martes, 30 de junio de 2020

CUANDO PERÓN NO ERA EL “PRIMER TRABAJADOR”



El 1 de julio se cumple un nuevo aniversario de la muerte del general Juan D. Perón. Mucho se ha escrito sobre él. Por eso Alternative consideró oportuno recordar algunos aspectos de los primeros cincuenta años de su vida antes de que este militar iniciara su carrera política

EL ORÍGEN FAMILIAR

Existen muchas biografías de Juan Domingo Perón. Desde la elaborada por su biógrafo oficial Enrique Pavón Pereyra, por autores más recientes como Horacio Vázquez-Rial y hasta la escrita por autores extranjeros como el norteamericano Joseph Page. Ninguna está completa. Difícilmente pueda elaborarse una biografía más o menos exacta de Perón. Entre las muchas actividades que Perón realizó a lo largo de su vida se cuenta la de historiador. En consecuencia poseía un sentido de la historia más desarrollado que otras personalidades y mostraba una mayor preocupación por cómo sería recordado.  Este sentido de la historia lo llevó a tratar de ocultar o distorsionar aquellos datos y hechos que no servían para forjar la imagen que él deseaba dejar  a las futuras generaciones.

En consecuencia, los testimonios de Perón sobre su propia familia o los hechos que protagonizó no son confiables. Perón solía distorsionar los hechos para asignarse un mayor protagonismo o simplemente más méritos. Sus seguidores conociendo la verdad en muchos casos prefirieron ocultarla. Su intención fue engrandecer la mítica figura del hombre que fundó el mayor movimiento político de la Argentina en el siglo XX. En tanto que los enemigos de Perón también distorsionaron su imagen y muchos hechos de su vida. Claro que su intención era demonizarlo.

Comencemos por señalar que, Perón no se sentía orgulloso de su origen familiar. Incluso, después de la muerte de su padre, parece no haber mantenido mayores contactos con su madre y su hermano. Esto dificulta rastrear los primero años de su vida.

La primera duda o polémica surge con respecto al lugar y la fecha del nacimiento de Juan Perón. El dato oficial consignado en su legajo militar indica que Perón nació el 8 de octubre de 1895 en la localidad de Lobos. Según otros testimonios el nacimiento real se habría producido en la ciudad de Roque Pérez, Partido de Saladillo el 7 de octubre de 1893.

A que se deben las discrepancias en las fechas. Posiblemente a que sus padres Juana Sosa Toledo y Mario Tomás Perón Dutey no se encontraban casados al momento del nacimiento de sus dos hijos: Mario Avelino y Juan Domingo. Por lo tanto, los niños habrían sido anotados por la madre únicamente con el apellido Sosa. Posteriormente, quizás debido a la intervención de su abuela paterna Dominga Dutey los niños fueron inscriptos como “hijos naturales” –tal la denominación que se daba en ese entonces a los hijos extramatrimoniales-. El año 1895 corresponde a la fecha de su inscripción como Juan Domingo Perón, cuando contaba con dos años. Los padres de Perón no se casaron hasta el 20 de septiembre de 1901 cuando sus hijos tenían más de diez años. También debido a la intervención de Dominga Dutey.

La segunda cuestión en debate es el origen “indígena” de Perón. Según una versión Juana Sosa Toledo era una mujer india. Pero, debemos preguntarnos qué era ser indio en la Argentina de 1890. Indudablemente el concepto de “indio o indígena” no era de carácter étnico sino cultural.

La Argentina es una tierra de mestizos. Pocos son los argentinos que tienen la certeza de que por sus venas no corre ni una gota de sangre india o negra. Juana Sosa Toledo era una criolla. No importa cuanta sangre india corría por sus venas. La abuela de Juana, Victoria Gauna había nacido en 1820 en la localidad de Azul y su nacimiento fue inscripto en el registro parroquial de esa ciudad. Por lo tanto, había sido bautizada, era cristiana y vivía como cristiana y no como india. Lo mismo puede decirse de los padres de Juana, inscriptos en los registros parroquiales del lugar donde nacieron y por lo tanto considerados cristianos. En la Argentina de 1890 a poco más de una década de la Campaña al Desierto del general Julio A. Roca. Criollo, cristiano o blanco era aquel que vivía como cristiano e indio quien vivía como indio. Por lo tanto, Juana Sosa cuyos abuelos y padres vivieron como cristianos era una cristiana. Es decir, una criolla de origen humilde.

Aclarados estos dos aspectos podemos seguir analizando los primeros años de vida de Perón. En 1904, los niños Mario Avelino y Juan Domingo se trasladaron desde Chubut, en la Patagonia donde vivían sus padres desde 1901 a la ciudad de Buenos Aires. Al parecer la abuela Dominga Dutey estaba preocupada por el futuro de sus nietos y pidió a su hijo Mario Tomás que los enviara a su casa donde recibirían una adecuada educación que no estaba a su alcance en la Patagonia.

Al conocer ese hecho no podemos menos que imaginarnos cual habrá sido el impacto en la personalidad de esos niños el abandonar a sus padres y la vida en la inmensidad de la Patagonia para trasladarse a una gran ciudad y vivir con una abuela, tías y primos a quienes no conocían. Seguramente, también habrá sido muy duro para Juana y Mario Tomás dejar partir a sus hijos sabiendo que no los verían por años. En esa época el viaje entre Chubut y Buenos Aires se realizaba por mar, era largo, difícil y peligroso.

Por ese entonces, las tías de Juan D. Perón, Vicente y Baldomera, que eran maestras. Dirigían en su propia vivienda una escuela denominada “Parroquia Catedral del Norte”, situada en la calle San Martín 458 de la Capital Federal. Los niños Perón comenzaron sus estudios en ese establecimiento, pero después pasaron a la escuela “Parroquial de la Merced” en la calle Cuyo 1251. En marzo de 1906, Juan Domingo ingresó como medio pupilo al “Colegio Internacional de Olivos”, situado en esa localidad bonaerense.

Sin embargo, cuando Juan D. Perón ingresó al Colegio Militar de la Nación, en 1910, presentó constancias de haber cursado estudios primarios en el “Colegio Internacional de Olivos” y secundarios –hasta el tercer año- en el “Colegio Internacional Politécnico” de Buenos Aires, sito en la calle Cangallo 2311.

Perón, no presentó su partida de nacimiento sino una constancia de extravío de ella. Para ser admitido como cadete debió ocultar su condición de “hijo natural”.

Como cadete, el joven Perón completó sus estudios sin mayores inconvenientes en diciembre de 1913. Egreso del Colegio Militar de la Nación con el grado de subteniente del arma de Infantería. Ocupaba el orden de mérito número 27 de su arma y el número 43 entre los 110 subtenientes que componían su promoción.

El orden de mérito situaba a Perón en la mitad de su promoción. Normalmente, su carrera en el Ejército no debería haber sido muy exitosa. Especialmente por qué no pertenecía a una familia de militares, carecía de fortuna personal y de contactos políticos. Otro, en sus mismas condiciones difícilmente alcanzaría la jerarquía de “general de la Nación”. Pero, tal como veremos nada en la vida de Perón era común.

Mientras el subteniente Juan D. Perón iniciaba su vida como oficial del Ejército, su familia se arraigaba en la Patagonia. En 1913, a su solicitud, el gobierno del Territorio Nacional de Patagonia concedió a Mario Tomás Perón la propiedad de un predio de diez mil hectáreas donde fundó la estancia “La Porteña”. Este establecimiento continúa siendo propiedad de los descendientes de Mario Tomás Perón.

En 1925, debido a los problemas de salud de Mario Tomás Perón, él y su esposa se trasladaron a la ciudad de Buenos Aires. El matrimonio Perón residió en el barrio de Flores hasta el 1928. Ese año falleció Mario Tomás, Juana Sosa y su hijo Mario Avelino Perón retornaron a la estancia La Porteña. 

