domingo, 28 de noviembre de 2021

LOS OSCUROS VÍNCULOS DE ARGELIA CON EL YIHADISMO SAHELIANO


 

Los militares argelinos han pasado de las violaciones a los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo a la connivencia con los yihadistas en el Sahel.

En 1991, se efectuaron elecciones en Argelia que ganaron los partidos islámicos y que no fueron reconocidas por el gobierno argelino ni por Occidente. Esto dio origen a la formación del Grupo Islámico Armado –GIA- era una organización terrorista salafista argelina creada en ese mismo año y responsable de cruentos atentados en Argelia. La lucha del gobierno argelino contra el terrorismo salafista durante el decenio negro (1992 – 2002) arrojó un saldo de doscientas mil personas muertas.

En 1998, uno de sus comandantes regionales Hassan Hattab rompió con su comando en protesta por la masacre de civiles efectuado por la organización. Creó entonces el “Grupo Salafista para la Predicación y el Combate” –GSPC-, que se estableció en la región de Taoudeni, un extenso territorio de unos 600.000 k m² en el que confluyen el Norte de Malí, al noroeste de Mauritania y el sur de Argelia, donde pudo sobrevivir al acoso de las fuerzas de seguridad argelinas y penetrar en las redes tradicionales de contrabando de la zona.

En febrero de 2003, el GSPC llevo a cabo su primera acción de combate en el Sahel, el secuestro de treinta y dos turistas europeos en el sur de Túnez, llevado a cabo por Amara Saifi, alias Abderrazak, “el Para”. En junio de 2003, Hattab fue destituido como emir nacional del GSPC y sustituido por Nabil Sahraoui –su verdadero nombre era Mustafá abu Ibrahim- inmediatamente el grupo se incorporó a la red terrorista Al Qaeda. Tras la muerte de Saharaui, en junio de 2004, la jefatura de la organización pasó a Abdelmalek Droukdel, en enero de 2007, que en poco tiempo, y con el apoyo de Mokhtar Belmokhtar consiguió establecer una red regional de rutas de contrabando y de campos de entrenamiento con llamamientos para luchar contra la alianza de cruzados y sionistas.

Más tarde, el 15 de mayo de 2006, en una acción sin precedentes se encontraron en Argelia los cuerpos de veintidós niños, hijos de los propios miembros del GSPL asesinados con explosivos para evitar que cayeran en manos de los militares que los perseguían.

El 11 de septiembre de 2006, el número dos de Al Qaeda, Ayman al-Zawahiri, anunció por medio de un vídeo que “Osama Bin Laden me encargó anunciar a los musulmanes (…) la adhesión del GSPC a Al Qaeda”, al tiempo que hacía votos para que esta organización fuera “una espina en la garganta de los cruzados estadounidenses y franceses y de sus aliados”.

El 25 de julio de 2007, el GSPC cambió su nombre por el de “Al Qaeda en el Magreb Islámico” –AQMI-.

El terrorismo de AQMI fue públicamente combatido por Argelia. Es por lo que los terroristas salafistas trasladaron sus acciones al sur del Sahara y hacia los estados anárquicos y desprotegidos del Sahel. Mientras que el territorio argelino se transformaba en una retaguardia segura para los yihadistas. Cuando era perseguidos por las fuerzas extranjeras que operaban en Malí, Níger o Burkina Faso, simplemente se refugiaban en Argelia escapando al accionar represivo.

En su santuario argelino los yihadistas pueden descansar, curar a sus heridos, reparar sus vehículos y abastecerse de alimentos, municiones y combustible, lo cual incrementa sustancialmente su capacidad ofensiva.

El terrorismo yihadista en el Sahel montó una lucrativa industria secuestrando a turistas y cooperantes extranjeros, participando del contrabando de tabaco, medicinas, drogas y armas provenientes de los campos de refugiados del Frente Polisario,  América Latina y de Afganistán, a través del Cuerno de África, y del tráfico de inmigrantes subsaharianos rumbo a Europa. Con los hombres de Al Qaeda convertidos en traficantes, la línea que separa al terrorismo del crimen organizado transnacional es demasiado delgada.[i]

Para difundir sus acciones, siguiendo el modelo de Al Qaeda, los terroristas argelinos suelen grabar sus acciones, así como declaraciones de sus cautivos y las ejecuciones de rehenes, comunicados oficiales, etc. Las grabaciones luego son difundidas por su departamento comunicación que opera el “Al-Andalus Media Center”.

En la región del Sahel operan cuatro “katibas” o grupos de combate de AQMI, dada uno de ellos dirigido por un emir. Además cuenta con un “muftí” o guía espiritual, un médico, un encargado de las comunicaciones que filma los ataques y ejecuciones y un encargado de logística. 

Los grupos terroristas suelen conformar columnas de tres a seis vehículos 4X4 –Toyota Land Cruiser, por ejemplo-. En la parte trasera llevan un cargamento de ruedas de repuesto, bidones de quinientos litros con combustible, agua, sacos de dormir, alimentos y municiones. La tripulación suele estar constituida por entre cuatro y seis hombres armados con Kalashnikov o lanzacohetes. Sus conductores son hombres del desierto con experiencia y disponen de GPS y visores nocturnos. Durante el día usualmente se  ocultan en grutas o bajo lonas o árboles. Tienen sus propios depósitos secretos y se abastecen de los nómades y de las redes logísticas que emplean los traficantes del desierto. 

El emir Abdelmalek Droukde, era el emir nacional de AQMI desde 2004. Se trataba de un terrorista argelino que solía  operar en forma directa en las montañas de Cabilia.

Después de décadas de ensangrentar a los países del Sahel con atentados terroristas y secuestro de extranjeros, Abdelmalek Droukdel, fue abatido en junio de 2020 por fuerzas francesas de la Operación Barkhane, en la localidad de Tessalit, en el norte de Mali.

El 21 de noviembre de 2020, otro argelino Abu Ubaida Youcf al-Annabi, cuyo nombre real es Yazid Mibrak, se convirtió en el nuevo emir nacional de AQMI. Se trata de un experimentado yihadista nacido el 7 de febrero de 1969, en Annaba, Argelia, que es licenciado en economía y por quien el Departamento de Estado de los Estados Unidos ofrece siete millones de dólares, por datos que permitan su captura.

Otro importante emir de AQMI, era Abdelhamid Abu Zeid. Se trataba de un terrorista yihadista nacido en Toggourt al sur de Argel, cuyo nombre real era Mohamed Ghedir, a quien los servicios de inteligencia occidentales consideraban un terrorista sanguinario responsable de la ejecución de los únicos rehenes occidentales en manos de los terrorista salafistas asesinados: el británico Edwyn Dyer, en junio de 2009, por el que Londres rechazó pagar un rescate y el septuagenario francés Michel Germaneau, el 25 de julio de 2010, después de que un comando franco-mauritano fracasara en su intento de liberarlo.

