viernes, 30 de junio de 2017

PARALELO ENTRE YRIGOYEN Y PERON


El 1° de julio se cumple el 43° aniversario de la desaparición el general Juan D. Perón y poco después, el 3 de julio se conmemora el 84° aniversario de la muerte de don Hipólito Yrigoyen. Parece un momento oportuno para recordarlos y para trazar un breve paralelo biográfico entre los dos más grandes caudillos populistas de Argentina en siglo XX.

En este sentido, debemos comenzar por recordar que estos caudillos dieron origen a los dos grandes partidos políticos que en Argentina reúnen la mayoría de las preferencias electorales: la Unión Cívica Radical y el Partido Justicialista.

Desde la aparición del peronismo como partido político en 1945 todos los gobiernos constitucionales del país fueron implementados por alguno de estos dos grandes partidos, ya sea en forma independiente o conformando alianzas con otras agrupaciones políticas minoritarias. Así como Perón decía que en la Argentina de su tiempo se nacía conservador o radical, desde su aparición en la escena política nacional en nuestro país las grandes mayorías nacionales son radicales o peronistas.

Las similitudes no se agotan en este punto ambos llegaron en más de una oportunidad a la presidencia de la nación – Perón es el único argentino electo tres veces a la presidencia- por el voto libre de los ciudadanos. Ambos hicieron una primera presidencia considerada como muy buena y no pudieron completar su segundo período porque un golpe de Estado militar se lo impidió.

Tras su derrocamiento ambos debieron soportar calumnias y proscripciones. Ambos estuvieron detenidos en la isla de Martín García. Y a su muerte fueron despedidos con dolor por el mismo pueblo que los había amado en vida y apoyado en las urnas.  

Aunque de indudable vocación democrática los dos participaron de golpes de Estado: Yrigoyen tomó parte de la Revolución del Parque en 1890 y organizó la Revolución Radical de 1905, en ninguno de estos casos tuvo éxito. Perón fue más afortunado como golpista. En 1930, participó del derrocamiento de Yrigoyen –aunque después se arrepentiría de esta intervención- y, en 1943, fue un actor principal en el derrocamiento del gobierno de Ramón S. Castillo. 

Ambos contribuyeron a consolidar el sistema democrático ampliando la participación política. Yrigoyen impulso el voto secreto y a abrió la participación política a los estratos medios. Perón estableció el voto femenino y abrió la participación a los sectores populares. Tanto Yrigoyen como Perón fueron capaces de imponer como sucesores a políticos menores sin ningún apoyo electoral: Marcelo T. De Alvear y Héctor J. Cámpora.
Ambos fueron líderes populistas que consideraron a los sectores del poder oligárquico como sus principales antagonistas. Hablaron mucho de una “revolución”, pero se limitaron a introducir tibias reformas y correcciones a las instituciones democráticas. No obstante, una cosa es evidente y conviene reiterarla; la Argentina no fue la misma después de su paso por el poder.

Pero, más allá de estos aspectos que los identifican muchos otros los diferencian.

Yrigoyen era un idealista que se guiaba por una férrea moral derivada de la filosofía krausista. Aunque se enriqueció con su esfuerzo y trabajo en la actividad privada murió pobre en medio de la mayor austeridad y pobreza. Aunque, en verdad no exhibió la misma honestidad cuando tuvo que emplear los recursos del Estado en favor de algún “correligionario” necesitado. El populismo siempre termina derivando en clientelismo y corrupción.

Era un hombre recto que por sobre todo honraba su palabra y que consideraba que un apretón de manos era suficiente para sellar un compromiso.  El líder radical fue circunspecto e introvertido, le gustaba rodearse de un aura de misterio, jamás habló en público y su oratoria era pobre y compleja.

Compensaba sus deficiencias como orador con un particular magnetismo personal que imponía en los contactos directos cara a cara con sus interlocutores. Sabemos que cursó estudios universitarios y que fue profesor de filosofía. Pero sus alumnos lo recordaban como un mal profesor, no dejó ningún libro escrito, odiaba mantener correspondencia y los textos de sus discursos y escritos son de escaso valor literario, ideológico o político. Como se ha dicho anteriormente, nunca salió del país, ni mostró interés por los adelantos científicos, más bien tenía cierto rechazo hacia las innovaciones de su tiempo tales como el teléfono o el avión.

Perón era un pragmático que no se guiaba por principios filosóficos o políticos rígidos, sino que tomaba las ideas que mejor le servían según las circunstancias. Aunque no los citaba su accionar parecía guiado por una muy particular combinación de los principios de conducción militar de Clausewitz y los consejos políticos de Maquiavelo.

Aunque Perón no era pobre tampoco poseía una gran fortuna pero es evidente que dejó el gobierno con más dinero que el que tenía cuando ingresó y a su muerte su herencia fue considerable. Incluso llegó a considerar al poder político y al gobierno como una suerte de bien conyugal que podía trasmitir a sus esposas. Para desgracia de los argentinos, dejo la presidencia en herencia a su tercera esposa, María Estela Martínez Carta, la mayor nulidad política que ha ocupado el “sillón de Rivadavia”.

