscú y la guerra en Europa


La guerra en Ucrania se está convirtiendo en un conflicto europeo, mientras un sangriento atendado en Moscú contribuye a exaltar los ánimos en la región.

El ataque

El viernes 22 de marzo, el cielo de Moscú cobró un color naranja y una densa columna de humo se extendió por la ciudad.

Los asistentes a un recital del grupo de rock ruso Pik Nik fueron emboscados por los impiadosos disparos de un comando de cuatro asesinos que, vestidos con ropa camuflada, abrieron fuego con armas automáticas y arrojaron granadas incendiarias contra ellos.

Los más de seis mil personas que habían concurrido a la moderna sala de conciertos de Crocus City Hall, en la ciudad de Krasnogorsk, a unos veinticinco kilómetros de Moscú, resultaron atrapadas entre los disparos a mansalva de los asesinos, y las llamas y el humo que se esparcía rápidamente por el complejo de 13.000 metros cuadrados que albergaba también comercios, hoteles y restaurantes.

La seguridad privada del edificio solo estaba armada con tonfas y armas no letales paralizantes, no contaban con armas de fuego, por lo cual no pudieron neutralizar a los atacantes. Por el contrario, los guardias fueron las primeras víctimas fatales.

Pese a la rápida y decidido accionar de las unidades especiales de la policía rusa y los bomberos, 137 personas perdieron la vida y otras 140 resultaron heridas de gravedad, entre ellas varios niños, y el Crocus City Hall resultó destruido en su totalidad.

Las autoridades rusas cerraron Moscú multiplicando los controles, especialmente en aeropuertos y estaciones del metro y el tren. El alcalde de Moscú suspendió todas las actividades previstas para ese fin de semana que implicaran una concentración de personas.

El 7 de marzo, las autoridades rusas habían recibido de la embajadas de los Estados Unidos y del Reino Unido una alerta referida a la posibilidad de un importante ataque terrorista en Moscú en las siguientes 24 a 48 horas. La embajada de los Estados Unidos también instruyó a sus ciudadanos en Moscú de abstenerse de concurrir a eventos masivos o lugares donde se congregan multitudes.

Como la advertencia se hizo pública y no por canales diplomáticos reservados -tal como suele ser el uso y costumbre en el ámbito de la inteligencia-, Vladimir Putin se sintió inclinado a descalificar el aviso proveniente de las potencias occidentales. El 19 de marzo al hablar ante los altos mandos del FSB –Federálnaya sluzhba bezopásnosti Rossíyskoi Federátsii, servicio de seguridad y contrainteligencia- el presidente ruso hizo referencia a “las recientes provocaciones de varias estructuras oficiales occidentales sobre la posibilidad de ataques terroristas en Rusia”, descalificando la advertencia como “un chantaje absoluto”.

No obstante, la posibilidad de un atentado grave en Rusia no aparecía como un hecho demasiado improbable. Tan solo un día antes, el 18 de marzo, el FSB había anunciado que sus agentes habían evitado un ataque terrorista de los yihadistas suníes del llamado Estado Islámico o ISIS-K contra una sinagoga en Moscú. En el hecho los hombres del FSB eliminaron a seis yihadistas.

Anteriormente, el 3 de marzo, el FSB había anunció también, el haber neutralizado en la provincia de Karabulag, república de Ingushetia, en el Cáucaso Norte, una célula terrorista formada por seis presuntos yihadistas -entre los que se encontraban Amirkhan Gurazhev y Zelimkhan Tsuroev- que se disponían a realizar atentados.

Finalmente en la misma noche del viernes, cuando aún los bomberos luchaban contra las llamas en el complejo Crocus City Hall, el grupo yihadista conocido como Estado Islámico en el Gran Khorosan (ISIS-K por sus siglas en inglés), la rama afgana del grupo islamista que opera en Asia Central anunció a través del canal de Telegram de su agencia de noticias Al-Amaq que “Los combatientes del Estado Islámico atacaron una gran agrupación de cristianos en la ciudad de Krasnogorsk, en las afueras de la capital rusa, Moscú, y mataron e hirieron a cientos de personas y causaron una gran destrucción en el lugar antes de retirarse a sus bases de manera segura” y compartió imágenes de los presuntos cuatro terroristas, con sus caras pixeladas.

Si bien, para muchos observadores, las características del ataque tienes la modalidad propia de los atentados perpetrados por el ISIS, es algo inusual y sorprendente que lo atacantes hubieran ideado y ejecutado un plan de fuga coordinado en lugar de proseguir con su matanza entre el público indefenso hasta ser abatidos por las fuerzas de seguridad o inmolarse con cargas explosivas. Tal como ocurrió durante el ataque a la sala de conciertos Bataclan, en París, que dejó ochenta muertos y siete terroristas abatidos, el 14 de noviembre de 2015. Los asesinos tampoco llevaban cinturones explosivos para inmolarse antes de ser capturados vivos, como en otras ocasiones.

Las autoridades rusas al hacer referencia a los responsables del ataque no mencionaron al grupo terrorista yihadista, sino que afirmaron, sin presentar ninguna prueba, que los asesinos tenían vínculos con Ucrania.

No obstante, la inteligencia de Estados Unidos confirmó que, en su opinión, el Estado Islámico en el Gran Khorosan fue el grupo terrorista que estuvo detrás de este horrible ataque en Moscú.

Por su parte, el principal asesor de la presidencia de Ucrania, Mijailo Podoliak, empleo su cuenta de X para desvincular a su país del atentado: “Ucrania ciertamente no tiene nada que ver con los tiroteos y explosiones en el Crocus City Hall. No tiene ningún sentido”, afirmó el funcionario ucraniano.

También representantes de grupos armados pro-ucranianos como el Cuerpo de Voluntarios Rusos (RDK), uno de los grupos paramilitares leales a Ucrania, también negó toda participación en el atentado.

Según las autoridades rusas los atacantes huyeron todos juntos en un automóvil marca Renault que luego fue localizado por la policía en la región de Bryansk, a unos 340 kilómetros al sureste de Moscú.

Los sospechosos fueron capturados horas más tarde cerca de la frontera con Ucrania cuando se disponían a dejar Rusia, se trataría de cuatro individuos de nacionalidad tayika a los cuales se les encontraron una pistola, un cargador de un fusil Kalashnikov y pasaportes de Tayikistán, una exrepública soviética del centro de Asia, hoy un país musulmán muy pobre.

Los acusados son Dalerdzhom Mirzoyev, de 32 años, Saididakrami Rachabalizoda, de 30; Muhammadsobir Faizov, de 19 y Shamsidin Fariduni, de 25.

Los sospechosos habrían confesado la autoría del atentado, al menos uno de ellos, habría declarado que recibió 500.000 rubros (uno € 5.000 euros) por su participación en el ataque.

No se declararon miembros del ISIS-K que actuaban por convicción sino como simples asesinos mercenarios que mataban por dinero y desconocían con certeza quien los contrató.

En total por el atentado las autoridades rusas detuvieron a once personas, todos extranjeros, cinco de ellos tayikos, entre los que se encuentran los presuntos atacantes.

En ningún momento, el Kremlin hizo referencia al ISIS-K, presentaron pruebas de la culpabilidad de los detenidos o de sus vínculos con Ucrania.

Hasta aquí los hechos comprobables, el resto son especulaciones que consignaremos seguidamente:

Reflexiones:

-       Los gobiernos de los Estados Unidos y el Reino Unido no han brindado mayores detalles de como pudieron anticipar el sangriento ataque y por qué las autoridades rusas no creyeron sus advertencias.

 

-       Con este sangriento ataque la inteligencia rusa, antiguamente considerada una de las más eficientes del mundo, acumula varios grandes fracasos consecutivos.