Abu Zeid también habría sido responsable del secuestro de una pareja de ciudadanos austríacos en el sur de Túnez en febrero de 2008, de cinco nacionales franceses y otros dos extranjeros que trabajaban en las minas de uranio de Arlit (al norte de Níger) para la multinacional francesa Areva y sus filiales, en septiembre de 2010.

Finalmente, el 28 de febrero de 2013, el canal televisivo Ennahar, de Argelia, informó que tropas francesas operando en Mali habían abatido a cuarenta militantes del AQMI, en las montañas de Tigharghar, en el norte de Mali, muy cerca de Argelia, entre los que se contaba Abdelhamid Abu Zeid, más tarde la información fue confirmada tanto por el ministerio de Defensa francés como por un vocero de AQMI no realizó comentarios al respecto.[ii]

Según los especialistas occidentales AQMI dispone de fondos por valor demás de ciento veinte millones de euros, cobrados entre 2004 y 2020, provenientes de los rescates pagados por familiares, empresas y gobiernos occidentales por sus ciudadanos secuestrados. Del rapto de extranjeros suelen encargarse grupos locales –como algunos miembros del Frente Polisario- que luego los venden a los yihadistas a cambio de una parte del rescate. En esta asociación los salafistas cumplen una función adicional al efectuar frecuentes raid contra los puestos de control aduanero de la región.

Como puede apreciarse los principales líderes del yihadismo en el Sahel son de nacionalidad argelina, algunos incluso son exmilitares (Mokhtar Belmokhtar) o se formaron militarmente en las filas del separatista Frente Polisario. Tal el caso de Lehbib Ould Ali Ould Said Ould Joumani, conocido como Adnan Abu Walid Al Saharaui, quien en 1991 recibió capacitación militar de la mano de instructores argelinos en la Escuela de Suboficiales de Tropas de Chabid El Ouali donde se entrenan las milicias terroristas del supuesto “Ejército de Liberación Popular Saharaui”, en Tinduf.

Finalmente, las tropas francesas que participan de la Operación Barkhane en Mali, desde 2016, dieron muerte a Adnan Abu Walid Al Saharaui, mientras se desplazaba en motocicleta junto a otro terrorista, en agosto de 2021.  

Muchos de estos terroristas yihadistas mantienen oscuros vínculos con los servicios de inteligencia argelinos como lo prueba la reunión llevada a cabo el pasado 3 de noviembre de 2021, entre el subdirector general de los servicios de inteligencia argelinos cerca de Tin Zouaten (wilaya de Tamanrasset), no lejos de la frontera con Mali, con Iyad Ag Ghaly  líder del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes -GSIM-, [iii]para coordinar acciones conjuntas cuyas implicancias se desconocen.

Esta reunión y otros antecedentes simulares demuestran que Argel, cuando sirve a sus intereses geopolíticos, no duda en apoyar a los mismos grupos yihadistas del Sahel a quienes combatió sangrientamente y sin respeto a los derechos humanos en la década del noventa.[iv]

Por el momento, al menos, resulta difícil saber hasta donde llegan los vínculos de Argelia con el terrorismo yihadista y como puede afectar esa relación al Reino de Marruecos que mantiene una tensa relación con su vecino del Magreb.

También es evidente es que Argel no es un socio confiable ni para la Unión Europea ni para otros países en la lucha contra el fanatismo yihadista.



[i] ESCOBAR STEMMAN N, Juan José: “Salafismo en el Sahel: lo que Europa se juega”. Artículo publicado en la revista Político Exterior Nº 152, Madrid, Marzo de 2013.

[ii] LA VOZ DE RUSIA: “Asesinado el líder de Al Qaeda en el Norte de Mali”. 28/2/2013.

[iii] EL OBSERVADOR: Argelia patrocina al terrorista Iyag Ag Ghali para manipularlo mejor. Artículo publicado en https://lobservateur.info/article/101227/monde/lalgerie-sponsorise-le-terroriste-iyag-ag-ghali-pour-mieux-le-manipuler

 

 

jueves, 25 de noviembre de 2021

REPLEGARSE COMBATIENDO

Imagen gentileza Tiempo Argentino


Con pocas perspectivas de mantenerse en el gobierno más allá del 2023, el kirchnerismo reorganiza sus filas e intimida a la oposición para preservar su núcleo duro de votantes y aliados.

Si mal no recuerdo las clases de táctica, cuando estudiaba en el Liceo Militar General San Martín hace cincuenta años, un ejército tras sufrir una derrota importante en el campo de batalla enfrentaba dos alternativas.

Sus mandos y cuadros de oficiales pueden dejarse ganar por el pánico, entonces sus soldados huirán en desordenada desbandada. En esta situación los heridos y equipos son abandonados y la mayor parte de las tropas derrotadas resulta muerta, herida o es hecha prisionera.

Si por el contrario, los mandos de la fuerza derrotada mantienen la calma y los oficiales controlan a sus soldados, los derrotados podrán replegarse ordenadamente hasta una nueva posición defensiva donde intentaran reorganizar sus fuerzas. En este caso los heridos salvan su vida, los equipos militares son evacuados y reutilizados y la mayoría de las tropas podrán seguir luchando.

Para que esta segunda situación tenga lugar es necesario que al menos una parte de las tropas derrotadas retrocedan en orden, combatiendo y efectuando contraataques para detener el avance del enemigo.

Y esto último parece ser precisamente lo que está haciendo el Frente de Todos después de la importante derrota sufrida en las elecciones legislativas del pasado domingo 14.

En ese marco parecen inscribirse algunos hechos violentos ocurridos después de la votación como el ataque al diario Clarín, el acto del Día del Militante, la movilización del Polo Obrero y los incidentes violentos protagonizados por separatistas mapuches en Río Negro o por narcotraficantes en la ciudad de Rosario.

Alguien podrá pensar que son hechos independientes y que no hay que dejarse ganar por las interpretaciones conspiranóicas. Sin embargo, recordemos que las brujas no existen, pero que las hay, las hay…

EL CONTRATAQUE A LA OPOSICIÓN

Poco importa quienes fueron los autores materiales del ataque con “cocteles Molotov” al diario Clarín. Podrá ser mano de obra violenta proveniente de grupúsculos anarquistas, barras bravas o incluso “soldados” del narcotráfico.

Siempre hay con quien pactar una operación mercenaria de intimidación a cambio de dinero u otra compensación política.

De lo que no cabe duda es que los autores intelectuales del atentado terrorista son los dirigentes kirchneristas que desde hace dieciocho años acusan a la prensa de toda clase de villanías.