Mientras sus padres fundaban en Chubut, la estancia la Porteña, el joven Juan D. Perón desarrollaba su carrera militar ascendiendo con normalidad. En 1915 se convirtió en “teniente”, en 1919, en “teniente 1°”; y en 1924 ascendió a “capitán”.

Después de un destacada desempeño como cursante en la Escuela Superior de Guerra obtuvo, el 26 de enero de 1929, el preciado diploma de “Oficial de Estado Mayor”. Al parecer fue precisamente su desempeño como oficial cursante en la Escuela Superior de Guerra el hecho que marca un antes y un después  en la carrera militar de Perón. Allí se gana el respeto intelectual de sus superiores y camaradas de armas. A su egreso obtiene destinos militares de mayor importancia.

También cambió su vida. Estos son los años de mayor crecimiento personal de Perón, en los que demuestra que no es un oficial más del Ejército. A los 31 años, permaneciendo soltero Perón no podía esperar mucho de su futuro militar. En el Ejército de esa época los oficiales solteros no eran bien considerados e incluso nunca ascendían más allá de la jerarquía de teniente coronel. Por lo tanto, si Perón aspiraba a progresar en su carrera debía casarse. Así se lo recomendó su amigo y superior de ese entonces el Teniente Coronel Bartolomé Descalzó.

Poco después, conoce, al parecer en un baile, a quien sería su primera esposa. Aurelia Tizón, una joven maestra de poco más de veinte años. Aurelia, a quien familiarmente denominaban “Potota”, era la sexta hija de un matrimonio de clase media del barrio de Flores. Su padre, Cipriano Tizón, tenía un estudio fotográfico y era militante de la Unión Cívica Radical y amigo del mítico puntero porteño Julián Sacerni Jiménez.

El noviazgo entre Juan Domingo y Aurelia trascurrió normalmente. Después de un año de duelo por la muerte de Mario Tomás Perón la pareja contrajo matrimonio, el 5 de enero de 1929, en la Iglesia Castrense Nuestra Señora de Luján. En el matrimonio civil el testigo de Perón fue su amigo Bartolomé Descalzo. Los recién casados se instalaron en el barrio porteño de Flores. Alquilaron una vivienda en la calle Eleodoro Lobos 1453.

El primer matrimonio de Perón duró casi diez años. El 10 de septiembre de 1938, Aurelia Tizón de Perón falleció en la Capital Federal víctima de un fulminante cáncer de útero. La pareja no tuvo hijos.

PERÓN COMO ESCRITOR

Es una época muy fructífera para Perón, estabilizado en su matrimonio,  ocupando un importante cargo, sirve en el Estado Mayor General de Ejército, como ayudante del Subjefe “B” coronel Francisco Fasola Castaño. Es la oportunidad propicia para que retome su pasión por la escritura, la historia militar y la estrategia.

Al parecer los primeros escritos de Perón fueron comedias teatrales: “Silvino Abrojo” (1920) y “El detective de la máscara negra” (1920). En 1923 tradujo un “Reglamento de Gimnasia” del alemán. En 1925 publicó un opúsculo sobre “Moral militar” destinado a los aspirante de la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral. En 1928 publicó en la Revista Militar un artículo titulado “Campañas del Alto Perú”. Para sus alumnos de la cátedra de Historia Militar de la Escuela Superior de Guerra publicó en la Biblioteca del Oficial del Círculo Militar tres libros: “El frente oriental de la Guerra Mundial de 1914 - 1918”, publicado en 1932 con una introducción del coronel Juan Lucio Cernadas. “Apuntes de historia militar”, un año más tarde y un estudio en dos tomos sobre “La guerra ruso – japonesa” en 1934.

Entre el 5 y 14 de julio de 1936 se realizó, en Buenos Aires, el Segundo Congreso Internacional de Historia de América. Perón envió una comunicación histórica titulada “La idea estratégica y la idea operativa de San Martín en la Campaña de los Andes”. En el año 1938, la Academia Nacional de la Historia incluyó este trabajo en el boletín correspondiente al Tomo IV de su publicación.

Pero su interés como escritor no se reducía a la historia militar.  Después de participar en el golpe de Estado de 1930, escribió a pedido del teniente coronel Sarobe, “Lo que yo vi de la preparación de la revolución y de la revolución misma”. En 1934 publicó una “Memoria geográfica sintética del territorio nacional del Neuquén”. En 1935, el mayor Perón publicó “Toponimia patagónica de etimología araucana”, en un boletín del Ministerio de Agricultura.

Perón siguió escribiendo a lo largo de toda su vida. El 23 de agosto de 1937, siendo Agregado Militar en Chile envió un “Memorando al Estado Mayor General sobre Política Internacional”.

En 1939, junto al Coronel Enrique L Rottjer, publicó en la Biblioteca del Oficial, el libro “Las operaciones militares en 1870”. En esta obra analiza la Guerra Franco Prusiana. En abril de 1942 publica en la Revista Militar un artículo titulado “Comandos de Montaña”.

Entre enero y marzo de 1943 publicó un trabajo sobre “La situación internacional argentina”. El 4 de junio de 1943, escribió junto al teniente coronel Miguel A. Montes escribió la proclama del golpe de Estado.

Después de iniciar su carrera política en octubre de 1943 escribió innumerables discursos, artículos, conferencias y libros. Tan sólo podemos citar algunos de sus libros. En 1944, por ejemplo, publicó una recopilación de sus discursos como secretario de Trabajo y Previsión con el título de “El pueblo quiere saber de qué se trata”. Más tarde, siendo presidente de la Nación publicó: “Conducción Política” y “La comunidad organizada”. Bajo el título de “Política y Estrategia”, publicó un conjunto de artículos aparecidos  durante su presidencia en el diario “Democracia”, que escribió empleando el seudónimo de “Descartes”. Después de su derrocamiento en 1955, mantuvo una frondosa correspondencia -que el mismo escribía en una máquina de escribir portátil marca Olivetti Lettera-, con diversas personalidades, como sus delegados personales: John W. Cooke y el mayor Alberte, y otros interlocutores. Además publicó “La realidad de un año de tiranía”,  La fuerza es el derecho de las bestias”, “Tres revoluciones”, “Latinoamérica: ahora o nunca”, “La hora de los pueblos”, etc.

EL GOLPE DE ESTADO DE 1930

Mientras Perón desarrollaba su pasión como escritor y cada día era más respetado dentro del Ejército corrían tiempos difíciles. El mundo comenzaba a entrar en la “Gran Depresión”. Un periodo de crisis económica que derribó gobiernos y permitió el acceso al poder a los movimientos fascistas. En Argentina, el gobierno radical del anciano caudillo Hipólito Irigoyen no se mostraba a la altura de las circunstancias.

Fue entonces cuando los militares comenzaron a conspirar. Dos grupos complotaban contra el gobierno radical. Los nacionalistas, encabezados por el Teniente General ® José Félix Uriburu (1868 – 1932). Un miembro de la élite tradicional, más político que militar. Participó de la Revolución del Parque. Edecán militar de su tío, el presidente José Evaristo Uriburu (1894 -1898); interrumpió su carrera militar para cumplir un mandato como diputado por la provincia de Salta por el Partido Unión Provincial de Salta. Pasó algunos años en Alemania antes y durante la Primera Guerra Mundial. Allí cultivó la amistad del Alto Mando Alemán y adquirió gran admiración por la organización y el sistema militar germano. Sus amigos y colegas alemanes le dieron el apodo afectuoso de “Von Pepe”.

Además del grupo de conspiradores encabezado por Uriburu, otros militares se disponían a derribar al presidente constitucional. Este sector agrupaba a militares de ideas liberales e incluso radicales del sector antipersonalista o antirigoyenista. El líder de este grupo era el general e ingeniero Agustín P. Justo. Un militar de vocación intelectual amante de la botánica y coleccionista de libros. A este sector se incorporó inicialmente el capitán Perón. Pero, como a último momento el general Justo desistió de encabezar el levantamiento, Perón se sumó a las fuerzas que comandadas por Uriburu protagonizaron el primer golpe de Estado exitoso de la Argentina.