Perón era extrovertido, un orador consumado que podía crear un vínculo especial tanto con sus auditorios como en las entrevistas particulares. Para ello acomodaba sus argumentos recurriendo a simplificaciones, exageraciones o pequeñas inexactitudes. Acompañaba sus discursos con gesticulaciones, sonrisas cautivadoras y guiños cómplices. En ocasiones, frente a las masas, podía perder el control recurrir a improperios e incluso incitar a la violencia.

Sus únicos estudios fueron esencialmente de carácter militar, pero los completó con intensas lecturas. Esta formación no sólo le permitió convertirse en profesor de la Escuela de Guerra, sino también dejar gran cantidad de libros no sólo doctrinarios, sino también estudios históricos y de estrategia militar. Al mismo tiempo, produjo otros escritos y dejó una frondosa correspondencia entablada con distintas personas. Durante su exilio forzado recurrió a la grabación de discos y videos para difundir sus ideas que son importantes testimonios históricos.

Perón era un hombre de mundo abierto a todas las innovaciones y cambios. Antes de llegar a la presidencia Perón había vivido en Chile como diplomático y recorrido la Europa del período previo a la Segunda Guerra Mundial. Después de su derrocamiento, vivió diecisiete años fuera de la Argentina. Durante este exilio residió brevemente en Paraguay, Panamá, Venezuela, Santo Domingo y, en forma más prolongada en su residencia “17 de Octubre”, en el barrio madrileño de Puerta de Hierro, en España. Mostró siempre un especial interés en el futuro. Una de sus sentencias predilectas era augurar que el año 2000 encontraría a la América Latina unida o dominada.

También se diferenciaron en su vida privada. Yrigoyen no se casó nunca, sin embargo, tuvo diversas parejas y varios hijos a los cuales no reconoció. Pero, como cubrió su intimidad con un manto de reserva y hasta secreto, no fue cuestionado por ello. Sin embargo, su entorno siempre fue familiar. De joven contó con el apoyo de su tío Leandro Alem y luego del afecto de su hermano Martín y de su hija Elena quien lo acompañó hasta sus últimos momentos.

Perón, por el contrario, se casó en tres oportunidades y enviudó dos veces, pero no tuvo hijos. Al ser más abierto y haber convertido a sus esposas en personalidades políticas sufrió múltiples ataques por su vida privada, en especial por su predilección por las mujeres de menor edad que él.

Puede decirse que era un hombre solitario, distanciado por razones profesionales de su entorno familiar. Su círculo íntimo se fue modificando con el tiempo y con sus sucesivos matrimonios. Sus últimos días, lo encontraron rodeado de un muy particular entorno conformado por su tercera esposa María Estela Martínez Cartas y un personaje siniestro: su secretario y Ministro de Bienestar Social, José López Rega. Un ex cabo de la Policía Federal, de inclinaciones exotéricas, a quien sus íntimos llamaban “hermano Daniel”.

Tal es el paralelo que podemos establecer entre los hombres que forjaron la cultura política de los argentinos a lo largo del siglo XX y cuya herencia aún hoy está presente en su pueblo.



miércoles, 28 de junio de 2017

CUANDO EL CAMBIO CLIMÁTICO MATA




En el mundo, más de 1.500 millones de personas dependen de tierras que se degradan por el cambio climático y el uso agrícola intensivo. La mayoría de esas personas son pobre, viven en el sur, y en poco o en nada contribuyen al calentamiento global.

Imaginemos que nos encontramos en un territorio árido, que se extiende por kilómetros, sin un rastro de vegetación, sin un solo árbol que nos alivie con una sombra o un hilo de agua que humedezca la tierra seca, mientras el viento levanta letales tormentas de polvo. Después imaginemos que este desierto devora las tierras fértiles a un ritmo de doce millones de hectáreas al año. Bueno, eso es precisamente lo que ha estado sucediendo en más de cien países a lo largo del planeta.

El mundo cuenta con tan sólo 7.800 millones de hectáreas capaces de ser utilizadas para producir alimentos. Alrededor de dos mil millones ya están degradadas y quinientos millones de hectáreas productivas, hoy han sido abandonadas. El mundo pierde doce millones de hectáreas de tierra cultivable por año, lo que equivale a 33.000 hectáreas diarias, de 30 a 35 veces más que la proporción histórica.

Al obtenerse el 99,7% de las calorías que consumimos de la tierra, la degradación del suelo es una seria amenaza para la humanidad. Para agravar el problema, según estimaciones de la organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, para alimentar a la población mundial, en 2050, que alcanzará a 9.700 millones de personas, la producción agrícola deberá incrementarse entre el 70 y el 100%, en los países en desarrollo.

