jueves, 27 de octubre de 2022

EL KIRCHNERISMO HABITA EN LA TIERRA DE LA FANTASÍA



El kirchnerismo evidencia un claro divorcio con la realidad que vive el país que los lleva a ignorar los sentimientos de la población y vivir en una utopía permanente.

El filósofo chino Lao Tsé nos dice en el Dào Dé Jing (o Tao Te Ching): “Chuang-Tzu sonó que era una mariposa y no sabía, al despertar, si era un hombre que había soñado ser una mariposa o una mariposa que soñaba ser un hombre.”

A Alberto Fernández de tanto vivir en el reino imaginario de Narnia le ha pasado algo similar. El presidente parece haber perdido la capacidad de distinguir entre la realidad y la fantasía-

Es que Alberto se ha transformado en una suerte de Pinocho al revés. En el relato infantil de Carlo Collodi, Pinocho era un títere de madera a quien el Hada Azul convertía en un niño.

Alberto Fernández, por el contrario, es un presidente a quien por tanto organizar fiestitas en Olivos durante la pandemia, crear vacunatorios truchos, confundirá la Garganta Poderosa con una Garganta Profunda y contar muchas mentiras, la bruja Cristina lo transformó en una marioneta de madera.

De que otra forma sino puede interpretarse que el peor presidente de la historia argentina y uno de los mandatarios latinoamericanos con mayor índice de desaprobación este proyectando su reelección.

Evidentemente, la intención de aspirar a un segundo mandato por parte de Alberto Fernández solo puede tratarse de un grave error en la percepción de la realidad.

También Cristina Kirchner sufre del síndrome de Chuang Tzu, no sabe si es oficialista u opositora.

Sus últimas declaraciones sobre las subas de las prepagas parecen indicar ahora se cree jefa de la oposición al gobierno Frankenstein que ella misma creo para llegar al poder y así tratar de lograr la impunidad frente a los numerosos juicios que enfrenta por corrupción. Delitos en que se encuentra imputada ella, diversos funcionarios de sus gobiernos y hasta sus propios hijos.

Cristina Kirchner, a quien tanto le dolió el “voto no positivo” de su vicepresidente Julio Cobos en la ley que oficializaba la Resolución 125 de retenciones al agro, ahora se ha transformado en una suerte de “Cobos” de Alberto Fernández.

Cristina hostiga continuamente al presidente y critica fuertemente las medidas adoptadas por su Gobierno en un intento de despegarse de la desastrosa gestión que a puesto al país al borde del abismo.

En especial, Cristina quiere distanciarse el impopular ajuste económico que esta implementando el ministro Sergio Massa para tratar que el gobierno llegue al 10 de diciembre de 2023.

Claro que, por las dudas, mantiene a sus incondicionales dentro del gobierno y administrando las áreas claves en el control de los recursos de Estado. Como suelen recordar continuamente los punteros kirnchneristas: “nadie suelta las cajas” porque sin plata no se hace política.

Ese divorcio con la realidad parece haberse expandido dentro del kirchnerismo donde algunos todavía creen que tienen posibilidades de ganar las elecciones del año próximo.

No obstante, las encuestas muestran un panorama muy distinto.

Según la consultora Zuban Córdoba, en octubre de 2022, el gobierno del Frente de Todos tiene una desaprobación del 68,3% de los consultados y una aprobación del 31,6%; pero el 75% de los encuestados opinaron que el rumbo del país es incorrecto y tan sólo el 20% cree que el país va por buen camino.

Los guarismos son aún más adversos en la medición de este mes de Giacobbe Consultores.

Las tres principales figuras del oficialismo: Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Sergio Massa tienen en promedio una imagen positiva de tan solo 11,8% (Cristina: 18,8%; Alberto: 8,6% y Sergio: 8%) mientras que el promedio de la imagen negativa es del 70,2%.

Los números son similares si se pregunta a aquellos que nunca los votarían: 67,5% (Cristina: 64,8%; Alberto 72,3% y Sergio 66,6%).

La mala imagen de los líderes del espacio oficial tiene su correlato en la intención de voto para las próximas elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias.

Si la votación se efectuase el próximo domingo 30 de octubre, independientemente de quienes fueran los candidatos de cada espacio, Juntos por el Cambio obtendría el 32,8%, los libertarios (Milei y Esper) el 23,6%, el Frente de Todos el 15,5% y el Peronismo no kirchnerista el 4,6%.

Con esta distribución de los votos, por primera vez en la historia, el peronismo (incluso sumando al sector no kirchnerista) se situaría como la tercera minoría fuera de una eventual segunda vuelta.

Además, la suma del voto opositor (JxC más los Libertarios) superaría claramente el 50% de los votos.

En otras palabras, Cristina Kirchner, con la ayuda de Alberto Fernández y Sergio Massa han logrado convertir al peronismo en una fuerza minoritaria. Parangonando a la antigua propaganda menemista de los noventa podríamos decir: ¡Cristina los hizo!

Evidentemente, la campaña de Alberto Fernández buscando la reelección es una utopía más a que nos tiene acostumbrado el peronismo en un intento más de distraer a la opinión pública, ocultar los problemas más urgentes como la inflación descontrolada, las desmedidas exigencias sindicales, el carnaval de impuestos, los continuos recortes en los fondos para educación, las fugas de funcionarios del Gabinete y muchas otras calamidades que viven a diario los argentinos.

No obstante, para los argentinos toda fuga de la realidad concluye en la caja del supermercado, al surtidor de la estación de servicio o cuando recibe la boleta de la luz.

El kirchnerismo puede creer que habita en Narnia, pero, lamentablemente, los argentinos no pueden vivir en la tierra de la fantasía.  

 

lunes, 24 de octubre de 2022

ARGELIA INCREMENTA DESMESURADAMENTE SU GASTO MILITAR



Argelia da una nueva vuelta de tuerca a la carrera armamentista que impulsa en el Magreb invirtiendo 23.300 millones de euros en su presupuesto militar para 2023, el 15% de su PBI

CONTENIDO

La guerra en Ucrania y las sanciones económicas aplicadas a Rusia han beneficiado a la economía argelina. Los incrementos en los precios de los hidrocarburos han permitido a Argelia llenar sus arcas y destinar mayores recursos a modernizar y renovar los armamentos con que cuentan sus fuerzas armadas.