De su participación efectiva en las acciones del 6 de septiembre de 1930, el propio Juan D. Perón escribió el relato que hemos mencionado a pedido del entonces teniente coronel Sarobe. Veamos los párrafos más destacados del mismo.

“En los últimos días del mes de junio de 1930, se presentó en mi despacho del Estado Mayor General del Ejército, donde servía yo, el mayor Ángel Solari, viejo y querido amigo mío. Los comentarios generales en esos días eran alrededor de los ascensos acordados por el P.E. y las innumerables enormidades que como función de gobierno, imponía en todas partes de la República. Ya se comentaba sin mesura alguna y se criticaba abiertamente los actos del gobierno depuesto el 6 de septiembre.”

“El mayor Solari conocía mis opiniones al respecto e indudablemente no entró con rodeos sino que se limitó a decirme: ‘Yo no aguanto más. Ha llegado el momento de hacer algo. El general Uriburu está con intenciones de organizar un movimiento armado’. Y me preguntó: ‘¿Vos no estás comprometido con nadie?’. “Absolutamente”, le contesté. ‘Entonces, contamos con vos”, me recalcó. ‘Sí’, le contesté, ‘pero es necesario saber antes qué se proponen’. Ante esta contestación mía, me dijo que esa misma noche nos reuniríamos con el general Uriburu”.

Después de la reunión con Uriburu la impresión de Perón sobre la preparación del golpe de Estado fue la siguiente:  […] “La reunión se había prolongado por espacio de cinco horas y siendo las tres de la mañana, salimos a la calle con el espíritu tranquilo, pero con profundos pensamientos sobre la cuestión. Yo pensaba que el general Uriburu era el hombre que siempre conocí, un perfecto caballero y hombre de bien, hasta conspirando. Veía en él a un hombre puro, bien inspirado y decidido a jugarse en la última etapa, la cara más brava de su vida. Pensé que era un hombre de los que necesitábamos, pero él solo no representaba toda la acción que colectivamente iríamos a realizar. Era necesario en mi concepto ver que los hombres más allegados a él fueran tan puros y decentes como él. Y confieso que en mis tribulaciones, llegué a convencerme de la necesidad de buscar a otros, pues los que estaban más junto a él, no llenaban las condiciones que yo atribuía necesarias a esos colaboradores.”

Sobre su participación directa en los acontecimientos golpistas del 6 de septiembre, Perón hace el siguiente relato: Primero menciona que concurrió junto con Teniente Coronel Descalzo a la Escuela Superior de Guerra y desde allí se trasladó al Regimiento de Granaderos a Caballo donde si bien fracasó en su intento de sublevar la totalidad del regimiento, logró sumar al levantamiento a dos escuadrones de Granaderos en camiones. También obtuvieron dos auto - ametralladora. Sarobe se hizo cargo de la conducción de uno y Perón del otro. Veamos el relato de las acciones que siguieron en las palabras del propio Perón:

“Yo me tomé uno de los autos blindados y me encontré con un suboficial que había sido aspirante de mi Compañía en la Escuela de Suboficiales. Le di orden de partir y salimos. Los dos escuadrones de Granaderos que estaban dentro del cuartel salieron en camiones. En el otro automóvil blindado iba el Tcnl. Descalzo. Escoltamos con los dos a los camiones en que conducíamos a los Oficiales y la tropa. El del Tcnl. adelante, el mío detrás de la columna. Puestos en marcha revisé la dotación de ametralladoras y munición, tenía cuatro ametralladoras y doce bandas completas.”

“El camión que iba a la cola de la columna empezó a ratear y marchaba despacio. Debido al intenso tráfico que había en la Avenida Alvear, y a la distancia que había tomado, se perdió de la columna; nuestro auto blindado, como consecuencia siguió su camino. Ordené entonces dirigirse a la Casa de Gobierno por el Paseo Colón.”

“Cuando llegamos a la Casa Rosada, flameaba en ésta un mantel, como bandera de parlamento. El pueblo que en esos momentos empezaba a reunirse, en enorme cantidad, estaba agolpado en las puertas del palacio. Como era de suponer hizo irrupción e invadió toda la casa en un instante a los gritos de ‘viva la Patria’, ‘muera el peludo’ …, ‘se acabó’, etc. Cuando llegaba mi automóvil blindado a la explanada de Rivadavia y 25 de Mayo en el balcón del primer piso había numerosos ciudadanos que tenían un busto de mármol blanco y que lo lanzaron a la calle donde se rompió en pedazos, uno de los cuales me entregó un ciudadano que me dijo ‘Tome mi Capitán, guárdelo de recuerdo, que mientras la patria tenga soldados como Ustedes no entra ningún peludo más a esta casa’. Yo lo guardé y lo tengo como recuerdo en mi poder”.

“Adivinaba los desmanes que ese populacho ensoberbecido estaría haciendo en el interior del palacio. Entré con tres soldados del automóvil blindado que estaban desarmados y entre los cuatro desalojamos lo más que pudimos a la gente. Puse guardia en todas las puertas con la misión de dejar salir pero no entrar.”

“Recuerdo un episodio gracioso que me ocurrió en una de las puertas. Un ciudadano salía gritando: “Viva la revolución” y llevaba una bandera argentina arrollada debajo de un brazo. Lo detuve en la puerta y le dije qué hacía. Me contestó: “llevó una bandera para los muchachos, mi Oficial”. Pero aquello no era solo una bandera según se podía apreciar. Se la quité y el hombre desapareció entre aquel maremagno de personas. Dentro de la bandera había una máquina de escribir.”

“En una de las escaleras me encontré con el Capitán Sauglas, que bajaba, me comunicó que en el despacho presidencial se encontraba el Doctor Martínez; que quería renunciar y no tenía a quien entregar la renuncia.”

“Salí de la casa y sentí ruido de los disparos de cañón en dirección al Congreso. Subí al auto blindado y ordené ‘Al Congreso’. En el viaje cargamos las ametralladoras y ocupamos cada uno su puesto. Por la Avenida de Mayo no se podía andar sino muy despacio, si no se quería atropellar a la gente que la cubría totalmente. Sin embargo llegamos a la plaza del Congreso lo más rápido que pudimos. Ya había cesado el fuego. Hice una pasada por frente al Congreso y en ese momento los cadetes entraban al palacio por las puertas del frente.”

“Busqué al general Uriburu por varias partes y me dijeron algunos que se había retirado herido, otros que se había marchado a la casa de Gobierno, en fin, las más variadas versiones. Sólo encontré al coronel Juan Pistarini, que estaba en la Plaza del Congreso. Lo subí al auto y lo llevé a la Casa de Gobierno. Una vez en ella, supe que ya había llegado el general Uriburu. Comprendí entonces que el peligro ya no estaba allí adentro, sino en la defensa de la casa. Hable con el Tcnl Descalzo que en ese momento llegaba con el otro automóvil y nos propusimos hacer guardia y dar la seguridad necesaria contra cualquier evento.”

Aunque Perón nunca lo mencionó en su relato sobre los sucesos del 6 de septiembre, existe una fotografía que lo muestra subido al estribo del automóvil que conducía al general Uriburu.

La participación de Perón en el golpe de Estado no le proporcionó ninguna ventaja personal. No obtuvo ni cargos políticos ni mejoras en su destino militar. Por el contrario, entre abril y mayo de 1931 fue trasladado a la frontera con Bolivia para participar de una comisión “reservada” demarcadora de límites entre Argentina, Bolivia y Paraguay. Aunque ascendió normalmente a mayor en diciembre de 1930.