Aunque los científicos advierten que el rendimiento de cultivos como el trigo, el arroz y el maíz podrían disminuir un 20% en la próxima década por efecto de las temperaturas más elevadas.

Pero, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estima que la desertificación, es decir, el proceso de degradación del suelo generado por la actividad humana, está afectando a más de 1.500 millones de personas en por lo menos cien países.
Además, la pérdida de productividad asciende anualmente a 42.000 millones de dólares.

Los efectos socieconómicos de la desertificación se siente cada vez más a escala global, pues las víctimas se convierten en refugiados medioambientales, desplazados internos, que frecuentemente se ven obligados a emigrar o se radicalizan en conflictos potenciados por la escasez de recursos.

El grado de desertificación aumenta en todo el mundo, aunque algunas regiones son más afectadas que otras.

África, el segundo continente más extenso del planeta, después de Asia, con aproximadamente el 66% de su superficie ocupada por tierras desérticas o secas, se ve especialmente afectada por el incremento de la desertificación.

Sus efectos más severos se hacen sentir en particular en las zonas áridas del Norte del continente, el Sahel y el Cuerno de África.

Las hambrunas se aproximan mientras las sequías y la desertificación se extienden en África y distintas guerras acordonan áreas que sufren necesidades extremas. Los funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas dicen que necesitan un enorme flujo de efectivo para responder a esta situación. Hasta este momento les faltan miles de millones de dólares.
Los funcionarios de ayuda humanitaria sostienen que toda la comida y agua necesarias existen en abundancia, incluso dentro de los países afectados. Sin embargo, los conflictos armados, a menudo surgidos por rivalidades personales entre unos cuantos hombres, afectan la vida de millones, destruyen mercados y hacen que el precio de los artículos básicos se descontrole.
En algunas áreas de Somalia central, un bidón de 20 litros de agua costaba cuatro centavos de dólar. En las últimas semanas, el precio se ha disparado hasta 42 centavos. 
Eso puede parecer barato. Sin embargo, cuando ganas menos de un dólar al día y tu rebaño de animales —el patrimonio y orgullo de tu familia— se ha reducido a un montón de huesos desteñidos y tu granja se convirtió en mero polvo, es posible que no tengas los 42 centavos.
Si los ríos y otras fuentes relativamente limpias de agua comienzan a secarse, como está sucediendo ahora mismo en Somalia, esto dispara un círculo de la muerte. Las personas comienzan a enfermarse del estómago por el agua turbia o barrosa que se ven obligadas a beber. Huyen de sus aldeas con la esperanza de conseguir ayuda en los pueblos.
Entonces los pueblos se forman campos de desplazados. Pero en esos sitios tampoco hay agua suficiente, y es difícil encontrar letrinas o agua para que las personas se laven las manos. Rápidamente, los campos se convierten en auténticas trampas mortales.
El agua, por supuesto, es menos negociable que la comida. Un ser humano puede sobrevivir semanas sin nada que comer, pero difícilmente pueda soportar cinco días sin beber agua.
En Yemen, los incesantes bombardeos aéreos por parte de Arabia Saudi y un bloqueo comercial han mutilado la economía, lo que ha generado una espiral ascendente los precios de los alimentos y ha llevado a cientos de miles de niños al borde de la inanición.
En el noreste de Nigeria, miles de desplazados han contraído enfermedades transmitidas por el agua sucia y la falta de higiene, mientras se extienden las batallas entre los militantes islamistas y el ejército nigeriano. La fuerza aérea nigeriana lanzó bombas sobre un campo de desplazados en enero, con lo que mató a miles aunque sostiene que se trató de un accidente.
En Sudán del Sur, tanto las fuerzas rebeldes como los soldados del gobierno bloquean intencionalmente la llegada de alimentos de emergencia y secuestran los camiones de transporte. Hay comunidades enteras abandonadas en pantanos de malaria, donde tratan de sobrevivir con plantas de loto apenas masticables y agua de la ciénaga, infestada de parásitos.
Mientras que otros países están técnicamente al borde del desastre, Naciones Unidas ya ha declarado a ciertas regiones de Sudán del Sur como zonas de hambruna.
Durante años los científicos han dicho que el cambio climático aumentará la frecuencia de las hambrunas. Sin embargo, los países más afectados no producen casi nada de las emisiones de carbono que causan el fenómeno climático.
Sudán del Sur y Somalia, por ejemplo, tienen pocos vehículos y casi nada de industrias pero sus campos se están secando y sus tierras de pastoreo desaparecen, según los científicos, por los efectos globales de la contaminación. Las personas de esos países sufren por los autos de otras personas, las fábricas de otros países, y el apego de otros seres humanos a artefactos que la mayoría de los somalíes y sudaneses del sur no poseen.
No es fácil llevar alimentos ni agua limpia a estas áreas donde todo está seco, amarillo y muerto.
La superficie de África afectada por la desertificación alcanza a 1.600 millones de hectáreas y a una población de 500 millones de personas, un poco menos de la mitad de todos los habitantes del continente, estimada en 1.200 millones individuos.

