lunes, 31 de julio de 2023

La ASAMIMARG presente en la Fiesta del Trono


 

Festejos de la Fiesta del Trono en la embajada del Reino de Marruecos en Argentina con la participación de la Asociación de Amigos del Reino de Marruecos en Argentina.

Después del largo paréntesis impuesto por la pandemia del Covid 19, el Reino de Marruecos ha retomado los tradicionales festejos correspondientes a la celebración del 24avo. Aniversario del ascenso al Trono de Su Majestad el Rey Mohammed VI.

En Argentina, los festejos tuvieron por escenario natural a la residencia del Embajador del Reino de Marruecos Sr. Farez Yassir quien recibió al cuerpo diplomático, personalidades destacadas del ámbito local y como no era menos a una selecta delegación de la Asociación de Amigos del Reino de Marruecos en Argentina (ASAMIMARG).

La numerosa delegación de la ASAMIMARG estuvo encabezada en esta ocasión por la secretaría general de la entidad Dr. Graciela L. Cosentino. El presidente de la Asociación Dr. Adalberto C. Agozino se encontraba en esos momentos en el Reino de Marruecos asistiendo a la celebración de la festividad en la ciudad de Tetuán, por invitación del Rey de Marruecos.

En Buenos Aires, el Sr Embajador Farez Yassir, luego de escucharse los acordes del himno nacional marroquí y del himno argentino, pronunció unas sentidas palabras referidas a la tradicional amistad entre el pueblo marroquí y el pueblo argentino que refrendaron el cordial clima de celebración imperante en la reunión y el compromiso de los asistentes de estrechar aún más los vínculos entre ambos países.

Al evento asistieron más de un centenar de personas, muchos más que en los años previos a la pandemia, posiblemente algo de nostalgia por retornar a la casa de los marroquíes en Argentina. Allí se reunieron en amable plática autoridades nacionales, miembros del cuerpo diplomáticos, representantes de diversas religiones, intelectuales y caracterizados representantes de la sociedad argentina que mantienen vínculos con el Reino de Marruecos.

Los invitados encontraron en el embajador Farez Yassir a un anfitrión atento y cordial que representa con natural solvencia el afecto y cercanía que el pueblo marroquí siente por Argentina.

sábado, 29 de julio de 2023

El Rey de Marruecos Mohammed VI destaca los valores inmutables del pueblo marroquí


 

En el tradicional discurso con que Marruecos celebra el 24° Aniversario de su Ascenso al Trono, el Rey Mohammed VI puso de relieve la seriedad y responsabilidad tradicional con que el pueblo marroquí enfrenta todas las tareas y desafíos que impone su marcha al desarrollo y el futuro de grandeza que merece siempre bajo la consigna: “Dios, Patria y Rey”.

El Rey Mohammed VI a aprovechado la oportunidad que la brinda del tradicional discurso de conmemoración de la Fiesta de Trono para realizar un verdadero “discurso a la Nación” que la ha permitido reseñar logros y definir metas hacia el futuro.

Los logros recientes

Comenzó por destacar los logros deportivos del seleccionado marroquí de futbol, “Los leones de Atlas” que no solo llenaron de justificado orgullo a los marroquíes sino también a todos los pueblos africanos que se sintieron parte de este logro alcanzado por un equipo tanto marroquí como africano y musulmán.

También reiteró la meta de “presentar la candidatura compartida con nuestros amigos en España y Portugal, para acoger las eliminatorias de la Copa del Mundo del 2030, que aspiramos y trabajamos para que sea un acontecimiento histórico, en todos los niveles.”

Por último, el monarca alauí en su alocución destacó con orgullo “la producción del primer automóvil marroquí de fabricación nacional, con competencias nacionales y financiación marroquí, así como la presentación del primer prototipo de automóvil que funciona con hidrógeno, desarrollado por un joven marroquí.”

Para el rey Mohammed VI estos hechos son ejemplos de lo que pueden lograr los marroquíes cuando asumen unidos y con seriedad una tarea.

La integridad territorial

Como es habitual en estos mensajes, el tema del reconocimiento internacional a la plena soberanía territorial en su Sáhara no podía estar ausente en el discurso del Rey. En esta oportunidad el tema asumió el beneplácito real por el reconocimiento de la soberanía marroquí por parte del Estado de Israel y el compromiso de abrir a la brevedad consulados israelíes en las ciudades saharianas de Laayun Y Dajla.

Destacando Mohammed VI que los avances en el mejoramiento de las relaciones con Israel no significan, de modo alguno modificar “la inamovible posición de Marruecos con respecto a la justicia de la causa palestina y a los legítimos derechos del pueblo palestino hermano de establecer su Estado independiente, con Al Qods oriental como capital, lo que puede garantizar la seguridad y estabilidad para todos los pueblos de la región.”