El relato kirchnerista consiste en proclamar que su gobierno toma todas las medidas correctas, que la Argentina es un país rico y próspero donde hay menos pobres que en Alemania, tampoco existen aquí los funcionarios corruptos sino víctimas del lawfare, donde no hay inseguridad sino que las víctimas de la delincuencia -incluso los muertos- solo tienen una “sensación de inseguridad” generada por los medios de comunicación.

El kirchnerismo cree que como la prensa solo difunde un “discurso de odio”, que divide y entristece a los argentinos con fake news y mala onda, es legítimo que “el pueblo” -o sea, ellos- silencie su maledicencia con algún acto violento.

En ese contexto se inscribe el “robo” (ataque) sufrido por el periodista Alfredo Leuco, el 7 de noviembre de 2013, en el microcentro porteño -Av. De Mayo al 800, frente al bar Tortoni-. El periodista opositor sufrió contusiones y el robo de su computadora.

El 18 de noviembre de 2017, un grupo de manifestantes kirchneristas agredieron al periodista Julio Bazán, de Todo Noticias, mientras cubría los violentos incidentes en la zona del Congreso Nacional al tratarse la reforma previsional.

Estos actos violentos contra la prensa se producen en todo el país. El 23 de marzo de este año manifestantes de la CTA atacaron el edificio del diario Río Negro, golpearon a un fotógrafo y un recepcionista, vandalizaron el mobiliario y realizaron pintadas en las paredes.

En octubre pasado, en este mismo contexto se inscriben las veladas amenazas por WhatsApp del ministro de Seguridad Aníbal Fernández a las hijas del humorista Cristian Dzwonik (Nik).

El Foro de Periodistas Argentinos (FOPEA)  en su “Informe del Monitoreo de Libertad de Expresión 2020” registró 82 ataques a periodistas, un incremento del 41% con respecto al 2019.

Entonces, el ataque al edificio del multimedio Clarín debe leerse como un mensaje mafioso contra periodistas muy críticos del gobierno de Alberto Fernández, como: Carlos Pagni, Sebastián Borensztein, Eduardo Feinmann, Alfredo Leuco, Joni Viale, Pablo Rossi, Joaquín Morales Sola, Luis Majul, Jorge Fernández Díaz, Ricardo Kirschbaum, para nombrar tan solo a algunos de los más conocidos, a efectos de que moderen su discurso.

Recordemos que todas las dictaduras comienzan por acallar a la prensa.

En la misma línea se inscriben los intentos de subir las retenciones a la soja, al trigo y al maíz y extender el cepo a la carne una semana después de que el kirchnerismo perdiera duramente en todos los distritos con fuerte producción agropecuaria.  

LA DISPUTA POR EL CONTROL DE LA CALLE

El acto kirchnerista del miércoles 17 de noviembre conmemorando el “Día del militante peronista” e incluso la movilización del Polo Obrero de ayer martes 23 contienen otro tipo de mensaje mafioso.

Un mensaje destinado a intimidar a los sectores moderados de clase media, especialmente a los que Carlos Pagni ha denominado “la derecha bolsonarista”. En referencia a una derecha liberal en lo económico y conservadora en lo social. Un nuevo sector político e ideológico en crecimiento que propicia la formación de un movimiento populista de derecha alternativa y que busca un líder al estilo de Donald Trump, el brasileño Jair Bolsonaro o incluso el candidato pinochetista a la presidencia de Chile José Antonio Kast.

La idea es impactar con el poder de movilización de la izquierda y dejar en claro que “la calle” -especialmente la Plaza de Mayo- le pertenece y que no están dispuestos a permitir que surja un espacio político de derecha sin confrontar.

EL FANTASMA DEL TERRORISMO

Desde la asunción del gobierno de Alberto Fernández han estado produciéndose crecientes hechos de violencia política y criminal en dos escenarios bien diferenciados, ante la total indiferencia -o hasta complicidad en algunos casos- de las autoridades.

Por un lado, la violencia terrorista protagonizada por grupúsculos separatistas que se reivindican como mapuches y que pretenden separar las provincias de Chubut, Río Negro y Neuquén para crear un Estado mapuche junto con otros territorios de Chile.

Estos grupos cuentan con el apoyo financiero de ONG europeas, la asistencia organizativa y jurídica de exterroristas montoneros como Fernando Vaca Narvaja y Roberto Cirilo Perdía.

Si fuera necesario justificar los vínculos del kirchnerismo con los delincuentes mapuches, es suficiente con recordar el papel del embajador argentino ante el gobierno de Chile, Rafael Bielsa en la defensa del terrorista Facundo Jones Huala, líder del grupo autodenominado Resistencia Ancestral Mapuche, actualmente preso en el país transandino, señalar los vínculos de la abogada Magdalena Odarda, hoy directora del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, con el mencionado Jones Huala y su participación en la ocupación de propiedades privadas por seudo mapuches en Río Negro, o las resistencia del ministro de Seguridad Aníbal Fernández a mandar fuerzas federales a dicha provincia cuando se lo requirió formalmente la gobernadora Arabela Carreras.

En pocas palabras, a nadie le pueden caber dudas que desde el kirchnerismo se apoya la usurpación de propiedades privadas y tierras de los parques nacionales en la Patagonia por parte de los falsos mapuches.

El otro foco donde está en juego la seguridad nacional es en la provincia de Santa Fe, donde el gobernador Omar Perotti, por desidia o incapacidad parece haber permitido que los narcotraficantes de la Banda de los Monos, después de una sangrienta lucha por territorios con otros grupos criminales, extendiera su accionar en toda la ciudad de Rosario y el Gran Rosario. Incrementando su accionar del narcotráfico a la extorsión a los hoteles, restaurantes, estaciones de servicio y concesionarias de automóviles.

Aquí también la reticencia del ministerio de Seguridad a enviar fuerzas federales agravó la situación. Finalmente, cuando llegaron lo hicieron en un número insuficiente para retomar el control de la ciudad y poner a los narco crimínales a la defensiva.

Hoy la provincia, donde perdió las elecciones el gobierno, constituye una suerte de espacio sin ley en manos de los narcos.

Con estas acciones el kirchnerismo parece estar generando una herencia de inestabilidad y conflicto que estallará en las manos del próximo gobierno.

EL REPLIEGUE

El peronismo sabe que le restan dos años de mandato, los cuales transcurrirán en medio de una crisis económica con hiperinflación (el estimado de la inflación para 2022 ronda el 62%) y la mitad de los argentinos en la pobreza.

La gravedad de la situación demandará adoptar medidas impopulares. No habrá mucha “platita” para poner en el bolsillo de los argentinos. Por lo tanto, es difícil que en 2023 se reviertan los números del 2021.