Los efectos de la desertificación en África se incrementan, especialmente, debido al excesivo cultivo, pastoreo o prácticas de riego inadecuadas y a la deforestación producto de la tala indiscriminada en búsqueda de maderas preciosa o simplemente leña para consumo doméstico.

En América Latina, la desertificación podría producir en los próximos años caídas de entre el 8 y el 14% del producto interno bruto.

En Mongolia la desertificación ya ha vuelto improductivo al 78% del territorio nacional.

El presidente Donald Trump puede pensar que el cambio climático es una patraña, pero lo cierto es que en el tercer mundo el calentamiento de la Tierra está matando en forma horrible a millones de personas.


martes, 27 de junio de 2017

TRUMP APELA A SU ESPÍA ESTRELLA PARA CONDUCIR LAS OPERACIONES CONTRA IRÁN




El presidente Daniel Trump envía un claro mensaje a Teherán con la designación de un agente de inteligencia conocido por su eficacia y agresividad como jefe de operaciones contra Irán.

El director de la Agencia Central de Inteligencia, Mike Pompeo, acaba de designar a Michael D´Andrea, un veterano agente con más de tres décadas en la Agencia, como jefe de operaciones contra Irán.

La designación de D´Andrea, quien condujo el equipo de agentes de inteligencia que posibilitó llevar a cabo la “Operación Jerónimo”, el asesinato del líder de Al Qaeda, Osma Bin Laden; es una evidencia más de que la Administración Trump se propone terminar con la política de distensión aplicada por el presidente Obama con respecto a Irán.

Durante la campaña electoral, Donald Trump se encargó de dejar muy claro de que consideraba al régimen de los ayatolas como un activo patrocinador del terrorismo. Incluso afirmó que el acuerdo nuclear suscripto por Barack Obama, en 2015, era el “peor de la historia.”

Al llegar a la presidencia, Trump no avanzó contra dicho tratado, pero no atenuó su hostilidad verbal contra Irán. Incluso el 7 de junio pasado, cuando un ataque terrorista de ISIS, en Teherán, arrojó un saldo de 13 muertos y 43 heridos, el presidente estadounidense se mostró implacable al declarar que: “Los Estados que patrocinan el terrorismo se arriesgan a convertirse en víctimas del mal que promueven.”

Ahora, el anuncio de la designación de Michael D´Andrea a cargo de las operaciones contra Irán -y en especial la difusión de este hecho- se interpreta como una nueva señal de que Washington se dispone a incrementar la tensiones con Irán.
Michael D´Andrea, también conocido como “El Emir Oscuro” o “Ayatolá Mike” es una leyenda dentro de la Agencia.

Poco se sabe fuera de Agencia sobre él y seguramente algunas versiones han sido difundidas al solo efecto de proteger su identidad. Por supuesto no se conocen fotografías. Las versiones dicen que Michael D´Andrea se incorporó a la CIA en 1979, el mismo año en que el ayatolá Rudolah Jomeini iniciaba la “revolución islámica” en Irán expulsando al sha Mohamed Reza Palevi, cumpliendo su entrenamiento en la sede central de Langley, Virginia, tras lo cual fue destinado a África.

Pronto destacó como agente. D´Andrea mostró una gran capacidad de trabajo y una profunda dedicación a sus funciones. Así se convirtió en responsable de la estación de Bagdad de la CIA en tiempos de la guerra entre Irak e Irán. Según todas las versiones durante su larga estadía por Oriente se casó con una mujer musulmana, Faridah Currimjee, diez años mayor que él, y para ello se convirtió al islam. Esas mismas versiones dicen que si bien no es musulmán devoto, si es un profundo conocedor de la cultura islámica a la cual respeta. De allí su denominación de Ayatolá Mike.

Quienes no lo aprecian, tanto adentro como afuera de la Agencia, destacan su participación en la aplicación de “técnicas interrogatorios mejorados”, el eufemismo que emplean los funcionarios de la CIA para referirse a la aplicación de torturas a sospechosos durante la “Guerra contra el Terrorismo” posterior a los ataques del 11 de septiembre de 2001.

En 2006, Michael D´Andrea fue designado director del Centro de Contraterrorismo de la CIA. Permaneció en esa posición por nueve años.