La protección del medio ambiente

Desde su asunción al trono, el Rey Mohammed VI ha llevado a nivel de política de Estado la protección del medio ambiente y la apuesta a las energías limpias y renovables, por lo tanto, el tema no podía estar ausente en este discurso.

Marruecos en estas dos últimas décadas ha albergado cumbres climáticas internacionales, fijado políticas proactivas de protección medioambiental y por sobre todas las cosas se ha convertido en un líder mundial en lo que hace a la producción de energías limpias de origen solar y eólico.

Ahora, el reino magrebí comienza una nueva etapa como productor y exportador de hidrógeno verde. Una nueva fuente de recursos para potenciar el desarrollo de Marruecos.

En ámbito medio ambiental, se agrega la necesidad de una eficaz gestión de los escasos recursos hídricos, que requiere una mayor seriedad y vigilancia, para lo cual se ha elaborado el Plan Nacional del Agua, para el período 2020-2027.

El tema de abastecimiento de agua se ha convertido en una cuestión prioritaria debido a la crisis hídrica que afecta no solo al Norte de África sino también al conjunto de la región mediterránea como producto del cambio climático y el calentamiento global.

La cuestión social

En el mensaje de Su Majestad tampoco podían estar ausentes los problemas sociales que producto de los años de sequía, la invasión rusa a Ucrania y el alza de los precios han provocado en los sectores menos favorecidos de la sociedad marroquí.

Por ello el Rey Mohammed VI señaló que: “Hemos dado nuestras orientaciones al gobierno para tomar las medidas necesarias a fin de paliar sus efectos negativos sobre las categorías sociales y sectores más afectados, garantizando el abastecimiento de los mercados con los productos de primera necesidad.”

Argelia

El discurso de la Fiesta del Trono no podía concluir sin que el Rey Mohammed VI hiciera una apelación a la cordura y racionalidad de los gobernantes argelinos empeñados en los últimos años en una confrontación estéril con Marruecos

Dijo al respecto el Rey Mohammed VI dijo: “queremos asegurar una vez más a nuestros hermanos argelinos, tanto a los dirigentes como al pueblo, que Marruecos jamás será origen de cualquier daño o perjuicio. Les queremos transmitir, igualmente, la enorme importancia que otorgamos a los vínculos de afecto, amistad, intercambio y comunicación entre nuestros dos pueblos.

“A Dios Todopoderoso imploramos para que todo vuelva a la normalidad, y que se abran las fronteras entre nuestros dos países y pueblos vecinos y hermanos.”

En este discurso el Rey Mohammed VI expresa una visión optimista y confiada en que su pueblo, con la seriedad, responsabilidad y capacidad de resiliencia que lo caracteriza, continuará consolidado su desarrollo económico y afianzando su integridad territorial.

Una visión realista y esperanzadora que solo tiene un estadista que confía plenamente en las energías y valores de su pueblo.

América Latina ha entrado en la “era china”


 

“Dicen que China quiere dominar el mundo... La respuesta es que los chinos quieren ser poderosos”

Dr. Henry Kissinger.

 

Las eras imperialistas en América Latina

Durante los primeros trescientos años de su historia, entre el descubrimiento en 1492 y el comienzo del proceso de independencia hacia el 1800, América Latina constituyó una parte del Imperio Español.

Al declinar el poderío español, al final de las guerras napoleónicas, comienza en la región el siglo de hegemonía del Imperio Británica. Entre 1815 y el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 el león británico ejercía una influencia decisiva en América Latina otorgando créditos, construyendo puertos y ferrocarriles, adquiriendo materias primas, vendiendo sus productos (en especial el carbón y textiles) y transportando cargas en sus barcos.

El fin de la Primera Guerra Mundial marca el comienzo del ocaso del “Siglo Británico”, que se cerrará definitivamente después del fin de la Segunda Guerra Mundial, con el ascenso irresistible de lo que el sociólogo francés Raymond Aron denominó “la República Imperial”, los Estados Unidos de América.

Entre 1945 y 2001, América Latina fue realmente “el patio de atrás de la política estadounidense. Desde Washington se aplicaba sin mayores pudores el lema del presidente James Monroe (1817 – 1825): “América para los americanos”, es decir, “América para los norteamericanos”.

Sin embargo, después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, la diplomacia estadounidense redefinió sus prioridades conforme a las necesidades de la “guerra contra el terror”.

Especialmente, después del destrato sufrido por el presidente George W. Bush, en la IV Cumbre de las Américas, en Mar del Plata, en noviembre de 2005, por parte del gobierno de Néstor Kirchner, América Latina “salió del radar” del Departamento de Estado que centró su atención en otras regiones: Asia central, Medio Oriente y Europa del Este.

El vacío de poder generado por los Estados Unidos en América Latina es gradualmente ocupado por China, que desde el año 2000 ha invertido en la región 172.000 millones de dólares e instalado 2.700 empresas y se ha convertido en el principal socio comercial de los países latinoamericanos.