Intuyendo un futuro no muy venturoso para lo que le resta de mandato, el gobierno kirchnerista refuerza la lealtad de su núcleo duro de militantes y votantes. También protege sus relaciones con los pocos aliados internacionales con que cuenta: Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, como así también los activistas del Grupo de Puebla y del Foro de San Pablo.

Sabiendo que en el futuro dependerá de ellos, cuando algunos de sus dirigentes deban responder ante la justicia por los errores de su gestión, y para sobrevivir como espacio político opositor. Especialmente porque en 2023, Cristina Fernández de Kirchner tendrá setenta años, su salud no es para nada buena y aún arrastrará las secuelas de sus problemas judiciales. En tanto que a su heredero Máximo Kirchner le queda mucho por aprender en política.    

La principal duda es saber si el kirchnerismo se replegará ordenadamente o en algún momento se dejará ganar por el pánico y se iniciará la desbandada.

martes, 23 de noviembre de 2021

ARGELIA COMETE UNA NUEVA VIOLACIÓN A LOS DERECHOS HUMANOS EN LOS CAMPAMENTOS DE TINDUF


En la madrugada del pasado domingo 21 de noviembre, el Ejército argelino asesinó a dos mineros saharauis, de los campamentos de Tinduf, en otra de sus recurrentes acciones represivas contra una población retenida contra su voluntad en Argelia.

VÍCTIMAS SIN ESPERANZAS

Los inhóspitos campamentos de Tinduf implantados en la implacable lahmada argelina se han transformado gradualmente en una trampa mortal donde en los últimos cinco años han perdido la vida a manos del Ejército Nacional Popular de Argelia al menos veinte personas.

En los campamentos de Tinduf vive una población marroquí de origen étnico saharaui que desde hace más de cuatro décadas está forzada a permanecer allí en condiciones infrahumanas por sus captores del Frente Polisario y su amos argelinos.

Se trata de una población vulnerable, mantenida indocumentada y sostenida solo por la escasa ayuda humanitaria suministradas por la ACNUR y algunas ONG humanitarias europeas.

Para colmo de males, buena parte de los alimentos y bienes de la ayuda humanitaria son desviados ilegalmente por los dirigentes polisarios a los mercados informales del Sahel.

Es así como la población con reales necesidades sanitarias, alimenticias y educativas insatisfechas, forzada a vivir en humildes jaimas o contenedores de chapa al sol, porque el gobierno argelino no permite construcciones estables en los campamentos, enfrenta un futuro sin destino.

Privados de toda alternativa laboral o comercial, en su desesperación por sobrevivir y aliviar las penurias de sus familias muchos jóvenes terminan involucrándose en riesgosas actividades ilegales.

Las más frecuentes de estas actividades ilegales son el contrabando (especialmente el tráfico de combustible) y la minería ilegal.

Los mineros ilegales saharauis del oro, por lo general extraen unas pocas pepitas, a riesgo de morir sepultados por un derrumbe, de pequeños yacimientos en la región de Ghar Ajbilat en el suroeste de Argelia.

Pero, el gobierno argelino prohíbe las actividades de minería y para ello restringe y reprime duramente los desplazamientos de los pobladores saharauis entre los campamentos.

Los militares argelinos no dudan en disparar contra los pobladores indefensos o recurrir a procedimientos aún más salvajes.

VIOLACIONES SISTEMÁTICAS A LOS DERECHOS HUMANOS

El lunes 19 de octubre de 2020, por ejemplo, mientras desarrollaban su actividad excavando un pozo entre las rocas en busca de algunas pequeñas cantidades de oro u otro mineral valioso, Maha Ould Hamdi Ould Suelem y Ali Idrissi, dos jóvenes veinteañeros que se dedicaban a la minería ilegal en proximidades del campamento “Dakhla”, fueron sorprendidos por una patrulla del Ejército argelino.

Los jóvenes mineros sabían muy bien el destino que les esperaba. Una paliza antes de ser recluidos en una oscura mazmorra argelina donde pasarían varios años en medio de torturas y hambre. Tratando de escapar a esa terrible suerte decidieron sin mucho pensarlo ocultarse en el interior del pozo esperando que los soldados argelinos se cansaran de intentar sacarlos y siguieran con su patrullaje.

No obstante, los soldados argelinos estaban dispuestos a hacer un escarmiento con los infortunados mineros ilegales. Primero dispararon dentro del pozo para forzarlos a salir y cuando esta táctica fracaso, los quemaron vivos introduciendo mantas humedecidas en combustible con la intención de que el humo los asfixiara y los forzara a salir.

Pero, el humo los asfixió totalmente antes de que pudieran salir y perecieron dentro del pozo quemados y ahogados por el humo. Una muerte terrible y absolutamente injustificada.

Esta práctica criminal se reiteró el martes 4 de mayo de 2021. En esa oportunidad se llevo a cabo el asesinato de mineros saharauis ilegales también en el denominado “Campamento Dakhla”, situado al sur de la localidad argelina de Aouinat Belkraa.

En ese atentado fuerzas del Ejército Nacional Popular ultimaron con disparos al joven Saïd Ahmad Salem Rguibi, de la tribu Rguibat, Ahl Qassem, asesinaron a otro joven saharaui no identificado, hirieron a un tercero, detuvieron a dos más.

EL NUEVO CRIMEN

Nuevos hechos demuestran que el uso indiscriminado de la fuerza contra pobladores saharauis pacíficos y desarmados es una práctica común de las fuerzas armadas y seguridad de Argelia en la región de Tinduf.

Recientemente se acaba de repetir una vez más la feroz represión militar argelina con víctimas fatales saharauis.

Durante la noche del 20 al 21 de noviembre de 2021, a cinco kilómetros de los campamentos de Tinduf, elementos del Ejército Nacional Popular abrieron fuego contra Lakbir Ould Mohamed Ould sid Ahmed Ould El Markhi y Ould Mohamed Fadel Ould Laman Ould Chghibine de la tribu Sellam – Rguibat.

Los dos saharauis eran miembros del Frente Polisario pero eso no impedía que fueran conocidos como contrabandistas de combustible. Esa noche fueron sorprendidos por una patrulla argelina cuando viajaban en un todoterreno 4X4. Los jóvenes saharauis no acataron la vos de alto y se dieron a la fuga, entonces los efectivos militares abrieron fuego matando a Lakbir Ould Mohamed e hiriendo gravemente a Ould Mohamed Fadel.

El cuerpo del infortunado Lakbir Ould Mohamed y su compañero herido fueron llevados al “hospital” del campamento de Tinduf. Desde entonces, el cadáver y el herido permanecen en custodia del Ejército argelino.