1.    La inteligencia ruso evaluó erróneamente la capacidad de resiliencia de Ucrania y pasaron por alto la reacción de los países de la OTAN, apoyando a los ucranianos con fondos y armamentos, como así también al impacto de las sanciones occidentales sobre Rusia, sus empresas y ciudadanos. Ahora deben enfrentar la prolongación de una guerra de desgaste que esta destruyendo su economía y desangrando a su pueblo con al menos 350.000 bajas mortales. El Kremlin olvidó las enseñanzas del estratega chino Sun Tzu que recomienda conocer al enemigo, al terreno y especialmente a sí mismo para triunfar en una batalla.

2.    No anticiparon la rebelión de Yevgeny Prigozhin y los mercenarios del Grupo Wagner que puso a Rusia al borde de una guerra civil. Al parecer, no conocían bien a sus aliados o a sí mismos.

3.    No tuvieron en cuenta las advertencias occidentales sobre la posibilidad de un atentado en Moscú y sufrieron un devastador ataque, que además de las víctimas fatales y los daños materiales, dejaron ante el mundo la imagen de un país jaqueado por una larga y sangrienta guerra que, pese a ser un Estado policial, fue incapaz incluso de garantizar la seguridad en su propia capital.

4.    La inteligencia rusa apreció erróneamente las implicancias del conflicto. Rusia invadió a Ucrania para evitar que se incorpore a la OTAN y provocó que países como Finlandia y Suecia, hasta entonces Estados neutrales, se integraran a la alianza militar occidental. Así, el Kremlin terminó aún más cercado por países hostiles que antes de su agresión a Ucrania.

 

-       No importa que grupo terrorista o país este detrás del atentado, para el Kremlin la responsabilidad será siempre de Ucrania. Putin tratará de aprovecharlo para abroquelar al pueblo ruso tras su gobierno para llevar adelante con mayores energías y recursos la lucha en Ucrania hasta lograr una alto al fuego que consolide sus ganancias territoriales.

Lamentablemente, el ataque terrorista en el centro de conciertos constituye otro grave incidente que contribuye a exaltar aún más los ánimos en un momento en que los expertos temen una expansión de la guerra en Europa.

   

 

miércoles, 20 de marzo de 2024

Se intensifican los esfuerzos humanitarios de Marruecos en Palestina


 


Marruecos, bajo expresas directivas del Rey Mohammed VI, implementa una gran operación humanitaria y solidaria en favor del pueblo palestino.

Por expresa decisión del Rey Mohammed VI, el Reino de Marruecos está desarrollando una activa campaña de solidaridad con el pueblo palestino que atraviesa una seria crisis humanitaria como consecuencia del enfrentamiento bélico entre Hamas y las fuerzas armadas del Estado de Israel, desde octubre de 2023.

Marruecos ha enviado toneladas de ayuda humanitaria (compuesta por alimentos, medicinas, productos de primera necesidad y equipamiento especial) por vía terrestre (el reino magrebí fue el primer país en recurrir a este procedimiento) para evitar accidentes o pérdidas de los envío como lamentablemente ha ocurrido en el pasado con embarques aéreos.

Estas ayudas humanitarias han consistido en la distribución de dos mil cestas alimentarias en beneficio de otras tantas familias necesitadas. Cada cesta contiene veintidós productos básicos, incluidos los destinados a niños y otros con alimentos para personas que requieren dietas especiales (celíacos, diabéticos, etc.)

El operativo comprende también la distribución de mil comidas al día, lo que permite cubrir una gran parte de las necesidades alimentarias de los beneficiarios que figuran en las listas de diversas asociaciones humanitarias, los pacientes de hospitales y los ancianos recluidos en asilos.

Los beneficiarios de las cestas de alimentos y las comidas se han distribuido por los distintos barrios de la ciudad de Al-Quds (Jerusalén), como Al-Balda, Al-Qadima, Salouan, Cheik Jarrah, el campamento de Chaafat, Attaouri, Al-Isawiya, el campamento de Qalandia y Al-Ram.

Al mismo tiempo, la Agencia Bayt Mal al Quds Asharif entregó, el domingo 17, equipamientos completos a la célula de vigilancia para el seguimiento del estado de emergencia en el hospital “La Medialuna Roja” en Al-Quds.

El material suministrado se compuso de productos de oficina, computadoras, una instalación centralizada para Internet, grandes pantallas de visualización, tabletas electrónicas, equipos móviles de comunicación, garrafas de oxígeno y otros materiales. También se distribuyeron cincuenta kits de ambulancia que contienen cuarenta y dos artículos de equipamientos y medicamentos para atender casos de urgencia.

Durante esta operación, también se entregó una partida de medicamentos y suministros médicos a la farmacia del hospital “La Medialuna Roja” y otros al hospital de la “Asociación Benéfica Al Makassed”, con los cuales colabora habitualmente la Agencia Bay Mal Al-Quds.

Toda esta campaña humanitaria de distribución de alimentos y equipos se ha desarrollado diligentemente bajo la atenta supervisión de Su Majestad el Rey Mohammed VI, siempre preocupado por el bienestar de los pueblos musulmanes hermanos, casi en la misma preocupada manera que el rey alauí ha puesto en evidencia cuando los afectados por una grave emergencia eran marroquíes.

Hoy, con esta desinteresada campaña, el Rey Mohammed VI surge claramente como el más activo y decisivo protector del pueblo palestino.

 

Los mercenarios protagonistas de la guerra en Ucrania


“Grita ¡Devastación!, y suelta a los perros de la guerra”

Julio César, William Shakespeare

Contenido:

Los soldados de fortuna han estado presentes en todos los conflictos bélicos desde la más remota Antigüedad. El faraón Ramses II, hace 3.500 años, los empleaba en las guerras egipcias de conquista en Asía Menor.

Incluso, el primer texto que describe una campaña militar, con sus consideraciones estratégicas y descripciones tácticas, es una historia sobre mercenarios: el Anábasis, escrito por Jenofonte (431 – 354 a. C.), un mercenario griego que supo ser discípulo de Sócrates.

Jenofonte se unió como simple soldado en una expedición de mercenarios griegos a Persia, conocida como la “Expedición de los Diez Mil”, al servicio del príncipe persa Ciro, el joven, quien en 410 a. C. pretendió disputarle el trono a su hermano mayor Artajerjes II. A pesar de que este ejército mercenario obtuvo la victoria en la batalla de Cunaxa, Ciro murió imprudentemente al desafiar a un combate singular a su hermano.

Los mercenarios griegos quedaron librados a su suerte y sin recursos en el centro del imperio persa, por lo cual debieron efectuar una larga retirada de mil quinientos kilómetros a pie, combatiendo por territorios hostiles, bajo el continuo acoso del ejército persa, que, temeroso, nunca se arriesgó a una confrontación directa con ellos. El general Clearco, jefe espartano de la expedición, y muchos de los otros generales griegos fueron asesinados a traición por orden de Artajerjes. Sin desbandarse, los griegos se reunieron en asamblea y eligieron nuevos strategos (generales), resultando Jenofonte uno de ellos.

El “Anábasis”, palabra griega que puede traducirse como “regreso desde el interior”, relata precisamente las peripecias de esa larga marcha hacia el norte de los mercenarios griegos buscando la costa del mar Negro.

Jenofonte es considerado como “el padre de la historia militar” y el “Anábasis” como el primer texto de esta disciplina histórica.

No obstante, el Anábasis no será el único relato bélico protagonizado por mercenarios. El cantar del Mío Cid narra la vida de Rodrigo Díaz de Vivar (1048 – 1099), el Cid Campeador, quien combatió al frente de su mesnada como mercenario para los reyes de Taifas.

Los principales intérpretes del pensamiento estratégico de Napoleón fueron mercenarios, el prusiano Carl von Clausewitz (1780 – 1831) luchó como mercenario en el ejército ruso del zar Alejandro I contra los franceses. Mientras que el suizo Antoine – Henri Jomini (1779 – 1869) sirvió en las filas del ejército francés y más tarde en el ejército ruso del zar Alejandro I, para quien organizó la Academia Imperial de Estado Mayor y más tarde fue asesor estratégico del zar Nicolás I, durante la guerra de Crimea, antes de morir en Bruselas, en 1869, a los noventa años.