El desplazamiento de Perón a una “comisión reservada” poco relevante en plena selva del chaco salteño,  una zona inhóspita en el norte del país fue parte de una puja entre militares nacionalistas y liberales. Es decir, entre partidarios de Uriburu y partidarios de Justo. Unas seis semanas después de la instalación del gobierno de Uriburu, se relevó al Tcnl Descalzo de su cargo de profesor en la Escuela Superior de Guerra y se lo destinó al remoto distrito militar de Formosa; y poco después Sarobe estaba a bordo de un barco, enviado como agregado militar a la Embajada de Japón. Además, media docena de coroneles y tenientes coroneles a quienes los uriburistas consideraban peligrosos para sus planes fueron destinados a cargos similares, que equivalían a una forma de exilio diplomático.

Los pases militares se publicaron en el boletín Militar, N° 8.607, del 14 de octubre de 1930, y el N° 8617, del 25 de octubre de 1930. Este último decreto también destinaba a los coroneles Ricardo Miró, Carlos Casanova, Guillermo Valotta, Florencio Campos, Avelino Álvarez, a los tenientes coroneles Pedro Pablo Ramírez, Juan Tonazzi, Armando Verdaguer y al mayor Ángel Solari a los cargos de agregados militares en los Estados Unidos, Brasil, Francia, Bélgica, Gran Bretaña, Italia, Uruguay, Paraguay y Chile, respectivamente. Casanova, Valotta y Campos se habían mantenido leales a Irigoyen en 1930; Tonazzi y Sarobe eran conocidos partidarios de Justo. Otro ejemplo de que las revoluciones devoran a sus hijos.

Mientras Perón deambula por la frontera norte del país, Uriburu se ve forzado a llamar a elecciones presidenciales. El nuevo presidente constitucional era nada más ni nada menos que su rival militar: el general Agustín P. Justo.

Proscripto el radicalismo una coalición de radicales antipersonalistas, conservadores y socialistas independientes encumbró al general – ingeniero en el sillón de Rivadavia. Los militares adictos a Justo recobraron su influencia de la mano del Ministro de Guerra, el prestigioso general Manuel A. Rodríguez.

A comienzos de 1932, Perón estaba de regreso en Buenos Aires, esta vez para desempeñarse como Ayudante de Campo del Ministro de Guerra. Al mismo tiempo cumple funciones como profesor de Historia Militar en la Escuela Superior de Guerra.

La carrera militar de Perón continuaba en ascenso. En 1935 se lo designa como Agregado Militar en la Embajada Argentina en Chile y el 31 de diciembre de 1936 fue ascendido a teniente coronel.

PERÓN EN EUROPA

Después de una exitosa gestión como agregado militar en Chile, aguardaba a Perón una dura prueba en Argentina. Por un lado, la enfermedad y muerte de su esposa, Aurelia Tizón. Sin duda debió ser un año de prueba para Perón. Es posible que este  hecho haya sido considerado por el ministro de Guerra Carlos T. Márquez cuando designó a Perón para una nueva misión en el extranjero. Esta vez el destino fue Italia.

Se ha especulado mucho sobre cuál fue la verdadera función que cumplió Perón en Europa. Oficialmente fue a capacitarse como instructor de tropas de montaña. En los últimos años de la década de 1930 era evidente para muchos que se avecinaba una nueva guerra en Europa. También estaba claro que el nuevo conflicto no se circunscribiría al Viejo Continente. Era natural que los altos mandos del Ejército Argentino mostrara interés por conocer con exactitud como se preparaban para la nueva contienda los militares europeos. Esto explica por qué, al estallar la Segunda Guerra Mundial, en septiembre de 1939, se encontraban en Europa tantos y tan talentosos oficiales del Ejército. Cumpliendo diversas misiones militares se encontraban en Europa los vice comodoros Pérez Aquino y Roberto Bonelli, los coroneles Sosa Molina, Bertollo, Solís, Cazalas, los tenientes coroneles Virginio Zucal, Enrique P. González, Campero, etc.

Recordemos que, siendo agregado militar en Chile, Perón había remitido a sus superiores en el ministerio de Guerra un extenso informe titulado: “Memorando al Estado Mayor General sobre política internacional”. Posiblemente, este informe haya influido en la decisión de enviarlo a recibir datos e informes de primera mano sobre la situación internacional que tan certeramente había descripto desde Chile.

Al mismo tiempo, en los ambientes estratégicos se consideraba que en la próxima contienda, las tropas especializadas, tales como los paracaidistas y las tropas de montaña estaban llamadas a desempeñar operaciones cada vez más importantes. Tal como efectivamente ocurrió.

Debido a que la Argentina poseía extensas fronteras en zona de montaña, los militares argentinos mostraron un especial interés por la creación de tropas especialmente instruidas para combatir en esos difíciles escenarios. En ese entonces, las tropas de montaña italianas –los célebres “Alpinos”- eran consideradas de las mejores del mundo. La decisión adoptada por el general Márquez era muy racional y lógica. Quién mejor para aprender de los Alpinos que un joven teniente coronel experto en esquí y alpinismo, quien además era profesor de estrategia e historia militar.

Cualquiera haya sido la auténtica razón por la cual se designó a Perón para cumplir una misión en Italia a comienzos de la Segunda Guerra Mundial. Lo cierto es que fue el hombre indicado en el lugar y en el momento indicado. Perón no desaprovechó esa oportunidad dorada para aprender cómo funcionaba el mundo.

En Europa, Perón no sólo pudo conocer cómo preparar soldados para luchar en las montañas. Fundamentalmente, conoció y apreció como se construía una alianza de gobierno entre una burguesía industrialista y sectores obreros con el Estado como árbitro. Como la lucha de clases podía morigerarse con una alianza de clases. Aprendió también sobre el empleo de la propaganda política: los actos de masas, el uso de la radio, la iconografía, los afiches y hasta el culto a la personalidad. Es indudable que el peronismo, entre 1946 y 1955, empleó una metodología para conquistar y mantener el poder directamente emparentada con la empleada por Benito Mussolini y el fascismo en Italia.

El mayor mérito de Perón no fue reconocer la importancia de esta metodología sino saberla traducir y adaptar a la mentalidad de los argentinos y a las propias características de su personalidad. Allí radica precisamente la genialidad de Perón.

El 17 de febrero de 1939, a tan sólo cuatro meses de la muerte de su esposa, Perón se embarcó en el buque Conte Grande rumbo a Italia. Al arribar a la península, el gobierno fascista lo designó como agregado al Comando de la División Alpina “Tridentina”, acantonada en Merano, provincia de Balzano, situada en pleno Tirol, cuyo comando ejercía el general Santolito. Perón intervino en los cursos de adiestramiento y en las maniobras que la División Tridentina efectuó en la zona del río Po. Cuando la División Tridentina fue desmovilizada pasó con igual cargo a la División de Infantería de Montaña “Pinerolo”. Durante seis meses se incorporó al Regimiento 14, en el Batallón “Ducca degli Abruzzi”, con residencia en Chietti, en los Abruzaos. Luego pasó a la “Scuola Centrale Militare d’Alpinismo d’Aosta”, en los alrededores de Ivrea, en la región del Piamonte.

Perón aprovecho su estadía para visitar la Europa en guerra. Viajó por Alemania, Francia, Hungría, Albania, España y Portugal. También visitó el Vaticano donde, junto a otros militares argentinos, fue recibido en audiencia privada por el papa Pío XII.

Para retornar a la Argentina, debido a que Italia se encontraba en guerra y los ingleses dominaban el mar, debió trasladarse primero a España y desde allí al neutral Portugal. Desde Lisboa embarcó en el buque de bandera portuguesa “Serpa Pinto” hasta Río de Janeiro y desde allí en un buque de bandera brasileña el “Brazil”. Concluido su periplo arribó a Buenos Aires, junto a otros oficiales argentinos destinados en Europa, el 8 de enero de 1941.

Inmediatamente, fue destinado al Centro de Instrucción de Montaña de Mendoza en calidad de oficial de Estado Mayor y “profesor técnico”.

El 16 de junio de 1941 es convocado a Buenos Aires para dictar una conferencia en la Academia del Estado Mayor General de Ejército, en presencia del Inspector General de Ejército. El tema de la conferencia fue “Observaciones recogidas en la Organización, Instrucción y Conducción de Tropas Alpinas”.