La carrera armamentista entre Marruecos y Argelia no es algo nuevo, pero se intensifico notablemente desde fines de 2020 cuando, primero Estados Unidos y luego España, reconocieron la soberanía marroquí sobre el Sáhara.

Estos avances en la solución del conflicto artificial del Sáhara pusieron punto final a los infructuosos intentos de Argelia para cercar a Marruecos con un hipotético Estado Polisario hostil en el Sur, bloqueando así al Reino magrebí su acceso terrestre al África Occidental Atlántica.

El vuelco de la situación estratégica en el Magreb también tornaba inútiles a las cuatro décadas invertidas por Argel en financiamiento y esfuerzos diplomáticos para sostener a los sus clientes del separatista Frente Polisario.

Es así como el liderazgo militar argelino, que constituye el poder real en el país, consideró que su única alternativa era recurrir a la intimidación bélica comenzando por cortar el suministro de gas a Rabat y luego rompiendo los ya precarios vínculos diplomáticos con el Reino.

Al mismo tiempo, el conflicto bélico en Ucrania puso en evidencia la obsolescencia de algunos armamentos fabricados por Rusia con relación a sus similares producidos por los Estados Unidos.

Esta revelación preocupó especialmente a los altos mandos militares argelinos. El 90% del armamento del ejército argelino es suministrado por Rusia y el 10% restante por Francia. Argelia es el tercer mayor comprador de armas rusas después de China e India.

Mientras que las Fuerzas Armadas Reales (FAR) se abastecen principalmente de armamento estadounidense más moderno: aviones F-16 C/D Block 70/72, sistemas antiaéreos MIM-104 (PAC-3) Patriot, carros de combate Abrams M1A1 y M1A2, helicópteros de ataque Apache AH-64 y los drones navales MQ-9B Sea Guardian.

El reino alauí cuenta con la mayor flota de drones de África. En sus arsenales hay drones suicidas franco-israelíes Harfand y los turcos Bayraktar TB 2 que le dieron la victoria a Azerbaiyán contra los blindados rusos del ejército armenio en la guerra de Nagorno – Karabaj de 2020. Los Bayraktar también demostraron su eficacia en Ucrania contra las fuerzas rusas.

Por último, Marruecos adquirió en Francia el sistema de artillería CAESAR de 155 mm, que tiene un alcance de 40 km y en Israel el sistema de defensa antimisil Iron Dome, considerado en la actualidad el más eficiente.

Por otra parte, los Estados Unidos consideran a Marruecos un aliado extra-OTAN. Los ejercicios militares conjuntos estadounidenses – marroquíes “African Lion”, que se realizan anualmente, en 2022 se llevaron a cabo por segunda vez en el Sáhara a cincuenta kilómetros de los campamentos de Tinduf.

La necesidad de Argelia de hacer creíble su amenaza frente a las muy bien preparadas y equipadas FAR de Marruecos ha llevado a Argel a convertirse en uno de los países que destinará la mayor parte de su PBI al gasto militar.

Para el año 2023, el gasto en defensa de Argelia equivaldrá al 15% de su producto interior bruto y concentrará el 23% de los presupuestos generales del Estado alcanzando a 23.300 millones de euros.

En esta forma el gasto militar argelino será el cuádruple de los algo más de 5.200 millones que destinará Marruecos a ese rubro y que constituyen solo el 4% de su PBI. Argelia es el país de África que más invierte en defensa.

Pese a que la guerra en Crimea ha demostrado la baja calidad del armamento ruso, Argelia seguirá abasteciéndose principalmente de armas de esa procedencia, aunque planea adquirir drones iraníes y turcos.

Dentro de las adquisiciones argelinas de armas rusas se incluyen aviones cazas Sukoi 57, que convierten a Argelia en el primer país del mundo en adquirir este tipo de aeronaves que están en servicio en Rusia y que hasta el momento no se exportaban por motivos de seguridad.

Argelia también ha adquirido en Rusia un centenar de vehículos blindados de infantería BMP-3, los mismos que Rusia tiene en servicio en Ucrania y la plataforma de defensa rusa S-400 (S 21 en su designación de la OTAN). Un sofisticado sistema de artillería antiaérea guiado por radar que el Kremlin solo ha vendido a otros seis países.

Además de armas, Rusia suministra al país magrebí entrenamiento militar conjunto. Este año, por primera vez Argelia participó de los ejercicios militares Vostok, que se realizaron en el extremo oriental de Rusia, a las orillas de los mares de Japón y de Ojotsk, juntamente con contingentes de las fuerzas armadas de India, China, Armenia, Kazajistán, Siria, Nicaragua, Laos, Mongolia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Tayikistán y Kirguistán, es decir, de los principales aliados internacionales del Kremlin.

En noviembre, las fuerzas armadas de Argelia y Rusia efectuarán ejercicios militares conjuntos en los alrededores de la base militar de Hammaguir, en la provincia de Béchar, perteneciente a la IIIº Región Militar, y no muy lejos de la frontera con Marruecos. Los ejercicios “Escudo del Desierto 2022” contarán con la participación de una unidad de tropas especiales Spetsnaz y de una brigada de “Motostreki”, infantería mecanizada que emplea vehículo BMP-3, haciendo un total de 200 hombres pertenecientes a las fuerzas armadas rusas.

Por último, Rusia ha adquirido a Turkish Aerospace un primer pedido de seis drones estratégicos de combate TAI Aksungur y ha iniciado conversaciones con Irán para adquirir sus drones Shahed 136 (Testigo en farsi) que tienen un alcance operativo de 2.000 a 2.500 km en vuelo de baja altura a una velocidad de 180 km. Teherán entregó este tipo de armamentos a los rebeldes hutíes en Yemen y a las fuerzas rusas en Ucrania, junto con personal capacitado para operarlos.

CONCLUSIONES

-       El incremento del gasto militar argelino no tiene ningún de sentido en un país donde la población carece de los servicios más elementales, tiene serias falencias sanitarias y educativas y hasta el abastecimiento de productos de primera necesidad es precario.

 

-       La creación de un clima bélico con Marruecos permite a los mandos militares argelinos cohesionar el frente interno apelando al nacionalismo para ahogar las demandas de reformas democráticas del movimiento Hirak.