Ciertos cuerpos mercenarios se hicieron famosos en su tiempo por una particular destreza en el manejo de un tipo particular de arma como los honderos baleares, la caballería númida, los ballesteros genoveses, los condotieri italianos, los lansquenetes alemanes o los reisläufer suizos que combatían con lanzas, picas y alabardas.

Otros cuerpos se destacaron por su fidelidad como guardias personales: la “guardia varega” de los emperadores bizantinos o la “guardia suiza pontificia”.

Algunos cuerpos mercenarios terminaron por transformarse en unidades regulares de los ejércitos nacionales, sin perder totalmente su carácter de cuerpos conformados por extranjeros que combaten por un salario y otras ventajas: la Legión Extranjera Francesa, su homóloga la Legión Extranjera Española o las unidades de Gurkas, los mercenarios nepaleses que prestan servicio en los ejércitos del Reino Unido y de la India.

Aunque el reclutamiento de mercenarios y su participación en conflictos bélicos, no siendo nacionales o residentes de alguno de los estados beligerantes, está prohibido por el protocolo adicional a la Convención de Ginebra, del 12 de agosto de 1949, protocolo I, del 8 de junio de 1977 y la legislación de diversos países (Suiza, Francia, Rusia, etc.) prohíbe a sus nacionales o residentes actuar como mercenarios, esto no ha impedido que los soldados de fortuna prosperen como “contratistas” que cumplen diversas tareas para Empresas de Servicios Militares que trabajan para ciertos Estados e incluso por Naciones Unidas cumpliendo funciones de seguridad en zonas de guerra como proteger a sus funcionarios, custodiando hospitales de campaña o supervisando la distribución de ayuda humanitaria.

La necesidad de apelar al reclutamiento de mercenarios surgió por una brusca reducción de las vocaciones castrenses.

Podría decirse a priori, que el nacionalismo militarista y belicista estuvo en auge en el mundo aproximadamente al fin de la guerra de Vietnam, en 1975.

Luego, en el mundo, ser militar dejó de ser bien visto, los desfiles y los uniformes pasaron de moda y, finalmente, muchos países suprimieron el servicio militar obligatorio con lo cual perdieron la posibilidad de contar con personal de reserva instruido para reemplazar las bajas que se producían en los cuadros permanentes en caso de guerra.

Llego la era del pacifismo, “hacer el amor y no la guerra”, el movimiento hippie y por último la cultura woke con su condena a la tenencia de armas de fuego y el rechazo a la caza y el tiro al blanco deportivo. Recordemos que a lo largo de la historia la caza sirvió siempre de sustituto y entrenamiento para guerra. Incluso los locales del “Tiro Federal”, institución de tiro deportivo de la Argentina, solía verse un gran cartel con el lema: “Aquí se aprende a defender a la patria”.

Los símbolos nacionales: la bandera y el himno dejaron de emocionar a la gente. En muchos países la camiseta de la selección nacional de futbol paso a expresar los sentimientos patrióticos mejor que la bandera patria.

Aún en los Estados Unidos, un país que ha vivido permanentemente en guerra desde antes de su independencia en 1776, donde se defiende el derecho de las personas a tener y portar armas de fuego y se rinde honores especiales a los hombres de las fuerzas armadas que sirvieron al país en el campo de batalla, los reclutadores militares enfrentan grandes dificultades para cumplir con los cupos de incorporaciones, pese a las generosas ofertas salariales, las ventajas educativas, las facilidades laborales y hasta las promesas de residencia permanente para los extranjeros ofrecidas al término de un periodo de servicio en las fuerzas armadas.

Por este motivo, el departamento de Defensa de los Estados Unidos ha debido recurrir a las empresas de servicios militares y sus “contratistas” para reforzar al personal de las fuerzas armadas en los conflictos que libra en Irak, Afganistán, Siria o África. Carece de personal aún para cumplir tareas logísticas, de instrucción del personal y de seguridad en algunas de las más de trescientas instalaciones que tiene distribuidas por todo el mundo.

Incluso Naciones Unidas ha debido recurrir a estas empresas para contratar personal que realice tareas de apoyo en las distintas “misiones humanitarias y de control del alto al fuego” que desarrollan las fuerzas de paz de los “cascos azules”, por todo el mundo, por reticencia de los distintos Estados a colaborar enviando a contingentes de hombres de sus fuerzas armadas para cumplir con esas tareas.

Por lo tanto, la guerra de Ucrania se ha tornado en el escenario propicio para que “los perros de la guerra” adquieran un rol más destacado que en otros conflictos.

En Ucrania, la prolongación de las operaciones, el estancamiento de las frentes de combate, el mayor poder destructivo de los armamentos y el empleo de drones se han combinado para producir un gran número de bajas. Aunque resulta difícil precisar el número de muertos en combate se estima que superan los 600.000 hombres entre ambos bandos.

Después de dos años de cruentos combates, y de vivir todo el horror de la muerte y destrucción provocados por la guerra, los sentimientos patrióticos y el espíritu de combate flaquea aun entre los veteranos más curtidos.

En consecuencia, no resulta sorprendente que ambos bandos recurran a la contratación de soldados de fortuna.

En el caso de Ucrania, no puede descartarse que algunos de los supuestos mercenarios sean en realidad tropas especialistas aportadas por los países de la OTAN, que operan bajo la cobertura de “voluntarios o soldados de fortuna”.

Una información publicada por la agencia oficial RT (Russia Today) consigna con datos aportados por el ministerio de Defensa de Rusia, que desde el 24 de febrero de 2022 llegaron a Ucrania procedentes de diversos países 13.387 combatientes mercenarios de los cuales 5.962 fueron abatidos.  

Entre los Estados que más mercenarios aportaron se encuentran Polonia (2.960), Estados Unidos (1.113), Georgia (1.042), Canadá (1.005), el Reino Unido (822), Rumania (784). Polonia también ocupa el primer lugar en cantidad de bajas: 1.497 personas muertas.

Del segundo país entre los que más combatientes pagos proporcionaron a Ucrania, los Estados Unidos tuvo 491 bajas mortales. Dos de los combatientes estadounidenses capturados por los rusos admitieron pertenecer a la Legión Internacional. Alemania figura tercera con 235 mercenarios muertos. Francia, que siempre negó la presencia de mercenarios franceses en el país eslavo, de los 356 mercenarios galos enviados a Ucrania, 147 perdieron la vida.

El Kremlin, por su parte, no ha dudado en emplear mercenarios desde los comienzos de su “Operación Militar Especial” en Ucrania.

La más conocida e importante empresa de mercenarios rusos ha sido el Grupo Wagner, organizado por el magnate Yevgeny Prigozhin que sirvió a los intereses de Vladimir Putin en Dombas, Siria, Venezuela, el Sahel y otros puntos del continente africano.

El Grupo Wagner llegó a reunir en sus filas a 50.000 combatientes tan solo en Ucrania. Prigozhin para reclutar mercenarios para su empresa ofrecía a los candidatos generosos salarios, compensaciones por heridas graves y un seguro de vida muy importante para las familias en caso de muerte en combate.

En sus inicios, Prigozhin era muy selectivo y solo reclutaba a miembros retirados de los Spetsnaz y otros grupos de fuerzas especiales, luego cuando aumentaron sus bajas y necesito un número mayor de efectivos, especialmente debido a las bajas generadas por la guerra en Ucrania, los Wagner debieron reclutar personal en las cárceles de Putin. Prigozhin ofreció a los reclusos la libertad y un salario de mil dólares mensuales para servir durante un año en sus filas, aunque es probable que obtener la licencia definitiva después de ese período seguramente sería algo difícil. Estos nuevos reclutas eran enviados a primera línea de combate con una mínima instrucción militar y de manejo de armas, lo que redundaba en un incremento desmesurado de bajas rusas en combate.