En los últimos meses de 1941 asume como jefe del Destacamento de Montaña de Mendoza. El 31 de diciembre de 1941 es ascendido a coronel. Ejercerá este comando muy poco tiempo debido a que el 18 de mayo de 1942 es trasladado a la Inspección de Tropas de Montaña, cuyo jefe era el general de brigada Edelmiro J. Farell. El asiento de la Inspección era el ministerio de Guerra en Buenos Aires.

El 30 de junio de 1942 es nombrado Director de Cursos Especiales de Alta Montaña e Invierno cuya fase práctica se desarrolla en la zona de Puente de Inca. Sin embargo, Perón permanece en Buenos Aires donde lo sorprenderán los hechos de junio de 1943.

Un año más tarde, al producirse el golpe de Estado del 4 de junio de 1943, concluye la vida militar de Perón y comienza su vida política. Pero esa es otra historia.     

PERÓN VISTO POR SUS CONTEMPORÁNEOS

Un testimonio curioso de la personalidad de Perón antes de que comenzara su vida como político nos lo brinda precisamente Marta Lonardi, quien lo conoció y trató en Chile en 1937. El testimonio de Marta Lonardi es particularmente interesante debido a no sólo es la hija del general Eduardo Lonardi, sino también es profesora de Historia e historiadora.

Sobre Perón dice la profesora Lonardi: “Allá por el año 1949, mi padre asistió a una reunión de altos mandos del Ejército convocada para escuchar una exposición del presidente Perón sobre su política social. A su regreso a casa, durante el almuerzo familiar, comentó con algún fastidio que Perón era el mismo de siempre, pues de la exposición pronunciada se podía inferir claramente que ‘su justicia social’ era un simple recurso para mantener y consolidar el poder y no un imperativo fundado en una elevada concepción de la vida y de la dignidad del hombre. Tan era de este modo –nos decía mi padre- que llegó a expresar que la política era el arte de combinar intereses, por eso le quitaba algo a los patrones y se lo daba a los ‘negros’ para tenerlos contentos. Mientras exponía estos conceptos en el momento oportuno, Perón hacía, entre muecas y sonrisas, guiñadas de ojo al mejor estilo de la viveza criolla.”

[…] “Uno de esos días de fugaz amistad, mi madre, le preguntó a Perón por qué no tomaba una muchacha que ayudara a María en los quehaceres domésticos y éste le contestó que prefería algunas incomodidades a tener ‘negras metidas en su casa’. La respuesta tan singular revelaba una especie de repulsa hacia los humildes y una escala de preferencias que no condice con las banderas que levantó al llegar al poder.”

“Recuerdo al Perón que conocí en Chile como un hombre refinado y culto, con verdadero encanto personal, imagen que fue tan fugaz como la amistad que apareció unirlo a mi padre. Habiéndolo conocido puedo explicarme bien la personalidad seductora y carismática que solía exhibir. Sin duda, era un personaje singular”.

Al respecto de la personalidad del coronel Juan Domingo Perón, uno de sus acérrimos opositores políticos, Bonifacio del Carril, -que por ese entonces mantenía con él un trato diario- nos brinda el siguiente perfil: “Tenía una memoria notable, especialmente para recordar hechos y circunstancias, y para reconocer a las personas, condición que le permitió en poco tiempo tratar y atraer a una gran cantidad de individuos en su carrera política, partiendo literalmente de cero. Poseía una gran facilidad de palabra, con una oratoria directa y efectiva, y cierto ingenio para inventar o utilizar chascarrillos, dichos y apodos populares. Decía que la mentira tenía patas cortas, pero no era demasiado respetuoso de la verdad e improvisaba sobre cualquier cosa, con o sin conocimiento de la causa. Se contradecía sin rubor. Era muy hábil a su manera para manejar el tono de sus conversaciones privadas y de sus discursos públicos, según el resultado que quería obtener. Envolvía al interlocutor, dándole la razón por anticipado para evitar discusiones, y luego recogía el argumento y le daba vuelta según su intención. El fin que justifica los medios era para él una norma habitual. Explicaba sus actitudes sosteniendo que le eran impuestas por razones ajenas a su voluntad. En esto era cínicamente inteligente. Decidió conquistar a las masas, comprendiendo claramente que la pretensión de hacerlo desde afuera era vana y que, en cambio, debía identificarse con ellas, si quería conducirlas. Lo hizo con gran habilidad, deliberada y conscientemente. En su prédica empleaba un recurso dialéctico primario: inventaba la existencia de un adversario o una idea contraria para tener a quien atacar y refutar como base de la argumentación que desarrollaba. Utilizó con este fin la figura del oligarca y después, la del contreras, palabra que inventó y define claramente esta peculiaridad. De esta manera dividió al país.”

“La política era para Perón la lucha por el poder, que sentía físicamente, pero no el poder formal de las instituciones constitucionales sino el poder real de los estamentos básicos de la estructura social: el ejército, las entidades profesionales, patronales y obreras, la jerarquía eclesiástica. Adueñado de la fuente del poder, el dominio de las instituciones formales resultaría una simple consecuencia. En materia electoral repetía que los que tienen más votos vencen siempre a los que tienen menos votos. Esta verdad de perogrullo, la necesidad de tener más votos, lo llevó a plantear la opción electoral en términos que trascendían el simple voto de clase de los gremios obreros. Planteó el caso en forma más amplia: el voto de los de abajo contra el de los de arriba, porque los que están abajo –obreros, empleados, pequeños comerciantes e industriales, profesionales- son siempre más numerosos que los que están arriba –capitalistas, empresarios, grandes comerciantes e industriales, banqueros-. En la democracia masiva el voto siempre es posicional. Perón nunca olvidó este punto de partida. Quería todo el poder, y no toleraba ninguna oposición, porque la oposición comportaba quitarle parte del poder. Hizo imposible para disuadirla y neutralizarla, y atraerla para anularla. El juego democrático de una mayoría gobernante y una minoría opositora era incompatible con su modo de pensar, sentir y actuar.”

“La primera tarea que tuvo que afrontar fue la aquiescencia y el consentimiento de sus colegas militares. Para ello inventó o utilizó el tan mencionado G.O.U. Perón sabía cómo conducir y manejar a sus compañeros de armas. Les hizo creer que todos eran iguales, pares en el G.O.U.” Se transformó en jefe del G.O.U. del ejército y del gobierno...”

Este es el hombre que en 1943 se transformó en viceministro de Guerra del gobierno del segundo gobierno de facto que soportó la Argentina comenzando una carrera política de treinta años donde conoció el poder y el exilio.


lunes, 29 de junio de 2020

EL CAMPO ARGENTINO EN ESTADO DE ALERTA



Los intentos de expropiaciones de explotaciones y los ataques a establecimientos rurales con destrucción de silo-bolsas y carneo de animales amenazan a la principal industria exportadora de Argentina.

El agro argentino es un complejo y sofisticado sector productivo, que empleando tecnología innovadora produce anualmente alimentos para cubrir las necesidades básicas de cuatrocientos millones de personas.

Además, es el único sector productivo que no fue afectado por la recesión provocada por las desastrosas políticas aplicadas por los gobiernos de las últimas dos décadas, por no ir más atrás.

Ni siquiera la parálisis de la economía provocada por el aislamiento social y el cese de actividades impuesto por la pandemia del coronavirus ha interrumpido el funcionamiento de esta verdadera “locomotora” económica que es el campo argentino.

Porque, pese a quién le pese, al menos desde el siglo XVII la Argentina -o sus predecesores: el Virreinato del Río de la Plata y las Provincias Unidas del Río de la Plata- ha sido esencialmente un país agroexportadores.

Son precisamente las “retenciones” a las exportaciones agrícolas, que desde el 2002 expolian al campo argentino, la fuente de recursos que permiten las dispendiosas políticas sociales que el kirchnerismo implementa para premiar a los sectores más carenciados de la sociedad. Precisamente, donde reside la base electoral que ha permitido al kirchnerismo gobernar al país trece de los últimos veinte años.