Ahora, después de años de abandono e indiferencia, tanto los Estados Unidos como la Unión Europea han comenzado a preocuparse por la creciente influencia de China en América Latina.

En realidad, esa preocupación tiene serios fundamentos. El comercio de China con América Latina, por ejemplo, que ascendía a 12.000 millones de dólares en el año 2000, se incrementó superando los 430.000 millones de dólares, en 2021. Además, los grandes bancos estatales chinos han otorgado créditos en la región por 139.000 millones de dólares.

Actualmente, China es el principal socio comercial de las cuatro mayores economías latinoamericanas: Brasil, Argentina, Colombia y Chile.

No obstante, la mayor influencia china en la región no se manifiesta únicamente en el ámbito comercial. El presidente chino Xi Jinping ha realizado trece giras por Latinoamérica. Además, el Instituto Confucio, una suerte de “caballo de Troya” cultural chino tiene filiales en 24 países latinoamericanos que difunden el idioma y la cultura china. El Banco Industrial y Comercial de China (ICBC, por su sigla en inglés) está presente en las principales economías latinoamericana: Argentina, Brasil México y Perú.

Argentina y Bolivia debido, a sus problemas financieros, han comenzado a operar en yuanes para pagar sus exportaciones y Argentina, demás, ha pagado parte de sus vencimientos con el FMI en la moneda china.

Además, Beijín ha aprovechado la pandemia del Covid 19 para desarrollar la “diplomacia de las vacunas”, aislar diplomáticamente a Taiwán y obtener bases estratégicas en el subcontinente.

Buenos negocios

China intenta asociar a los países latinoamericanos a sus proyectos estratégicos de desarrollo y expansión de su influencia global, tales como la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda o la Iniciativa de Desarrollo Global.

Con una demandante población de más de 1.300 millones de personas, China esta urgida de asegurarse el abastecimiento futuro de recursos naturales claves, energía y bienes primarios, apertura de nuevos mercados y colocar inversiones en proyectos de inversión, innovación, tecnologías y telecomunicaciones.

Esta política de penetración en la región le ha permitido convertirse en el primer socio comercial inundando los mercados locales con sus bienes de consumo e intermedios.

Como toda potencia imperialista, China, mientras negocia acuerdos comerciales, impone demandas geopolíticas y depreda los recursos naturales.

Los chinos cuentan con una flota de pesqueros de altura compuesta por 2.800 navíos, que constituye el 80% del total mundial de este tipo de barcos.

La explotación de las aguas marinas que le ha asignado la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), obliga a la flota pesquera china de alta mar a navegar cada vez mayores distancias para pescar en aguas de los países del Tercer Mundo.

América Latina es una de las regiones más afectadas por la depredación pesquera de los chinos. Aunque los pesqueros chinos capturan en sus redes todo tipo de especies marinas (como tortugas, delfines y pingüinos). Buscan el calamar gigante -calamar iliex- y los langostinos en las aguas patagónicas, el atún frente a las costas de Chile y Ecuador, los tiburones (incluido el tiburón martillo, especie protegida en riesgo de extinción) en aguas de Colombia y Perú.

La flota pesquera china emplea buques capaces de permanecer por años en alta mar. Los pesqueros se encargan de capturar los peces con sus redes. Los buques factoría reciben y procesan la pesca en el mismo lugar donde se la captura, arrojando al mar los desechos contaminantes de su actividad.

El pescado, procesado y congelado, y la harina de pescado son enviados a China. Los buques frigoríficos hacen el recorrido entre los buques factoría y los puertos chinos llevando la carga y relevando a las tripulaciones de los pesqueros.

En esta forma los chinos han transformado a la pesca en un proceso industrial en el que los buques operan como una suerte de fábricas flotantes que funciona en forma ininterrumpida y donde los pescadores en la mayoría de los casos viven sometidos a una suerte de esclavitud, en muchos casos sin poder retornar a sus países de origen por décadas.

Los chinos incluso han instalado en el Atlántico Sur, frente a las aguas del Mar Argentino, un buque tanque con capacidad de almacenar hasta 17 millones de litros de gasoil que reabastece de combustible en alta mar a los barcos pesqueros que operan en la zona, no solo los chinos. Esta suerte de gasolinera o “estación de servicio” flotante (que son muy comunes en Brasil, en aguas del Amazonas o del río Negro) constituyen un grave riesgo ecológico para los ecosistemas marinos circundantes por la posibilidad de derrames de combustible.

China aprovecha que la mayoría de los países latinoamericanos con grandes costas dotadas de recursos ictícolas carecen de tecnología y recursos financieros para combatir la pesca ilegal patrullando las aguas de su zona económica exclusiva de 180 millas.

Ventajas Geopolíticas

El 8 de junio de 2023, el importante diario financiero de The Wall Street Journal publicó que China planeaba operar una base para realizar Sigint (inteligencia de señales) sobre los buques, aeronaves y satélites estadounidenses. Posteriormente, el Pentágono aclaró que Beijín opera este tipo de instalaciones de inteligencia en la región desde hace tiempo.

