sábado, 29 de septiembre de 2018

UNA “EJECUCIÓN EXTRAJUDICIAL COMPLICA A PUTIN




El intento de asesinato del espía desertor ruso Sergei Skripal y su hija Yulia, perpetrado por agentes de la inteligencia militar rusa complican las relaciones del presidente Vladimir Putin con sus pares occidentales.

EJECUCIONES EXTRAJUDICIALES

El Derecho Internacional Humanitario considera a las ejecuciones extrajudiciales como el homicidio doloso, es decir intencional y planificado, de una persona por parte de un funcionario público que se sustenta en la potestad de un Estado para decidir y justificar el crimen, sin pasar por ningún proceso judicial.

Se trata de una violación a los derechos humanos que comprende delitos contra las personas y bienes protegidos en forma específica por el Derecho Internacional Humanitario.

Una ejecución adquiere el carácter de extrajudicial cuando es llevada a cabo por agentes de un Estado fuera de los siguientes parámetros:

1.- Legítima defensa.

2.- En combate librado como parte de un conflicto armado.

3.- En el uso racional, necesario y proporcionad de la fuerza para hacer cumplir la ley.

4.- Por imprudencia, impericia, negligencia o violación de la legislación y los reglamentos.

En el ámbito de los servicios de inteligencia se denominan como “ejecuciones extrajudiciales” a las operaciones que implican el asesinato clandestino de agentes, dobles, desertores, disidentes u opositores importantes.

Usualmente este tipo de operaciones de inteligencia clandestinas e ilegales son llevadas a cabo con la autorización de las más altas autoridades del Estado.

Existen numerosos casos de operaciones planificadas por los organismos de inteligencia e implementadas por agentes contratados. Uno de estos casos fue el asesinato de León Trotski ordenado por Stalin, planificado por el Departamento Extranjero del  NKVD –Glavnoye Upravleniye Gosudarstvennoye Bezopasnoti / Administración Central de Seguridad del Estado- y llevado a cabo por el español Ramón Mercader del Río.

En 1939 Trotski estaba exiliado en México. Se vio forzado a dejar la Unión Soviética en 1929, y tras vivir en Turquía, Noruega y Francia, se trasladó a México ante la inminente guerra. Ya antes de exiliarse, Trotski había perdido la batalla por la sucesión de Lenin. Desde el exilio, sus esfuerzos para escindir y luego controlar el movimiento comunista mundial estaban perjudicando a Stalin y a la Unión Soviética.

En marzo de 1939, Stalin ordenó al jefe de la NKVD, el temible Laurenti Beria y al subjefe del Departamento Extranjero, coronel Pavel Sudoplatov que encabezara el buyeveke –equipo de fuerzas de choque- encargado de asesinar a Trotski. Según testimonio de Sudoplatov, Stalin habría dicho: “Trotski debe ser eliminado antes de que acabe el año y la guerra estalle irremediablemente. Como prueba la experiencia de España, sin la eliminación de Trotski no podemos confiar en nuestros aliados de la Internacional Comunista, si los imperialistas atacan a la Unión Soviética”.

El 20 de agosto de 1940, Ramón Mercader visitó a Trotski a quien pidió que leyera un artículo que había escrito. Estando a solas con Trotski en su estudio, cuando este leía en su escritorio, el asesino se situó detrás de él y le asentó un golpe con un pequeño y puntiagudo piolet que llevaba oculto bajo el impermeable. En el instante previo a  recibir el impacto, Trotski movió ligeramente la cabeza. Aquel movimiento desvió la dirección del golpe, debilitando su impacto, Trotski no murió instantáneamente y tuvo tiempo de gritar pidiendo auxilio. Mercader sorprendido por el grito y muy nervioso quedó paralizado. No atinó a emplear el puñal ni el revolver que llevaba.

Finalmente, el ingreso al estudio de la mujer de Trotski acompañada de sus guardaespaldas impidió la huida de Mercader. Trotski finalmente murió al día siguiente en el hospital como resultado del golpe recibido.

Ramón Mercader del Río fue detenido y juzgado por las autoridades  mexicanas como Frank Jackson, joven empresario canadiense. Su verdadera identidad no fue desvelada hasta seis años después, cuando se conoció por la infidencia de un desertor soviético pariente suyo.

Al conocerse su verdadera identidad y su carácter de agente soviético las condiciones de detención de Mercader mejoraron considerablemente. Mercader incluso se casó con una mujer que lo cuidaba en la cárcel y la llevó consigo a Moscú después de ser liberado el 20 de agosto de 1960.