 

-       La adquisición de grandes volúmenes de armamentos, por montos siderales, crean la oportunidad para el enriquecimiento de los altos mandos argelinos mediante el cobro de comisiones y sobreprecios.

 

-       Además, un ejército de mayores dimensiones implica la creación de muchos cargos jerárquicos nuevos. En esta forma los generales argelinos podrán premiar a aquellos oficiales que les son particularmente fieles y al mismo tiempo aferrarse por más tiempo a sus posiciones de poder ascendiendo a los mandos subalternos que demandan promociones que impulsen sus carreras y les permitan disfrutar de la corrupción imperante. En esta forma, el mayor número de cargos jerárquicos alivia tensiones dentro del Ejército Nacional Popular de Argelia.

 

-       Para preservar la paz en el Norte de África es necesario limitar la carrera armamentista desatada por Argelia y poner fin a su política aventurera de amenazas y agresiones. Es precisamente, la actitud belicosa de Argelia y su injerencia en el diferendo del Sáhara, alentando los delirios separatistas del Frente Polisario, el principal obstáculo a la paz e integración del Magreb.

sábado, 22 de octubre de 2022

CRECIENTE APOYO EUROPEO AL PLAN DE AUTONOMÍA DEL SÁHARA


 

Ya son once los países europeos que consideran que el plan marroquí para establecer un régimen de autonomía en el Sáhara es la única solución realista y posible al conflicto artificial existente en esa región.

La diplomacia marroquí, sabiamente dirigida por Su Majestad, el rey Mohammed VI, no cesa de acumular éxitos en el proceso de pleno reconocimiento de su soberanía en el Sáhara.

Primero fue el establecimiento de oficinas consulares en las provincias del Sur por parte de diversos estados africanos, árabes y hasta americanos.

Luego se produjo la aceptación de la soberanía marroquí en el Sáhara por parte de los Estados Unidos, la gran potencia global y miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con derecho a veto. Más tarde, fue el Reino de España, la antigua potencia colonial ocupante del territorio quien se sumó a este reconocimiento.

Ahora, en una nueva etapa de este proceso de afirmación de la soberanía territorial marroquí se produce la gradual, pero constante, aceptación del Proyecto para la Negociación de un Régimen de Autonomía en el Sáhara, presentado por Marruecos ante Naciones Unidas, en 2007, como la única solución realista y posible al conflicto artificial del Sáhara.

Esta semana, Bélgica se ha sumado al conjunto de países que apoyan esta solución.

En una declaración conjunta publicada al final de las conversaciones, el jueves 20 de octubre, en Rabat, entre el Ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, y la ministra de Asuntos Exteriores, Asuntos Europeos y Comercio Exterior e Instituciones Culturales Federales del Reino de Bélgica, Hadja Lahbib, de visita de trabajo en el Reino, se consignó que "Bélgica considera el plan de autonomía, presentado en 2007, como un esfuerzo serio y creíble de Marruecos y como una buena base para una solución aceptada por las partes”.

En este contexto, el ministro belga reiteró el apoyo de larga data de Bélgica al proceso dirigido por la ONU para una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable para las partes.

Según la declaración conjunta, los dos ministros coincidieron en la exclusividad de la ONU en el proceso político y reafirmaron su apoyo a la Resolución 2602 del Consejo de Seguridad de la ONU, que señaló el papel y la responsabilidad de las partes en la búsqueda de una solución política realista, duradera, pragmática y basada en la avenencia.

Marruecos y Bélgica también celebran el nombramiento del Enviado Personal del secretario general de la ONU, Steffan de Mistura, y reafirman su apoyo activo a sus esfuerzos para hacer avanzar el proceso político sobre la base de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de la ONU, subraya la declaración conjunta.

En esta forma un total de once países europeos apoyan claramente el plan de autonomía: Bélgica, España, Francia, Alemania, Países Bajos, Chipre, Luxemburgo, Hungría, Rumanía, Portugal y Serbia.

El vuelco gradual de Europa, así como el de Estados de otras regiones, hacia la iniciativa marroquí es producto del creciente peso internacional de Marruecos en el escenario internacional y de las importantes alianzas que ha sabido construir para el Reino, Su Majestad el Rey Mohammed VI.

Frente a esta realidad nada puede hacer la menguante diplomacia argelina, como no sea presionar a los pocos aliados que le quedan en el continente para que traten de darle algo de aire internacional al alicaído Frente Polisario.

Pero de poco valen las recepciones teatralizadas otorgadas a Brahim Ghali cuando todo el mundo es consciente que la República Árabe Saharaui Democrática es un invento de Argel sin ninguna existencia real o peso internacional.

 

jueves, 20 de octubre de 2022

EL ÚLTIMO QUE APAGUE LA LUZ


 

El peronismo, fiel a sus tradiciones, acompaña a sus dirigentes hasta el cementerio, pero no entra con ellos.

Al aparecer muchos animales tendrían una sensibilidad especial para predecir los desastres naturales. Suele mencionarse que los perros de la ciudad de Hiroshima aullaban alterados, en 1945, poco antes del trágico bombardeo. También los sapos repentinamente dejaron sus estanques unos días antes del terremoto que golpeo a la localidad de L’Aquila, en Italia, en 2009.

Quizá por eso habrá nacido el mito de que las ratas abandonan en tropel los navíos que están a punto de zozobrar…

Ahora que el barco del gobierno kirchnerista que intenta timonear Alberto Fernández se encuentra escorado y con serias posibilidades de hundirse, ha comenzado la huida de sus principales dirigentes.

Comenzando por la vicepresidenta y líder autocrática del Frente de Todos, Cristina Kirchner que pretende tomar distancia del gobierno Frankenstein (creado en base a un conjunto de cadáveres políticos generados por una pandemia de corrupción inédita en la Argentina) que ella sola construyó y del candidato sin poder político, idoneidad, ideas o personalidad como para dirigir el país, que eligió para presidirlo.

En este sentido, Cristina Kirchner siguió el ejemplo de Juan D. Perón, cuando en 1973, designó como candidato presidencial a Héctor J. Cámpora, un ignoto dentista de San Andrés de Giles, con el solo propósito de hacerlo renunciar 49 días después de haber asumido en cargo.

