Estados Unidos liberará a Ana Belén Montes, una agente de la Agencia de Inteligencia de la Defensa que en realidad era una espía cubana infiltrada.
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La agente de la Agencia de
Inteligencia de la Defensa de los Estados Unidos, Ana Belén Montes, era
conocida entre sus colegas como “la Reina de Cuba”, por ser la Analista Principal
sobre Cuba de esa Agencia, pero en especial por sus grandes conocimientos sobre
la Isla. Todo iba muy bien, hasta el día en que se descubrió que en realidad la
Reina de Cuba era la espía cubana más exitosa y dañina en la historia
estadounidense.
Ahora, el 6 de enero de
2023, a 22 años de su detención, la Reina de Cuba recobrará su libertad, si
bien deberá permanecer durante los próximo cinco años bajo vigilancia y sin
poder salir del país sin autorización judicial.
Conmoción en el Pentágono
El 20 de
septiembre de 2001, Ana Belén Montes, la analista a cargo del tema de Cuba en
la Agencia de Inteligencia para la Defensa y posiblemente la voz más autorizada
sobre asuntos cubanos dentro del gobierno estadounidense fue detenida acusada
de ser precisamente una espía de Fidel Castro. El arresto alteró a toda la
comunidad de inteligencia de los Estados Unidos pero debido a la conmoción
provocada por los atentados terroristas del 11 de septiembre el caso pasó
prácticamente desapercibido para el gran público. Así comenzó uno de los más
enigmáticos affaires de la historia
del espionaje mundial.
Los primeros pasos
Ana Belén Montes
había nacido, el 28 de febrero de 1957, en una base militar estadounidense
cercana a Nüremberg, en la entonces República Federal Alemana. Pertenecía a una
familia de origen portorriqueño. Su padre Alberto Montes era un médico
psiquíatra del Ejército estadounidense y su madre Emilia una trabajadora social
que se desempeñaba en la ayuda a los inmigrantes. En 1979 se graduó en estudios
internacionales en
Su primer éxito
como espía parece haber consistido en suministrar a los cubanos información
sobre instalaciones secretas en El Salvador desde donde operaban las fuerzas
especiales de los Estados Unidos en el país. Montes visitó esas instalaciones
en 1987. Poco después de su regreso a Washington las guerrillas del Frente de
Liberación Nacional Farabundo Martí atacaron las instalaciones matando al
sargento de los Boinas Verdes, Gregory A. Fronius.
La Reina de Cuba
En 1990, Ana
Belén Montes pasó a formar parte de un grupo selecto de analistas
estadounidenses que visitó varias veces Nicaragua con el objeto de informar
personalmente a la entonces presidenta Violeta Chamorro sobre las actividades
de la inteligencia cubana en ese país. La presidenta Chamorro enfrentaba, en
ese entonces, una difícil situación política debido a que los sandinistas
ocupaban diversos cargos en la administración pública y controlaban al ejército
nicaragüense.
En 1992, Montes
fue seleccionada por
En 1993,
En enero de 1998
retornó a Cuba acompañada de dos asesores del Senador Jesse Helms para evaluar
la situación cubana durante la visita que el Papa Juan Pablo II realizó a
Debido a su
prestigio como analista sobre Cuba, Ana Belén Montes pasó a coordinar un comité
especial interagencias sobre
Una operación de desinformación
A fines de marzo
de 1998, el Departamento de Defensa envió al Congreso estadounidense un informe
confidencial elaborado por el Comité Interagencias titulado “La amenaza
cubana a la seguridad nacional de los Estados Unidos”. Las conclusiones del
informe consignaban claramente que Cuba no planteaba una amenaza para la
seguridad de los Estados Unidos. Según algunas versiones, Montes, habría
tratado de atemperar en la redacción del texto la peligrosidad de Cuba, en
tanto que los representantes de otras agencias –tales como
En ese entonces,
el FBI conocía, al menos desde 1995, que una organización de espionaje cubano
operaba desde el condado de Miami-Dade. El grupo denominado “Red Avispa” sería desenmascarado pocos
meses más tarde y llevaría al procesamiento por espionaje de doce
personas.
En el apartado
titulado “La amenaza de la guerra biológica”, el informe analizaba
especialmente la capacidad de Cuba para producir armas bacteriológicas.
Afirmando que el régimen castrista tenía la capacidad de biotecnología
suficiente para desarrollar con éxito un programa de guerra biológica. Cuando
el secretario de Defensa, William S. Cohen remitió su informe al Congreso,
añadió que estaba preocupado por la capacidad potencial de Cuba para
desarrollar y producir armas biológicas.
A partir de la
difusión de este informe, algunos analistas académicos y militares retirados de
los Estados Unidos comenzaron a reiterar que Cuba había dejado de ser una
amenaza para la seguridad de los Estados Unidos. Este argumento trataba de
influir sobre
1.- Evitaría una
masiva inmigración de cubanos hacia los Estados Unidos.
2.- Alejaría la
posibilidad de que en Cuba se produjera una guerra civil que obligara a una
intervención militar estadounidense.