Los hombres del Grupo Wagner terminaron rebelándose contra el ministerio de Defensa de Rusia. Tras la muerte de Prigozhin y sus principales colaboradores en un muy sospechoso accidente aéreo, en octubre de 2023, la empresa se disolvió y la mayoría de sus hombres terminaron por ser absorbidos por el ejército ruso.

El lugar del Grupo Wagner como principal organización de mercenarios al servicio de Rusia pasó a ser ocupado por una milicia mercenaria conocida como “La Española”; nombrada así por su distintivo de llamada “Spaniard”.

Esta banda de mercenarios, fundada por el agresivo Stanislav Orlov, “El Español”, sobre la base de la compañía de reconocimiento “Skull and Bones” (Calaveras y huesos), se ha convertido en el refugio de los ultranacionalistas más violentos de Rusia: Shakthar Donetsk, CSKA, Dynamo, Spartak, Lokomotiv, Torpedo, Zenit St. Petersburg, Ural Yekaterinburg, Yaroslavl Shinnik, Oryol, Rostov, Nizhny Novgorod, Krasnodar Kuban, Ramenskiy Saturn. Estos son algunos de los clubes que “han aportado” combatientes a la milicia, según el mismo creador de la compañía, Orlov, además, afirma que la financiación del grupo proviene de descendientes del movimiento de aficionados, así como por algunos clubes, como Shinnik y Khimki.

 

Se desconoce el número exacto de ultras que ha reclutado La Española, que se estructura en tres secciones, de acuerdo con la experiencia de los exploradores, francotiradores, médicos de combate, comunicadores, infantería, operadores de UAV y equipos REB que lo componen.

 

Los voluntarios cobrarán 220.000 rublos (2.200 euros) al mes durante al menos seis meses en el frente. A los reclutas se les promete de uno a tres millones de rublos (hasta 30.000 euros) como seguro en caso de heridas y cinco millones de rublos (más de 50.000 euros) en caso de muerte.

  

Desde mediados de julio de 2022, forma parte de la 114.ª Brigada Independiente de Fusileros Motorizados Yenakievo - Dunay y su primera participación en la guerra de Ucrania se registró en el asedio de la ciudad de Mariupol.

Pero, La Española, no es el único grupo de mercenarios que opera en las filas del ejército ruso en Ucrania. El ministerio de Defensa ruso apunta a los países pobres del Tercer Mundo para contratar mercenarios. Ha reclutado entre 14.000 y 15.000 nepaleses, de los cuales solo una pequeña parte son exsoldados gurkas, el resto son simplemente campesinos nepaleses pobres a los cuales tientan con un salario de dos mil dólares al mes y un pasaporte ruso para luego desplazarse por el mundo. Recordemos que Nepal es una de las naciones más pobres del mundo con un PBI per cápita de U$S 1.336 dólares, según datos del Banco Mundial. La presencia de los nepaleses en Ucrania ha levantado especulaciones sobre la participación de combatientes chinos en apoyo de Rusia.

Rusia también está incorporando en sus filas a unidades militares conformadas por cubanos, afganos, indios, congoleños, sirios y egipcios, bajo mandos rusos.

Cabe preguntarse cuál es la eficacia y el espíritu de cuerpo de ejércitos conformados por tropas mercenarias de tan diverso origen étnico y con tan escasa preparación militar. Pero, Rusia a lo largo de toda su historia bélica ha mantenido la tradición de no preocuparse por las bajas que sufren sus ejércitos en combate.

La presencia de mercenarios en ambos bandos que combaten en Ucrania ha contribuido a internacionalizar y prolongar la contienda bélica incrementando la cantidad de violaciones a los derechos humanos, en un conflicto que tiene mucho de guerra civil. Después de todo Ucrania perteneció primero al Imperio Zarista, entre 1764 y 1917, y luego se incorporó a la Unión Soviética, entre 1919 y su desaparición en 1991. Es decir, que rusos y ucranianos, enfrentados hoy en una lucha a muerte, antes formaron parte de un solo pueblo y con una sola bandera por cientos de años. Lo que transforma a la guerra de Ucrania en una contienda fratricida.

 

viernes, 15 de marzo de 2024

En el sagrado mes de Ramadán, el Rey Mohammed VI extiende su mano solidaria y protectora al pueblo palestino.


 

El Rey de Marruecos dispuso el envío de cuarenta toneladas de ayuda alimentaria para aliviar las penurias del pueblo palestino en Gaza y al Quds.

Una de las constantes del reinado de Mohammed VI es su permanente solidaridad con los hermanos pueblos de África y Oriente Medio.

El Rey Mohammed VI ha recorrido muchos países africanos llevando ayuda alimentaria e insumos médicos para atender las necesidades más urgentes de sus pueblos.

El rey también ha sido muy generoso en el otorgamiento de becas de estudio para jóvenes africanos e incluso ha contribuido a la difusión de islam suní tolerante contribuyendo a la capacitación de imanes africanos como becarios en el Instituto Mohammed VI de Imanes, Predicadores y Predicadoras.

Por lo tanto, Mohammed VI como Amir al-Mu’minin (Comendador de los Creyentes) y presidente del Comité Al Quds no podía estar ausente en este momento en que la población de Gaza sufre los padecimientos provocados por el enfrentamiento bélico entre Hamas y las fuerzas armadas de Israel.

Así, el Rey Mohammed VI dispuso, en medio del sagrado mes de Ramadán, que el gobierno de Marruecos despliegue una operación humanitaria terrestre para trasladar cuarenta toneladas de ayuda alimentaria y de productos de primera necesidad destinada a aliviar la situación de la población palestina de Gaza y de la ciudad santa de Al Quds (Jerusalén).

En esta forma, Marruecos se transformará en el primer país en enviar, a través de una ruta terrestre, ayuda humanitaria que se distribuirá en forma directa a la población.

La mayor parte de esa ayuda, especialmente la destinada a los bebes y los niños más pequeños, no se costeo con fondos del erario marroquí sino con fondos personales del Rey.

Complementando esta acción, Su Majestad el Rey Mohammed VI, dio instrucciones a la Agencia Bayt Mal Al Quds, para proporcionar una ayuda alimentaria a las poblaciones de esa ciudad santa.  

Estas ayudas humanitarias consisten en la distribución de 2.000 cestas alimentarias en beneficio de 2.000 familias necesitadas, compuestas por veintidós productos básicos, incluidos los destinados a los niños y otros para personas con dietas especiales.

Se trata también de la distribución de mil comidas al día, lo que permite cubrir una gran parte de las necesidades alimentarias de los beneficiarios durante este mes, en particular los que figuran en las listas de las asociaciones socias y los que están ingresados en hospitales o viven en asilos.

En la gestión de la operación de distribución de las ayudas alimentarias, la Agencia ha tenido en cuenta una serie de disposiciones especiales y un calendario bien definido que toma en consideración la situación en Al Quds, en estricto respeto de las condiciones de seguridad sanitaria de los productos.

Los beneficiarios de las cestas de alimentos y las comidas se reparten por los distintos barrios de Al Quds, como Al Balda Al Qadima, Salouan, Cheikh Jarrah, el campamento de Chaafat, Attaouri, Al Isawiya, el campamento de Qalandia y Al Ram.

Esta actitud solidaria, brindada sin especulaciones políticas o personales de ningún tipo, son gestos altruistas que agigantan la estatura internacional del Rey Mohammed VI como un líder solidario, partidario de la paz entre los pueblos y protector de los creyentes, allí donde estos lo necesiten y lo convierten en un sólido candidato a recibir el premio Nobel para la paz.

 

Haití bajo fuego


 

Los persistentes problemas de gobernabilidad de Haití han estado determinados por la tumultuosa historia del país, definida por la corrupción política de larga data, las dificultades económicas, los constantes desastres naturales y las continuas intervenciones armadas extranjeras.

El escenario

Haití es el país más pobre del continente americano, lleva décadas sumido en el atraso económico, la inestabilidad política, con crisis económicas, sanitarias y de seguridad que han alimentado la creciente violencia e ingobernabilidad que lo sitúan al borde de la guerra civil.