Desde ese cargo habría coordinado con el Mossad la operación que culminó con la muerte de uno de los terroristas del grupo libanés pro iraní, Hezbolá, Imad Fayez Mughniyeh.
Imad Fayez Mughniyeh (1962 – 2006) era considerado responsable de infinidad de atentados terroristas. En especial el ataque con un camión bomba cargado con 5.000 kg de TNT, en octubre de 2003, contra un cuartel de la UNIFIL en Beirut, el que murieron 241 infantes de marina estadounidenses, 58 paracaidistas franceses y seis civiles libaneses. La organización Yihad Islámica asumió la responsabilidad por el atentado, pero esa organización aún se cree que es una organización fantasma que responde ante Hezbolá.
Mughniyeh era también considerado el cerebro tras los atentados contra la Embajada de Israel (1992) y la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina –AMIA- (1994). Funcionarios estadounidenses lo habían acusado de matar a más ciudadanos estadounidenses que cualquier otro militante antes de los ataques de 2001 y ofrecían cinco millones de dólares en recompensa por datos que permitieran su captura en la lista FBI Most Wanted Terrorists.
Mughniyeh fue asesinado, en la noche del 12 de febrero de 2008, por una explosión de coche bomba alrededor de las 23:00 en el barrio de Kafr Sousa, en Damasco, Siria.
Según versiones, Mughniyeh estaba en una recepción que conmemoraba el 29 aniversario de la Revolución iraní organizada por el embajador iraní en Siria, Hojatoleslam Ahmad Musivo. 
Mughniyeh dejó la reunión poco después de las 22:30 y caminó rumbo a su automóvil Mitsubishi Pajero. Los asesinos habían reemplazado el neumático de repuesto por uno cargado con un alto explosivo, que detonó cuando el terrorista pasó a su lado. La explosión destruyó completamente el coche, dejó un daño mínimo en edificios cercanos y mató sólo a Mughniyeh. 
Al conocerse la noticia, la Administración de George W Bush mostró su satisfacción. Un portavoz del Departamento de Estado anunció: “El mundo es un lugar mejor sin este hombre que era un asesino a sangre fría, un asesino en masa y un terrorista responsable de innumerables pérdidas de vidas. Danny Yatom, ex jefe del Mossad israelí, dijo: “Fue uno de los terroristas más peligrosos de la Tierra”.
Pero, no todo fueron éxitos, en 2009, mientras trataban de ubicar el paradero de Osama bin Laden, dieron con un médico jordano que afirmaba tener acceso al líder de Al Qaeda. Durante una reunión programa en un cuartel seguro en Khost (Afganistán), el supuesto informante hizo detonar un cinturón bomba matando a siete agentes de la CIA.
D´Andrea fue un firme impulsor de las “acciones ejecutivas”, es decir asesinatos perpetrados por el gobierno estadounidense a través del empleo de drones. En 2015, se realizaron 117 operaciones de este tipo en Afganistán, Irak y Yemen. Hasta que un error le costó el cargo. En uno de los ataques de drones contra un refugio de terroristas en el valle de Shawal, en Paquistán, fallecieron dos rehenes occidentales, que estaban allí como trabajadores humanitarios, el estadounidense Warren Weinstein y el italiano Giovanni Lo Porto.
Discretamente, el gobierno de Obama separó, meses después, a Michael D’Andrea de su cargo de jefe del Centro de Contraterrorismo y un periodista de The New York Times, Mark Mazzetti, expuso su identidad. Parecía el fin de una carrera de sacrificios y servicios para su país.
Pero, ahora la Administración Trump recurre a su experiencia profesional para remontar la producción de inteligencia sobre Irán.
D´Andrea es un halcón que se une a otros halcones como el propio Mike Pompeo, el Asesor de Seguridad Nacional, teniente general H. R. McMaster, el director del Consejo de Inteligencia, Ezra Cohen-Watnick y, finalmente, el propio presidente Donald Trump, para poner coto a las actividades de inteligencia y apoyo a grupos terroristas por parte de Irán.
Es un claro, mensaje a Teherán que está tratando de aprovechar la crisis en el Consejo de Cooperación del Golfo para incorporar al pequeño y próspero Qatar a su esfera de influencia.

Falta saber cuál será la reacción del gobierno de Irán ante la difusión de este nombramiento.

domingo, 25 de junio de 2017

UN EXPERTO EN DELITOS DE CUELLO BLANCO PARA EL FBI



Hace unos días, cuando la atención estaba centrada en lo que podía declarar el fiscal Jeff Sessions ante el Comité de Inteligencia del Senado, el presidente Donald Trump presentó a su nominado para ocupar el cargo de director del FBI para los próximos diez años.

El nominado, un abrogado republicano de 50 años, que se ha especializado en casos que involucran delitos de cuello blanco, con larga experiencia, tanto como litigante como dentro de la burocracia del Departamento de Justicia, de nombre Christopher A. Wray.

El abogado Christopher Asher Wray, nació en la ciudad de Nueva York, el 17 de diciembre de 1966. Su padre Cecil Wray Jr. era también un abogado litigante de la firma Debevoise & Plimpton y su madre, Gilda Gates Wray trabajaba para la Fundación Charles Haydeen.