3.- Abriría la
posibilidad de desarrollar formas de cooperación con Cuba en el control del
narcotráfico en la región.
Es difícil
establecer cuál fue el daño que la labor de Ana Belén Montes como espía cubana
causó al esfuerzo de inteligencia de los Estados Unidos. Su trabajo le
facilitaba contactar directamente a los responsables de formular la política
estadounidense hacia Cuba, le permitía conocer sus ideas e influir sobre los
mismos con sus informes y razonamientos. Montes continuamente llevaba a cabo
reuniones informativas sobre Cuba a miembros del Congreso y del Comando Sur.
Ella se reunía en forma regular con sus colegas de
En 1996, Montes
asistió a los ejercicios militares del Comando Atlántico de las Fuerzas Armadas
de los Estados Unidos, celebrados en Norfolk, Virginia. En esa época, Ana Belén
Montes informó a la inteligencia cubana sobre la inminente llegada a Cuba de un
agente de inteligencia militar de los Estados Unidos, que operaba en forma
encubierta. En el acuse de recibo, la inteligencia cubana le contestó: “Estamos aquí esperando por él con los
brazos abiertos”.[1]
Posteriormente,
al reconocer su culpabilidad, Montes admitió que entre la información
suministrada a la inteligencia cubana figuraba el nombre de cuatro agentes
estadounidenses que operaban encubiertos en
Para transmitir
su información a la inteligencia cubana, Montes empleaba los mismos
procedimientos que los agentes cubanos que integraban la mencionada “Red
Avispa”. A tal efecto se servía de transmisiones radiales de alta frecuencia,
en onda corta, recibiendo señales numéricas por la misma vía que decodificaba
utilizando un programa de su computadora. La técnica de recibir datos
codificados por banda radial de onda corta es común en la inteligencia cubana.
Los mensajes consistían en conjuntos de 150 grupos numéricos. El FBI determinó
que números de este tipo, en un orden exacto se radio el 6 de febrero de 1999,
en una frecuencia de AM, por los 7887 kilohertzios, por una mujer que habló en
castellano y que inició la transmisión diciendo: “atención, atención”.
Producido su arresto el FBI encontró en la vivienda de Montes una radio Sony,
así como un par de auriculares.
Uno de los
textos recuperados de la computadora portátil de la espía cubana, una laptop
marca Toshiba (Refurbished) modelo 405CS con el número de serie #10568512, que
había adquirido en octubre de 1996 en una tienda de CompUSA, por los expertos
del FBI, consistía en un ultrasecreto programa para almacenar información de
inteligencia empleando satélites y otros medios tecnológicos.
Al momento de su
detención, Ana Belén Montes vivía sola en su departamento, el número 20, del
número 3039 de la calle Macomb, un barrio residencial situado en el noroeste de
Washington. La zona donde vivía Ana Belén era el lugar de residencia
tradicional para funcionarios gubernamentales de mediana jerarquía de Washington.
Como todo espía eficiente no tenía amigos ni personas que compartieran su
intimida. Quienes debieron tratarla por razones profesionales la describían
como brillante, organizada, con poco sentido del humor e introvertida. No
acudía a reuniones sociales, no se le conocían parejas ni vínculos
sentimentales. Su único hobby conocido era concurrir a los conciertos que
La caída
Es difícil saber
que motivó a Ana Belén Montes a traicionar a su país. Las motivaciones
tradicionales, tales como el deseo de ganar dinero, la frustración profesional
y otros no parecen haber sido la causa. Montes no recibió dinero del gobierno
cubano más allá de alguna compensación por gastos. Tampoco hay evidencias de
que los cubanos la estuvieran extorsionando o de que hubiera sido reclutada por
algún “Romeo” cubano. Ni siquiera era una fanática marxista. En el
juicio, su abogado defensor Plato Cacheris justificó el proceder de Montes
diciendo: “Ella realizó estas actividades
porque creen que la política de Estados Unidos no respeta a los cubanos, ni
siquiera es tolerante o trata de entenderlos. Ella estuvo motivada por un deseo
de ayudad al pueblo cubano y no recibió compensación monetaria por eso”.[2] De lo que se puede inferir
que su conducta posiblemente se originó en algún conflicto causado por su
condición de latina y católica en un ambiente dominado por anglosajones
protestantes. Pero esto es tan solo una especulación.
Se ignora con
certeza, en qué momento Ana Belén Montes comenzó a espiar para los cubanos.
Tampoco se sabe que despertó las sospechas del FBI sobre ella y cuando comenzó
a vigilar sus actividades. Lo más probable es que las primeras sospechas
surgieran al investigar a los miembros de la “Red Avispa” o como
resultado de algunas informaciones suministradas por los agentes cubanos
detenidos. Lo cierto es que el FBI tenía suficientes pruebas para proceder
contra ella desde varios meses antes de su arresto y por alguna razón no tomó
medidas para detener o dificultar sus actividades. Ni siquiera interrumpió su
acceso a la información clasificada para no alertarla. Su detención, nueve días
después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, parece
haberse debido al temor de las autoridades estadounidenses de que alguna parte
de la información proporcionada por Montes sobre las acciones que Estados
Unidos adoptaría contra los terroristas fuera compartida por los cubanos con
gobiernos árabes hostiles o incluso con grupos terroristas.