Cristina Kirchner eligió a Alberto Fernández porque sabía muy bien que nunca constituiría una amenaza para su liderazgo, pero, por las dudas, se eligió a sí misma como vicepresidenta.

Fue Cristina Kirchner precisamente quien creó esa autentica “bolsa de gatos” que es el Frente de Todos. Fue ella también la gran electora que convirtió a Alberto Fernández en presidente.

Al igual que el Dr. Frankenstein, cuando comprendió la monstruosidad del engendro que había creado, Cristina Kirchner pretendió desprenderse de su creación y disimular su autoría en el hecho.

En otras palabras, Cristina está tratando de hacer algo imposible: ser oficialismo y oposición al mismo tiempo.

Mal que le pese a Cristina Kirchner y a su hijo, aunque pretendan culpar al presidente Fernández, al exministro Guzmán o al FMI por el actual desastre que ha generado su gobierno, no podrán eludir su responsabilidad en la crisis en que han sumido al país con su incompetencia.

Pero, Cristina y Máximo no son los únicos desertores del proyecto que impulsaron y sostuvieron en los últimos cuatro años.

El pistoletazo de salida lo dio el entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, el 1º de julio pasado.

Probablemente, Guzmán no haya sido tan mal ministro de Economía y los pésimos resultados que dejó su paso por el ministerio de hacienda no sean totalmente resultado de su gestión. Quizá Guzmán pretendió implementar medidas correctas per impopulares, algo que fue vetado tanto por Cristina Kirchner como por el kirchnerismo duro.

Entonces, Guzmán decidió prolongar su estadía al frente del ministerio la mayor cantidad de tiempo posible y dejar el cargo poco antes del estallido, cuando el desastre fuera inminente.

Cristina Kirchner, en su afán de desvincularse de los aspectos más impopulares del acuerdo con el FMI, un convenio a que se arribó con su aprobación creó las condiciones ideales para que Martín Guzmán pegara el portazo, alejándose del gobierno como una víctima más de la intolerancia de la vicepresidente.

Luego fueron las condiciones objetivas, que indicaban una gran derrota electoral del peronismo en las elecciones generales de 2023, las que convencieron a muchos funcionarios de que a veces “soldado que huye sirve para otra batalla”.

Estas condiciones son claras: 130.000 muertos provocados por la pésima gestión de la pandemia del COVID, el índice de desaprobación del gobierno en 72,1%; la pobreza alcanzando el 36,6% y la indigencia en el 8,8% de la población, la inflación situándose cómodamente en las tres cifras, la imposición de 17 nuevos impuestos, el Banco Central sin reservas y el establecimiento de 40 tipos distintos de paridades para el dólar, entre otras calamidades, tales como los escándalos del “Olivosgate” o del “vacunatorio vip”.

Curiosamente, los primeros en señalar el rumbo erróneo del gobierno fueron algunos militantes kirchneristas provenientes del ámbito de la cultura. El fuego amigo comenzó con algunos referentes oficialistas, como el actor Dady Brieva que señaló: “Prometimos que íbamos a volver mejor y volvimos al pedo”. En el mismo sentido se expidió el periodista ultrakirchnerista Diego Brancatelli: “No sean necios. Genera inflación y mal humor social (el alza del dólar blue). Póngase a laburar y hagan algo para detener esta catástrofe.”.

Recientemente fueron tres ministros quienes dejaron voluntariamente sus puestos en el gabinete. Elizabeth Gómez Alcorta por disidencia con la política del gobierno hacia los terroristas mapuches, Claudio Moroni y Juan Zabaleta cansados de los ataques que recibían por parte de voceros de la vicepresidenta.

Los dimitentes fueron reemplazados por dirigentes de tercer orden sin ningún peso político ni electoral. Al parecer los hombres del peronismo que aún conservan cierto tipo de prestigio no parecen dispuestos a poner en juego su caudal político por un gobierno en crisis al cual le resta su último año de mandato.

Luego fue el jefe de Gabinete, Juan Manzur, gobernador de Tucumán en uso de licencia, quien ha anunciado que en diciembre dejaría su cargo para retornar a su provincia para preparar su reelección.

También el sector del sindicalismo que siempre ha acompañado a Alberto Fernández ha comenzado a alejarse del primer mandatario. La soledad política de Alberto Fernández es tal que, el pasado 17 de octubre, el Día de la Lealtad para los peronistas, se realizaron tres actos conmemorativos, pero los organizadores no consideraron necesario invitar a ninguno de ellos al presidente del Partido Justicialista y presidente de la Nación.

Algunos gobernadores peronistas, luego de intentar infructuosamente eliminar las P.A.S.O., se disponen a recurrir a las Ley de Lemas y a separar la elección presidencia de los comicios nacionales para intentar así sobrevivir al tsunami opositor que auguran los sondeos electorales.

Es que las encuestas presentan un panorama desolador para el peronismo. Si las elecciones fueran el próximo domingo 24 de octubre el Frente de Todos no solo perdería la elección presidencial, sino que resultaría derrotado en su bastión de la provincia de Buenos Aires.

Pero, si la economía continúa deteriorándose (tal como auguran todos los economistas) y la inflación destruyendo el escaso poder adquisitivo de los argentinos, el peronismo, aunque retenga el gobierno de algunas provincias pequeñas: Formosa, Chaco, Santiago del Estero, San Luis, San Juan.

Incluso los libertarios de Javier Milei y José Luis Espert podrían situarse segundos en la provincia de Buenos Aires arrebatándole a Cristina Kirchner una eventual senaduría por la minoría en esa provincia. En esa eventualidad, la vicepresidenta correría el riesgo de quedar a la “intemperie judicial”, sin fueros que la mantengan a cubierto de un arresto domiciliario.

Hoy el dilema para Cristina Kirchner es como diferenciarse del gobierno que ella ha creado y del cual forma parte sin desestabilizarlo aún más.

La debilidad del gobierno es tal que de profundizarse la ruptura entre el presidente y su vicepresidenta o de producirse un masivo éxodo de funcionarios kirchneristas podría llevar al adelanto de las elecciones o, lo que es peor, a la renuncia del presidente.