Los saharauis no portaban ningún tipo de armas ni opusieron resistencia alguna. No se ha determinado con precisión si contrabandeaban combustible o se dirigían a algún tipo de yacimiento, lo cierto es que fueron asesinados por estar en una zona prohibida y no detenerse cuando se los intimó a hacerlo.

Este nuevo hecho demuestra claramente que la represión sobre la población marroquí de origen saharaui es un práctica sistemática y constante. La cual llevan a cabo los miembros del Ejército argelino sin el menor cuestionamiento de las autoridades del Frente Polisario.

Esta situación hace imperiosa la necesidad de que esa población regrese a su hogar en el Sáhara marroquí, del cual nunca debería haber salido.

También deben cerrarse para siempre los infames campamentos de Tinduf, poniendo fin a la farsa de la inexistente República Árabe Saharaui Democrática y a un conflicto artificial que data de los tiempos de la Guerra Fría. Los miembros del Frente Polisario deben ser desmovilizados y desarmados para dar estabilidad y seguridad a toda la región.

Solo los intereses geopolíticos de Argelia y la terquedad de sus dirigentes impiden la pacificación del Magreb y atropellan los derechos humanos de los marroquíes retenidos en Tinduf.   

 

lunes, 22 de noviembre de 2021

LA IMPORTANCIA DE LA MENTIRA EN LA POLÍTICA


 

Los políticos peronistas han aprendido que en política la mentira “garpa”[i] y saben cómo aprovecharla.

En una oportunidad, allá por los gloriosos noventa de “pizza con champán” del menemismo, en uno de los mentideros de la política, me contaron un historia para explicarme la importancia de la mentira en la política.

Si la memoria me ayuda podré compartirla con el amigo lector.

En un pueblo perdido de las “pampas chatas”, de cuyo nombre no quiero acordarme, falleció el anciano intendente. Un caudillo local honrado y muy querido por los vecinos, que había sabido controlar la política pueblerina, con favores y buena administración, durante décadas.

Los vecinos, acostumbrados a arreglar entre las “familias conocidas” los problemas del pueblo, deciden realizar una asamblea en la plaza local para elegir al nuevo intendente.

En el centro de la plaza se armó el tradicional palco, que tantas veces albergó a las autoridades en los festejos de las efemérides patrias o presidir el desfile de gauchos y sufridos niños de la escuela local en los aniversarios de la creación del pueblo.

Pronto surgieron dos candidaturas, cada una apoyada por una media docena de amigos incondicionales de los postulantes. Uno de los candidatos era “el abogado del pueblo”, en adelante “el Abogado”. Un profesional serio e idóneo que se había formado en La Capital. Hablaba poco y su trabajo consistía en resolver las sucesiones de los propietarios fallecidos, intervenir en juicios por accidentes viales o “sacar” de la cárcel a algún vecino que había alborotado de más después influenciado por el alcohol o se había olvidado de devolver algunos animales perdidos que habían aparecido por su campo.

Su rival, era “el vago del pueblo”, en adelante simplemente “el vago”. Se trataba de la “oveja descarriada” (no diremos “negra” para evitar las críticas por discriminación o racismo) de una buena familia con ilustre apellido. Una suerte de Isidoro Cañones pampeano, bueno para nada, que nunca había trabajado. Pechador[ii] y tramoyero, solía pasar sus días jugando al truco y refrescando ginebras en el “boliche”[iii] del pueblo. Los domingos se sumaba a la muchachada en los picaditos de futbol que se armaban en la canchita local.

Pintón de buena presencia y mejor hablar, era el piropeador y picaflor del pueblo. Todas las jóvenes coqueteaban con él pero ninguna lo tomaba en serio. Como en el fondo era un chanta y no una mala persona todos los apreciaban y festejaban sus ocurrencias.

Ambos postulantes se conocían muy bien porque habían compartido los estudios primarios en la escuelita del pueblo aunque no eran particularmente amigos.

El día de la elección, se acordó que cada candidato expondría su “propuesta de gobierno” y los conjuntos de colaboradores que habían elegido para acompañarlos en la gestión. El Vago muy educadamente cede al abogado el primer turno para exponer.

El Abogado sube al palco y con ayuda de un cartel explica una elaborada propuesta de desarrollo para el pueblo con ideas innovadoras, lógicas y posibles que detallaba con claridad y que todos los presentes comprendían.

Luego menciona a sus posibles colaboradores de los cuales ha conseguido la aprobación. Son las personas más caracterizadas, capacitadas y prestigiosas del pueblo para las funciones en que están propuestas: el contador del pueblo para hacerse cargo de las finanzas y la administración, para obras públicas el ingeniero y constructor de casas, para sanidad y la “salita de primeros auxilios” al médico, para educación a la directora de la escuela, etc.

Cuando termina su exposición el Abogado todos en la plaza lo aplauden con fervor, incluso el Vago que había estado asistiendo cada una de las propuestas de su contrincante.

Sube entonces al palco el Vago y para sorpresa del auditorio comenzó alabando a su rival.

_ Que bárbaro el Doctor -dice el Vago- como preparó todo. Pensó muy bien todas las cosas, eso es lo que hay que hacer. Si ustedes me elijen intendente yo les garantizó que voy a hacer todo lo que él propuso. Es más, lo voy a llevar a cabo con las mismas personas que él eligió porque son las mejores y más capacitadas del pueblo en esos asuntos.

El sorprendido auditorio no sabía que pensar y permanecía mudo. Fue entonces que un viejito que estaba en primera fila en la plaza, con esa sinceridad que solo tienen los niños y los ancianos, le dijo muy suelto de cuerpo:

_ Che Vago!! Decime, si vos vas a hacer lo mismo el Abogado y con la misma gente que el escogió. ¿Por qué te vamos a elegir intendente a vos?

Sin inmutar y con rapidez el Vago replicó al anciano:

_ Porqué yo no tengo una hermana prostituta. Terminó la frase y con la misma se bajó del escenario dejando al auditorio dubitativo y enmudecido.

Cuando descendió del escenario, uno de sus amigotes se aproximó a el Vago, lo tomó de un brazo y apartándolo de los presentes le dijo al oído:

_ ¡Bruto, que hiciste, si el abogado no tiene hermana!

El Vago con una sonrisa lo miró y le dijo:

_ Bueno, que vuelva a subir al palco y que lo desmienta…

La psicología social ha demostrado que es más difícil cambiar en la gente una idea errónea que instalar una nueva idea, correcta o falsa, entre quienes no tienen opinión previa sobre ese tema.

Esta es la razón por la cual el Frente de Todos después de haber perdido por ocho puntos la elección del 14 de noviembre insólitamente salió a festejar un triunfo.

Porque es más fácil “militar” una mentira (los kirchneristas lo hacen todo el tiempo) que “militar” una derrota.

