domingo, 26 de marzo de 2023

Javier Milei y la ambulancia


 


Un economista liberal, Javier Milei, es la sorpresa en las elecciones presidenciales de Argentina de este año.

Hay momentos en que la realidad se hace inocultable, se sobrepone a toda manipulación y ocultamiento y debe ser reconocida, asumida y aceptada, aun por los más reacios.

Esto es lo que ocurre con la candidatura presidencial del economista liberal Javier Milei tanto tiempo ignorado y hasta ridiculizada en los medios de comunicación argentinos.

Milei es un outsider que en tan sólo dos años pasó de “opinólogo” en los plató televisivos a convertirse en una opción electoral seria en las elecciones presidenciales argentinas de octubre de 2023.

Una encuesta preelectoral reciente asigna una intención de voto al espacio centrista Juntos por el Cambio (JxC) del 33%, luego sitúa a “La Libertad Avanza” (LA) de Javier Milei con el 26%; relegando al kirchnerista Frente de Todos (FdT) a un insólito tercer lugar, con tan solo el 22% de los votos.

La distancia entre Milei y los kirchneristas incluso puede aumentar en la medida en que el economista sea percibido como una real opción de llegar al gobierno y el descalabro económico, el desgobierno y las pujas de poder internas, continúen erosionando el menguante poder electoral del oficialismo.

Javier Milei se lanzó como candidato electoral, en abril de 2022, muchos observadores, como el gurú electoral ecuatoriano Jaime Durán Barba consideraron prematuro ese lanzamiento y aseguraron que con el correr de los meses la excesiva exposición en los medios y la necesidad de tomar posición continuamente sobre distintos temas (la inseguridad, la portación de armas por parte de la población, el derecho a vender órganos, etc.) desgastarían su apoyo electoral. Tal como me dijo en una conversación el excandidato presidencial nacionalista Juan José Gómez Centurión.

Hoy, las encuestas reflejan que esas agoreras opiniones eran infundadas. Por el contrario, Javier Milei se ha beneficiado de ser el único candidato de su espacio, mientras que, a noventa días del cierre definitivo de listas, ni JxC, ni el FdT, ni ningún otro espacio político importante tienen definidos quiénes serán sus precandidatos a presidentes.

En los dos espacios políticos mayoritarios, la falta de definición de Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner sobre su decisión de ser candidatos o no, ha demorado la estructuración de las alianzas internas y el inicio de la campaña electoral.

Por el momento, en JxC sobran candidatos. Han hecho declaración en este sentido el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, la presidenta del partido PRO, Patricia Bullrich, la exgobernadora bonaerense y actual diputada María Eugenia Vidal, el gobernador radical de la provincia de Jujuy, Gerardo Morales y el exsenador peronista Miguel Ángel Pichetto.

Tampoco se han definido quiénes serán candidatos de JxC en distritos claves, donde abundan los candidatos, como la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En el FdT la situación es aún peor. El 22% de intención de voto que registran las encuestas es sobre la base de una hipotética candidatura de Cristina Kirchner. Pero, si Cristina finalmente decidiera no ser nuevamente candidata a presidente, para no perder y resultar tercera en la elección. Cualquiera de los distintos precandidatos posibles: el presidente Alberto Fernández, el ministro de Economía Sergio Massa, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro, el embajador en Brasil y excandidato presidencial en 2015, Daniel “Pichichi” Scioli, el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich o cualquier otro postulante similar, no alcanza una intención de voto del 10%.

¿De dónde provienen los votos de Milei?

Por ser un fenómeno político tan reciente, resulta evidente que hasta hace muy poco no tenía un electorado cautivo propio, sino que ha recogido adhesiones en los últimos tiempos. Entonces es válido preguntarse de donde provienen sus votantes, a quién se está sacando votos Milei.

En un interesante artículo publicado en el diario Clarín, el sábado 25 de marzo, el periodista Jorge Lanata afirma que entre los votantes del economista liberal abundan quienes, en la crisis del 2001, reclamaban golpeando sus cacerolas: “que se vayan todos”.

Aprovechamos para señalar a Jorge que los “Koljoses” de la época soviética eran granjas colectivas, donde no se practicaba nada parecido a la democracia directa. Para hacer referencia a una asamblea popular debería haber empleado la tan mentada palabra rusa de “soviet” (que significa algo así como asamblea comunal o cuerpo de delegados, según los casos). Solo para aclarar.

Volviendo al origen de los votantes de Milei. Según las encuestas el grueso de sus seguidores pertenece al rango etário de entre los 16 y 30 años. Es decir, que, en 2001, o bien no habían nacido o tenían muy corta edad para sumarse al “que se vayan todos”.

Lo cierto es que Milei recibe votantes tanto del FdT, como de JxC. Muchos votantes argentinos, que en su momento apoyaron a Cristina Kirchner o a Mauricio Macri solo para verse frustrado por su gestión de gobierno hoy, no están dispuestos a repetir esa experiencia y cifran sus esperanzas en la propuesta de Milei

La propuesta de gobierno de Javier Milei consiste en implementar una economía liberal, competitiva y abierta al mundo, con un Estado reducido al mínimo y con competencia exclusiva en ciertos campos: educación, salud, defensa nacional y seguridad. Promete también una drástica reducción de impuestos.

El electorado parece inclinarse por los candidatos que pretenden realizar un muy brusco cambio de las condiciones estructurales que llevaron al país a la actual crisis.

Desconfían de un Estado ineficaz en todos los campos y con una voracidad fiscal desmedida. Esperan una supresión del déficit fiscal, aunque para ello deba reducirse al mínimo del gasto social y los subsidios a la pobreza (que cobran un millón y medio de argentinos). Parecen convencidos que los planes sociales hacen que muchos trabajadores desocupados dejen de buscar trabajo o que cobren planes sociales y al mismo tiempo trabajen en el mercado informal.

El 45% de la economía argentina es informal, al punto tal que en cualquier comercio o restaurante se ofrece un descuento del 10% si se paga en efectivo y no se exige comprobante de la compra.