Cristina Kirchner no quiere, ni puede correr el riego de que Alberto le tire el gobierno por la cabeza y de ser ella quien se vea obligada a timonear el final de una gestión tan desastrosa que disputa con el agónico final de la presidencia de Isabel Perón, el título del peor gobierno peronista de la historia.

En otras palabras, Cristina no quiere ser quién apague la luz.

 

lunes, 17 de octubre de 2022

UN LAPIZ PARA GILES


 

El sindicato docente SADOP da una muestra de como los dirigentes están en cosas muy distintas que las verdaderas preocupaciones de la gente.

Hoy uno de mis alumnos de 6º Año de la escuela secundaria, es decir un joven de 17 años que votará en 2023, se me acercó en el recreo para preguntarme qué era peor. Qué el gobierno propusiera soluciones equivocadas a los problemas del país o que los dirigentes fueran incapaces para solucionar esos problemas.

La pregunta no me tomó totalmente por sorpresa. Conozco el nivel de reflexión de mis alumnos y sus preocupaciones sobre el destino del país y por lo tanto sus propios destinos.

Le respondí que para mí el problema con el kirchnerismo no es el tipo de modelo de país que intentan construir. Un modelo que considero erróneo e inaceptable. Mi principal diferencia con el kirchnerismo es que la mayoría de sus dirigentes, comenzando por la líder del espacio y su hijo, me parecen personas incapaces de desempeñar con idoneidad los cargos que ocupan.

Los kirchneristas constituyen la más peligrosa categoría de inútiles. Los inútiles voluntariosos. Es decir, el tipo de personas que hacen mal las cosas y encuentran las soluciones equivocadas. Pero, además, cometen sus errores con total entusiasmo y convencidos de que están tomado las decisiones correctas. Con lo cual, si siquiera tienen la posibilidad de aprender de sus errores.

Este tercer gobierno kirchnerista, además se caracteriza por perder el tiempo en cuestiones secundarias y nada relevantes para la sociedad argentina. Por ejemplo: la ideología de género (en particular, en lo que hace a la modificación artificial del lenguaje), los supuestos derechos de los pueblos originarios, la solidaridad ideológica con países que violan los derechos humanos como Venezuela, Nicaragua y Cuba o en el apoyo a dirigentes notoriamente corruptos como Luiz Inacio Lula da Silva. Cuando no están dedicados en asegurar la impunidad de sus propios dirigentes acusados (y a veces condenados) de hechos de corrupción.

Veamos un ejemplo de como la dirigencia kirchnerista, en todos los ámbitos, pierde el tiempo en cosas insignificantes cuando no ridículas.

Hoy recibí un presente de mi gremio, el Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP), por ser afiliado.

El presente consistía en el lápiz cuya imagen ilustra este artículo. Un “lápiz plantable”. Un lápiz que después de utilizarlo podía ser plantado y obtener así una pequeña plantita, para cuidar el medio ambiente.

Es decir, que los dirigentes docentes, en vez de ocuparse de la marcha de la educación en Argentina, de los derechos de los trabajadores docentes, de su capacitación o de sus tan postergados salarios se dedican a distribuir plantitas.

Será que como no pueden hacerle reclamos al gobierno kirchnerista como si hacían en forma salvaje durante el gobierno de Macri ahora se dedican a regalar plantitas para cuidar el medio ambiente.

O quizá me estaban mandando una sutil indirecta. El lápiz que me enviaron permite crear una plantita de perejil.

Las dudas me carcomen. ¿Me estarán diciendo que por afiliarme soy un “gil”? ¿Soy un “perejil” por esperar que defiendan mis intereses como trabajador y afiliado que paga sus cuotas sindicales? ¿No será que a mi también me van a plantar?

 

sábado, 15 de octubre de 2022

LA SEQUÍA Y LAS INVERSIONES ENTRE LAS PRIORIDADES DEL REY MOHAMMED VI


El rey de Marruecos, Mohammed VI dedicó su discurso de la inauguración de la labor parlamentaria para señalar a los legisladores y a la administración pública los objetivos prioritarios del momento.

Al igual que en cualquier otra monarquía constitucional moderna y democrática el Rey Mohammed VI ha pronunciado un discurso al Parlamento con motivo de la apertura de la primera sesión del segundo año legislativo de la undécima legislatura.

El monarca alauí aprovecho la ocasión para comunicar a los legisladores cuales deben ser las cuestiones prioritarias que demandan su atención preferencial.

El Rey de Marruecos estableció en esta oportunidad como temas de mayor urgencia: el problema del abastecimiento hídrico afectado por el cambio climático, en primer término y luego la cuestión de las inversiones productivas de capital privado y extranjero.

El Rey Mohammed VI es uno de los jefes de Estado que mayor preocupación ha demostrado por las consecuencias del cambio climático sabiendo que el Reino es uno de los países del mundo más afectados por las adversidades climáticas; en especial en sus provincias del Sur.

En las más de dos décadas de su reinado, Mohammed VI ha desarrollado una política proactiva frente a los desafíos impuestos por el cambio climático.

En este sentido, Marruecos albergó dos cumbres climáticas internacionales – Las Sesiones de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP 7 (29/10/2001) y COP 22 (7/11/2016), ambas realizadas en la ciudad de Marrakech.

Además, el reino realizó una gran apuesta a las energías limpias y renovables en reemplazo de las energías fósiles. Está política convirtió a Marruecos en líder mundial en aprovechamiento de energía solar y eólica.

El Rey Mohammed VI, conociendo que Marruecos padece de “estrés hídrico estructural” ha dedicado grandes esfuerzos para “construir más de cincuenta embalses entre grandes y medianos, además de veinte que se hallan en vías de realización”, además de la construcción de “redes hídricas de interconexión y estaciones de desalinización del agua de mar.”

Sin embargo, la actual emergencia hídrica es excepcional. Marruecos está sufriendo la peor sequía de los últimos cuarenta años, una situación que está provocando escasez de agua potable.

Los embalses solo reciben el 11% del agua que suelen recibir en un año promedio.

Los ciento cincuenta pantanos que alberga el territorio marroquí, y cuya capacidad es de 18.000 millones de metros cúbicos, almacenan actualmente tan solo 4.000 millones de metros cúbicos debido a las escasas precipitaciones.

También se registra una sobreexplotación de la capa freática por los cultivos intensivos, los bombeos ilegales y la salinización de los acuíferos costeros.