Su PBI per cápita fue de tan solo U$S 3.306, en 2022, según el Banco Mundial, mientras que la media en América Latina y el Caribe fue de U$S 19.269, una cifra que no tiene en consideración las desigualdades de ingresos entre sus habitantes.

Haití ocupa el puesto 163 entre los 191 países del Índice de Desarrollo Humano que elabora Naciones Unidas. Más de la mitad de población vive por debajo del umbral de la pobreza y la esperanza de vida apenas supera los 64 años, en gran medida por las pésimas condiciones de vida en la mayoría del país y por la fragilidad de su sistema de salud. El hambre y la desnutrición han alcanzado niveles sin precedentes en el país con efectos potencialmente mortales. En 2023, tres millones de niños, la cifra más alta jamás registrada, dependieron de la ayuda humanitaria proporcionada por Naciones Unidas. En Haití casi uno de cada cuatro niños padece desnutrición crónica.

Además, el país tiene una de las tasas de tuberculosis más alta del mundo, y el cólera, que tras el devastador terremoto de 2010 causó cerca de 100.000 muertos, ha surgido en ciertos puntos del país. A ello se suma el HIV/Sida que afecta al 1,7% de la población adulta.

El analfabetismo afecta al 40% de la población, según datos del Banco Mundial y solo la mitad de los niños acuden a la escuela de acuerdo con Unicef.

Uno de los quince países soberanos del Caribe, Haití ocupa el tercio occidental de la isla de La Española, junto con República Dominicana, ubicada al este. Al oeste, a través del Paso de los Vientos, se encuentran Cuba y Jamaica. Al norte se encuentran las Islas Turcas y Caicos, las Bahamas y el estado de Florida, en los Estados Unidos.

Las porosas fronteras marítimas (900 millas) y terrestres del país, y su proximidad con los Estados Unidos, lo convierten en una base estratégica para el tráfico de drogas, las cuales llegan en aviones y barcos desde Colombia y Venezuela. Las abundantes pistas de aterrizaje clandestinas en el interior, así como los muelles ubicados a lo largo de las costas, han facilitado por mucho tiempo el trasiego de drogas a través del país.

Por otra parte, la ubicación geográfica de Haití lo ha hecho particularmente vulnerable a huracanes y terremotos por descansar sobre dos fallas geológicas. La falla del Enriquillo – Plantain Garden atraviesa todo el sur del país, mientras que la falla Septentrional Oeste recorre el norte. Las sencillas estructuras de concreto de las ciudades haitianas, sin amortiguación ninguna, se desmoronan como un castillo de naipes cuando hay movimientos sísmicos causando daños económicos significativos, así como incrementando la constante inestabilidad política.

En 2021, la naturaleza atacó por partida doble: tras un terremoto de magnitud 7,2 que mató a unas dos mil personas y destruyó el 30% de la península sur del país, la tormenta tropical Grace exacerbó la situación unos días después, con inundaciones y deslizamientos de tierras.

Estos desastres han generado flujos de ayuda internacional hacia el país, que han sido objeto de escándalos de corrupción política. Entre 2011 y 2021, el país recibió al menos U$S 13.000 millones en ayuda humanitaria. La asistencia internacional que ha llegado después de los desastres también se ha extendido al ámbito de la seguridad, pero estas ayudas no han estado exentas de problemas.

La turbulenta situación política de Haití, los frecuentes desastres naturales y la mala situación económica han llevado a cientos de miles de haitianos a huir del país en los últimos años. Este éxodo ha propiciado el crecimiento de las redes de tráfico de las personas que transportan clandestinamente a los migrantes en precarias naves por los peligrosos mares que unen a los países caribeños, a veces con resultados fatales. 

Historia

Tras convertirse en colonia francesa en el siglo XVIII, la población africana esclavizada de Haití se sublevó en 1791, liderada por Toussaint L’Ouverture (1743 – 1803), un exesclavo devenido en general revolucionario. Después de años de luchas, Haití declaró su independencia de Francia en 1804. Haití fue la primera nación de América Latina en independizarse, la república negra más antigua del mundo y la segunda república más antigua del hemisferio occidental después de Estados Unidos.

Después de que Toussaint L’Ouverture fue capturado por las tropas de Napoleón y enviado a Francia, el general Jean-Jaques Dessalines, otro exesclavo, organizó en 1802 un levantamiento contra los franceses a quienes venció en la batalla de Vertiéres, en 1803. Dessalines ordenó el exterminio de la minoría blanca y mestiza. En septiembre de 1804 se autoproclamó emperador, siendo oficialmente coronado el 8 de octubre en la ciudad de Le Cap, con el nombre Jaques I. En 1806, dos de sus lugartenientes Alexander Pétion y Henri Christophe lo asesinaron y se repartieron el poder.

Ningún país quiso reconocer a Haití diplomáticamente hasta que Francia, en 1825, accedió a hacerlo, pero con condiciones: o pagaban reparaciones por las haciendas y los esclavos perdidos o debían enfrentar la guerra. De esta forma, Haití se comprometió a pagar una indemnización de ciento cincuenta millones de francos (unos U$S 21.000 millones actuales), que debía abonar en cinco cuotas.

Como no contaba con fondos suficientes, debido a que los ingresos anuales del gobierno haitiano eran apenas una décima parte de los que exigía Francia, Haití tuvo que solicitar un préstamo. La antigua metrópoli accedió siempre y cuando fuera un banco francés.

Las comisiones draconianas que le aplicó el Crédit Industriel el Commercial duplicó  la deuda haitiana. Haití tuvo que pedir enormes préstamos a bancos estadounidenses, franceses y alemanes con tasas de interés exorbitantes que lo obligaban a destinar la mayor parte del presupuesto nacional a pagar la deuda externa. No fue hasta 1947 que Haití terminó de compensar a los herederos de los dueños franceses por las plantaciones.

Luego de la independencia, Haití estuvo afectada por la inestabilidad política, las dificultades económicas y las intervenciones extranjeras, incluida una ocupación por parte de las fuerzas estadounidenses entre 1915 y 1934.

En 1915, trescientos treinta marines de los Estados Unidos desembarcaron en Puerto Príncipe para defender los intereses de las empresas estadounidenses en el país. A esta primera incursión siguió una ocupación mayor, en la que los Estados Unidos se apoderaron del control de las aduanas de Haití y las principales instituciones económicas del país, como bancos y el tesoro nacional, que prácticamente vaciaron para cobrarse las deudas con empresas estadounidenses.

En 1922, Washington obligó a Haití a tomar préstamos de Wall Street aumentando su endeudamiento. La ocupación perduró hasta 1943, pero su control financiero del país se prolongó durante décadas.

La familia Duvalier, encabezada por François “Papa Doc” Duvalier, y más tarde por su hijo Jean-Claude, apodado “Baby Doc”, gobernó a Haití como una dictadura apoyada en la brujería “vudú” y la violencia para policial de los “Ton Ton Macoute” (los hombres del saco, en español), entre 1957 y 1986.

Durante las décadas de 1970 y 1980, gran parte de la cocaína consumida en Estados Unidos era traficada a través del Caribe, incluidos países como Haití y República Dominicana. El tráfico de drogas se convirtió en una importante fuente de ingresos para la élite política y empresarial de Haití, que utilizó sus conexiones para proteger a los narcotraficantes y lavar dinero. El gobierno de Jean-Claude Duvalier fue particularmente conocido por su participación en el tráfico de drogas. El régimen brindó protección y apoyo logístico a los narcotraficantes colombianos que utilizaron a Haití como punto de tránsito.

En 1986, las protestas y huelgas motivadas por la crisis económica y política condujeron al derrocamiento, por un golpe de Estado militar, de “Baby Doc” Duvalier. Haití experimentó una breve transición hacia la democracia en 1990, cuando el exsacerdote salesiano Jean-Bertrand Aristide fue elegido presidente. Sin embargo, Aristide fue derrocado mediante un golpe militar y forzado a exiliarse al año siguiente. El país estuvo gobernado por un régimen militar hasta 1994, cuando las tropas estadounidenses intervinieron para volver a instaurar a Aristide en el poder. A su regreso, Aristide disolvió el ejército haitiano, un organismo de seguridad bastante corrupto, pero esta medida también privó a Haití de otro método de lucha contra el crimen organizado y el tráfico de drogas.