Wray comenzó sus estudios en un colegio privado, Phillips Academy, en Andover, Massachusetts. En 1989, Wray se graduó cum laude en la Universidad de Yale y como abogado en la Escuela de Derecho de Yale, en 1992, donde fue redactor ejecutivo del Yale Law Journal.

Una vez recibido, trabajó brevemente para el juez J. Michael Lutting, en la Corte de Apelaciones de los Estados Unidos para el Cuarto Circuito.

Entre 1993 y 1997 trabajó como abogado para la firma legal Kings & Spalding, en la ciudad de Atlanta.

En 1997, ingresó a justicia como asistente de Fiscal Federal para el Distrito Norte de Georgia.

En 2001, se trasladó al Departamento de Justicia como subprocurador asociado y principal procurador general adjunto.

En 2003, el presidente George W. Bush propuso a Wray como asistente del fiscal general para dirigir la División Criminal del Departamento de Justicia. Su nominación fue aprobada por unanimidad en el Senado.

Como jefe de la División Criminal combatió la ola de escándalos por fraudes corporativos y trabajó para restaurar la integridad a los mercados financieros. Sirvió también en la “Fuerza de Tareas de Fraude Corporativo” del presidente y supervisó el Grupo de Trabajo para Enron.

Desde esa posición dirigió investigaciones, procesamientos y desarrollo políticas en casi todas las áreas del derecho penal federal, incluyendo fraudes en valores, fraude de salud, ley de prácticas corruptas en el extranjero y violaciones a las sanciones comerciales, corrupción, piratería de marcas y de propiedad intelectual, cibercrimen y ley RICO.

También cumplió un papel clave en la supervisión de la guerra contra el terrorismo.
Al concluir su mandato, en 2005, Wray recibió el Premio Edmund J. Randolph, el mayor premio otorgado al servicio público.

Mientras Christopher A. Wray se desempeñaba como procurador general adjunto, entre 2003 y 2005, el hoy destituido ex director del FBI, James Comey era el procurador general adjunto y el hoy asesor especial del Departamento de Justicia para la investigación del papel de Rusia en las elecciones de 2016, Robert Mueller, era director del FBI, cargo para él está nominado Wray.

Actualmente, los tres altos funcionarios y abogados prestigiosos se vuelven a reunir en el centro del tablero, aunque en posiciones muy distintas.

Después de dejar la función pública, Wray retornó a la firma jurídica Kings & Spalding para llevar adelante casos de delitos de cuellos blanco. Allí dirigió el Grupo Kings & Spaling para Investigar Temas Especiales y Prácticas Gubernamentales, considerado el “grupo legal sobre crímenes de cuello blanco” del año por Law360 y fue denominado “la firma principal en esta área de práctica legal” por US News & Word Report.

Wray tuvo como clientes a muchas de las empresas que figuran entre las 100 mayores de la lista elaborada por la revista Fortune.

Durante su etapa como litigante en Kings & Spalding, Wray actuó como abogado personal del gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, durante el escándalo en Bridgegate, provocado por el cierre de carriles en el puerto George Washington, en 2013, como medio de atacar a los opositores políticos.

Si bien Christie fue declarado inocente, dos de sus colaboradores fueron condenados y la actuación de Wray fue cuestionada, después de que dos años más tarde, apareció en su poder un teléfono perteneciente a Christie, buscado durante el juicio.

El principal problema para la candidatura de Wray al FBI es que la firma Kings & Spaldins, que emplea unos 600 abogados, entre ellos Bobby Burchfield quien se desempeña actualmente como asesor de ética del presidente Trump; es que entre sus clientes se cuentan las grandes empresas estatales rusas Rosnefl y Gazprom. Nuevamente, los vínculos con Rusia aparecen en segundo plano.


Si bien Wray presenta buenas credenciales para ocupar el cargo de director del FBI, falta saber si esta opinión es compartida por la mayoría de los senadores o pesarán más las sospechas sobre Kings & Spalding y el affaire Bridgegate.  

viernes, 23 de junio de 2017

ULTIMATUM SAUDI AGUDIZA LA CRISIS DEL GOLFO




Arabia Saudí y sus aliados del Golfo presentaron un virtual ultimátum al Emirato de Qatar que solo sirve para agudizar la crisis.

Dos semanas después de Arabia Saudí, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Egipto rompieran relaciones diplomáticas y establecieran un bloqueo contra su hasta entonces socio en el Consejo de Cooperación del Golfo, el Emirato de Qatar, la crisis parece agravar con la presentación de un humillante ultimátum.

El secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, mediando en el conflicto sugirió al grupo encabezado por Riad precisar sus demandas a Qatar.
Tillerson específico que estas demandas deberían ser “razonables y procesables” para que se pudiera avanzar en la solución del diferendo.

Pero, los cuatro países presentaron un verdadero ultimátum, con cláusulas humillantes para cualquier estado soberano.