La dependencia de los agricultores de las precipitaciones (la agricultura de regadío consume el 80% del agua disponible) hace que los rendimientos agrícolas sean vulnerables a la sequía, lo que redundaría en que en 2022 se podría producir la peor cosecha en décadas con el consecuente impacto negativo en la economía del país.

La disponibilidad de agua es actualmente de unos 660 metros cúbicos por persona y por años y se prevé que descienda a los 560 m³ en el año 2030. Los expertos de Naciones Unidas consideran que hay escasez de agua cuando la disponibilidad del líquido elemento es inferior a los 1.000 m³ y por debajo de 500 m³, se entiende que la población se enfrenta a la “escasez absoluta”.

Consciente de la gravedad de la situación hídrica, el Rey Mohammed VI aprovechó su discurso para establecer “una utilización racional y responsable del agua; ello requiere un verdadero cambio de nuestro comportamiento para con este vital elemento”, señaló el monarca haciendo responsables a “las administraciones y los servicios públicos” de dar el ejemplo en este sentido.

En la segunda parte de su discurso el Rey de Marruecos se ha ocupado de una de sus mayores y constantes preocupaciones: el “liberar todas las energías y potencialidades nacionales, estimular la iniciativa privada y atraer mayores inversiones extranjeras” y al mismo tiempo mejorar el “clima de los negocios” para lograr un más destacado posicionamiento de Marruecos en este ámbito.

Marruecos es uno de los mayores receptores de inversiones extranjeras directas de África a pesar de la recepción económica mundial provocada por la pandemia.

En los párrafos más destacados de su disertación referidos a las inversiones productivas y el clima de negocios el monarca alauí señaló: “Con el fin de reforzar la confianza de los inversores en nuestro país, en tanto que destino de una inversión productiva, invitamos a afianzar las bases de la competencia leal y poner en práctica el arbitraje y la mediación para solucionar los conflictos que puedan surgir en este ámbito.” […]

“El objetivo estratégico que se busca no es otro, sino que el sector privado ocupe la posición que bien le corresponde en el dominio de la inversión, en tanto que verdadero motor de la economía nacional.” […]

“Esta última tiene por objetivo la movilización de 550 millones de dirhams (55 millones de dólares), así como la creación de 500.000 puestos de trabajo, entre 2022 y 2026.”

Como puede apreciarse, las preocupaciones centrales en el plano interno son para el rey Mohammed VI la marcha de la economía y desarrollo sustentable del Reino que aún se recupera de los efectos socioeconómicos generados por dos años de pandemia y recesión internacional.

En el discurso ante los parlamentarios no hubo referencias a temas de política exterior, defensa o soberanía, porque estas son facultades que la constitución marroquí señala como de competencia exclusiva de la monarquía.

Seguramente, el rey Mohammed VI aprovechará el próximo 6 de noviembre, cuando pronuncie su tradicional discurso del aniversario de la Marcha Verde para referirse a las cuestiones vinculadas con la soberanía marroquí.

 

jueves, 13 de octubre de 2022

LA ECONOMÍA, EL RECURSO EXTREMO DE BOLSONARO PARA GANAR EN SEGUNDA VUELTA



El presidente Jair Bolsonaro exhibe la recuperación de la economía brasileña después de la pandemia como el mejor argumento para aspirar a un nuevo periodo presidencial.

Las elecciones presidenciales del pasado 2 de octubre concluyeron como una ajustada victoria del expresidente Luiz Inacio “Lula” da Silva por el 48,4% de los votos contra el 43,2% obtenido por el presidente Jair Bolsonaro.

Lula obtuvo en realidad una victoria pírrica. El expresidente estaba convencido -debido a las cifras que anunciaban las encuestas- de imponerse en la primera vuelta y no fue así.

Además, la oposición se quedó con el control del Congreso y obtuvo nueve gobernaciones, mientras que los candidatos de Lula controlarán solo cinco Estados de los 27 que tiene Brasil. Los restantes doce estados deberán definirse en la segunda vuelta electoral del 30 de octubre.

La primera vuelta electoral evidenció que la sociedad brasileña se encuentra claramente polarizada y que los partidos políticos tienen cada vez más problemas para canalizar las preocupaciones del electorado y que su discurso político no está en sintonía con las necesidades de la gente.

Así lo demuestra el 20,9% de abstención comicial, el más alto de la historia, con 32 millones de brasileños que no acudieron a votar.

Indudablemente los escándalos del “mensalao” y el “lava jato”, los sobornos pagados por la firma Odebrecht ocurrido durante los gobiernos de Lula da Silva afectaron la credibilidad de los brasileños en el sistema republicano y en la clase política en general.

Estos resultados muestran también que el giro del electorado hacia la derecha se mantiene, esto acrecienta las esperanzas del presidente Bolsonaro de poder revertir los resultados de la primera vuelta electoral.

Bolsonaro cuenta para ello con los buenos números de la economía. Lo cierto es que la economía brasileña muestra una rápida recuperación después de la recesión provocada por la epidemia del COVID.

El acumulado de inflación hasta el 1º de octubre de 2022 ascendió a 4,09%. Mientras que en los últimos doce meses la inflación fue de 7,17, por debajo del 8,73% registrado durante los doce meses inmediatamente anteriores. Cifra que se sitúa también por debajo de la inflación de la zona euro y del 8,3% registrado en la economía de los Estados Unidos.

Los últimos tres meses previos a los comicios (julio, agosto y septiembre) Brasil tuvo deflación. Bolsonaro asumió con inflación del 11,6%.

El principal índice bursátil brasileño, Bovespa, se ha incrementado un 25% desde que Bolsonaro asumió la presidencia.

El desempleo se redujo en 9,7 millones de nuevos trabajadores, alcanzando el nivel de desocupación más bajo desde 2015. No obstante, 13,1 millones de brasileños (el 39,8% de la población económicamente activa) tienen trabajos en la economía informal, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.

El FMI acaba de mejorar el pronóstico de crecimiento del PBI para este año, pasando del 1,7% al 2,8%.

Las exportaciones brasileñas aumentaron un 1,6% y Brasil sigue siendo el primer exportador mundial de carne y el cuarto de cereales.