Ahora, esta fuente de divisas se ve amenazada tanto por los intentos de expropiación de algunos complejos agroalimentarios endeudados, como Vicentín, Sancor, etc., como por la voracidad fiscal sin límite que crea un impuesto tras otro, como por crecientes hechos delictivos que afectan a la propiedad y amenazan la subsistencia de los esforzados productores.

Grupos organizados vandalizan cada vez con mayor frecuencia los establecimientos agrícolas. Desde diciembre pasado hasta hoy, han sido dañados 57 silo bolsas, que almacenaban doscientas toneladas cada una, haciendo un total de 11.400 toneladas de cereal dañado y una pérdida montaria de 627.000 dólares para los productores. 

No sólo cortaron los silos bolsas -cada uno de ellos cuesta U$S 400 dólares estadounidenses- y dispersaron su contenido sino que rociaron los granos con venenos agrícolas para que el productor no los pudiera aprovechar ni para alimentar ganado o revenderlos.

Los ataques a los silo-bolsas son un daño alevoso e intencional que tiene ningún otro propósito que el político.

Con su ataque el saboteador no obtiene ningún beneficio económico. Por el contrario, es una actividad costosa y riesgosa. El saboteador debe en algunos casos trasladarse varios kilómetros a altas horas de la noche, exponerse a ser detenido por las autoridades o ser reprimido por el productos si lo sorprende in fraganti.

Entonces, cabe preguntarse: ¿Por qué lo hace o quién le paga para hacerlo?

Indudablemente, si el único móvil de estos ataques es político. ¿Qué partido o sector ideológico puede estar interesado en perjudicar a los productores rurales?

La respuesta es sencilla. Si hablamos de un partido político el único es el kirchnerismo -no el peronismo- y si pensamos en un sector ideológico debemos fijarnos en la izquierda radicalizada.

Recordemos, que para la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner la soja es solo “un yuyo” y que desde el “Instituto Patria” se impulsa la reforma agraria para colectivizar el campo y se propician las ocupaciones de tierras.

Precisamente, un dirigente cercano a Vicepresidenta, el abogado Juan Grabois, líder de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, una agrupación integrante del oficialista Frente de Todos dijo, el pasado seis de marzo: “El 1% de parásitos que viven de la renta extraordinaria de la tierra que es de todos, que tienen unas propiedades de extensiones faraónicas únicamente como producto de una serie de genocidios y latrocinios de la historia argentina y que son un elemento de atraso y de dependencia para nuestro país, que si no barremos definitivamente nunca vamos a poder tener niveles de dignidad adecuados para una vida normal.”

Por el momento, no existen pruebas concretas de quién esta detrás de estos ataques al campo pero lo cierto es que ningún integrante del gobierno nacional ni el presidente ni ninguno de sus ministros han condenado públicamente estos hechos de vandalismo que son cada vez más frecuentes y que se muestran en los noticieros de la televisión, en la radio y en las tapas de los diarios de circulación nacional.

No obstante, el gobierno del Frente de Todos se obstina en ignorarlos. Ni el hiperactivo ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, que adora concurrir a todo lugar donde están las cámaras de la televisión, se ha hecho presente en alguno de los establecimientos agrícolas atacados o se ha reunido con los productores afectados.

Reiteramos, no sabemos quien está detrás de estos actos de sabotaje, pero como se dice en el campo: si un animal camina como un pato, tiene pico y patas de pato y defeca como un pato, probablemente se trate de un pato…

  

sábado, 27 de junio de 2020

UN GOBIERNO SIN IDEAS NI PLANES FRENTE A LA CRISIS



El país se encuentra en la encrucijada, por un lado lo acecha la pandemia y por el otro la economía, asfixiada por la deuda externa, se hunde en la mayor recesión de su historia, sin que el gobierno del Frente de Todos encuentre la luz al final del túnel.

LA EMERGENCIA SANITARIA

El gobierno argentino se encontró frente a la pandemia con el 40% de la población por debajo de la línea de la pobreza, con un sistema sanitario muy precario, con escasas camas de terapia intensiva (al punto tal que cada año en temporada invernal el sistema se saturaba con los enfermos de gripe común que derivaban en neumonía u otras patologías graves), sin trajes aislantes para el personal sanitario o de seguridad, con instalaciones precarias y escaso personal médico especializado en este tipo de terapia. En el momento inicial aún escaseaban los insumos básicos, no solo para el tratamiento médico sino también para la prevención primaria de la población. Era difícil adquirir barbijos, guantes quirúrgicos, batas para enfermos y trabajadores de la salud, alcohol en gel y sustancias desinfectantes. Únicamente se los conseguía en poca cantidad, casi de favor y con precios muy superiores a los que tenían antes de la pandemia.

Frente a la crisis que se avecinaba el gobierno no tenía muchas alternativas y posiblemente eligió la mejor de ellas. Recurrió a aplicar, a partir del 20 de marzo, una cerrada cuarentena o “aislamiento social” para reducir el ritmo de los contagios mientras que aceleradamente se adoptaban medidas para superar las carencias sanitarias existentes, es decir, se adaptaron instalaciones edilicias, se fabricaron los insumos faltantes o se importaron los reactivos y equipos que no podían fabricarse en el país.

El problema fue que no todos los gobiernos provinciales o municipales aprovecharon el tiempo y los escasos recursos existentes con diligencia y eficacia. En algunos casos se perdió tiempo con medidas superficiales, en gran medida propagandísticas, improvisaciones y hasta con hechos de corrupción. A los pocos días, el presidente debió despedir a quince funcionarios del ministerio de Desarrollo por comprar alimentos con abultados sobre precios. Los alimentos estaban destinados a ser distribuidos entre la población más carenciada y necesitada.

Después de cien días de sacrificios, cuando los contagios comenzaron a acelerarse, la población comenzó a percibir que el gobierno había desaprovechado el tiempo o no había acertado en la estrategia para enfrentar con eficacia la pandemia, al economía estaba seriamente afectada y la gente sufría los efectos combinados de la parálisis económica y el encierro domiciliario.

La población comenzó a hacerse la idea de que el gobierno se aferraba a la cuarentena y no contaba con planes alternativos para hacer frente a la pandemia ni para encauzar la economía.

LA CRISIS ECONÓMICA

El gobierno argentino niega toda responsabilidad en la grave crisis económica que vive el país adjudicando la culpa a la herencia del gobierno de Mauricio Macri y a los efectos de la pandemia. Pero los números indican otra cosa y la gente lo sabe.

Tras siete meses de negociaciones y gestiones de todo tipo el ministro de Economía Martín Guzmán ha sido incapaz de llegar a un acuerdo con los bonistas y los organismos internacionales tenedores de la deuda pública de Argentina por lo cual, aunque el gobierno insiste en negarlo, el país se encuentra virtualmente en default.

Argentina es hoy un país en default, endeudado, sin crédito internacional, que no recibe ningún tipo de inversiones productivas y donde el déficit fiscal es infinito, existe una brecha cambiaria enorme. El “dólar oficial” cotiza a 70,16 pesos, pero los argentinos solo pueden adquirir U$S 200 por mes, para adquirir montos superiores deben recurrir al mercado paralelo e ilegal. Allí el denominado “dólar blue”, cotiza a 129 pesos. En la práctica, la emisión monetaria es lo único que mantiene en funcionamiento la economía.

La maquinaria de la Casa de la Moneda funciona sin interrupción las 24 horas del día en tres turnos. La necesidad de billetes es tan abrumadora que el gobierno kirchnerista se dispone a lanzar un billete de $5.000 superando al billete de mayor denominación de la actualidad que es de $1.000 pesos.

El 23 de junio, el Indec, a cargo de las estadísticas oficiales del país, anunció que entre enero y marzo de 2020 el Producto Interno Bruto se contrajo 5,4% respecto al mismo período del año pasado y una disminución de 4,8% en comparación con el trimestre anterior.