Quieren terminar con el Estado empresario que creó el peronismo a mediados del siglo pasado y que hoy está lleno de empresas estatales ineficientes que agotan los recursos del erario y deberían ser privatizadas. Parecen dispuestos a aceptar una reforma laboral que haga más competitivas a las empresas argentinas, la eliminación de los subsidios al transporte, la energía, etc. e incluso un incremento de la edad jubilatoria a cambio de que los haberes jubilatorios sean dignos. La jubilación mínima actual en Argentina es de $58.000 pesos (unos U$S 150.- al cambio del dólar paralelo, “blue” o ilegal, el único disponible para el ciudadano común).

Los votantes también demandan acciones concretas contra la delincuencia. Esperan que la justicia imponga sanciones más duras a los criminales y que se termine el continuo chantaje de las organizaciones piqueteras con cortes de rutas y calles. Es decir, ansían orden y seguridad.

Podría decirse que la sociedad argentina, que en los años de esplendor del kirchnerismo (2003 a 2008) giro hacia la izquierda populista y retórica de “los pibes para la liberación”, actualmente se encuentra desencantada de la corrupción endémica y de la ineficacia de los Kirchner y está transitando hacia la derecha liberal.

Milei promete realizar todas estas reformas que demanda un sector de la sociedad sin tomar en consideración los costos políticos que las mismas generen.

El economista es liberal en lo económico y conservador en lo social. Desprecia profundamente todo lo que se considera “políticamente correcto”. Es militante “provida” y antiaborto.

Se rodea de mujeres, incluso su principal asesora es su hermana Karina Milei, pero está en contra de la ideología de género y del lenguaje inclusivo. Pero, como buen liberal no discrimina al conglomerado LGTBIQ+.

Defiende el derecho de las personas a poseer y portar armas de fuego. Por otra parte, es un gran amante de los animales, soltero, convive en su casa con cuatro grandes perros bullmastiff.

Anticomunista declarado, Javier Milei es también antisocialista, ha enfrentado en los medios incluso a algunos dirigentes de JxC (en especial al jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y a algunos dirigentes de la Unión Cívica Radical que integran JxC) a quienes acusa de “zuredos” por la suba de impuestos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

No reivindica a la dictadura militar de 1976 – 1983, pero una de sus cercanas colaboradoras es la diputada Victoria Villaroel creadora del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas, entidad que reivindica lo actuado por los hombres de las fuerzas armadas y de seguridad que combatieron a las guerrillas marxistas de Montoneros y el Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del Pueblo, en la década de los años setenta.

Milei también incorporó a su partido al diputado provincial tucumano Ricardo Bussi, hijo del general Antonio Bussi, un notorio miembro de la dictadura militar, que luego durante los años de la democracia fue electo como diputado nacional, convencional constituyente, gobernador de la provincia de Tucumán, para posteriormente ser condenado durante los años de gobierno kirchnerista a cadena perpetua. Bussi murió en prisión el 24 de noviembre de 2020.

En materia de política de seguridad y frente al delito, Milei es un decidido partidario de las políticas de “mano dura” y para expresar su posición en este campo ha incorporado a sus filas a la diputada nacional liberal Carolina Piparo.

Piparo alcanzó notoriedad por sus campañas contra la inseguridad después de ser una víctima de la violencia delictiva. Carolina Piparo, junto a su madre, fue víctima de una “salidera bancaria”[i]. Al intentar resistirse, aunque estaba embarazada de más de seis meses, los delincuentes le dispararon hiriéndola y asesinando a su hijo no nato.

En materia internacional, Milei se relaciona con el español Santiago Abascal de Vox, Eduardo Bolsonaro en Brasil y el ideólogo del nacionalismo alternativo, el estadounidense Steven Bannon.

La táctica de la ambulancia

Como muy bien señala Lanata en su artículo, Javier Milei está apelando a la táctica de la ambulancia que tan buen resultado le dio a Carlos Menem, en 1989, cuando competía contra Antonio Cafiero, en elecciones internas por la candidatura presidencial del peronismo.

En ese entonces se decía, que Menem iba detrás de Cafiero recogiendo con una ambulancia a los dirigentes peronistas “heridos” que eran descartados de las listas de candidatos cafieristas.

Al igual que Menem en su momento, Milei recorre el país, localidad por localidad, pueblo por pueblo, incorporando a su partido a todo dirigente territorial con prestigio y algún peso electoral que no logran una precandidatura en JxC, el FdT, o en partidos provinciales o vecinalistas, incluso ha incorporado a sus filas a dirigentes de iglesias evangelistas.

Estos cuadros políticos descartados por otros partidos encuentran en “La Libertad Avanza”, un espacio nuevo y en formación, el ámbito propicio para instalar sus candidaturas.

Así, se va conformando la propuesta electoral nacional del economista liberal.

Actualmente, Javier Milei amenaza repetir la sorprendente victoria que en otros tiempos llevaron a cabo el peruano Alberto Fujimori en 1990, el estadounidense Donald Trump, en 2017, o Jair Bolsonaro en 2019.

No obstante, aun faltan siete meses hasta el día de las elecciones presidenciales lo que en Argentina constituye algo así como una década. Lo único cierto por el momento, es que ningún candidato presidencial se impondrá en primera vuelta y la presidencia se resolverá en una reñida segunda vuelta en noviembre de 2023.

 

 

 

 



[i] SALIDERA BANCARIA: Robo violento que sufren algunas personas luego de que dejan un local bancario llevando grandes sumas de dinero.

jueves, 23 de marzo de 2023

La alianza estratégica entre Marruecos y los Estados Unidos muestra su plena vigencia y vitalidad


 

La visita del canciller marroquí, Nasser Bourita, a su homólogo Antony Blinken en Washington refuerza los vínculos bilaterales entre Marruecos y los Estados Unidos.

El Reino de Marruecos no solo es un aliado extra-OTAN de los Estados Unidos sino también un socio estratégico seguro y confiable de Washington y no duda en reafirmarlo en todas las oportunidades.

Altos funcionarios estadounidenses visitan con frecuencia a Rabat con el objeto de conocer la opinión del reino magrebí en termas claves sino también para coordinar el accionar conjunto.

También los funcionarios marroquíes de primer nivel visitan a sus colegas en Washington con propósitos similares. Estos encuentros son oportunidades propicias para que ambas partes ratifiquen sus coincidencias y acuerdos fundamentales.

Así, ha ocurrido esta semana durante la visita que el ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita a su homólogo el secretario de Estado, Antony Blinken.