Una de las más importante de estas bases está instalada, desde 2014, en el desierto neuquino, en la Patagonia argentina. La base china se creó durante la presidencia de Cristina Kirchner y luego fue refrendada por su sucesor: Mauricio Macri.

La instalación ocupa un predio de 200 hectáreas, donde tiene instalada una gigantesca antena que pesa 450 toneladas, ha sido concesionada por cincuenta años, es operada por el Ejército Popular Chino y tiene el mismo estatus jurídico de extraterritorialidad que una embajada.

El propósito declarado de la instalación es la exploración del espacio lejano. China necesitaba una estación de rastrero de satélites al otro lado del mundo para poder lanzar expediciones a la Luna y la Patagonia era un lugar idóneo para ello. La base de la provincia de Neuquén fue clave para el alunizaje de la sonda china Chang’e, el 3 de enero de 2019.

Los Estados Unidos sospechan que las instalaciones chinas en la Patagonia también monitorean sus satélites, escuchan sus comunicaciones y siguen los desplazamientos de sus buques y aeronaves. A estas estaciones terrestres se añade la detección, a principios de 2023, de un globo aerostático de vigilancia sobre cielos de Colombia y Costa Rica.

Beijín también muestra interés por las infraestructuras de transporte. La naviera china Cofco adquirió dos terminales en el principal puerto brasileño, el puerto de Santos, en el estado de São Paulo, entre 2014 y 2015, tras obtener el control de la cerealera Nidera y de la firma de Hong Kong, Noble Group.

Un conjunto de empresas chinas: China Harbour Engineering (CHEC), China Railway Construction, Sinopec y Sinohydro, desde 2013, se han dedicado a construir carreteras, puentes, represas y plantas eléctricas en Bolivia.

CHEC participa en un 25% de los proyectos regionales chinos, entre ellos la ampliación de los terminales de contenedores de Colón (Panamá) y Manzanillo (México) y la reforma del puerto North Abaco en las Bahamas.

Beijín aspira a construir en Manzanillo, el tren turístico de la península de Yucatán que ha prometido el presidente Andrés Manuel López Obrador y que requerirá inversiones faraónicas.

En Argentina, el China Gezhouba Group se propone construir en la provincia patagónica de Santa Cruz, las represas hidroeléctricas: Néstor Kirchner y Jorge Cepernic.

Durante la cumbre del G-20, en Buenos Aires, en diciembre de 2018, el presidente Xi Jinping firmó con el entonces presidente Mauricio Macri, un acuerdo para la construcción de la central nuclear Atucha III, la cuarta del país. La inversión se financiará con un crédito chino por un monto de 6.500 millones de dólares que se amortizará en veinte años a un tipo de interés del 4,5%.

Otra empresa china ofrece mejorar el puerto argentino de Ushuaia, en la isla de Tierra del Fuego, una iniciativa que entusiasma al gobierno provincial, ya que también incluye la construcción de una planta generadora eléctrica y otra de producción petroquímica, pero que encuentra fuertes resistencias de las nacionalistas de izquierda y derecha dentro del país y agita los temores de Estados Unidos y la Unión Europea.

La isla es un lugar estratégico de paso entre los océanos, eventualmente vital durante un conflicto de alcance mundial, que pueda generar el cierre del canal de Panamá, país mucho más cercano a Estados Unidos. Un tercer caso, aunque no concretado, tiene que ver con el inmenso interés chino en controlar la hidrovía del río Paraná, cuyo puerto principal es el de Rosario, provincia de Santa Fe. El cauce del río Paraná es el vehículo de salida de buena parte del comercio fluvial de América latina.

Beijín también presiona al gobierno kirchnerista de Alberto Fernández para que adquiera los aviones de combate JF-17, producidos en forma conjunta por Pakistán y China, para renovar la casi inexistente Fuerza Aérea Argentina. Si la venta se concreta, por primera vez los chinos se convertirán en proveedores de armamentos. Hasta el momento, China ha logrado vender (o transferir para generar interés en la región) equipos policiales de vigilancia remota (software de reconocimiento facial), aviones de entrenamiento, armas livianas y municiones. Nunca ha logrado vender equipos tan sofisticados y costosos como este avión interceptor multipropósito de cuarta generación.

También Ecuador se encuentra bajo la influencia china., Beijín tiene derechos sobre el 90% de las reservas ecuatorianas de petróleo después de haber otorgado 12.000 millones de dólares en créditos a Quito.

China construyó y financió la represa hidroeléctrica de Coca Codo, ubicada en la selva amazónica, con una inversión de 1.700 millones de dólares que incluía varios proyectos adicionales para la construcción de puentes y carreteras. Se pensaba que, con potencial para producir 1.500 megavatios, la central hidroeléctrica resolvería los problemas energéticos del país.