Esta caída del PBI no puede adjudicarse únicamente al cese de actividades provocado por el aislamiento social porque este recién comenzó a regir el 20 de marzo. Es decir, que afectó tan sólo a 11 de los 91 días del total evaluado.

Mientras que organismos internacionales, como el FMI, el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), estiman la caída del PBI a lo largo de todo el 2020 será de aproximadamente el 10% con respecto al que registraba en 2016. Más pesimista aún, Susan Segal, la Chairman del Council of the Americas, da un descenso del 14% y los economistas argentinos aventuraron incluso una reducción próxima al 20%.
Esos mismos economistas estiman que unos cien mil negocios y empresas cerraran definitivamente sus puertas, en 2020, en Argentina. En los últimos sesenta días los bancos rechazaron ataques sin fondo por un total de 58.000 millones de pesos

La caída de la actividad económica (desde el inicio de la cuarentena la construcción se desplomó 75%, la industria el 33% y la compraventa de inmuebles en la provincia de Buenos Aires descendió un 94,7%), las restricciones al comercio y a la circulación de personas impactaron directamente sobre el índice de desempleo.

También según el Indec, el desempleo en el país que se ubicara en 8.9% en el último trimestre de 2019, hacia el fin del mandato de Mauricio Macri, durante los primeros tres meses de este año se situó en 10,4%. Respecto al mismo período del año pasado, durante el trimestre el desempleo aumentó un 0,3%.

De esta manera, la desocupación en el país afecta a casi 1,4 millones de personas. Es la peor cifra para este período desde el primer trimestre del año 2006. Los datos oficiales detallan que entre enero y marzo la tasa de actividad se ubicó en 47,1% y la tasa de empleo en el 42,7% de la población económicamente activa.

Según el economista Martín Ghidini, gerente general de la consultora de recursos humanos Ghidini-Rodil, probablemente el año 2020 termine con la tasa de desocupación más alta de por lo menos los últimos quince años. Cabe recordar que desde la crisis de 2001 ningún gobierno aplicó políticas de creación de trabajo genuino de calidad capaz de acompañar el crecimiento vegetativo y la prolongación de la vida laboral activa de la población.

Frente a esta grave situación, el profesor adjunto interino de la Facultad de Derecho de UBA que ocupa la presidencia ha demostrado una total carencia de ideas. En sus últimas apariciones públicas exhibió aspecto de fatigado, cada vez con ojeras más profundas, tono enfadado y cierto grado de autismo. Su única respuesta ha consistido en endurecer la cuarentena frente a la expansión de los contagios y las muertes, sin instrumentar medidas concretas para salvar lo poco que queda de actividad económica aliviando la situación de las empresas y las personas a las que la pandemia deja absolutamente sin ningún tipo de ingreso.

Parecía que la única que tiene algún tipo de plan y trabaja incasablemente para concretarlo es la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner que, además de impulsar una economía estatista y dirigista, emplea todos los medios a su alcance para que el Estado se apropie de las grandes empresas agroalimentarias endeudadas (Vicentín SAIC, Sancor, etc.) e intervenga directamente en el comercio internacional de granos, carnes y derivados.
Su objetivo parece orientado a controlar los resortes financieros y productivos necesarios para garantizar que los principales socios comerciales e inversores de Argentina sean China, Rusia, Cuba y Venezuela.

Mientras tanto, el país se balance al borde del abismo siempre dispuesto a dar un gran paso al frente.  


martes, 23 de junio de 2020

PESE A LA PANDEMIA EL MALESTAR SOCIAL EN ARGELIA NO CESAN



Las movilizaciones callejeras que demandan mayor democratización y transparencia en Argelia han resurgido pese a la desmedida represión del gobierno y los riesgos de la actual pandemia del coronavirus Covid 19.