En ocasión de esta visita, el funcionario estadounidense expresó que el Reino de Marruecos cumple un importante papel como garantía de estabilidad y de defensa de la seguridad en el Norte de África y en zonas conflictivas del continente africano golpeadas por la inestabilidad y el terrorismo como el Sahel. El secretario de Estado estadounidense destacó también “la larga, histórica y sólida asociación entre los Estados Unidos y Marruecos subrayando que el Reino “es una fuerza importante para la estabilidad, la paz, el progreso y la moderación.”

Ambos funcionarios trataron en la ocasión, entre otros aspectos, la próxima organización por parte de Marruecos del ejercicio militar conjunto “African Lion” que los ejércitos de ambos países realizan anualmente, con el propósito de preparar a sus fuerzas armadas para enfrentar con la mayor eficacia al terrorismo yihadista que afecta al Norte de África y el Sahel.

El ministro de Asuntos Exteriores marroquí y el secretario de Estado estadounidense afirmaron también su pleno apoyo al enviado personal del secretario general de la Organización de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, en la “promoción de una política duradera y digna” para el conflicto en el Sáhara. Blinken señaló que Estados Unidos sigue considerando el Plan para la Negociación de un Estatuto de Autonomía en el Sáhara presentado por Marruecos, en 2007, como “serio, creíble y realista, y como un enfoque potencial para satisfacer las aspiraciones de la población del Sáhara”, como indicó el comunicado oficial.

Los estrechos vínculos establecidos por ambos Estados son una clara evidencia de que para Washington su alianza con Marruecos es una política de Estado sostenida en el tiempo cualquiera sea el signo político del ocupante de la Casa Blanca.

El reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara y el apoyo al Proyecto de Autonomía del Sáhara bajo soberanía marroquí fue una decisión adoptada por la Administración Trump, en 2020, por un presidente republicano.

Ahora, gobierna en los Estados Unidos un presidente demócrata, Joe Biden, pero la política estadounidense con respecto a la soberanía marroquí sobre su Sáhara y sobre la forma de resolver ese Conflicto no ha variado en lo más mínimo. Incluso puede apreciarse que los vínculos bilaterales se han hecho más estrechos y fluidos y que la cooperación se ha intensificado evidenciando, bueno es reiterarlo, que para los Estados Unidos su alianza con Marruecos constituye una política de Estado.

El éxito de esta alianza estratégica es una muestra más de la acertada visión y conocimiento de las reglas de la política internacional con que conduce la política exterior del Reino Su Majestad el Rey Mohammed VI.

Lamentablemente, también es la causa de que los rivales regionales de Marruecos y antiguas potencias coloniales, en su desesperación, recurran a toda suerte de arteras maniobras para tratar de impedir la consolidación del liderazgo marroquí en África.

 

domingo, 19 de marzo de 2023

Crisis en Bolivia


 

El Estado plurinacional de Bolivia ha entrado en una crisis económica e institucional, producto del habitual agotamiento del modelo populista latinoamericano, con un final incierto.

El modelo populista boliviano ha cumplido el habitual ciclo de dispendio desenfrenado, malas inversiones y corrupción. Ahora enfrenta las inevitables consecuencias de estás políticas.

El populismo llegó a Bolivia en 2006, cuando el líder cocalero Evo Morales se convirtió en presidente. El país inició una época de prosperidad aprovechando los altísimos precios de las materias primas que exportaba.

Además, la economía del país del Altiplano se veía beneficiada con la exportación de sus pobres y la recepción de las remesas que envían los emigrantes. La población de Bolivia es de algo más de 12 millones de habitantes. Según Naciones Unidas, los bolivianos distribuidos por el mundo son 870.000, pero esta cifra está superada en todas las estimaciones reales que hablan de siete millones de bolivianos residiendo en el extranjero.

La mayor cantidad de emigrantes bolivianos reside en Argentina. Según el censo argentino realizado en 2022 los bolivianos residentes serían 345.000. Pero esta cifra posiblemente refleje tan solo los bolivianos con residencia legal en Argentina, porque la Federación de Asociaciones Bolivianas (FACBOL) estima entre 2 y 3 millones los bolivianos que viven en el país del Plata. Tan sólo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el conurbano residirían 1,5 millones de bolivianos.

Luego siguen, como importantes receptores de migración boliviana: los Estados Unidos y España en ese orden.

La gran mayoría de los miembros de la colectividad boliviana son gente sumamente trabajadora dedicados a la producción y comercialización de productos de huerta en los medios rurales y en las ciudades a trabajar en la industria textil y de la construcción. Sin embargo, también es necesario destacar que muchos son beneficiarios de planes sociales (subsidios del Estado argentino) y una minoría están ligados al narcotráfico.

En Bolivia, la etapa de prosperidad, entre 2006 y 2014, fue desaprovechada con dispendiosos gastos sociales, inversiones caprichosas e improductivas y corrupción, mucha corrupción.

Ejemplo de este despilfarro fueron los U$S 127,7 millones de dólares saqueados del fondo indígena, las construcciones inservibles como un museo para el presidente Morales, la Villa Olímpica de Cochabamba o comprar las conciencias de empresarios, periodistas y “otras yerbas”.

Entre 2014 y 2019, durante el gobierno de Evo Morales, cuando Luis Arce oficiaba de ministro de Economía y Finanzas, se gastaron o invirtieron U$S 8.625 millones de dólares de las reservas del país, que a comienzos de 2014 alcanzaban a U$S 15.500.- millones y constituían casi la mitad del PBI boliviano.

La crisis actual se desató por problemas políticos en Santa Cruz, el motor industrial y agroganadero del país, el creciente déficit fiscal y el enorme presupuesto estatal, donde los bolivianos deben pagar por funcionarios y empresas públicas totalmente deficientes e inútiles, que en lugar de mejorar y simplificar la vida de los ciudadanos la empeoran.

Aunque, por el momento, la economía de Bolivia debería ser estable; porque la inflación interanual de 2022 fue de tan solo 3% la menor de América Latina, la cotización del dólar de 6,89 era estable desde 2011 y alrededor del 90% de los depósitos y créditos están nominados en la moneda nacional.

Sin embargo, las reservas del Banco Central de Bolivia, que el 24 de enero de 2023 se habían reducido a 620 millones, pasaron a ser de tan solo 372 millones el 8 de febrero. Arce espera que Argentina pague una deuda de 600 millones de dólares generada por sus compras de gas natural, algo muy poco probable debido a los problemas de reservas en dólares que también enfrenta el gobierno de Alberto Fernández.