La presidencia de Aristide, durante la segunda mitad de la década de 1990, se vio empañada por actos de corrupción, violencia política y participación en el tráfico de drogas. Durante sus mandatos como presidente, los narcotraficantes haitianos se vincularon con el Cartel de Medellín, y más tarde con el Cartel del Norte del Valle, para pasar cientos de toneladas de cocaína de Colombia a través de Haití y hasta los Estados Unidos, presuntamente sobornando a funcionarios locales, policías e incluso al propio Aristide.

En 2004, Aristide fue derrocado de nuevo, y se estableció una misión de la ONU, la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) para el mantenimiento de la paz, con el fin de estabilizar al país. La MINUSTAH se prolongó hasta 2017. La misión estuvo plagada de acusaciones de abusos contra los derechos humanos por parte de las fuerzas de paz de la ONU, que fueron imputadas especialmente por delitos sexuales. La ONU también ha reconocido su papel en el inicio de un brote de cólera que mató a miles de personas.

Los narcotraficantes cambiaron sus métodos y empezaron a utilizar rutas terrestres por Centroamérica, después de que las autoridades comenzaron a actuar de manera enérgica contra el tráfico por vías marítimas. Sin embargo, el Departamento de Estado de Estados Unidos estimaba que, hacia 2006, el 8 por ciento de la cocaína que llegaba a Estados Unidos todavía pasaba por La Española.

En 2010, un devastador terremoto causó la muerte de más de 200.000 haitianos, llevó al desplazamiento de millones más y provocó una enorme destrucción.

Poco después del terremoto, en 2011, Michel Martelly fue elegido presidente, heredando el control de un país con niveles extremos de pobreza, incremento de la violencia y corrupción arraigada. En 2017, Martelly fue acusado de malversación de fondos, como parte del famoso escándalo de Petrocaribe, que involucró la desaparición de U$S 3,8 mil millones de un programa de subsidios petroleros de Venezuela, que tenía el objetivo de proporcionar petróleo con bajos precios a Haití.

En 2016 se hicieron elecciones en Haití, pero las acusaciones de fraude y supresión de votantes provocaron protestas y deslegitimaron al recién elegido Jovenel Moïse. En 2018, estallaron protestas en todo Haití, en las que se pedía la renuncia de Moïse, quien fue acusado de corrupción y mala gestión de los recursos del país.

El 7 de julio de 2021, Moïse fue ultimado por un comando de mercenarios colombianos en la residencia presidencial, en Puerto Príncipe, lo que causó mayor agitación política en el país. Ariel Henry se convirtió en el primer ministro interino de facto, en medio de protestas y actos de violencia en todo el país. Se suponía que debía convocar a elecciones para transferir el poder antes del 7 de febrero de 2024 pero no lo hizo.

Después del magnicidio, el gobierno interino perdió el control (que nunca tuvo en forma total) de gran parte del territorio nacional. Las pandillas pasaron a controlar Puerto Príncipe. La extorsión a comerciantes callejeros y empresarios, los secuestros masivos y el flujo incesante de armas hacia el país han contribuido al continuo deterioro de la economía de Haití.

En 2022, la ONU y los gobiernos de Estados Unidos y Canadá impusieron sanciones de manera coordinada contra los más notorios líderes de los grupos criminales y de las élites políticas y empresariales de Haití por su presunto papel en el tráfico de drogas, el lavado de dinero y el financiamiento de actividades delictivas, pero los efectos de dichas sanciones han sido mínimos hasta el momento.

El 29 de febrero de 2024, el primer ministro Ariel Henry, viajó a Kenia para firmar un convenio para posibilitar que un contingente de mil policías kenianos concurriera al país caribeño para colaborar en el mantenimiento del orden. Cuando intentó regresar a Haití no puedo hacerlo porque el aeropuerto de Puerto Príncipe estaba bajo fuego de las pandillas que demandaban su renuncia. Henry debió aterrizar en Puerto Rico ante la negativa de República Dominicana de recibirlo transitoriamente. Intentó infructuosamente conseguir un avión militar estadounidense para retornar a su país hasta que, falto de todo apoyo interno e internacional se vio forzado a renunciar el miércoles 13 de marzo.

El primer ministro Ariel Henry será sustituido por un Consejo Presidencial de Transición compuesto por siete miembros, que designará a un primer ministro provisorio.

La implementación de este consejo, que contará también con dos observadores, se acordó el lunes 11 de marzo, en una reunión convocada por la Comunidad del Caribe (CARICOM), en Jamaica, a la que asistieron representantes haitianos, de la ONU y de socios internacionales, entre ellos los Estados Unidos, cuya delegación encabezó el secretario de Estado Antony Blinken.

Los miembros del Consejo Presidencial de Transición serán designados por los entes: Colectivo 30 de enero, Acuerdo de Montana, Acuerdo del 21 de diciembre, EDE/RED, las fuerzas políticas Fanmi Lavalas y Pitti Desalin y el sector privado, mientras que los observadores representarán al Reagrupamiento por una Entente Nacional y Soberna (REN) y a la diáspora de haitianos residentes en el extranjero.

Dentro de Haití, el Consejo Presidencial de Transición ha encontrado gran oposición por parte de Jimmy Chérizier y la coalición de bandas armadas que lidera “Vivre Ensemble” y de los políticos como el exsenador y candidato presidencial Jean Charles Moïse, el exlíder rebelde Guy Philippe y el excoronel Himmler Rébu, presidente de la Gran Reunión para la Evolución de Haití, entre otros.

Fuerzas de aplicación de la ley

Haití cuenta con fuerzas de seguridad débiles, plagadas de corrupción, ineficacia, vínculos con pandillas y permanente falta de personal y recursos.

El principal organismo encargado de hacer cumplir la ley es la Policía Nacional de Haití (Police Nationale d’Haiti, PNH), creada en 1995 para remplazar a las disueltas Fuerzas Armadas de Haití, cuenta con nueve mil efectivos para controlar a una población de 11, 5 millones de habitantes. Es decir, solo un agente por cada 1.200 personas. En comparación, el Departamento de Policía de New York cuenta con 36.000 efectivos para tan solo 8,5 millones de habitantes y tiene a su disposición importantes recursos tecnológicos de vigilancia.

Para colmo de males, sus miembros han sido frecuentemente acusados de violaciones a los derechos humanos, llevar a cabo ejecuciones extrajudiciales y participar en golpes de Estado.

La ausencia de un gobierno electo operativo implica que las fuerzas de seguridad tienen poca supervisión, reciben escasa y mala instrucción profesional y carecen de medios tecnológicos, por lo cual muchos de sus integrantes terminan por dedicarse al crimen. Los agentes de la PNH, cuya remuneración siempre ha sido deficientes, actualmente es de unos doscientos dólares, mientras que los jefes criminales les ofrecen mil dólares mensuales por su complicidad en la comisión de delitos.

No puede sorprender entonces que los policías haitianos estén sospechados de participar en el tráfico de armas y de integrar los “escuadrones de la muerte” patrocinados en secreto por las autoridades.

Un contingente fuertemente armado de policías activos y retirados, conocido como “Fantom 509”, actúa como un grupo criminal y ha llegado a atacar edificios e instalaciones gubernamentales para exigir mejores salarios y condiciones de trabajo para los agentes de policía.

El sistema judicial de Haití, por su parte, ha enfrentado múltiples desafíos en los últimos años, como falta de recursos, corrupción e interferencia política. El sistema prácticamente llegó a colapsar por la saturación de casos provocada por los retrasos en los nombramientos de secretarios, fiscales y jueces y las frecuentes huelgas de funcionarios demandando mayores salarios o mejores condiciones de trabajo.

