Los dirigentes populistas, sin importar su signo
ideológico, suelen apelar a cualquier medio para llegar al poder y luego para
mantenerse en él. Aunque esto lleve a intimidar periodistas o buscar el apoyo
de gobiernos extranjeros poco recomendables.
Puede haber algo en común entre un magnate
inmobiliario de 71 años devenido en presidente de los Estados Unidos y un
académico de izquierda devenido en político que, a sus 39 años, puja por
convertirse en Jefe de Gobierno de España.
A priori, uno pensaría que no, pero las apariencias
pueden inducir a engaño.
Tanto el anciano presidente como el joven diputado son
dirigentes populistas. Aunque uno defienda al capitalismo y el otro admire las
maravillas del socialismo de Estado. Los dirigentes populistas no pueden evitar
parecerse.
Por ejemplo, los dirigentes populistas suelen mostrar
un bajo umbral de tolerancia a las críticas. Especialmente cuando estas
críticas provienen del periodismo.
Todo populista que se precie de tal debe embestir
periódicamente contra el periodismo y recibir algún tipo de cuestionamiento por
parte de asociaciones de prensa.
Veamos cómo responden a esta cuestión, el presidente
Donald Trump y el diputado Pablo Iglesias Turrión, líder del partido Unidos –
Podemos de España, que de ellos hemos estado hablando.
Decir que Donald Trump mantiene una relación
conflictiva con la prensa no tiene mucho de original, bastaría con señalar que
es el primer presidente estadounidense, en 36 años, en no asistir a la cena
anual de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca. En ese evento, los
más altos funcionarios de la Administración se mezclan con miembros de la
prensa y celebridades de Hollywood.
Precisamente, esa cena fue el escenario que eligió, en
abril de 2011, el presidente Barak Obama para responder a las acusaciones de
Trump de que no había nacido en los Estados Unidos. En esa ocasión Obama se
burló de la posibilidad de que Daniel Trump pudiera convertirse algún día en
presidente de los Estados Unidos.
Proyectando una imagen trucada de la Casa Blanca
transformada en un casino y con un gran cartel en la cima y los jardines
convertidos en un campo de golf.
Todos los comensales rieron con la ocurrencia. Nadie
podía imaginar que seis años más tarde, Obama debería traspasar el cargo
precisamente al hombre que estaba humillando esa noche.
Donald Trump terminó por convertirse en presidente de
los Estados Unidos, pero alberga una herida narcisista con relación a los
corresponsales de la Casa Blanca.
Esta huella psíquica, puede ser la causa de que Trump
haya declarado a la prensa como “el
enemigo del pueblo”, ha acusado a los periodistas de publicar “fake news” (noticias falsas y ha vetado
la asistencia de prestigiosos medios de prensa a una sesión informativa en la
Casa Blanca.
Entre sus declaraciones más polémicas sobre la prensa
pueden mencionarse: “La prensa se ha
tornado deshonesta y, si no hablamos de ello, estaríamos faltando al pueblo
estadounidense. La prensa está fuera de control, el nivel de deshonestidad ésta
fuera de control. Muchos de nuestros informantes no te dirán la verdad y no tratarán
con el respeto que mereces.” […] “Los
medios están intentando atacar a nuestra Administración porque estamos
impidiendo nuestras promesas y eso no los hace felices”.
Trump, al igual que su colega venezolano Nicolás
Maduro, considera a la CNN como la bȇte noire del periodismo. En una ocasión
Trump le dijo intimidante a un corresponsal de la CNN: “El público no os cree.”
Estos excesos verbales del presidente estadounidense
provocaron el repudio, entre otros, de la célebre Sociedad Interamericana de
Prensa que rechazó en un comunicado “Las
acusaciones en espiral ascendente del gobierno de Donald Trump contra los
medios de comunicación.”
Pero, que ocurre del otro lado del Atlántico con Pablo
Iglesias y el partido Unidos – Podemos.
El diputado Pablo Iglesias es más inteligente ha
estudiado, además de derecho y ciencias políticas, periodismo, conducción
televisiva, locución y hasta teatro. Sin lugar, a dudas en un “chaval” bien
preparadito, de esos que acumulan maestrías y doctorados como se usa hoy en día.
Ha leído mucho a Nicolás Maquiavelo -aunque no lo suficiente o no lo ha
comprendido totalmente- como para caer en los excesos verbales del magnate,
aunque comparta sus ideas sobre la prensa.
Pablo Iglesias también considera a la prensa como el
verdadero partido político de oposición a Podemos.
Por lo tanto, mientras que él mantiene el silencio y
la sonrisa, sus esbirros se dedican a amedrentar periodistas y censurar medios
y agencias de noticias.