Después de años en que los ingresos provenientes de las exportaciones de gas cimentaron la prosperidad de Bolivia, el hecho que detonó la actual crisis del modelo populista boliviano ha sido el incremento de las importaciones de combustibles, que en 2022 llegaron a ser de U$S 4.200.- millones de dólares, el 32% de las importaciones totales. Al mismo tiempo, las exportaciones de gas solo fueron de U$S 3.400.- millones de dólares, lo que convirtió a Bolivia, después de muchas décadas, en importador de hidrocarburos. Debido en gran medida al agotamiento de yacimientos que redujo la producción de gas a un tercio de lo que generaban en 2014.

Como reflejo de la crisis actual, la calificadora de riesgo estadounidense JP Morgan que en enero situaba el riesgo país de Bolivia en los 564, sesenta días más tarde lo sitúa por encima de los 1.000 puntos. Mientras que Fitch Rating disminuyó las calificaciones de incumplimiento de emisor de largo plazo para moneda extranjera y local de “B” a “B-“, pasó de la calificación de “estable” a “negativa” y reveló que el gobierno había empleado los Derechos Especiales de Giro (DEG).

El Banco Central se vio obligado a vender dólares al cambio oficial porque los bancos privados no los tenían, pero solo en cantidades reducidas e insuficientes (hasta U$S 500.- por persona y por única vez) y solamente en la ciudad de La Paz, lo que provocó que en el resto del país surja una cotización más alta, constituyendo una devaluación de facto, después de once años de cambio fijo.

Al mismo tiempo, se produjo un brusco retiro de fondos de los ahorristas del Banco Fassil (sospechado de estar formado por capitales venezolanos y argentinos) y se formaron colas, desde las 4.00 horas de la mañana, en las puertas de todos los bancos en la ciudad de Santa Cruz.

La falta de dólares es un problema que paraliza las actividades informales, que en Bolivia constituyen el 85% de la actividad económica. Los trabajadores y pequeños comerciantes informales son en esencia contrabandistas que traen productos de los países vecinos.

Los importadores legales de insumos industriales deben formar las mismas colas con los contrabandistas y no pueden pedir montos mayores. Durante el año 2022, las importaciones bolivianas demandaron 13.049 millones de dólares a un promedio de 1.087 millones por mes.

La oposición

Mientras se incrementan los problemas económicos, el presidente Luis Arce enfrenta una enconada disputa por el poder con su antiguo mentor Evo Morales quien lo acusa de corrupto y con la oposición. Arce y Morales han pasado del amor al odio, proporcionando un ejemplo más de que los gobiernos por procuración no acaban bien. Tal como pueden atestiguarlo: Lenin Moreno y Correa en Ecuador o Alberto Fernández y Cristina Kirchner en Argentina.

Las acusaciones de Morales aluden al hijo de Arce, que estaría haciendo una fortuna con las compras de combustibles que hace al exterior la empresa estatal del petróleo, YPFB, por las que paga a las empresas proveedoras elevadas “comisiones”. YPFB paga actualmente entre U$S 300 y 400 dólares de comisión a las empresas proveedoras por metro cúbico de gasolina o diésel importada, a pesar de que en 2021, esa comisión era solamente de U$S 13 dólares.

Los partidarios de Arce y de Morales, además intercambian frecuentes acusaciones sobre vínculos con el narcotráfico y negociados en el manejo de la explotación del Litio que involucran a China y al millonario estadounidense Elon Musk.

Arce no ha dudado en aplicar mano dura a los opositores internos. La justicia está procesando a la expresidenta Jeanine Áñez por haber realizado un “golpe de Estado” destituyendo al entonces presidente Evo Morales, luego de que este implementara una elecciones consideradas fraudulentas por la OEA. Arce también ordenó el encarcelamiento bajo la acusación de terrorismo del gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho y de al menos otros 130 presos políticos.

Las dos fuerzas opositoras “Comunidad Ciudadana”, que tiene como referente al expresidente Carlos Mesa y “Creemos”, liderado por Camacho, han hecho denuncias de persecución política tanto a nivel nacional como internacional.

Los problemas internacionales

También la política internacional populista del presidente Luis Arce enfrenta problemas. Arce instruyó a su embajador en Naciones Unidas para que apoye a Rusia en los debates sobre la invasión a Ucrania y se niega a condenar los crímenes de la dictadura de Nicaragua.

Además, Arce se ha recostado en sus vínculos con Cuba, Irán, el Nuevo Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla.

En esta forma, la política exterior de Bolivia gira en torno a sus compromisos ideológicos y la margina de muchas naciones prósperas que podrían aportarle capitales, créditos y tecnología para su desarrollo.

Por otra parte, el gobierno de Luis Arce enfrenta tensiones en sus fronteras con Perú y Chile.

Chile y Bolivia no tienen relaciones diplomáticas desde 1978, cuando rompieron los últimos vínculos debido al reclamo boliviano de una salida al mar.

Bolivia reclama a Chile los 400 kilómetros de costa y 128.800 kilómetros cuadrados de territorio que Chile le arrebató durante la Guerra del Pacífico (1879 – 1884). Los límites internacionales actuales provienen del tratado de 1904, en el cual Bolivia, tras ser derrotada, debió ceder su Departamento del Litoral a Chile convirtiéndose en un país sin salida al mar.

Las actuales tensiones se deben al flujo de migrantes irregulares desde Bolivia a Chile. Un flujo continuo de unas 400 personas indocumentadas de diversos países que llegan a Chile a través de la frontera con Bolivia.

Las autoridades chilenas calculan que unas 21.553 personas ingresaron caminando a Chile el año pasado a través de Colchane, una comuna fronteriza en la norteña región de Tarapacá de 1.680 habitantes, situada a unos dos kilómetros del límite internacional.

Los migrantes indocumentados provienen en su mayoría de Venezuela, pero también de Colombia, Haití y El Salvador (incluso integrantes de organizaciones criminales, como las Maras, que buscan escapar a la persecución del gobierno Nayib Bukele).

El gobierno de Luis Arce expulsa a los caminantes del éxodo venezolano por ser críticos de Nicolás Maduro y de la revolución chavista.