Otra hipótesis
surge del libro “Castro’s Nemesis. True stories of a master spycatcher”
(Némesis de Castro: Historias verdaderas de un maestro cazador de espías) de
Chris Simmons, un teniente coronel retirado del ejército estadounidense y ex
oficial de contrainteligencia que fue una figura central en la identificación
de Montes a través de la investigación denominada “Wrong Spirit” (Espíritu
equivocado) que llevó a cabo el FBI durante tres años.
Según Simmons,
la demora en la detención de Montes se deberá a que, dentro de la DIA, había
otro espía cubano, un agente operativo que en ocasiones trabajaba con Ana Belén
y al cual finalmente no se pudo probar su traición, pero que igual fue obligado
a dimitir pese a que no se le formularon cargos penales.
Cualquiera haya
sido el motivo, finalmente, el 20 de septiembre de 2001, Ana Belén Montes fue
detenida sin incidentes en su oficina de la DIA en la base Aérea Bolling. Las
autoridades registraron su domicilio, automóvil e incluso la caja de seguridad
que había rentado en un banco local. Así Montes se convirtió en la espía cubana
número diecisiete arrestadas desde 1998 y la funcionaria de más alto rango de
La detención de
Montes provocó una honda conmoción dentro de la comunidad de inteligencia
estadounidense, ámbito donde era bien conocida y gozaba de gran prestigio.
No conozco a esa mujer
La defensa de la
espía cubana fue asumida por el estudio jurídico de Plato Cacheris y Preston
Burton. Este bufete se ha especializado en la defensa de espías al servicio del
bloque socialista. Entre otros representó al agente del FBI, Robert Hansen,
convicto por espiar a favor de la antigua URSS y luego para
En 1994,
Cacheris y Burton lograron un acuerdo para Ames con el gobierno estadounidense
donde el espía reconoció su culpabilidad y obtuvo una condena a cadena perpetua
sin opción a libertad condicional o reducción de pena a cambio de que su esposa
recibiera una pena de tan sólo cinco años con posibilidad de libertad
condicional para poder criar al hijo de ambos. Ames debió entregar también
parte de la cuantiosa suma de dinero recibida de los rusos.[3]
En el caso de
Ana Belén Montes, Cacheris y Burton alcanzaron una negociación con
Desde 2003, Ana
Belén Montes cumple una condena a veinticinco años en la cárcel de FWC Carswell
en Fort Worth. Una prisión militar de máxima seguridad ubicada en los extensos
territorios de la base naval y aérea de Forth Worth en Texas, con el número de
prisionera 25037-016.[4]
Montes no podría
beneficiarse con la posibilidad de libertad condicional. Sin embargo, por
alguna circunstancia que no trascendido (probablemente por problemas de salud)
el gobierno federal resolvió liberarla el próximo 8 de enero de 2023, poco
antes de cumplir los 67 años, aunque deberá permanecer otros cinco años bajo
libertad vigilada.
La vida de Ana
Belén Montes inspiró a Scott W. Carmichael, miembro en actividad de
Como suele
ocurrir en estos casos, los medios de prensa cubanos no se pronunciaron sobre
el arresto o el proceso judicial contra Montes. El Ministerio de Relaciones
Exteriores de Cuba, igualmente, guardó silencio. Como réquiem cabe citar las
palabras de Luis Fernández, diplomático de la Sección de Intereses de Cuba, en
Washington: “No tengo la más remota idea
de que me están hablando, no conozco a esa mujer”.
En 22
años, el gobierno cubano nunca reconoció los servicios de Ana Belén Montes como
espía, algo que si hicieron con los cinco miembros de la “Red Avispa” detenidos
en los Estados Unidos. Posiblemente, ello se deba a que Montes no era cubana ni
descendiente de cubanos o, lo más probable sea debido a que Ana Belén Montes,
una vez detenida, aceptó colaborar con las autoridades estadounidenses detallando
que información había entregado a los cubanos y cualquier otra información de
valor de la que tuviera conocimiento.
Lo
cierto es que como a muchos agentes dobles, Ana Belén Montes posiblemente pase
sus últimos días abandonada y repudiada por todos aquellos a los que un día
traicionó.
[1] BENAMETIS,
Juan F.: “Ana Belén Montes: Un topo en el
Pentágono”. Artículo publicado para el Think Tank de Cubanálisis y
reproducido por Baracutey Cubano. Miami, 27/03/2007.
http://baracuteycubano.blogspot.com/2007/03/ana-beln-montes-un-topo-en-el-pentgono.htp
[2] BENEMETIS,
Juan F. Ob. Cit. p. 7 de 9.
[3] AGOZINO, Adalberto C. Y Graciela L. COSENTINO: “Diccionario de Inteligencia”, Ed. Seguridad y Defensa. Bs. As.
2005, p. 17.
[4] IGLESIAS,
María José: “Ana María, la espía asturiana que trabajó en el Pentágono para
Fidel Castro”. Artículo publicado en el diario