El diario británico The Guardian ha resumido estas demandas en la siguiente forma:

1.- Reducir las relaciones diplomáticas con Irán y cerrar las misiones diplomáticas allí. Expulsar a los miembros de las Guardias Revolucionarias iraníes de Qatar. Doha niega que haya miembros de las Guardias Revolucionarias. Solo se permitirá el intercambio y el comercio con Irán que respete las sanciones internacionales impuestas a Teherán.

2.- Terminar todos los vínculos con organizaciones terroristas, especialmente los Hermanos Musulmanes, al Qaeda, Hezbolla y Daesh o Estado Islámico. Qatar debía también denunciar oficialmente a esas organizaciones como grupos terroristas.

3.- Cerrar la cadena noticiosa Al Jazzera y sus estaciones afiliadas.

4.- Cerrar los medios informativos que financia directa o indirectamente en el mundo árabe: Arabi21, RASSD,  Al Jadeé, Al-arabí y Middle East Eye.

5. Cesar inmediatamente la cooperación militar con Turquía y en especial expulsar a los militares turcos que actualmente se encuentran en territorio qatarí. Con la llegada esta semana de 23 militares turcos y cinco vehículos blindados, los “asesores militares” de ese país suman 111 hombres. El objetivo inicial del convenio de cooperación militar entre Qatar y Turquía, de 2014, era el despliegue de un contingente de mil militares turcos en una base para entrenar al Ejército qatarí.

6.- Detener todos los medios de financiamiento de individuos, grupos u organizaciones que hayan sido designados como terroristas por Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Bahréin y la OTAN.

7.- Entregar a las “personalidades terroristas” e individuos que son requeridos por Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bahréin a sus países de origen. Incautar sus bienes y proveer cualquier información deseada sobre su lugar de residencia, movimientos y finanzas.

8.- Terminar con la interferencia en los asuntos internacionales de países soberanos. Cesar de otorgarle ciudadanía qatarí a los nacidos en Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bahréin, que estos países reclaman.

9.- Cesar todos los contactos con la oposición política en Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bahréin. Entregar todos los documentos que describen los contactos previos entre Qatar y estos grupos opositores, así como detalles del apoyo que se les brindó.

10.- Pagar reparaciones y compensaciones por la pérdida de vidas y otros daños, así como las pérdidas financieras ocasionadas por las políticas de Qatar en los últimos años. La suma será determinada en coordinación con Qatar.

11.- Permitir auditorias mensuales durante el primer año luego de acceder a las demandas. El segundo año auditorias trimestrales y los diez siguientes auditorias anuales para verificar el cumplimiento de estas cláusulas.

12.- Alinearse con los restantes países del Golfo militar, política, social y económicamente, en concordancia con el acuerdo suscripto con Arabia Saudí, en 2014.

13.- Aceptar todas las demandas dentro de los siguientes diez días de ser enviadas a Qatar o la lista perdería su validez.

Las demandas del grupo encabezado por Arabia Saudí son tan agresivas que aceptarlas significaría para Qatar una auténtica capitulación. Por lo cual parecen redactadas para que sean rechazadas y la crisis siga su curso.

Es indudable que la crisis en el Golfo Pérsico no pasa ni por el financiamiento al terrorismo -algo en lo que ninguno de los países involucrados puede “arrojar la primera piedra”- ni por las molestas críticas de Al Jazzera.

En el fondo de la cuestión está la confrontación entre Arabia Saudí e Irán que se proyecta en diversos escenarios geopolíticos de la región.

Por otra parte, Arabia Saudí parece haber establecido una auténtica “esfera de influencia” en el Golfo y Qatar estaba intentando apartarse de la misma con el apoyo de Irán y Turquía. Pero, al menos por el momento, Riad no parece muy dispuesta a permitirlo.


La pregunta del millón es hasta donde está dispuesta Arabia Saudí a llegar para doblegar al pequeño y rebelde emirato y si Qatar está dispuesto a resignarse a ser un “Estado Satélite” de los saudíes o insistirá en resistir y luchar por su independencia. 

jueves, 22 de junio de 2017

EL PRESIDENTE MACRI ENFRENTA A LA ECONOMÍA INFORMAL



El presidente argentino parece convencido de que debe terminar con la economía informal de la “Argentina Trucha” para captar inversiones extranjeras y mejorar la calificación del riesgo país.  

Desde que asumió la presidencia de la Argentina, en diciembre de 2015, el ingeniero Mauricio Macri ha tratado de dotar al país de una economía seria y previsible, liberando la compra de divisas, sincerando las tarifas de los servicios públicos, permitiendo la repatriación de ganancias de las empresas extranjeras y combatiendo la inflación.

No obstante, las condiciones sociales del país y la propia correlación de fuerzas políticas han impuesto que el gobierno deba aplicar las reformas en forma gradual para evitar un estallido social.

Una parte de este programa implica combatir la economía informal que sirve de refugio a los sectores menos favorecidos de la sociedad, pero que también facilita las grandes ganancias de las organizaciones criminales y alienta la corrupción de los funcionarios públicos.