Pero, actualmente, la represa inaugurada en 2016, esta semiparalizada debido a múltiples fallas de diseño que han generado fracturas en su estructura y por la cercanía de un volcán activo.

Adicionalmente, Latinoamérica ha sido el campo escogido por China para librar su batalla diplomática y así restarle reconocimiento a Taiwán. Este año, Honduras fue el último de los países latinoamericanos en romper relaciones con la isla, siguiendo el camino de Nicaragua y República Dominicana. El asunto fue parte de la reciente campaña de las elecciones presidenciales en Paraguay. En la actualidad, los países que todavía siguen relacionándose con Taipéi son Guatemala, Belice y Haití, además de las islas caribeñas San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas. 

Como puede apreciarse, la presencia china en América Latina es creciente y se manifiesta en diversos ámbitos. Se trata de una presencia imperial de explotación económica y de subordinación geopolítica.

En síntesis, podríamos decir, que a lo largo de su historia América Latina, esta siempre cambiando de amo sin lograr el auténtico desarrollo económico que garantizaría su independencia. Pareciera que ahora es el turno de China para ser la potencia imperial del subcontinente.

 

    

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 20 de julio de 2023

El arquitecto de la Argentina liberal


 


Hace ciento ochenta años, el 17 de julio de 1843, nacía el general Julio A. Roca, el mejor presidente argentino y el hombre que sentó la bases para la Argentina moderna en tiempos del auge liberal y de la división internacional del trabajo.

Roca y el roquismo

El general Julio Argentino Roca era un caudillo pragmático, un hábil político dos veces presidente de la Nación, un liberal modernizador e inteligente y un conocedor sagaz de las debilidades ajenas.

En 1884, la revista humorística “Don Quijote”, editada por el periodista español Eduardo Sojo, inauguró la costumbre de bautizar a los políticos con apodos zoológicos. Desde entonces Roca fue “el zorro” y pronto la gente se acostumbró a llamarlo de ese modo.[1] Pocas veces un mote fue más certero. En la política argentina Roca habría de ser zorro y león a un tiempo, como Maquiavelo aconsejaba a los gobernantes.

Decía el genial florentino en el Capítulo XVIII de su obra “El Príncipe”“Debéis por lo tanto comprender que hay dos modos de defenderse: por la ley y por la fuerza. El primero es el que conviene a los hombres, el segundo corresponde a los animales; pero como a menudo el primero no basta, es preciso recurrir al segundo. Esto es lo que con palabras veladas enseñan los antiguos autores a los príncipes cuando les cuentan como Aquiles y otros príncipes fueron confiados en su niñez al centauro Quirón para que los criara y educara bajo su custodia. El hecho de darles un preceptor medio hombre, medio bestia significa que un príncipe tiene necesidad de saber usar ambas naturalezas, ya que la una no podría durar si no la acompañara la otra. Dado que un príncipe se ve obligado a obrar competentemente según la naturaleza de las bestias, debe imitar los procedimientos del león y del zorro juntos, porque el primero solo no basta, ya que éste no sabe defenderse de las trampas, y el segundo tampoco, pues no sabe defenderse del lobo. Es necesario, pues, ser zorro para conocer las trampas, y león para espantar a los lobos. Los que sólo toman como ejemplo al león no saben cuidar bien sus intereses…”[2] 

   

Veamos tan sólo dos referencias de como Roca entendía que debía ser el comportamiento de un líder político. En septiembre de 1872, escribía a su concuñado Miguel Juárez Celman: “Usted tiene que hacerse más reservado si quiere que no nos den de repente un pesado chasco. Le recomiendo reserva hasta con los amigos más íntimos.” Y a fines de 1880 insistía, con cierta erudición:“No olvide el consejo del cardenal Richelieu: Hablar poco, escuchar mucho, fingir interés en la necesidad de los otros, sin dejar por eso de hacerse temer.”[3]

 

Retomando el análisis del roquismo, comenzaremos por consignar que las bases del régimen fueron consolidadas a partir de los caracteres psicológicos y de las aptitudes personales del presidente. Al hacer referencia a éstas últimas, sus contemporáneos perciben las más diversas facetas. Alberdi -por ejemplo- quedará prendado de su estampa de “archiduque austriaco”, en tanto que Sarmiento ve tan sólo a un “barbilindo”. No obstante, el sanjuanino no dudará en apelar a Roca para terminar con las últimas rebeldías de los caudillos provinciales. Más perceptivo, Nicolás Avellaneda sentenció: “He conocido a un oficial Roca que con una zorrería tucumana dará mucho que hablar a la República”.

 

Con breves y certeras palabras, Armando Braun Menéndez traza el siguiente retrato de Roca: “Mediano de estatura y delgado, alta la frente, la barba rubia y cuidada, los ojos claros, algo salientes, de un mirar que podía ser acogedor, como irónico o despreciativo, siempre  pulcro  el uniforme de corte elegante, los modales suaves, a veces distantes, la conversación inteligente, intercalada de silencios en que naufragaban los postulantes y los adulones; Roca, indudablemente, tenía personalidad”[4].