Al hacer un acto multitudinario en la Plaza de Mayo para celebrar una mentira obliga a la oposición a salir a desmentir ese triunfo.

Juntos por el Cambio, por el contrario decidió ser medido y austero en la celebración de su victoria permitiéndole al gobierno instalar en el ideario de la gente una percepción errónea. Horacio Rodríguez Larreta ha demostrado ser un buen administrador, pero para jugar al póker con los tahúres del peronismo, que siempre juegan con cinco ases, pareciera que le falta mucho “farol y esquina”, como solía decir mi padre.

Es cierto, que la gente bien informada y aquellos a quienes preocupa la política y la economía del país, no van a caer en el engaño populista de una falsa victoria del kirchnerismo.

Pero, el ciudadano de a pie, esas personas más interesadas en sus propios problemas y urgencias, los golpeados por la inflación y la inseguridad. Le será difícil o quizá no le importe demasiado saber que pasó realmente en las urnas el domingo 14 y se deje llevar por el sofisma oficial.

Mientras tanto, el gobierno de Alberto Fernández ha logrado con un malabarismo comunicacional disimular su derrota electoral, su debilidad legislativa y por sobre todo los serios conflictos en su liderazgo que arrastra desde el mismo 10 de diciembre de 2019.

El kirchnerismo se niega a aplicar las políticas de ajuste fiscal que la economía demanda para no pagar los costos electorales y políticos de las mismas e insiste en imponer controles de precios y emitir moneda sin respaldo sabiendo que estas medidas no funcionan a mediano plazo. Mientras tanto, distrae a la población sacando cada día un nuevo conejo de la galera.

Ahora agita el acuerdo con el FMI, como si fuera el único acuciante problema del país.

Por el momento, el presidente gobierna por decretos de necesidad y urgencia -DNU-; se sube su sueldo y el de sus ministros, la influencia proyectada para el 2022 es del 63% y a la gente la siguen matando en las calles para robarles un celular. Incluso la inefable Victoria Tolosa Paz, ahora como diputada, seguirá diciendo que ganó perdiendo y que Rogelio Frigerio fue ministro de la Producción de Macri cuando en realidad fue ministro del Interior.

En otras palabras, Alberto Fernández, el hombre que no se da por vencido, disputa con el expresidente Héctor J. Cámpora por el título de peor presidente peronista de la historia. Los 49 infaustos días del gobierno de Cámpora son difíciles de superar pero Alberto Fernández no se da por vencido y no deja de cometer errores. Hasta, el momento ha superado al dentista de San Andrés de Giles en la cantidad de asesinos y criminales que ha liberado de las cárceles.

Los muchachos de La Cámpora, mientras tanto, anotan en su manual del militante: “en política la mentira garpa y garpa bien”.

 

 

 



[i] GARPA: Voz lunfarda argentina: paga

[ii] PECHADOR: Voz lunfarda que se aplica a la persona que siempre pide dinero en préstamo a amigos y conocidos, dinero que nunca devuelve.

[iii] BOLICHE: argentinismo, bar de baja categoría donde se reúne la gente a beber y pasar el rato. En las zonas rurales suelen ser antiguas “pulperías” o “almacenes de ramos generales”.

viernes, 19 de noviembre de 2021

ARGELIA EN UN CUL DE SAC GEOPOLÍTICO


Acorralada entre una economía en recesión, crecientes reclamos de mayor democracia y aislada internacionalmente, Argelia apela a la búsqueda de un conflicto externo para cohesionar un frente interno que se derrumba.

Una economía basada únicamente en la exportación de hidrocarburos, que oscila entre la recesión y el estancamiento y no registra crecimiento desde el brusco descenso de los precios del petróleo en 2014, pone el jaque a la administración del presidente Tebboune en Argelia.

Tampoco ayuda al crecimiento económico la existencia de un sistema de economía dirigista de inspiración soviética que obliga al país a importar la mayor parte de los productos esenciales que requiere su población y su posterior venta a precios subsidiados para hacerlos accesibles. El Estado provee todo, incluida la vivienda, y es también el principal proveer de empleo.

A pesar de los muchos atractivos turísticos que el país puede ofrecer (buenas playas, hotelería y gastronomía de calidad, además de un importante patrimonio arqueológico y cultural que comprende siete sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) la industria turística solo aporta un 10% al PBI, un poco menos del 14,2% que agregó en 2020 la agricultura.

Si bien la mayor parte del territorio argelino es desértico, la parte norte del país alberga 41.360 hectáreas de tierra apta para la agricultura. No obstante, la agricultura argelina es una actividad poco diversificada (produce cereales -en especial avena sativa-, legumbres, frutas y verduras para consumo local) que ocupa tan sólo al 9,4% de la población.

Con una producción de 93.499 millones de metros cúbicos al año, Argelia s l décimo mayor productor d gas natural del mundo. El 95% de las exportaciones argelinas son hidrocarburos, lo cual explica el poco interés de la casta militar que gobierna el país por lograr un desarrollo industrial y un crecimiento económico armónico y sostenido.

Argelia es la economía número 58 por volumen de PIB, con 127.091 millones de euros según el Banco Mundial. Pero, cuando se observa el PBI per cápita como indicador del nivel de vida de los argelinos, el país desciende al puesto 129 de los 169 medidos por el ranking del organismo financiero mundial, con tan solo 2.898 euros en 2020.

En cuanto al Índice de Desarrollo Humano que elabora Naciones Unidas, Argelia se sitúa en el puesto 91.

En lo referente a su receptibilidad a los negocios con empresas extranjeras el ranking Doing Business que mide las facilidades que los Estados ofrecen para hacer negocios, Argelia ocupa el puesto 157 entre 190 países.

Argelia es en la práctica una seudo democracia con un gobierno impopular tutelado por los militares, que goza de cierta aceptación internacional debido a la dependencia europea de sus exportaciones de gas y petróleo.

La economía argelina estaba estancada y al borde del desabastecimiento. Uno de cada cuatro jóvenes menores de treinta años no encuentra un trabajo estable y su mejor alternativa es el “hrig”, la dura y riesgosa emigración hacia las costas europeas.

En ese contexto desde abril de 2020, el Hirak, el movimiento de protesta civil argelino reclama elecciones realmente libres y competitivas y la creación de un Estado civil democrático, es decir que, los argelinos quieren que los desacreditados y devaluados gerentes que comandan el Ejército abandonen su control tiránico sobre el país.

Sin embargo, este país en crisis y quebrado financieramente, según sus propios periódicos, ha invertido, en 46 años, más de 375.000 millones de dólares en una guerra de desgaste contra el Reino de Marruecos, incluso financiando, entrenando y armando a las milicias de los separatistas del Frente Polisario. No le ha importado que para ello debiera sumergir en la pobreza a su propio pueblo.