Primero combatió a los manteros y puestos ilegales de ventas que se habían adueñado de importantes arterias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y ahora se vuelve contra las ferias informales, como La Salada, que alimentan a la economía en negro.

Según un estudio elaborado por la Cámara Argentina de la Mediana Empresa, sobre una muestra de 465 ciudades de Argentina, la economía informal operó, tan solo en mayo de 2017, por valor de 5.958.- millones de pesos (unos U$S 350 millones).

Esta economía paralela opera a través de 662 ferias informales, que reciben el nombre de “saladitas”, establecidas en 110 localidades del país. A ellas se suman los 86.728 vendedores informales que comercializan sus productos dentro de las saladitas o en la vía pública.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde gobierna el oficialista Rodríguez Larreta, los manteros fueron erradicados de lugares emblemáticos como la calle Florida, en el microcentro, en la Avenida Avellaneda y sus colaterales en el barrio de Flores y diversas arterias del barrio de Once.

Muchos de los manteros que se desplazaron de allí, fueron reubicados en predios espacialmente preparados para ellos por el gobierno porteño. Aunque el comercio ilícito sigue alto por los vendedores callejeros que persisten en barrios como Liniers o San Telmo entre otros.

En los últimos nueve meses se produjeron desplazamientos de vendedores informales desde la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires y la instalación de seis nuevas ferias en ciudades del interior del país.

En el día de ayer, la acción de la justicia contra el comercio ilícito se volcó sobre el complejo Feria Punta Mogotes – La Salada, sito en Ingeniero Budge, Partido de Lomas de Zamora, en la provincia de Buenos Aires, con la detención del empresario Jorge Castillo y otras veinte personas, en 55 allanamientos simultáneos en los cuales se incautaron $ 11.000.000.

Castillo, quien había acompañado en una misión comercial a Angola a la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, está imputado de asociación ilícita, evasión impositiva, lavado de dinero, tenencia de armas de guerra e intento de asesinato.

La Salada, que ganó gran popularidad con la crisis económica de 2001, es considerada por la Unión Europea como la feria ilegal más grande del mundo. Sea esto cierto o no, La Salada es, sin lugar a dudas el mayor mercado mayorista de productos textiles de la Argentina, que recibe compradores de todas las provincias. Allí se abastece todo el comercio minorista del país, el de los comercios legales, los locales de las “saladitas” y la venta callejera en las provincias.

La Salada opera por la noche, desde las 19.00 horas hasta la madrugada, tres días a la semana. En el lugar trabajan en forma permanente unas 15.000 personas, que atienden unos 30.000 puestos, y se realizan operaciones comerciales estimadas en unos 71.500 millones de pesos al año (unos U$S 4.200 al cambio actual).  

Una buena cantidad de los productos comercializados en La Salada vulnera los derechos sobre marcas y patentes de empresas multinacionales, por lo cual la Oficina del Representantes de Comercio de los Estados Unidos incluyó a la Argentina en la llamada “Lista de Vigilancia Prioritaria” de países que violan esas normas. Algo que molesta al gobierno de Macri que pretende captar inversiones estadounidenses para reforzar la economía argentina.

La lucha del gobierno contra la economía informal parece estar dando sus primeros frutos. En las ciudades que cuentan con “saladitas”, donde solía registrarse el mayor número de “manteros”, la presencia de estos vendedores ambulantes se redujo en 35,1%. De 20.920 vendedores, censados en agosto de 2016, se pasó a 13.576, en mayo de 2017, es decir, 7.344 menos. El 22% de esta reducción se produjo en la ciudad de Buenos Aires.

En cambio, en las localidades sin saladitas, el número de manteros creció de 6.150 puestos, en agosto de 2016, a 10.840 en mayo pasado.

A las personas que trabajan en ferias o venden en puestos callejeros hay que agregar a quienes lo hacen en los innumerables talleres textiles clandestinos donde se fabrican las mercancías que se comercializan a través de canales informales.

La economía informal es un fenómeno que en América Latina se alimenta de la existencia de grandes sectores de población sin estudios, ni capacitación laboral suficiente para incorporarse a la actividad laboral formal.

Muchos de estos trabajadores marginados, al menos en Argentina, son inmigrantes provenientes de Bolivia, Paraguay o Perú, que carecen de documentación y permisos de residencia y trabajo en el país.

Seguramente, La Salada seguirá operando, aunque con menos puestos ilegales instalados en la periferia del complejo y todas sus actividades serán más controladas para evitar la evasión fiscal, la adulteración de marcas y otros ilícitos hasta hoy frecuentes en el lugar.


De todas formas, avanzar contra La Salada significa atacar al núcleo duro de la economía informal y de las mafias que se alimentan de ella en la Argentina, un paso muy audaz para un gobierno que necesita ganar las elecciones legislativas de medio término en octubre próximo.