 

“Tras brillante carrera militar, -nos dice Isidoro J. Ruiz Moreno- el general Julio A. Roca fue el político que presidió el paso de Argentina a la modernidad. Quien había vivido alumbrándose con velas o faroles, comunicándose por medio de chasquis o diligencias, y avanzando al paso de caballos con igual velocidad que en la Edad Media, pudo disfrutar de la electricidad, del automóvil, del teléfono[5], del tren. Esto no fue una evolución natural, sino el producto consciente de él y de sus colaboradores, de la “generación del 80” a que perteneció y lo rodeo.”[6]

Julio A. Roca como Juan D. Perón fueron presidentes argentinos que parecieron tener dos vidas muy distintas. En la primera de ellas fueron militares y en la segunda, una vez culminada la primera, ser dirigentes políticos y presidentes de la Nación.

Si bien hay algunas diferencias. En tanto Juan D. Perón fue un militar de tiempos de paz. Nunca mando tropas en el campo de batalla, tampoco se vio forzado a combatir. Solo sacó su sable para derrocar dos gobiernos constitucionales: en 1930 participó del derrocamiento de Hipólito Yrigoyen y una década más tarde, el 4 de junio de 1943, participó del golpe de Estado contra el presidente Ramón S. Castillo. Es decir, que mal que les pese a sus seguidores, el “primer trabajador” fue un militar golpista más.

La carrera militar de Perón fue de carácter administrativo obtuvo sus ascensos en el Ejército, de subteniente a coronel, por antigüedad y por reunir los requisitos reglamentarios necesarios. Los ascensos a general de brigada, general de división y teniente general fueron obtenidos por decisión del Congreso Nacional (dominado por legisladores peronistas) cuando era un militar en situación de retiro y ocupaba la presidencia de la Nación. Si bien a teniente general fue ascendido en 1973 cuando se le restituyó el grado y el uso de uniforme que le había quitado un Tribunal de Honor en 1955.

Julio A. Roca por el contrario además de militar fue soldado. Participó en numerosas campañas y batallas. Condujo a sus tropas contra las rebeldías de los caudillos provinciales, contra las fuerzas paraguayas que violaron la soberanía territorial argentina en la Guerra de la Triple Alianza y, por último, para terminar definitivamente con los malones indios durante la Campaña al Desierto.

Roca obtuvo muchos de sus ascensos (incluso el de general de brigada) en el campo de batalla. Nunca levantó su espada contra un gobierno constitucional.

Ambos fueron elegidos presidentes en más de una ocasión. Roca en dos oportunidades (1880 y 1898) y Perón en tres (1946, 1952 y 1973). Aunque sólo Julio A. Roca logró completar dos períodos presidenciales.

Antecedentes biográficos

Julio A. Roca nació, el 17 de julio de 1843, en el seno de una familia patricia de la ciudad de Tucumán. El primer Roca establecido en Tucumán fue su abuelo Pedro Roca, natural de Tarragona. Llegado al Virreinato del Río de la Plata hacia 1780. Pedro Roca se casó allí con María Antonia Tejerina, una criolla perteneciente a la estirpe de los Aráoz. El matrimonio tuvo ocho hijos: siete varones y una mujer.

José Segundo Roca, padre del futuro presidente, fue un militar que comenzó su prolongada carrera en las armas en el Ejército de los Andes, como subteniente abanderado del Batallón 11 de Infantería, a las órdenes del Libertador General José de San Martín y la culminó al morir el 8 de marzo de 1866, durante la Guerra del Paraguay donde ejercía el mando de un regimiento como coronel.

El coronel Segundo Roca, después de dejar el Ejército de los Andes, se involucró en las luchas civiles de su provincia. Capturado por las fuerzas del gobernador Alejandro Heredia, en 1837, fue condenado a muerte. En ese momento, la hija del influente ministro tucumano doctor Juan Bautista Paz, Agustina Paz, pidió al gobernador por la vida del militar cautivo. Obtenido el perdón Agustina y Segundo se casaron en 1838.

La pareja tuvo ocho hijos: Alejandro (1838), Ataliva (1839), Julio (1843), Celedonio (1844), Agustín (1847), Marcos (1849), Rudecindo (1850) y Agustina (1852). De ellos cuatro fueron militares: Celedonio, Marcos, Julio y Rudecindo. Celedonio y Marcos murieron en la Guerra de la Triple Alianza, en tanto Julio y Rudecindo llegaron al grado de general.

Agustina Paz de Roca falleció en 1855 a los 45 años. El coronel Segundo Roca se encontró viudo con ocho hijos menores, en consecuencia, procedió según era habitual en la época, distribuyó a sus hijos entre hermanos y cuñados. Los hijos del medio: Celedonio, Marcos y Julio fueron aceptados como alumnos pupilos en el prestigioso Colegio Nacional de Concepción del Uruguay, creado por el gobernador Justo José de Urquiza, en 1851.