Mientras que el gobierno de Gabriel Boric, que pretende “proteger su frontera para asegurar una migración que sea regular, segura y ordenada”, recurre al procedimiento de deportar a los migrantes irregulares, pero choca con la negativa de los gobiernos de Venezuela y Bolivia de recibirlos.

El gobierno boliviano alega que no existe un acuerdo bilateral para la “reconducción de migrantes”. Por lo que, el vicecanciller boliviano Freddy Mamani ha señalado que “esos temas deben ser abordados con las autoridades de las nacionalidades de la migración de origen, evitando la estigmatización negativa del migrante y cualquier acción que pueda vulnerar derechos humanos.”

Por el momento, el gobierno de Gabriel Boric ha enviado seiscientos militares a controlar la frontera con Bolivia y ha instalado cámaras térmicas y mejorado las comunicaciones satelitales para la detección a distancia de personas y para el monitoreo de la zona. Pero el diferendo sigue abierto.

Con Perú el conflicto se inició con el desplazamiento del presidente golpista Pedro Castillo y la instalación del gobierno presidido por Dina Boluarte. El nuevo gobierno peruano ha impedido el ingreso a su territorio de Evo Morales y cerró su frontera con Bolivia desde principios de enero.

El gobierno boliviano por su parte se niega a reconocer a Boluarte y demanda la liberación y restitución en el cargo del expresidente Pedro Castillo.

El cierre de la frontera común perjudica el comercio bilateral, pero, especialmente los flujos ilegales de pasta base de coca y de sulfato de cocaína que llegan de Perú a Bolivia regularmente, junto con oro de la minería ilegal.

Las cargas ilegales recorren el territorio de la provincia de peruana de Puno, desde el río amazónico Madre de Dios hasta las márgenes del lago Titicaca, a 4.000 metros sobre el nivel del mar. Incluidos los embarques provenientes del Valle de los Ríos Apurimac, El Ene y Mantaro (VRAEM), donde opera el grupo narcoterrorista PCP- Sendero Luminoso controlando el negocio de la coca, la droga y el oro.

En Puno la mayoría de la población pertenece a la etnia andina aymará, muy extendida también en Bolivia, por lo cual la injerencia de los dirigentes cocaleros del Chapare boliviano que responden a Evo Morales y los llamados “Ponchos Colorados” del Movimiento al Socialismo, así como el tráfico de armas y municiones desde Bolivia han disparado las denuncias del gobierno peruano y de los parlamentarios de ese país que han advertido la presencia de ciudadanos bolivianos en las protestas.

Algunos de esos parlamentarios dijeron que los bolivianos enviados desde Chapare portan banderas llamadas Wiphala, hecha de cuadrados pequeños del color del arco iris, como las que usan las organizaciones LGTB a rayas, con los mismos colores.

Esa bandera fue proclamada como la “segunda bandera de Bolivia” por parte del gobierno de Evo Morales con el argumento de que representaba a los pueblos nativos de este territorio cuando llegaron los conquistadores, algo que los historiadores nacionales, peruanos y españoles han desmentido.

El gobierno y los políticos peruanos consideran la presencia de esa bandera indigenista como la prueba de la intromisión boliviana en las protestas. Se ha visto esa bandera incluso en Lima, entre los manifestantes que incendiaban edificios y atacaban a la policía. Por lo cual, Perú ha movilizado a sus tropas para custodiar la frontera con Bolivia.

En medio de la crisis se multiplican las voces que demandan la renuncia del presidente Luis Arce o su destitución por vía de un proceso revocatorio y el adelantamiento de las elecciones presidenciales que deberían realizarse en 2025. Este es el objetivo principal de Evo Morales y sus partidarios el MAS, el líder cocalero aspira a un cuarto mandato presidencial.

Por el momento la crisis recién parece estar comenzando y su final permanece abierto. Lo cierto es que Bolivia se suma al conjunto de países latinoamericanos donde el gobierno populista ha fracasado estrepitosamente al desquiciar la economía mientras sus dirigentes, sin saber cómo sacar al país de la crisis, se dedican a disputarse descarnadamente el poder.

jueves, 16 de marzo de 2023

Reconocimiento internacional de la “pasión futbolera” del Rey Mohammed VI


 


“Además de ser una pasión y la expresión de un talento creativo, el futbol es una visión de futuro, un compromiso de largo alcance, una gobernanza eficiente y transparente, y una inversión tanto en infraestructura como en capital humano”. Mohammed VI

La Confederación Africana de Fútbol (CAF) otorgó, en forma conjunta, al Rey de Marruecos, Mohammed VI y al presidente de Ruanda, Paul Kagame, el “Premio a la Excelencia” (CAF President’s Outstanding Achievemente Award), en Kigali, Ruanda con la presencia del presidente de la FIFA, Gianni Infantino y el presidente de la CAF, Patrice Motsepe.

Al entregar la distinción, Gianni Infantino, manifestó que “estamos aquí para celebrar a dos personalidades excepcionales que han dado mucho al futbol y han cambiado la vida de millones de personas”, señalando además que el fútbol representa la alegría, el orgullo y la felicidad, y que la FIFA se compromete a proporcionar a los niños el entorno para practicarlo.

Infantino aseguró también que Su Majestad del Rey Mohammed VI y el presidente de Ruanda, Paul Kagane son dos jefes de Estado “que han contribuido al cambio en sus países y han creído en las ambiciones de sus pueblos, y que el fútbol puede cambiar muchas cosas en el continente africano.”

El premio otorgado al Rey Mohammed VI es un reconocimiento a los logros alcanzados por el seleccionado marroquí de futbol, los “Leones del Atlas” en el Mundial de Qatar 2022. Porque la selección marroquí es el primer equipo africano que llega a semifinales en esta competencia internacional y hoy ocupa el 11° puesto en la clasificación mundial.

Estos éxitos obtenidos por los “Leones del Atlas” no son hechos causales sino la lógica consecuencia de un prolongado proceso de inversiones en infraestructuras deportivas, apoyo técnico, programas de incentivos y becas, implementadas especialmente a través de la Academia Mohammed VI de Futbol, un autentico semillero de estrellas de fútbol que brillan en equipos marroquíes y europeos.