Pero no todo son éxitos. Aunque Bolsonaro incrementó en agosto el 50%, hasta los seiscientos reales, el subsidio “Auxilio Brasil”, que era el antiguo “Bolsa Familia” creado por Lula, 33 millones de personas, el 15% de la población viven en condiciones de inseguridad alimentaria, según datos de la Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional.

En total, sumando las personas con inseguridad alimentaria media y leve, hay 125 millones de brasileños que pueden tener problemas para comer cada día.

Por eso, falta determinar con certeza en que medida los datos macroeconómicos favorables se transforman en mayor dinero en los bolsillos y más bienestar para los votantes.

La izquierda acusa a Bolsonaro por el mal manejo de la pandemia (la no imposición de confinamientos y la demora en la importación de vacunas que originó 687.000 muertos. En especial, no le perdonan al presidente el haber calificado a la pandemia como una “gripezinha”.

Sin embargo, si se comparan los muertos porcentuales en virtud de la diferencia de población. En Brasil murió por la pandemia el 0,32% de la población, mientras que, en Argentina, donde se impuso un largo confinamiento que afectó seriamente a la economía, falleció por la misma causa el 2,95% de la población.

Como las encuestas preelectorales fracasaron para predecir los resultados de la primera ronda electoral, deberemos esperar hasta el domingo 30 de octubre para saber si los brasileños votarán por la racionalidad económica que ofrece Jair Bolsonaro o se dejaran seducir por los cantos de sirena del populismo estatista que propone Lula da Silva. Aún cuando esto implique correr el riesgo de seguir la misma suerte que Venezuela o Argentina.

lunes, 10 de octubre de 2022

ARGENTINA ES UN EJEMPLO EN EL MUNDO


 

Bajo el gobierno kirchnerista de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner la Argentina se ha convertido en un ejemplo mundial de lo que no debe hacer un gobierno y de lo que nadie quiere para su país.

Por momentos cuando se aprecia la imagen internacional de la Argentina uno no puede menos que recordar la escena de antología de la icónica película “¿Y dónde está el piloto?” en que tripulantes y pasajeros de un avión hacen fila para abofetear a una mujer que padece un ataque de nervios.

Como en esa comedia de los años ochenta, presidentes, expresidentes, políticos y hasta permios Nobel compiten estos días para criticar al peronismo y señalar a la Argentina como un ejemplo de lo que una sociedad no debe hacer.

Pero, lo más terrible de todo es que los críticos de la Argentina tienen razón y en muchos casos tan sólo señalan hechos evidentes que a los argentinos nos duele aceptar.

Veinte años de peronismo kirchnerista o de populismo kirchnerista (elija el lector con total libertad la caracterización que considera más acertada) han destruido las bases morales, éticas y productivas de la sociedad argentina.

Comencemos por recordar la responsabilidad del peronismo en la crisis de 2001 y en el derrocamiento de Fernando de la Rúa.

Es cierto que un gobierno conformado por una alianza electoral con funcionarios y un programa de centroizquierda presidido por un político de centroderecha con ideas y procederes conservadores difícilmente tenga éxito.

Los errores y temores de Fernando de la Rúa fueron hábilmente aprovechados por un acuerdo entre Raúl Alfonsín y Eduardo Duhalde para reemplazar al dubitativo presidente por un gobierno de coalición.

El costo fue muy alto: cinco presidentes en una semana, la abrupta salida de la convertibilidad, el default de la deuda externa, el brutal incremento de la pobreza (uno de cada cuatro argentinos terminó por debajo de la línea de la pobreza), la desmedida expansión del gasto social, la transformación de las organizaciones piqueteras en actores centrales de la política nacional, todo ello decorado por una cuarentena de muertos, saqueos y violencia.

Luego, la empecinada vendetta de Eduardo Duhalde contra Carlos Menem creó la oportunidad para que el despótico gobernador de una lejana provincia patagónica, con el escaso apoyo de uno de cada cuatro votantes, se convirtiera en presidente de la Nación.

Una vez instalados en la Casa Rosada, los Kirchner mostrarían una desmedida ambición de poder y de dinero o de dinero y poder según prefiera el lector.

Los Kirchner llegaron al poder con la clara intención de no dejarlo nunca. Para ello no dudaron en disciplinar a cualquier voz realmente opositora empleando como ariete sus políticas de derechos humanos, la ideología de género, el estatismo a ultranza, la retórica del socialismo del siglo XXI, según el modelo adoptado por Fidel Castro y Hugo Chávez. Para culminar el proceso crearon una profunda grieta que dividió a la sociedad argentina en dos bandos irreconciliables.

Incluso suprimieron a la oposición dentro del peronismo borrando al duhaldismo de la provincia de Buenos Aires, excomulgando y enviando al ostracismo político a algunos kirchneristas de la primera hora: Julio Bárbaro, Octavio Bordón, Gustavo Beliz, Gerardo Conte Gran y en su momento el propio Alberto Fernández y a algunos funcionarios ligados a él como Marcela Losardo y Vilma Ibarra.

Aprovecharon la crisis del radicalismo para captar a algunos dirigentes con base territorial que constituyeron el “Radicalismo para la Concertación” más comúnmente denominados “radicales K” (Julio Cobos, Miguel Saiz, Leopoldo Moreau, Gerardo Zamora, Daniel Katz, Gisella Marziotta, Matías Lammens, Sergio Palazzo, secretario general del gremio bancario, Maurice Closs y Martín Lousteau.

Algunos radicales K retornaron a su antiguo tronco partidario, otros hicieron carrera como fanáticos y disciplinados soldados K.

Incluso, hasta las organizaciones de derechos humanos fueron cooptadas a fuerza de prebendas y una de ellas terminó siendo transformada en una constructora de viviendas.

Con el paso del tiempo, la combinación de endeudamiento externo, políticas equivocadas, antiojeras ideológicas, endeudamiento externo y una matriz de corrupción sin precedentes, precipitaron al país en una pendiente de decadencia, empobrecimiento (la pobreza alcanzó al 36,6%, la indigencia al 8,8% y la inflación superó el 100% anual), aumentaron los impuestos hasta hacerse confiscatorios, más del 50% de la economía se hizo informal, se agotaron las reservas en el Banco Central y el atraso se hizo evidente en todos los campos, así el país entró en la mayor crisis de su historia.