A través de las redes sociales y mensajes de SMS, el
círculo íntimo de Pablo Iglesias intimidar periodistas con frases tales como: “No publiques eso o te voy a destruir” o
“no deberías escribir cosas como la de
hoy, te degradan como persona” o “Eso
que dices es cierto y no te cambiaría ni una coma, pero no te voy a permitir
que hagas ese artículo.”
En otros casos, los jóvenes dirigentes progresistas de
Podemos, vetan a ciertos periodistas o medios de sus conferencias de prensa a
reuniones de “off the récord”, como hizo el 19 de junio cuando organizó un
desayuno de trabajo con la prensa para presentar sus nuevos portavoces.
Los más atacados por los dirigentes de Podemos son los
periodistas pertenecientes a medios que, pese a tener una línea editorial
progresista, no comulgan con sus próceres. Entre ellos, se encuentran los que
trabajan para el Grupo Prisa, que entre otros medios edita el diario “El País”; la Cadena Ser, el Periódico
de Catalunya y los medios digitales: El Independiente, Voz Pópuli y Ok diario.
En noviembre de 2016, Podemos lanzó una campaña en las
redes sociales contra el Grupo Prisa bajo el lema “La máquina de fango”. En esa ocasión el mismo Iglesias no pudo
escapar a la tentación de acusar a Prisa de montar una “repugnante máquina de fango para influir en las primarias,”
tras lo cual cientos de seguidores del partido replican en sus mensajes.
Esta aptitud discriminatoria fue condenada tanto por
la Asociación de Prensa de Madrid y la Asociación de Prensa de Madrid y la
Asociación de Periodistas Parlamentarios.
En su comunicado la APM dijo: “Consideramos los testimonios y las pruebas documentales aportados por
estos periodistas, la APM exige a Podemos que deje de una vez por todas la
campaña sistematizada de acoso personal y en redes que viene llevando a cabo
contra profesionales de distintos medios, a los que amedrenta y amenaza cuando
está en desacuerdo con sus informaciones.
“…el acoso de
miembros de Podemos se materializa de manera reiterada y desde hace más de un
año en ataques a periodistas en sus propias tribunas, en reproches y alusiones
personales en entrevistas, foros y actos públicos, o directamente en Twitter.
“Estas presiones
también se realizan en forma personal y privada con mensajes y llamadas
intimidantes.
“El acoso pretende
minar la credibilidad y el prestigio de estos profesionales, sometidos en
ocasiones a un bombardeo constante de mensajes que intentan descalificar o
ridiculizar su trabajo y recortar su libertad de información.
“La APM considera
totalmente incompatible con el sistema democrático que un partido, sea el que
sea, trate de orientar y controlar el trabajo de los periodistas y limitar su
independencia.
LOS VINCULOS
EXTERNOS
Otro aspecto en que coinciden Trump e Iglesias es en
los sospechosos vínculos con países extranjeros.
Como es sabido, Donald Trump es el blanco de
investigaciones sobre los contactos que miembros de su equipo de campaña, entre
los que se encuentra su yerno Jared Kushner, mantuvieron con diplomáticos y
otros funcionarios rusos. El FBI desea conocer si miembros del equipo de
campaña entraron en colusión con los rusos para alterar los resultados de las
elecciones presidenciales de noviembre de 2016.
Aunque no hay pruebas concretas son demasiadas las
personas del entorno de Trump con extraños vínculos con Rusia: Paul Manafort,
Michael Flynn, el secretario de Estado Rex Tillerson, el fiscal general Jeff
Sessions y Jared Kushner son los más próximos, pero no los únicos.
De todas formas, estos contactos sospechosos no son
nada cuando analizamos los vínculos de Pablo Iglesias y otros miembros de
Podemos con Venezuela e Irán.
Los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro han
abonado casi cuatro millones de euros a la fundación Centro de Estudios
Políticos y Sociales -CEPS- a cambio de “asesorías políticas” encaminadas a
destruir a los opositores venezolanos para perpetuar al chavismo en el poder. Cada
asesor de CEPS, entre los que se encontraban el propio Iglesias, Íñigo Errejón,
Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa, Luis Alegre o Alberto Montero, que
llegaba a Caracas percibía siete mil euros mensuales de honorarios.
Por otra parte, Pablo Iglesias ha recibido fondos por
un monto aproximado de 97.000 euros de la productora 360 Global Media S.L.,
perteneciente al empresario iraní Mahmoud Alizadeh Azimi, por la producción y
realización de un programa de debates y entrevistas denominado “Fort Apache”
que se emite por el canal de televisión iraní en español Hispan TV.
Evidentemente, tanto para Donald Trump como para Pablo
Iglesias el fin justifica los medios. Es decir, todo está bien con tal de
llegar y mantenerse en el poder. Sea esto intimidar periodistas o recibir favores
y dinero de gobiernos extranjeros.
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