Al recibir la distinción, Su Majestad el Rey Mohammed VI, expresó: “Seguiré siendo fiel a la convicción que expresé en mi discurso con motivo de la 29° Cumbre de la Unión Africana, de 2017, al manifestar que “el futuro de África depende de su juventud” y sólo “una política voluntarista orientada a la juventud canalizará la energía para el desarrollo. Por otra parte, el premio que se otorga hoy es, ante todo, un homenaje al genio de África y a su deslumbrante juventud”

Como cierre del evento, el Rey de Marruecos anunció la candidatura conjunta del Reino, junto con España y Portugal como sede compartida de la Copa Mundial de Fútbol 2030.

Inicialmente, la candidatura conjunta era netamente europea, entre España, Portugal y Ucrania. Pero, debido a la invasión rusa, Ucrania se vio forzada a abandonar su lugar en la propuesta. Fue entonces, cuando los gobiernos de Portugal y España pesaron en una postulación mediterránea y realizaron el ofrecimiento a Rabat para que el Reino se sume a su iniciativa.

Esta propuesta es la primera que propone sedes alternativas en dos continentes y es un excelente ejemplo la integración europea – africana.

Sin duda, la incorporación de Marruecos a la candidatura tripartita se debe, en parte, a las excelentes relaciones y a la fuerte asociación estratégica que actualmente han alcanzado los reinos de Marruecos y España que se manifiesta en todos los planos de interacción bilateral.

Las copas mundiales de fútbol son una ocasión excepcional para que los países sede muestren al mundo sus logros económicos y atractivos turísticos. Por lo tanto, ser el país organizador es un logro muy disputado por los países.

De obtener la aceptación de la FIFA para esta postulación tripartita, tanto Marruecos como España, que son potencias mundiales en materia de turismo y que tienen gran experiencia en la organización de eventos internacionales (desde juegos olímpicos hasta cumbre internacionales) garantizan una organización sobresaliente.

En el caso de Marruecos, la organización de la Copa Mundial de Futbol 2030, permitirá mostrar al mundo una sociedad árabe, islámica y africana que al mismo tiempo es una democracia pluralista, tolerante y abierta que respeta sus tradiciones mientras se desarrolla en forma armónica, estable y sostenida.

Por otra parte, resulta evidente también, que cuando crece el prestigio y la importancia de un Estado y se perfila como una potencia internacional, ese crecimiento se manifiesta en todos los ámbitos, no solo en los políticos o económicos, sino también en el deporte.

Esto tampoco es un hecho casual sino fruto de años de esfuerzos y sacrificios del pueblo marroquí bajo la sabía guía de su Rey Mohammed VI. Los éxitos de Marruecos también despiertan los celos y las iras de sus enemigos regionales que buscan las más arteras formas de agredirlo, por suerte, al menos por el momento, en forma infructuosa.

domingo, 12 de marzo de 2023

France 24 al servicio de una diplomacia sin rumbo


 

Macron apela a golpes de efecto, reuniones, maniobras secretas, operaciones de propaganda y pactos con países que desafían el orden mundial en un intento desesperados por compensar su pérdida de prestigio internacional.

Si el primer mandato presidencial de Emmanuel Macron, en materia de política internacional, ha dejado un saldo anodino, en este segundo mandato parece girar sin rumbo.

Macron busca desesperadamente un protagonismo internacional que ni él ni Francia se encuentra en condiciones de reclamar. Sus socios de la Unión Europea, en especial la primera ministra italiana Giorgia Meloni, observan con preocupación ese accionar del mandatario galo.

El mes pasado, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, calificó de “inapropiado” que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, invitase a París al mandatario ucraniano, Volodimir Zelensky, un día antes de su visita a Bruselas, donde participaría por primera vez de manera presencial en una reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de toda la Unión Europea.

La invitación a Zelensky me pareció más que todo inapropiada porque creo que nuestra fuerza en este caso es la unidad, presentarnos compactos”dijo Meloni al llegar a Bruselas para participar en una cumbre de líderes de la Unión Europea (UE), donde también estará el presidente ucraniano. Entiendo los asuntos de política interna, el hecho de privilegiar las propias opiniones públicas internas, pero hay momentos en que privilegiar esas opiniones puede desfavorecer la causa y me parece que este ha sido el caso”, aseguró la política derechista y reiteró que Zelensky tiene oportunidad de verse con todos los líderesen Bruselas.

Por detrás de esas declaraciones, están los permanente roces entre Macrón y Meloni por la política migratoria italiana y las quejas de la premier italiana por lo que considera son gestos innecesarios de hegemonía por parte de Francia y Alemania en detrimento de los otros integrantes de la Unión Europea.

Pero, la Unión Europea y Ucrania no son los únicos escenarios donde el presidente francés intenta recuperar protagonismo para él y para su país. Macron busca superar la pérdida de prestigio que Francia sufre en África reforzando su alianza con Argelia.

Lo que no parece comprender o no le importa a Macron es que Argelia es gobernada por una camarilla militar que no duda en violar los derechos humanos y en establecer alianzas con países retadores del orden internacional: Rusia e Irán.

Al proceder en esa forma, Macron está obviando que Rusia es el invasor de la Ucrania que defiende la OTAN y que Argelia ayuda al Kremlin a financiar su guerra con desmesuradas adquisiciones de armamentos.

En cuanto a Irán, Macron mira hacia otro lado con respecto a un Estado que patrocina a grupos terroristas como Hezbollah, los utíes yemeníes o el Frente Polisario, mientras intenta denodadamente producir armas de destrucción masiva.

Para congraciarse con Argel, Emmanuel Macron ha decidió hacer el trabajo sucio de atacar a Marruecos en forma nada sutil.

Primero propició una artera declaración del Parlamento Europeo en contra de Marruecos alegando una falsa persecución a la prensa independiente. Como esta falaz maniobra no dio el resultado esperado, luego hizo que el canal televisivo oficial France 24 emitiera un informe de cinco minutos sobre el Sahara donde repite uno por uno todos los falsos argumentos de los separatistas del Frente Polisario, el grupo terrorista apoyado por Argelia.