Como muy bien ha declarado el embajador de Marruecos ante las Naciones Unidas, Omar Hilale, Argelia “dedica su aparato diplomático al servicio de una agenda única, la del Sáhara marroquí.”

Cabe preguntarse entonces que derechos y que intereses mueven a Argelia para apoderarse del Sáhara Marroquí.

Derechos ninguno, absolutamente ninguno. La República Argelina Democrática y Popular es una creación del colonialismo francés.

Mientras que el Reino de Marruecos remonta sus orígenes al reino que el Mouley Idriss ibn Abdullah ben Hassan ben Alí, bisnieto del profeta Mohammed, y sus sucesores fundaran en el año 790, en la zona septentrional del actual territorio marroquí.

En esa misma época Argelia se convertía en una provincia del Imperio Otomano. Durante los siguientes tres siglos se mantuvo en esa condición. Una provincia donde se hablaba el idioma turco como lengua oficial y los pobladores árabes y bereberes estaban excluidos de la administración imperial.

En 1710, Argelia se transformó en una Regencia del Impero Otomano con un Dey hereditario.

La Regencia de Argel sólo controlaba las áreas costeras y montañosas contiguas. En otras palabras, Argel y sus alrededores. En las regiones del Oeste, Central y Este del país gobernaban los Bey y en el interior existían algunos reinos locales en los oasis, como el Sultanato de Tuggurt, bajo el control de las tribus locales de bereberes y árabes.

La regencia de Argel fue una de las principales bases de los piratas de Berbería que atacaban los barcos cristianos, los asentamientos del Mediterráneo y el Atlántico Norte. La prosperidad de la Regencia provenía del comercio de esclavos y de los bienes obtenidos en esos saqueos.

El 5 de julio de 1830, después del incidente entre el Dey Hussein y el cónsul francés en Argel, Pierre Deval, Francia ocupó Argel y comenzó a expandir el territorio de su nueva colonia en el Norte de África. Después de una cruenta guerra, desarrollada entre 1857 y 1870, logró incorporar a Argelia la región independiente de la Cabilia poblada por bereberes.

Durante los años en que Francia ejerció su Protectorado sobre Marruecos (1912 – 1956), los funcionarios franceses decidieron “estabilizar” las frontera entre ambos países, sin embargo la línea de demarcación de ambas fronteras variaban de un mapa a otro debido a la mala definición (la Línea Varnier de 1912 y la Línea Trincke de 1938). El descubrimiento de minas de hierro y manganeso en la región hizo que Francia decidiera, en 1950, redefinir la demarcación de las fronteras e incluir las regiones marroquíes de Tinduf y Colomb Béchar entre las provincias de la entonces Argelia Francesa. ​

Desde la independencia en 1956, Marruecos reclama el reintegro de esos territorios y otros que han sido parte del Marruecos histórico. 

Ni Francia, ni Argelia tuvieron nunca presencia o injerencia en el Sáhara marroquí dónde la única ocupación colonial provino de España. La soberanía marroquí sobre el Sáhara  fue restituida a su legítimo titular, el Reino de Marruecos, después de la heroica Marcha Verde del 6 al 9 de noviembre de 1975.

Resulta evidente entonces, que careciendo de derechos o antecedentes históricos de ningún tipo sobre el Sáhara marroquí, Argelia sólo tiene demandas e intereses expansionistas sobre este territorio.

Por un lado pretende obtener una salida hacia el Océano Atlántico para dinamizar sus exportaciones de hidrocarburos y desarrollar proyectos portuarios y pesqueros en su beneficio. Por un lado, también pretende aislar a Marruecos de sus rutas terrestre de comercio hacia el África Occidental.

Con ese objetivo ha estado apoyando durante décadas a los separatistas del Frente Polisario y ahora, el gobierno argelino bajo tutela de los militares comprende con frustración e impotencia que sus esfuerzos de tantos años resultaron inútiles y que la comunidad internacional gradualmente está reconociendo la soberanía marroquí sobre su Sáhara y que los separatistas saharauis están cada vez más relegados y aislados en sus pretensiones.

Es por lo que cómo último recurso amenaza a Marruecos con escalar el conflicto hacia un confrontación militar abierta.

Si se llegara a esa trágica situación la opinión pública debe tener muy presente que siempre será Argelia el Estado agresor porque Marruecos está en su Sáhara y no caerá ningún tipo de provocación de un Estado totalitario, frustrado y en crisis.   

jueves, 18 de noviembre de 2021

CRECE LA RESISTENCIA CIVIL EN SUDÁN

La resistencia civil al régimen de facto en Sudán amenaza con transformarse en una nueva y cruenta guerra civil. La población repudia al golpe militar encabezado por el teniente general Abdel Fattah Abdelrahman al Burhan, Jefe de Estado Mayor del Ejército y presidente del Consejo Soberano el pasado mes de octubre y los militares responden con una represión sin límites.

LOS HECHOS

Las manifestaciones callejeras contra el golpe de Estado militar de octubre pasado han dejado ayer un saldo de al menos quince muertos y un centenar de heridos en una de las jornadas más violentas desde que los militares derrocaron al gobierno constitucional.

Las víctimas se produjeron cuando fuerzas militares y policiales disolvieron una multitudinaria marcha de manifestantes hostiles con grandas lacrimógenas y disparos de armas de fuego.

Desde que los militares se hicieron con el poder se han registrado 38 víctimas civiles y unos cien profesores han sido detenidos por los militares.

Para desarticular las protestas anti-golpe el gobierno militar ha interrumpido todas las comunicaciones telefónicas e internet es inaccesible en el país desde el día en que los militares se hicieron con el poder. No obstante, los manifestantes opositores se coordinan a través de mensajes de SMS cuando funciona la telefonía.

También los puentes que enlazan a la ciudad capital de Jartum con el resto del país han sido bloqueados, el aeropuerto fue cerrado y los vuelos internacionales suspendidos, mientras tanto en la televisión estatal rige una fuerte censura sobre las noticias nacionales.

Desde el mismo día del golpe de Estado, la Asociación de Profesionales de Sudán difundió en las redes un llamado “a las masas” a que “salgan a la calle y ocupen por completo y se preparen para resistir”.

Recientemente, también el Comité Interino del Sindicato de Trabajadores de la empresa Sudapet (la petrolera estatal) ha anunciado que se unía a “la desobediencia civil como un paso para apoyar al pueblo sudanés”.

EL GOLPE DE ESTADO

Fuerzas militares conjuntas arrestaron el lunes 25 de octubre al primer ministro de Sudán, Abdallah Hamdok, a la mayoría de los ministros del Gabinete y a los miembros civiles del Consejo de Soberanía, organismo que supervisaba la transición a la democracia desde el derrocamiento del dictador Omar Hassan Ahmad al Bashir, en 2019.