Las cárceles de Haití se caracterizan por el hacinamiento, la carencia de asistencia sanitaria y la falta de financiación, hay pocos recursos y deficiente supervisión. Los funcionarios penitenciarios reciben peores salarios y menor preparación que el personal policial.

Hasta el 80%, de las casi 12.000 personas que conforman la población carcelaria del país, se encuentran en prisión preventiva, lo que significa que nunca han tenido un juicio debido al deteriorado sistema de justicia del país.

Las constantes fugas masivas también ponen de relieve las deficiencias del sistema penitenciario. Más de 170 reclusos escaparon en una sola acción, en 2016, y otros 300 internos se fugaron más tarde después de un tiroteo entre guardias y asaltantes armados.

El 2 de marzo de 2024, los pandilleros, a las órdenes de Jimmy Chérizier, “Barbecue” llevaron a cabo el asalto a las dos principales prisiones de Puerto Príncipe, la capital haitiana. Según los testigos se podían observar al menos quince cadáveres de presos en los alrededores de la Penitenciaría Nacional de Puerto Príncipe. De un total estimado de cuatro mil reclusos fugaron 3.696, el 97% del total. Tan solo 98 internos permanecieron en el recinto.

En la Penitenciaria Nacional de Puerto Príncipe estaban alojados los principales líderes de las pandillas y los 17 mercenarios colombianos acusados de asesinar al presidente Jovenel Moïse.

La otra cárcel, la prisión civil de Croix-des-Bouquets, que albergaba a unos 1.400 reclusos, también fue invadida, pero no trascendieron detalles sobre el número de internos fugados. De todas formas, se estima que más de un tercio de los presos de Haití fugaron durante esos ataques.

Finalmente es importante consignar, que las prisiones también sufren constantemente por el deterioro de las instalaciones, la falta de alimentos y de personal, lo que, en 2022, llevó a la muerte de más de cien haitianos privados de la libertad.

Las Bandas criminales

Según un informe de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, publicado en 2022, en Haití existían en ese entonces doscientas bandas criminales, 95 de las cuales operaban especialmente en Puerto Príncipe[i]. No puede sorprender entonces que Puerto Príncipe sea la ciudad que más ha padecido la violencia proveniente de los grupos criminales. La ONU estima que las pandillas controlan el sesenta por ciento de la capital, pero muchos haitianos piensan que casi toda la ciudad ha caído bajo el control de grupos criminales. Hay algunas bandas que son bastante poderosas.

Con frecuencia, las pandillas se han asociado a los políticos haitianos, de quienes han recibido pagos por la cooperación y la movilización de votos durante las elecciones. Pero en Haití no se han realizado elecciones desde 2016, lo que ha llevado a las pandillas a recurrir a los secuestros extorsivos para suplir los vacíos económicos.

Para controlar sus territorios, las pandillas haitianas aterrorizan a las comunidades locales, utilizando la violación sistemática de mujeres y niñas como arma de guerra, tal como señala Naciones Unidas.

El G9, por ejemplo, ha utilizado la violación para castigar a las mujeres que viven en los territorios controlados por pandillas rivales. Un terrible caso se presentó en abril de este año, cuando miembros del G9 violaron a 49 mujeres en Cité Soleil, el barrio más poblado y pobre de Puerto Príncipe. Las mujeres se encontraban huyendo de la violencia en un barrio controlado por otra pandilla, según un informe de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH).

Las pandillas también han atacado escuelas y colegios, robando equipos, muebles y comida. De acuerdo con UNICEF, 72 escuelas fueron vandalizadas en 2022 contra ocho en 2021.

El virtual estado de guerra civil provocado por las pandillas en Haití ha provocado un 362.000 desplazados internos. Las personas desplazadas aumentaron un 430% entre 2021 y 2022, a ellos se suman 35.000 nuevos desplazados en los primeros meses de 2024, el mayor incremento que se haya experimentado en América Latina desde que se comenzaron a recopilar datos en 2018.

La sumatoria de eventos que conforman la actual crisis, en que se encuentra sumido el país, ha provocado que 1,4 millones de haitianos vivan al borde de la hambruna, según señala Jean-Martín Bauer, responsable del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas en Haití.

El G9 y Familia (G9 an fanmi, G9) es una federación de grupos que congrega a nueve de las pandillas más poderosas de Puerto Príncipe. El G9 está dirigido por el expolicía Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”. El grupo estuvo vinculado previamente al Partido Haitiano Tèt Kale, de Moïse y Henry (Parti Haïtien Tèt Kale, PHTK), actuando como brazo armado de este partido. El Partido Haitiano Tèt Kale (cabeza calva, en criollo haitiano) fue creado en 2012 y tiene ideología liberal conservadora.

Sin embargo, “Barbecue” rompió relaciones con ellos después del asesinato de Moïse, ya que el grupo criminal había ganado un capital político significativo en las áreas que controla en Puerto Príncipe.

Chérizier es sin lugar a duda, el hombre fuerte del crimen organizado en Haití, Se trata de un expolicía nacido en el barrio de Delmas, en Puerto Príncipe, el 20 de marzo de 1977. Su carrera criminal comenzó, en 2017, cuando era policía y participó de un “escuadrón de la muerte” policial que ultimó a nueve civiles vinculados a la mafia de Grand Revine, un barrio de Puerto Príncipe.

Al dejar la policía, rápidamente adquirió el control de la pandilla de su barrio “Delmas 6”. Para ello habría contado con el apoyo de sus antiguos colegas policías y de los políticos del Partido Haitiano Tèt Kale, en especial el presidente Jovele Moïse.

Pronto Chérizier se convirtió en el nexo que distribuía fondos suministrados por Moïse a las distintas bandas haitianas. Según el portal especializado InSight Crime, antes del asesinato de Moïse, el 50% del financiamiento de la G-9 provenía del dinero del gobierno, con un 30% procedente de secuestros y el 20% restante recaudado a través de extorsiones a comerciantes.

Con ese poderío, Chérizier comenzó una cruenta batalla por el control territorial de Puerto Príncipe, donde se cometieron una serie de masacres que sembraron el terror no solo en la capital sino en todo el país. Fue entonces cuando Chérizier ganó su apodo de “Barbecue” porque tiene la costumbre de incinerar a sus víctimas e incluso a las viviendas para borrar todo rastro que pueda incriminarlo.

Naciones Unidas y los Estados Unidos han señalado que fue uno de los policías involucrados en la matanza de La Saline. Según testigos, afirman que un camión de la policía que transportaba a policías uniformados llegó a los barrios pobres de La Saline, en Puerto Príncipe, alrededor de las 15:00 horas del 13 de noviembre de 2018. Luego, los policías abrieron fuego contra los civiles, mientras que pandilleros locales mataron a algunos otros con machetes o armas de fuego. Según un grupo de derechos humanos, al menos 21 hombres murieron en la masacre, además de reportarse casos de violencia sexual contra mujeres y cientos de desplazados.

Hacia junio de 2020, y aprovechando el caos reinante, Chérizier promovió la unión de nueve pandillas -entre ellas la 400 Mawozo, la banda a la que se atribuyó el secuestro de un grupo de 17 misioneros estadounidenses y canadienses en 2021- en una agrupación que finalmente bautizó como G-9 y Familia.

Otros líderes de pandillas del G9 han actuado como sus principales aliados. Entre estos se encuentran James Alexander, alias “Sonson”, de la pandilla Baz Krache Dife; Ezeckiel Alexandre de la pandilla Baz Pilatos; Christ Roy Chery, alias “Chrisla”, de la pandilla Nan Ti Bwa; Albert Stevenson, alias “Djouma”, de la pandilla Simon Pelé (quien ya ha sido arrestado); Serge Alectis, alias “Ti Junior”, de la pandilla Baz Nan Chabon; Jean Emiliano Micanor, alias “King Micano”, de la pandilla Waf Jérémie; Matias Saintil, de la pandilla Nan Boston y el asesinado Andris Icard, alias “Iska”, de la pandilla Belekou. Ti Junior y Iska fueron asesinados en 2022 y 2023 respectivamente.