También se acentuó el aislamiento internacional del país: muchas empresas extranjeras dejaron el país, cesó la llegada de inversiones extranjeras y prácticamente Argentina salió de las rutas aéreas. Mientras tanto los jóvenes hacen cola en las embajadas de los países de que eran originarios sus abuelos en búsqueda de una ciudadanía europea que les permita emigrar.

Los argentinos que en tiempos de Fernando de la Rúa cambiaban sus pesos libremente por dólares al uno a uno, en el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner deben ir al mercado clandestino, con todos los riesgos que eso implica, para conseguir dólares trescientos a uno. Es decir, que el peso en veinte años sufrió una devaluación del 300%.

En pocas palabras, la Argentina se convirtió en una Nación en decadencia, un claro ejemplo de lo que un país no debe hacer y en blanco de las críticas internacionales.

A mediados de 2002, cuando en Argentina gobernaba el peronista bonaerense Eduardo Duhalde, el entonces presidente de Uruguay, visiblemente enojado con dos periodistas de la agencia Bloomberg que habían comparado la economía uruguaya con la argentina disparó impiadosamente: “Los argentinos son una manga de ladrones, del primero hasta el último” […] “No nos compare o ¿Usted es un ignorante absoluto de la realidad argentina y uruguaya? Somos dos países diferentes ¿Sabe la clase de volumen de corrupción que tienen?”   

Indudablemente, Jorge Battle, sabía de lo que hablaba por ser mitad argentino. Su madre la periodista Matilde Ibáñez era argentina.

La semana pasada, fue la presidenta de la Comunidad de Madrid, la dirigente del centrista Partido Popular (PP), quien apeló el ejemplo del peronismo gobernante en Argentina para atacar a las políticas implementadas por el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez.

“El gobierno de Sánchez nos lleva a la ruina. No es el gobierno de la mayoría y, muchos menos, el gobierno de la gente real. Es el gobierno que primero crea la pobreza para después generar dependencia del Estado. Es populismo fiscal. Le quitan dinero a la gente para después, como hacen los peronistas, repartirlos en pagas, ayudas y subsidios”, señaló la dirigente española.

Unos días antes, el expresidente de Gobierno del PP, Mariano Rajoy, hablando en un foro económico en Galicia, fue aún más cruel con el peronismo: “Esto es casi como … Argentina. Estamos caminando hacia un modelo fiscal Frankenstein. Me preocupa resucitar ese viejo debate. ¡Es que es populismo! ¡Eso es Perón! Los gobiernos no pueden jugar a dividir a la gente”, sentenció terminante Rajoy.

La crítica al kirchnerismo también está presente en la campaña para la segunda ronda electoral del 30 de octubre en Brasil.

El presidente Jair Bolsonaro le atribuyó al presidente Alberto Fernández que “un 40% de la población de ese país” este “debajo de la línea de la pobreza” y aseguró que el hambre en Venezuela es tal que “allá ya se comieron a todos los perros.”

Estas críticas de Bolsonaro no son nuevas ni sorprendentes. Bolsonaro siempre rechazó al kirchnerismo argentino por sus estrechos vínculos con su rival Luis Inacio Lula da Silva.

En 2019, Alberto Fernández encabezó la campaña internacional por el “Lula libre” que pedía la libertad del líder del Partido de los Trabajadores. Incluso visitó en dos oportunidades la Superintendencia de la Policía Federal, en Curitiba, donde Lula da Silva permaneció 580 días encarcelado, cumpliendo una condena por corrupción.

El 4 de julio de 2019, Alberto Fernández luego de entrevistarse con Lula, publicó en su cuenta Twitter: “Vuelvo a encontrarme con un viejo amigo, un maestro y una gran fuente de inspiración.”

Sin embargo, Lula da Silva, demostrando que en política no hay amigos permanentes sino intereses permanentes, no sería tan agradecido con su amigo argentino. Obligado a presentarse como un líder moderado y eficiente para tener chance de imponerse en los próximos comicios, el expresidente tomó distancia del gobierno argentino.

En estos días, hablando ante un grupo de empresarios dijo Lula da Silva: “Fernández está estancado. La inflación está en el 70% y no sé que pasará en la Argentina. El hambre es muy alta. Era un país poderoso, alguna vez fue la quinta economía del mundo. Lo que le falta es una elección política sobre para quienes quieren gobernar. Es simple, solo hay que elegir.” […]

“Alberto Fernández ganó las elecciones criticando al préstamo del FMI. Ahora, cuando gana ¿Qué hace? Empieza a perder puntos queriendo solucionar el problema del FMI”.

Alberto Fernández, bien podría decir, como Julio César en el drama de William Shakespeare, al reconocer entre sus asesinos a su hijo adoptivo: “¿Tú también Bruto?”

Más explícito y lapidario fue el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa.

En mayo de este año, el escritor peruano declaró en forma similar: “Argentina es un total sinsentido. Tiene todos los recursos naturales y humanos para ser líder en lo económico, pero permanece rehén de un grupo de autoritarios, encabezados por Cristina Kirchner, que mantienen al país en el atraso, la inflación y la pobreza, haciendo flamear un anticapitalismo obsoleto y deshilachado”.

Además, agregó: “Me resultó tan triste como difícil de creer que los argentinos le hayan dado otra oportunidad al kirchnerismo, en el 2019. Los resultados, tristemente, eran esperables. Argentina sigue sin encauzarse en un sendero reformista y mantiene el mismo hiperestatismo que ha marcado su historia en el siglo XXI”.

“A pesar del lamentable presente, no pierdo las esperanzas en Argentina. Creo que las próximas elecciones deberían no solo remover al kirchnerismo del gobierno, sino ser el primer paso de un camino de reformas urgentes y necesarias. Argentina no puede seguir siendo su peor enemigo”, concluyó.

 

Tantas voces distintas no pueden equivocarse, pero un sector de los argentinos, por fortuna cada vez más pequeño, insiste en cerrar ojos y oídos para vivir en un país de fantasía negando la realidad.

 

Las elecciones de octubre de 2023 no solo deben cambiar un gobierno, deben necesariamente ser el primer paso para una refundación moral de la sociedad argentina antes de que sea demasiado tarde.