El hasta entonces Presidente del Consejo Militar, teniente general Abdel Fattah Abdelrahman al Burhan (60), apareció ante las cámaras de la televisión nacional vistiendo uniforme, con su bigote y su habitual boina verde para anunciar la profundización del régimen militar que domina al país desde hace dos años disolviendo el gabinete y el Consejo Soberano e implantando el estado de emergencia en todo el país para evitar las supuestas disputas de poder e incitación al caos por parte de los civiles.

Burhan también suspendió una serie de artículos del documento que servía de Constitución durante la transición sobre la composición y las competencias de los dos órganos anteriores y la participación de los civiles. Los militares nombraron un Gobierno tecnocrático que en teoría debe pilotear el país hasta unas elecciones previstas para el 2023. No obstante, el general Al Burhan se aseguró la presidencia del poderos Consejo Soberano.

El autogolpe militar de Burhan en Sudán despertó repercusiones internacionales negativas.

ANTECEDENTES

Tras treinta años de dictadura islamista, las protestas callejeras estallaron en Sudán, el 19 de diciembre de 2018, detonadas en un comienzo por el alto nivel inflacionario, el aumento en el precio del pan y de los combustibles, pronto fueron capitalizadas por un conglomerado de organizaciones y partidos opositores denominado “Fuerzas de la Libertad y el Cambio” que se conformó en enero de 2019 y donde ejerce un rol protagónico la “Asociación de Profesionales Sudaneses”.

Las protestas que comenzaron con concentraciones, marchas, huelgas y otras acciones de resistencia civil derivaron en “sentadas pacíficas” en los alrededores del Cuartel General del Ejército.

Luego de que las protestas alcanzaron un saldo de 38 muertos, cientos de heridos y mil detenidos sin dar muestras de decrecer, el Ejército de Sudán decidió asumir el poder el jueves 11 de abril desplazando al anciano dictador Omar Hassan Ahmad al Bashir (76), líder del Partido del Congreso Nacional, que con treinta años al frente del país era uno de los jefes de Estado que más tiempo ejerció el poder en África.

El Ejército sudanés, para calmar los ánimos y evitar que el país cayera en un espiral de violencia, tras derrocar al presidente Al Bashir, lo reemplazó por un Consejo Militar Transitorio formado por diez generales y estableció una hoja de ruta para la transición hacia la democracia.

La presidencia del Consejo Militar Transitorio recayó en el hasta entonces Inspector General de las Fuerzas Armadas teniente general Abdel Fattah Abdelrahman al Burhan quien asumió también como Jefe de Estado Mayor del Ejército y ministro de Defensa en reemplazo del dimitido general Ahmed Awad ibn Auf.

La vicepresidencia del Consejo Militar Transitorio y del país fue ocupada por el general Mohamed Hamdan Daqlo, comandante de la unidad de fuerzas de élite denominada “Fuerzas de Apoyo Rápido” que cuentan 30.000 hombres. Se trata de una milicia que en un tiempo respondía a las órdenes directas del exdictador Al Bashir pero fue convertida en un cuerpo regular del Ejército. Actualmente, la mayor parte de sus efectivos están desplegadas en guerra del Yemen y en las fronteras de Sudán para combatir el narcotráfico y el tráfico de personas.

La hoja de ruta establecida por el Consejo Militar Transitorio contemplaba un periodo de transición de dos años con el objeto de “preparar el ambiente político para el traspaso pacífico del poder”, según declarara el general al Burhan.

Como primeras medidas el Consejo Militar detuvo al presidente Al Bashir y a todos sus ministros. Destituyó al general Salah Abdalá Qush, hasta entonces jefe del Agencia Nacional de Seguridad e Inteligencia, encargada de reprimir las protestas, quien fue reemplazado por el hasta entonces su segundo el general Yaladín al Sheij.

También ordenó la liberación de todos los presos políticos. Aunque prorrogó por noventa días el estado de sitio, derogó la constitución de 2005 y proclamó “una invitación abierta al diálogo de todos los componentes de la sociedad sudanesa, sus partidos y la sociedad civil” para alcanzar un consenso y establecer las reglas que permitan construir una  transición pacífica a la democracia.

Inmediatamente, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos anunciaron su apoyo al Consejo Militar Transitorio. El rey Salman de Arabia Saudí incluso ordenó el envío de un embarque de ayuda humanitaria a Sudán que incluiría derivados del petróleo, trigo y medicinas.

UNA PESADA HERENCIA

Sudán está situado en el norte de África, a orillas del mar Rojo, entre Egipto y Eritrea. Está atravesado por el Nilo y sus afluentes.

Su población, estimada en algo más de cuarenta millones de personas, se distribuye en 597 tribus que hablan cuatrocientos dialectos distintos. El 60% de la población sudanesa tiene menos de 25 años.

Los problemas de Sudán se remontan al momento en que dejó de ser el país más extenso de África, tras la secesión de Sudán del Sur, el 29 de julio de 2011, que hizo que perdiera casi todos sus campos petroleros y el 60% de sus ingresos fiscales. No obstante, Sudán con sus más de dos millones y medio de kilómetros cuadrados es el tercer país más extenso del continente africano después de Argelia y la República Democrática del Congo.

Aunque el país todavía es rico en recursos naturales como el petróleo y el algodón y su economía está entre las de más rápido crecimiento de África. Sus principales mercados de exportación se encuentran en Asia y son China, Japón e India. El 80% de la población sudanesa se dedica a la agricultura.

Sudán a construido una próspera industria armamentista, cuyos productos (armas liras, vehículos blindados y hasta aeronaves con patente internacional).

En los últimos años Sudán ha  sufrido serios problemas económicos.  El Ejército y los organismos de seguridad e inteligencia acaparaban el 80% del presupuesto nacional. Al Bashir dejó una inflación del 120% anual y un amplio legado de corrupción. Sudán ocupa el puesto 172 entre 180 países, según el Índice de Percepción de la Corrupción de 2018, elaborado por la ONG Transparencia Internacional.

La Organización de Naciones Unidas estima que 5.700.000 sudaneses -el 13% de la población- se enfrentan a una aguda crisis alimentaria, especialmente en las áreas afectadas por la sequía en Oriente y Occidente del país.

CONCLUSIONES

La situación en este atribulado país del Sahel dista mucho de encontrarse estabilizada. Los militares enfrentan la presión combinada de las protestas internas y las amenazas de sanciones internacionales.

Si el espiral de protestas callejeras violentas y dura represión militar continúa acelerándose y los militares se niegan a establecer una hoja de ruta clara para restaurar las instituciones democráticas  resulta muy posible que el país se vea envuelto en una nueva guerra civil.