Comenzando por la patraña de que el Sáhara era un territorio sin dueño antes de la ocupación colonial española, una suerte de “res nullius”. Lo cual es una flagrante mentira porque los pueblos de esa región rendían pleitesía al Sultán de Marruecos quien refrendaba a los jefes de las tribus, mediaba en los conflictos surgidos entre tribus y era la voz de referencia en asuntos religiosos. La pleitesía es en el mundo árabe el equivalente al concepto de soberanía explicitado por Jean Bodino, en el siglo XVII, en Occidente. De hecho, en Europa durante los diez siglos de vigencia del feudalismo, la soberanía dependía del pacto de vasallaje, es decir, de la pleitesía que un vasallo ofrecía a su Señor.

En consecuencia, resulta claro que el Sáhara era un territorio perteneciente al Sultán de Marruecos y, cuando España abandonó su colonia en esa región, en 1975, la restituyó a su legítimo propietario: el Rey de Marruecos.

El conflicto artificial sobre la soberanía de Marruecos es un invento de Argelia para servir a sus intereses geopolíticos, en el marco de la Guerra Fría, y para el cual ha apoyado durante décadas al Frente Polisario militar, política y económicamente, albergando en su territorio los infames campamentos de población marroquí retenida por los separatistas.

Estos hechos convierten a Argelia en un actor protagónico del Conflicto del Sáhara, algo que el documental de France 24 niega tajantemente.

Al hablar de la no realización de “referéndum” para determinar la soberanía de la región. France 24 omite mencionar que desde 1975, el Frente Polisario se opone a que se cense a la población de los campos de Tinduf, para determinar cuantos son y quiénes son. Toda la población retenida en Argelia por el Frente Polisario es indocumentada. Esto le permite a los dirigentes polisarios solicitar a Naciones Unidas, a la Unión Europea y a las ONG humanitarias ayuda alimentaria para un número superior de personas a las existentes.

La ayuda humanitaria excedente termina siendo comercializada ilegalmente en los mercados informales del Sahel, tal como ha documentado y denunciado la Oficina Antifraude de la Unión Europea.

Podríamos seguir, demostrando la falsedad y mala intención de todos las afirmaciones y argumentos contenidos en el informe de France 24, pero realmente, ese documental carece de toda seriedad. Es tan sólo uno más de los manotones de ahogado con que el presidente de Francia pretende compensar su caída libre en el escenario internacional.

 

lunes, 6 de marzo de 2023

Iósif Stalin, el genocida olvidado


 


Hace setenta años moría el dictador soviético Iósif Stalin, el mayor genocida en la historia de la humanidad, responsable de la muerte de veinticinco millones de personas.

Si fuera posible medir a los genocidios por la cantidad de víctimas, nadie se podría comparar con Stalin, ni siquiera el siniestro Adolfo Hitler.

Porque mientras Hitler asesino a siete millones de personas en los campos de concentración nazis y, supongamos, al menos otros tres millones de personas como víctimas civiles durante la Segunda Guerra Mundial. El dictador nazi habría alcanzado un total de diez millones de víctimas, una cifra muy lejana de los veinticinco millones que se le atribuyen al jerarca soviético.

Además, mientras que Hitler recolectó a sus víctimas, no solo de su pueblo, sino especialmente, de los países que invadían sus tropas. Stalin recolectó la casi totalidad de sus víctimas entre los pueblos que conformaban la Unión Soviética.

 El georgiano Iósif Vissarionovich Dzuhgasvili, más conocido por su apodo revolucionario de “Stalin”, acero, gobernó entre 1923 y 1953. Tomó el poder gradualmente en los últimos años de vida de Vladimir Lenin cuando el revolucionario bolchevique yacía postrado por un derrame cerebral.

Por esos años, tras la Revolución Rusa de 1917, el país enfrentaba la consecuencias de una intervención militar aliada, la guerra entre bolchevique y los ejércitos blancos y por último la invasión de los polacos. Durante casi una década los ejércitos asolaron el suelo ruso y en la humillante “Paz de Brest-Litovsk” le arrancó parte de su territorio.

En 1923, la URSS, tal como describe Boris Pasternak en su “Doctor Zhivago”, se había convertido en un país atrasado que duras penas producía los alimentos necesarios para sostener a su pueblo.

Treinta años después, a la muerte de Stalin, el 6 de marzo de 1953, la URSS se había transformado en una potencia industrial con armas nucleares, había recuperado todos los territorios heredados de los zares y expandido sus fronteras absorbiendo a las Repúblicas Bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) y parte de Finlandia y Rumania. Controlaba a Europa Oriental a través de bases militares y además integraba en forma permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con derecho a veto. Por último, el control que ejercía sobre el movimiento comunista internacional (Cominter) incrementaba notablemente su influencia global.

Sin embargo, el precio humano que pagó el pueblo soviético por esa transformación fue excesivamente alto.

En 1928, Stalin puso fin a la NEP, impuesta por Lenin en 1921, y comenzó la colectivización forzada del agro soviético a través de la “guerra al kulak saboteador”, provocando en Ucrania el Holodomor, un genocidio por hambre que dejó un saldo de más de tres millones de ucranianos muertos.

Paralelamente creó el mayor Estado policial de la historia, espionaje y delaciones llevaban a torturas, ejecuciones sumarias o deportaciones masivas a Siberia, donde los infortunados prisioneros debían vivir a la intemperie bajo terribles temperaturas bajo cero, mientras trabajaban a pico y pala cavando en el suelo congelado para construir faraónicas obras hidráulicas.

Pueblos enteros (hombres, mujeres y niños), como los chechenos, karachais, calmucos o “alemanes del Volga”, fueron embarcados en vagones de ferrocarril y obligados a hacer un viaje de días hacinados y sin agua ni baños hacia Siberia. Los que sobrevivían enfrentaban el frío, el hambre, los piojos y el tifus. Sus posibilidades de supervivencia fueron muy escasas.

Stalin era partidario de la ingeniería social, por lo cual organizó un programa de rusificación donde miles de rusos étnicos fueron enviados compulsivamente a radicarse en las repúblicas del Báltico, al Cáucaso o a las repúblicas turcomanas de Asia Central a vivir en los mismos lugares que dejaba la población enviada a Siberia.

El Estado policial soviético creó la condición de “enemigo del pueblo” para denominar a las personas detenidas. Una vez que el infortunado ingresaba a la cárcel perdía su condición de “tovarich” (camarada) y se transformaba en “zeki”[i] ya no era una persona sino simplemente un nombre en una lista, un nombre para fusilar o enviar al Gulag.