En 1856, Roca con tan sólo doce años se incorporó a la Sección Militar del Colegio Nacional (que precedió en trece años su creación como instituto militar a la del Colegio Militar de la Nación instituido por el presidente Domingo F. Sarmiento).

Julio A. Roca obtuvo su despacho como subteniente, el 20 de marzo de 1858, a los quince años. De este modo comenzó su brillante carrera militar.   

Durante los dieciocho años que transcurrieron entre 1862 y 1880, Roca, antiguo oficial de Urquiza en Cepeda y Pavón, sirvió en el Ejército Nacional participando en todas aquellas acciones que contribuyeron a consolidar el poder político central. Estuvo a las órdenes del general Paunero  contra Vicente Peñaloza; combatió en la Guerra del Paraguay; enfrentó a Felipe Varela en Salta;  venció a Ricardo López Jordán en la batalla de “Ñaembé”; sofocó el levantamiento de 1874 en el interior derrotando al general Arredondo en los campos de “Santa Rosa” y, por fin, incorporado al ministerio de Guerra durante la presidencia  de  Avellaneda y luego de la muerte de Adolfo Alsina, dirigió en 1879 la “Campaña al Desierto” que terminó con el problema del indio y posibilitó extender la soberanía argentina a las tierras de la Patagonia.[7]

 

Esa trayectoria militar permitió a Roca mantener contactos permanentes desde sus comandancias de frontera con las emergentes elites gobernantes que progresivamente reemplazarían a los gobernadores del sistema federal; labor paciente de militar desdoblado en político que, sin adelantarse a los acontecimientos, fue moldeando un interés común para el interior capaz de ser asumido como valor propio por los grupos gobernantes. Porque de eso se trataba.

Las provincias, en alguna medida integradas en un espacio territorial más amplio y subordinadas de modo coercitivo al poder central, advirtieron que el camino para adquirir mayor influencia política consistía en acelerar el proceso de nacionalización de Buenos Aires y no en retardarlo. Los artífices naturales de ese interés común serían los gobernadores vinculados con Roca a través del Ministerio de Guerra y protegidos por Avellaneda.[8]

 

El Partido Autonomista Nacional sirvió al presidente Avellaneda como estructura partidaria, canal para el reclutamiento de cuadros dirigentes y medio de comunicación política. La Liga de Gobernadores, alianza táctica que usaron las elites liberales del interior para defender sus intereses frente a los localistas porteños, era también parte de la estructura de poder del régimen y permanecía como un fuerte entretejido de lealtades que permitía el control de las situaciones políticas locales.

Cada gobernador debía asegurar, en su ámbito de influencia, el éxito electoral de la candidatura presidencial oficial. En retribución se le otorgaban los recursos financieros para lograr la estabilidad en el cargo y la posibilidad de prolongar su accionar político como senador al terminar su período en la gobernación. Un cronista parlamentario de la época, José Manuel de Yzaguirre, quien trabajaba para el diario “La Prensa”, describía en 1890 como funcionaba el sistema: “La práctica ha olvidado casi todo y ha establecido que, para ser senador, se requiere haber sido zurrador de pueblos y libertades, es decir, gobernador, tener los años que quiera encima, y ser semimudo por temperamento. No se habla nada de ser débil de carácter, inconsecuente por principio, negociante por costumbre, ni político silencioso por necesidad, pero en algunos casos se requiere también estas virtudes” Para completar apuntaba: “Basta ser gobernador de provincia para tener asegurada la banca en el Senado, y basta como consecuencia tener una banca en el Senado para aspirar con éxito a las gobernaciones de provincia”[9].

 

Esta era la forma natural de prolongar una exitosa carrera política. Si el dirigente provincial se alejaba de la línea política oficial era castigado con la intervención federal. Las provincias se manifestaron en favor del general Roca en función de su rivalidad con Buenos Aires y en búsqueda de una mayor participación en el manejo de los recursos nacionales. Las elites empobrecidas del interior pusieron en el roquismo sus esperanzas de una era de progreso.

Pero también algunos notables bonaerenses adhirieron rápidamente al roquismo. Antiguos miembros del disperso Partido Autonomista de Adolfo Alsina e incluso algunos mitristas desertaron de las filas de su jefe presintiendo que una nueva estrella asomaba en el firmamento político del país.