ARGELIA DESPUÉS DEL DECENIO NEGRO
En las últimas décadas, a la República Argelina Democrática y Popular le ha costado encontrar el rumbo para lograr un crecimiento económico sostenido que permita satisfacer los justos reclamos de bienestar y progreso de su pueblo.
Argelia perdió la década de años noventa. El llamado “Decenio Negro” (1992 – 2001), transcurrió en medio de una cruenta guerra civil que enfrentó a los militares con los grupos religiosos ultra radicalizados.
El saldo de años de violencia fratricida fueron múltiples violaciones a los derechos humanos y la instauración de un régimen de gobierno opaco donde la democracia es tutelada por las fuerzas armadas.
Durante las siguientes dos décadas, el presidente Abdelaziz Bouteflika arbitró entre las distintas facciones que detentaban el poder real y los negocios desde los tiempos de la independencia, en 1963.
El país derivo rápidamente hacia una economía extractiva y planificada basada en la exportación de sus grandes recursos naturales: esencialmente petróleo y gas que suministran el 93% de los ingresos en divisas y más del 60% de la recaudación fiscal del Estado.
La naturaleza dictatorial, corrupta y represiva del régimen argelino hizo que el país resultara poco atractivo para atraer inversiones productivas de capital extranjero. Solo los proyectos vinculados con el sector de los hidrocarburos alcanzaban algún tipo de concreción.
Para mantener la cohesión interna y tender un manto de olvido a las horrendas violaciones de los derechos humanos cometidas para eliminar a los grupos yihadistas, los militares argelinos alimentaron en la población la rivalidad geopolítica con su vecino magrebí, con quien comparte 1.700 kilómetros de fronteras terrestres cerradas desde 2005: el Reino de Marruecos.
El conflicto artificial sobre el Sáhara marroquí sirvió para ese propósito. Argel volcó todo su apoyo diplomático y militar al Frente Polisario, un grupo separatista satélite cuya existencia depende por entero de Argelia.
La rivalidad con Marruecos llevó a Argelia a una absurda carrera armamentista que convirtió al país en el mayor comprador de armas del continente africano y el quinto mayor importador de armas del mundo.
En esta forma el petróleo y gas argelino que debían servir para la construcción de infraestructuras que permitieran dotar a la población de autopistas, rutas, agua potable, servicios sanitarios y educativos, etc. eran invertidos en armamentos que finalmente solo servían para ser mostrados en los desfiles.
Mientras tanto, una parte de la población -la clase media mejor educada y capacitada laboralmente- clamaba contra la corrupción que lleva décadas desangrando el tejido social de la república populista magrebí y por mejores trabajos. El estancamiento del país fuerza continuamente a este sector social a la emigración para buscar en la Unión Europea las oportunidades laborales y de prosperidad que se le niegan en su país.
La situación comenzó a agravarse a partir del 2013. Un accidente cerebro vascular confinó a Bouteflika en una silla de ruedas casi sin poder hablar. Durante años, el régimen se mostró incapaz de encontrar un sucesor aceptable para todas las facciones y prorrogaron casi de hecho su mandato haciendo que triunfara por cuarta vez, en las elecciones presidenciales de 2014, sin aparecer nunca en un acto público ni pronunciar un discurso.
El cuarto mandato de Bouteflika, con un presidente totalmente incapacitado, acentuó marcadamente la decadencia del país.
Las depuraciones de funcionarios en la cúpula del poder se hicieron frecuentes. Al mismo tiempo, los precios de los hidrocarburos comenzaron a descender marcadamente obligando al país a consumir sus reservas en divisas.
La carencia de un presidente activo que pudiera asistir a las cumbres internacionales, visitar otros países y relacionarse con sus colegas jefes de Estado resintieron el margen de maniobra de la diplomacia argelina.
Mientras tanto, la crisis económica y la inestabilidad política en la cúpula del poder acentuaron el malestar de la población forzando a los militares a incrementar los controles y las acciones represivas.
EL HIRAK
En 2019, los militares, indiferentes al malestar de la población, pretendieron continuar con la farsa de un país gobernado por un presidente octogenario recluido en una silla de ruedas haciendo que Bouteflika anunciara su postulación para un quinto mandato presidencial consecutivo.
El intento de continuismo eterno del régimen colmó la paciencia de los estudiantes y profesionales que se levantaron en una serie interminable de pacíficas manifestaciones callejeras que pronto sumaron a otros sectores. Había nacido el “Hirak asha’abi”, un conjunto de manifestaciones transversales pacíficas y multitudinarias que se produjeron ininterrumpidamente todos los martes y viernes, desde el 16 de febrero de 2019. Los martes protestaban los profesionales y estudiantes y los viernes salía el resto del pueblo, obligando a los militares a cambiar de rumbo.
El Hirak es una forma de organización social que ha sabido evitar expresamente la instrumentalización por parte de los islamistas (abucheados y apartados de las concentraciones ciudadanas en los pocos lugares donde se han visibilizado) o de los poderes extranjeros, a los que se ha exhortado en múltiples pancartas a mantenerse al margen.
El presidente Abdelaziz Bouteflika fue destituido y después de un aplazamiento se realizó la elección presidencial en la que solo se autorizaron a competir a seis candidatos. Todos ellos ex ministros del presidente derrocado y por tanto confiables para las fuerzas armadas.
La presidencia terminó en manos del jurista Abdelmadjid Tebboune como delegado de los militares, auténticos dueños del poder en Argelia. Tebboune asumió el 12 de diciembre de 2019 y, como acto de clemencia perdonó a cinco mil presos que estaban en las cárceles argelinas, pero no incluyó a ninguno de los activistas del Hirak entre los liberados.
Entre los detenidos más conocidos del Hirak, un movimiento que afirma no tener líderes, se encuentran los periodistas Khaled Drareni, corresponsal de Reporteros sin Fronteras en Argelia, Sofiane Merkchi y Belkacim Djir.
Los periodistas argelinos suelen ser frecuentemente uno de los blancos preferidos de los militares que los hacen víctimas de la aplicación abusiva del código penal, que se utiliza sistemáticamente contra toda información crítica que pueda tener lugar en el país.
Sin embargo, las prácticas represivas de la justicia son contrarias a la Constitución argelina y a los compromisos suscriptos por Argelia, en concreto, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Argelia ocupa el puesto 129 entre los 180 países que conforman la actual “Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa” elaborada anualmente por Reporteros Sin Fronteras.
Otros disidentes encarcelados fueron el académico Abdelouahab Fersaoui, presidente de Rassemblement Actions Jeunesse y el activista Karim Tabbou, quien sufrió en la cárcel de un accidente cerebro arterial, y aún permanece detenido.
El reemplazo del presidente por otra figura del régimen no trajo calma al país. Un sector de la población no se dejó engañar por el cambio de personajes y comenzó a demandar una real democratización y renovación de los elencos gubernamentales. El Hirak, que nunca se detuvo, se reactivó haciéndose nuevamente masivo.
Sólo la pandemia del coronavirus Covid 19 detuvo momentáneamente las protestas callejeras.
No obstante, el gobierno de Tebboune se mostró incapaz de atender debidamente la emergencia. A mediados de 2020, el derrumbe total de los precios de los hidrocarburos y la interrupción de los flujos turísticos impactaron muy fuerte sobre la vacilante economía argelina mientras el país se convertía en la tercera nación con mayor cantidad de infectados y muertos en el continente africano.
RENACEN LAS PROTESTAS
En este complicado escenario, en la ciudad de Tinzauatin, provincia de Tamanraseet, en el extremo sur de Argelia, se produjeron protestas ciudadanas que fueron duramente reprimidas dejando un saldo de varias víctimas entre los manifestantes.
El problema parece haber surgido por la ambición desmedida de las mafias policiales que controlan el comercio de agua potable en esa empobrecida región sahariana donde el litro de agua vale 1,5 dinares argelinos.
Para incrementar su negocio, la policía estableció un “muro de seguridad” -realidad, tan solo una barrera de alambradas supuestamente implantadas para impedir la entrada de contrabandistas de combustible y traficantes de drogas- separando a la ciudad del río -wadi- que las abastece de agua.
Los vecinos demandaron al Wadi en Tamanrasset la apertura de puertas en el muro para acceder al agua y permisos para que los pastores pudieran llegar al río con sus animales en ciertos horarios. Pero las autoridades ignoraron sus reclamos.
Fue entonces cuando decenas de personas de la población local se rebelaron y marcharon a romper las alambradas. La policía y el ejército los repelieron empleando armas de fuego provocando un muerto y varios heridos. Inmediatamente el Ejército argelino negó haber empleado munición letal contra los manifestantes.
Tinzauatin, es una pequeña y miserable localidad que no figura en los mapas y donde no hay ni periodistas ni observadores internacionales. Sin embargo, la violencia que el gobierno ha desatado en ese remoto paraje amenaza con incendiar todo el sur de Argelia, aún en medio de la pandemia.
El viernes 19 de junio, cuatro días después de los incidentes en Tinzauatin, el movimiento ciudadano Hirak regresó a las calles argelinas. Cientos de personas se manifestaron en distintas ciudades del país norafricano para pedir la caída del actual régimen y el cese de la intervención del Ejército en las cuestiones políticas.
Las limitaciones decretadas por las autoridades, debido a la pandemia del Covid 19,  siguen vigentes en la nación africana, pero cientos de jóvenes desafiaron el confinamiento y la reclusión domiciliaria decretada para manifestarse, principalmente en la región septentrional de la Cabilia, una zona montañosa de mayoría bereber y con una larga historia de rebeliones contra el poder central.
REPERCUSIONES INTERNACIONALES
Si bien, el mundo se encuentra en una fase de gran convulsión, debido a la pandemia, las rivalidades geopolíticas y guerras comerciales de gran amplitud que permitieron, hasta el momento, que las movilizaciones en Argelia pasaran en gran medida inadvertidas. Pero esto está cambiando en parte debido a las violaciones a los derechos humanos llevadas a cabo por las autoridades argelinas.
Siete eurodiputados denunciaron las fragantes violaciones a los derechos humanos y la persecución a la prensa independiente en Argelia y solicitaron a la Unión Europea que de curso a la pendiente resolución del Parlamente Europeo de noviembre de 2019 sobre la situación de las libertades en Argelia.
Dicha resolución “condena enérgicamente el arresto arbitrario e ilegal, la detención, la intimidación y los ataques contra periodistas, sindicalistas, abogados, estudiantes, defensores de los derechos humanos y activistas de la sociedad civil, así como todos los manifestantes pacíficos que participan en las manifestaciones pacíficas del Hirak”.
Los eurodiputados Hannah Neumann de Alemania, María Arena de Bélgica, Tinek Strik de Holanda, Heidi Hautala de Finlandia y, Raphël Glucksman, Bernard Guetta y Salima Yenbou de Francia recuerdan, al mismo tiempo, que dentro de los compromisos  internacionales de la Unión Europea con el país norafricano hay un capítulo sobre los derechos humanos, que se debe aplicar.
Las protestas del Hirak también están complicando las relaciones diplomáticas bilaterales de Argelia. En Mayo pasado, la proyección por France 5, del documental: “Argelia, mi amor”, donde cinco jóvenes argelinos -un ingeniero, un estudiante, un abogado, una técnica de cine y una psiquiatra”, relatan su experiencia como activistas de las protestas, fue criticada, pero también alabada por decenas de televidentes en Argelia.
El gobierno de Tebboune reaccionó llamando a su embajador en Paris para consultas.
CONCLUSIONES
Las demandas de la sociedad argelina de mayores libertades democráticas, renovación de dirigentes y eliminación de los altos niveles de corrupción no de detienen ni por la represión, la crisis económica o la pandemia de coronavirus Covid 19.
El mundo ha comenzado a revisar la tolerancia con que ha permitido las frecuentes violaciones a los derechos humanos llevadas a cabo por los militares argelinos.
La prolongación de las protestas y de la represión estatal esta erosionando aceleradamente la imagen internacional de Argelia y en especial su influencia sobre otros países africanos.