Barbecue ha trabajado estrechamente con estos líderes para lograr la expansión territorial y atacar a sus rivales. El poder que Barbecue ha acumulado como parte del G9 es inusual, incluso dentro de la larga historia de Haití, donde ha habido pactos bajo cuerda entre dichos grupos y los líderes políticos.

Los discursos y las apariciones de Barbecue en las redes sociales muestran una retórica cada vez más política. En septiembre, el líder pandillero apareció en un video de YouTube en el que se refería a G9 y Familia y Aliados como un movimiento revolucionario; “Hemos decidido tomar las riendas del destino del país. Ello significa liberarlo del 5% de las personas que controlan el 85% de la riqueza del país”.

Su declaración en otro video publicado en un medio de comunicación local es similar, excepto que en este lo acompaña un oficial de policía activo; “Hoy, en este mismo momento, estaba en las calles porque ha comenzado la revolución para liberar al país [en este momento aparece una policía marchando]. Saludamos además a los policías que se están uniendo al movimiento”.

El intento de Barbecue de hacer del G9 un movimiento revolucionario en lugar de un grupo criminal indica que las pandillas se han vuelto más autónomas con respecto a la élite política. A pesar de que Barbecue no puede aspirar a puestos políticos debido a que existe una orden de arresto en su contra, tiene la capacidad de poner en la esfera política a alguien elegido por él. Sin embargo, dado que su padrino político Jovenel Moïse ya no está, cuenta con menos aliados en ese sector; de hecho, incluso la élite económica ha puesto un precio sobre su cabeza.

Naciones Unidas por su parte, acusa Chérizier de cometer abusos contra los derechos humanos y de perpetrar ataques mortales contra la población civil, alegando que sus acciones “han contribuido directamente a la parálisis económica y la crisis humanitaria de Haití”.

Mientras que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos también imputa a Barbecue de abuso contra los derechos humanos y de realizar ataques brutales contra civiles en Puerto Príncipe, al menos desde 2018, como líder de la alianza de bandas conocida como G9, por lo que le impuso sanciones.

Otras once organizaciones criminales de Puerto Príncipe cooperan y mantienes negocios con el G9. Cuando es necesario, brindan apoyo a Barbecue y a otros líderes de pandillas. Esta unión a veces se conoce como el G20. Pero en la presente crisis ha ampliado su coalición criminal conformando una alianza de bandas denominada “Viv ansam” (o Vivir Juntos) a la que, como hemos visto, pretende presentar común un movimiento revolucionario y no como un grupo criminal.

Los negocios criminales de la pandilla G9 y Familia se vinculan sobre todo a la extorsión, sus hombres controlan los abundantes mercados al aire libre de la capital, que mueven gran cantidad de bienes y dinero, donde los puesteros deben pagar por “protección” a las pandillas. También lleva a cabo secuestros extorsivos y se ha apoderado de servicios públicos como la electricidad o el suministro de agua, por los cuales cobran. Barbecue y el G9 han bloqueado dos veces la Terminal Varreux, la terminal petrolera más grande de Haití, acción coordinada por varios grupos criminales para restringir el acceso al combustible en todo el país, con el fin de desestabilizar al gobierno.

Regularmente se han presentado incidentes entre los hombres de Barbecue y los grupos rivales por negocios y territorios. Por ejemplo, en mayo de 2020, Barbecue atacó a Fanmi Lavalas, una pandilla de Cité Soleil, junto con otras bandas.

Barbecue también podría considerar que los antiguos miembros del G9 son sus enemigos. Según informes, la pandilla Grand Ravine se retiró de la alianza a principios de 2021, debido a enfrentamientos internos. En octubre de 2020, el líder de la pandilla apareció en una transmisión de radio, diciendo que había secuestrado a un alto ejecutivo de una lotería porque Barbecue no lo estaba apoyando financieramente.

El principal rival del grupo es el G-PEP, otra agrupación de bandas, liderada por Gabriel Jean-Pierre, alias “Ti Gabriel”, de la banda “Brooklyn”. Los opositores políticos del PHTK apoyan al grupo, pero no está claro hasta qué punto le suministran recursos  materiales o financieros. Están aliados otras bandas como Bel-Air, Grand Ravine y Cité Soleil.

Existen muchas otras pandillas independientes menos importantes, pero una de las más conocida es 5 Seconds, dirigida por Johnson André, alias “Izo”, que ha sitiado importantes obras de infraestructura e instalaciones, como el edificio de la Corte Suprema de Haití, y le exigió al gobierno un pago por su liberación. La pandilla Kraze Baryè, liderada por Vitel’Homme Innocent, también llegó a ser conocida tras asesinar a varios policías e incendiar una estación de policía a principios de 2023.

Apreciación final

Como puede apreciarse la situación en Haití se ha tornado sumamente compleja y de difícil solución.

El país se encuentra en la práctica acéfalo y al borde de la guerra civil. El primer ministro dimitente, Ariel Henry, está, en algún lugar de Puerto Rico, imposibilitado de retornar a Haití, impartiendo órdenes por teléfono, que nadie acepta ni está en condiciones de cumplir. La policía haitiana totalmente desbordada a duras penas puede proteger los edificios públicos y ha perdido el control de infraestructuras estratégicas: aeropuerto, puerto y terminales petroleras.

El poder real sobre el terreno se encuentra en manos de los diversos grupos criminales que han encontrado en Jimmy “Barbecue” Chérizier un líder (o al menos un vocero) que los represente y un programa: tomar el poder como un movimiento de liberación y formar un gobierno para controlar “legalmente” al país.

Mientras no se resuelve la crisis política y de seguridad, la economía está paralizada, los comercios y las escuelas permanecen cerradas, aumenta el número de personas desplazadas (35.000 tan solo la última semana) y el hambre acecha a 1,4 millones de haitianos.

En este contexto, la élite política y empresarial local y las bandas criminales se oponen a cualquier solución política salida de organismos internacionales (ONU, OEA, CARICOM, etc.) que no cuente con su participación.

Aún suministrar y distribuir la ayuda humanitaria que evite una hambruna generalizada demanda de muchos acuerdos y es un desafío logístico y de seguridad en las actuales condiciones.

La iniciativa de Naciones Unidas de conformar una “Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad” con la participación de mil policías kenianos o el involucramiento del presidente salvadoreño Nayibe Bukele, parecen soluciones insuficientes que no garantizan que estas fuerzas no terminen cometiendo nuevas violaciones a los derechos humanos como ha ocurrido en el pasado con la MINUSTAH.

El único actor con capacidad para tomar el control de la situación son los Estados Unidos. Pero, al menos por el momento, Washington, si bien muestra preocupación por la evolución de la situación en Haití y ha ofrecido fondos para ayuda humanitaria a Naciones Unidas, no parece estar dispuesto a involucrarse directamente en el conflicto con sus efectivos militares sobre el terreno.

Sin decir, que una presencia militar extranjera en Haití seguramente exacerbará los ánimos de los criminales y aún de ciertos políticos locales.

La única solución viable sería convocar al diálogo a todas las fuerzas políticas del país para reorganizarlo en base a un acuerdo consensuado que establezca una hoja de ruta que contemple una inminente consulta electoral, con reglas claras que garanticen elecciones transparentes y el establecimiento de un pacto político mínimo que otorgue cierta gobernabilidad al país.

Solo así será admisible la presencia de fuerzas de seguridad internacionales para reforzar a la policía haitiana y crear un marco de seguridad que permita distribuir la ayuda humanitaria y controlar gradualmente la actividad criminal de las pandillas.

No obstante, este tipo de solución, al parecer, por el momento, ni siquiera se encuentra en los papeles.



[i] PAREDES, Norberto: Tres claves para entender la grave crisis que atraviesa Haití. BBC News Mundo. 6 de marzo de 2024.