Entre ellos se destacaba Diego de Alvear, poderoso hacendado bonaerense, dueño de 300.000 hectáreas en Santa Fe donde su palacete, “La Quinta de Alvear”, inauguró el modelo itálico en las estancias de esa provincia. Luis V. Sommi afirma que fue en la suntuosa mansión porteña de esta familia donde, entre sorbo y sorbo de té, cuarenta personas que representaban al más fuerte núcleo de la burguesía terrateniente decidieron votar por Roca. Otros de los noveles partidarios del conquistador del Desierto eran Antonio Cambaceres, miembro conspicuo del autonomismo, ganadero y empresario saladeril en Ensenada y Bahía Blanca y Carlos Casares, gobernador de la provincia de Buenos Aires antes que Carlos Tejedor, dueño de una estancia modelo en Cañuelas donde criaba caballos de carrera -su hermano Vicente fundó el establecimiento lácteo “La Martona”, en 1891-. Pero quizás el más notable del grupo era Saturnino Unzué, yerno de Carlos Casares. Unzué, muy mitrista, había financiado la rebelión de 1874 cuyo episodio culminante tuvo lugar en “La Verde”, uno de sus establecimientos rurales.[10]

 

Como producto de esta nueva coalición política, a partir de 1880 la provincia de Córdoba, con el gobernador Antonio del Viso y su ministro de gobierno Miguel Juárez Celman, centro político de la coalición roquista, pasará a integrar el núcleo de los estados rectores, tal como lo hicieron en 1853 Santa Fe y Entre Ríos[11]. Al mismo tiempo, el ejército de línea que el general Roca conocía bien y en el que había ganado justo prestigio, sería otra de las bases del régimen. Y el dominio paulatino de la administración servía como canal de transmisión de las directivas, y aún de concepción, que de los asuntos públicos tenía la elite.

 

Burocracia política, burocracia administrativa e incipiente burocracia militar. Si se añade a eso la coincidencia de los postulados del régimen tradicional, se comprende la vigencia del sistema roquista más allá de su gestión institucional y hasta la crisis de 1890 y su sorprendentemente larga agonía posterior.

El general Julio A. Roca por haber consolidado la soberanía argentina en la Patagónica (primero con la Campaña al Desierto y luego como presidente suscribiendo el Tratado General de Límites de 1882), haber pacificado al país de las luchas intestinas y sembrado las bases de educación argentina con la Ley 1420 de Enseñanza Pública, Gratuita, Obligatoria y Laica, y sembrado las bases para que el país se convirtiera en 1910 en una potencia regional, se ha ganado sin lugar a dudas un lugar en el Panteón Nacional junto a Belgrano, San Martín y Sarmiento.

[1] ULANOSKY, Carlos: “Paren las rotativas” Ed. Espasa. Bs. As. 1996. Pág. 24. Otros agraciados con motes zoológicos fueron Miguel Juárez Celman “el burrito cordobés”, José Evaristo Uriburu: “El cangrejo”, Paul Groussac: “El gallito”. La costumbre de aplicar apodos zoológicos a los políticos no desapreció nunca, en la década de 1920, un periodista del diario “Crítica”, Diógenes “el mono” Taborda bautizó a Hipólito Yrigoyen como “el peludo” y en la década de 1960 la revista humorística “Tía Vicenta”, creada por el  dibujante Juan Carlos Colombres -“Landrú”- solía dibujar al presidente Arturo Illia con  cuello de jirafa o directamente como una “jirafa” y después el presidente Arturo Illia caracterizado como una “tortuga” y al general Juan Carlos Onganía como una “morsa” por sus gruesos bigotes. El poco humor de Onganía motivó la clausura de la publicación. Más recientemente, el presidente Néstor Kirchner suele denominarse a sí mismo como “Pingüino”. Sobre este tema puede consultarse la excelente obra de Jorge Palacios” “Faruk”“Crónica del humor político en la Argentina”. Ed. Sudamericana. Bs. As. 1976. Pág. 136. 

[2] MAQUIAVELO, Nicolás: “El príncipe”. Ed. Sudamericana. Bs. As. 1976. Pág. 136.

[3] HERZ, Enrique Germán: Op. Cit. Pág. 194.

[4] SAENZ QUESADA, María: Op. Cit. Pág. 187.

[5] COMUNICACIÓN TELEFÓNICA: Según Isidoro J. Ruiz Moreno la primera llamada telefónica que se efectuó en el país fue entre el presidente Roca y su ministro de Relaciones Exteriores, Bernardo de Irigoyen en 1881. Op. Cit. 205

[6] RUIZ MORENO, Isidoro J: Op. Cit. P. 9

[7] BOTANA, Natalio: Op. Cit. Pág. 32.

[8] BOTANA, Natalio: Op. Cit. Pág. 33 y 34

[9] ESCLAPELO: “El senado de 1890. Brochas parlamentarias”. Ed. Librairie Francaise. Bs. As. 1890. Escalpelo era el seudónimo de José Manuel Yzaguirre. La cita está tomada de VIDAL, Armando: “El Congreso en la trampa”, Ed. Planeta. Bs. As. 1996. Pág. 176.

[10] SAENZ QUESADA, María: Op. Cit. Pág. 187.

[11] SAENZ QUESADA, María: Op. Cit. Pág. 190.