La “condición de enemigo del pueblo” se hacía extensivo a los familiares cercanos del condenado, quienes pasaban a ser “la madre, la esposa o los hijos de un enemigo del pueblo”. Estos infortunados, cuando podían escapar a ser detenidos ellos también, sufrían todo tipo de represalias y limitaciones: se restringían sus desplazamientos, perdían sus trabajos, no podían ingresar a la universidad y otras sanciones.

Primero, empleó esa categoría de “enemigo del pueblo” para deshacerse de la “vieja guardia revolucionaria bolchevique”: Trotsky, Zinoviev, Kamenev, Pyatakov, Radek, Bujarin, Rykov y muchos otros) a quién la paranoia de Stalin hacia que los viera como posibles rivales.

Más tarde, cuando los planes quinquenales de gobierno fracasaban, Stalin eludía toda responsabilidad culpando a sus ministros y funcionarios. Solía acusar a sus ministros y altos funcionarios de ser espías y saboteadores al servicio de las potencias capitalistas. Los juzgaba, escuchaba sus “confesiones” y luego hacía que los condenaran a muerte y los ejecutaran.

Stalin primero “purgó” al Partido Comunista, luego siguió con el cuerpo de oficiales del Ejército Rojo. En dos años (1937 -1938) la purga eliminó a 3 de 5 mariscales (Tujachevsky, Yegorov y Blücher); 13 generales de Ejército de los 15 existentes, 8 almirantes de 9, 50 generales de Cuerpo de Ejército de un total de 57; 150 generales de División de 186; 16 comisarios de Ejército de 16; 25 comisarios de cuerpo de Ejército de 28.[ii]

Durante mi estadía de tres años en Moscú, tuve ocasión de conocer el “edificio de los llantos”. El edificio de departamentos, situado en el centro de Moscú, recibió esa denominación porque, en 1937, una noche llegaron camiones con tropas de la NKVD, que procedieron a detener a los oficiales del Ejército que vivían allí con sus familias. Se llevaron arrestados a los oficiales y a sus esposas. Los hijos, muchos de ellos de corta edad, quedaron en las viviendas y comenzaron a llorar y a recorrer los pasillos llamando a sus padres. Los pocos oficiales que sobrevivieron a las detenciones no se atrevían a socorrerlos por miedo a ser acusados de complicidad con los “enemigos del pueblo” y ser arrestados ellos también.

Los niños estuvieron llorando todo el día, por la noche retornaron los vehículos de la NKVD y los infortunados infantes fueron enviados a orfanatos para “enemigos del pueblo”.

La purga siguió con los intelectuales y profesores susceptibles de influir en un auditorio amplio de estudiantes. Las universidades fueron diezmadas. También detuvieron a astrónomos, a los matemáticos que realizaban las estadísticas en la Central de la Economía Nacional y conocían la realidad del país; a centenares de biólogos que se oponían a la charlatanería del biólogo oficial Lyssenko y finalmente a los médicos judíos en la conspiración de las “Batas Blancas”.

Tampoco escapó a la purga la propia NKVD, los represores y asesinos comenzando por su líder Nikolai Yezhov, que fue ejecutado en 1940, cuando Stalin no lo necesito más lo culpó de los crímenes que el mismo había ordenado.

Para llevar a cabo esa represión genocida Stalin creó una red de campos de concentración denominada con el acrónimo de “Gulag” (Glavnoye Upravlenie Laguerei o Dirección de Campos de Concentración). Sobre el papel desempeñado por este complejo carcelario en la historia soviética nos habla el premio nobel de literatura Alexandr Solschenizyn: “Se estima que veinte millones de personas pasaron por los Gulag y muchos terminaron allí sus vidas. Se cree que tres millones de personas murieron al ser abandonadas en desiertos helados donde debían realizar las excavaciones para abrir el canal del mar Blanco y el Báltico.”[iii]

Posiblemente, Solschenizyn haya subestimado el número de personas que pasaron por el Gulag en tiempos de Stalin porque el 27 de marzo de 1953, dos semanas después de la muerte de Stalin, Laurenti Beria ordenó una amnistía para 1.200.000 personas recluidas en el Gulag, pero de todas formas las instalaciones carcelarias continuaron superpobladas.

A estas alturas del relato, el lector se estará preguntando por qué Stalin no es visto y juzgado por los historiadores como el asesino en masa y genocida que fue. ¿Por qué hay tantos libros y películas sobre Hitler y sus crímenes y tan pocos sobre Stalin?

La respuesta es sencilla, a los países que fueron aliados de Stalin, en especial los Estados Unidos y el Reino Unido, no les interesa reconocer que, durante la Segunda Guerra Mundial, para derrotar a Adolfo Hitler hicieron un pacto con un dictador genocida igual o peor que el tirano nazi.

Lo mismo ocurre con algunos intelectuales y políticos de izquierda que omiten los crímenes de estalinismo. Reconocer que Stalin era un demente criminal, tal como lo hizo Nikita Kruschev, el 26 de febrero de 1956, en su mensaje secreto al XX Congreso del PCUS, es admitir que el Partido y la vanguardia esclarecida pueden equivocarse al punto de cometer horrendos crímenes. Es admitir que el brazo extendido de Lenin, en el monumento a la Revolución de Octubre de la Plaza de Octubre en el centro de Moscú, que señala el rumbo que deben seguir los comunistas, posiblemente esté indicando un camino equivocado.

Es por lo que los crímenes de Iósif Stalin, setenta años después de su muerte, permanecen en gran medida ignorados.

Para muchos rusos aún, los crímenes de Stalin deben pasarse por alto porque él fue el artífice de la victoria contra el invasor fascista durante la Gran Guerra Patria y de la reconstrucción de la URSS en los años posteriores. Piensan que en ocasiones la victoria demanda sacrificios excepcionales.

Quizá sea por ello que, Iósif Stalin es precisamente el “héroe” nacional al que Vladimir Putin pretende apelar para despertar el nacionalismo y belicismo ruso en la guerra con Ucrania.

 

 



[i] AGOZINO, Adalberto y Graciela COSENTINO: Diccionario Enciclopédico de Seguridad. Ed. Dosyuna. P. 511.

[ii] COURTOIS, Stéphane y otros: Libro negro del comunismo. Editorial Planeta. P. 230.

[iii] SOLSCHENIZYN, Alexandr: El archipiélago Gulag. Editorial Planeta1975. P. 134.