El asesinato de Osama Bin Laden,el 2 de mayo de 2011, por parte de un equipo SEAL de fuerzas especiales estadounidenses, en el marco de la “Operación Lanza de Neptuno”, ordenada por el presidente Barack Obama es otro caso de “ejecución extrajudicial”. También lo son el asesinato de terroristas yihadistas mediante el empleo de drones operados por miembros de las fuerzas armadas de los Estados Unidos.

EL HOMBRE DEL GRU

El coronel Skripal fue detenido, en 2006, en Rusia acusado de actividades de espionaje, desde 1990, en favor del servicio secreto del Reino Unido, el célebre MI6.

Skripal nació en 1951. En 1972 se graduó como oficial de ingenieros de las tropas aerotransportadas. Luego fue reclutado por la inteligencia militar, el GRU y destinado como agregado militar en España. Allí fue reclutado por el MI6 que pagaba sus informaciones a través de una cuenta bancaria en España. Al parecer, el militar ruso brindó a los británicos y españoles información sobre la actividad en Europa de los grupos mafiosos rusos y sus vinculaciones con el gobierno de su país.

Los rusos imputaron a Skripal de haber revelado a los británicos la identidad de sus agentes que operaban en Europa a cambio de pagos por valor de aproximadamente unos cien mil dólares.

Skripal fue juzgado, destituido y condenado a trece años de prisión por “alta traición en forma de espionaje”. Pero, solo cumplió una pequeña parte de la condena.

El 8 de julio de 2010, fue amnistiado por el entonces presidente Dmitry Medvedev, junto a otros tres rusos acusados de espionaje, como parte de un acuerdo de intercambio de agentes con los estadounidenses.

El intercambio de agentes, el mayor desde el fin de la Guerra Fría se llevó a cabo en Schewechat, el aeropuerto internacional de la ciudad de Viena. Entre los diez espías rusos liberados se encontraba la glamorosa Anya Kushenko, Anna Chapman o, como la denominó la prensa occidental, “la agente 90 – 60 – 90”. Detenida, el 27 de junio de 2010, por el FBI junto a otros nueve agentes rusos.

Una vez liberado, Skripal se trasladó el Reino Unido donde se reunió con su esposa e hijos. Allí siguió colaborando con los británicos instruyendo a los futuros agentes del MI6 en las tácticas empleadas por la inteligencia rusa. A pedido del MI 6 británico, el antiguo coronel del GRU también brindó información y asesoramiento a los servicios de inteligencia y seguridad de la República Checa, Estonia y España sobre los métodos empleados por la inteligencia rusa y de los vínculos del Kremlin con la mafia.

Pero, su esposa Ludmila falleció, en 2012, de cáncer de útero. Más tarde, en noviembre de 2017, su hijo Alexander de 43 años, murió mientras realizaba una visita turística a San Petersburgo al parecer de una falla hepática. Su hija Yulia, que residía en Moscú, desde 2014, trabajando como vendedora, había viajado al Reino Unido para acompañar a su padre en la fecha en que se celebraba el cumpleaños de su hijo recientemente muerto.

El domingo 4 de marzo, Sergey Skripal, de 67 años, y su hija Yulia fueron encontrados inconscientes, semiparalizados y con síntomas de intoxicación en un banco del centro de compras “The Maltings”, en la ciudad británica de Salisbury donde el exmilitar ruso había establecido su residencia luego de la liberación.

Al parecer, los Skripal habían estado paseando por el centro comercial, bebieron algo en el pub Carteles de The Mill y luego almorzaron en el restorán italiano “Zizzi”, donde el exespía comió un plato de risotto. Al salir de restaurante se sintieron mal y se sentaron en un banco del paseo para recurarse. Inmediatamente fueron trasladados al hospital distrital donde fue asistido.

El primer agente de policía en atender a los rusos intoxicados, el sargento de la policía, Nick Bailey sufrió también una fuerte intoxicación. Otras 21 personas que se encontraban en el centro comercial padecieron también síntomas de intoxicación.

EL LARGO BRAZO DE MOSCÚ

El intento de “ejecución extrajudicial” del coronel Skripal y su hija constituye un claro ejemplo de cómo opera la inteligencia rusa para deshacerse de sus enemigos.

Al analizar el caso Skripal lo primero que hay que preguntarse es porque Moscú decidió eliminarlo catorce años después de comprobada su traición.

Si el Kremlin deseaba castigar la traición del ex agente del GRU tuvo muchas ocasiones y procedimientos a su alcance sin necesidad de arriesgarse a provocar un escándalo internacional.

Podían haberlo condenado a muerte y ejecutado tras el juicio que se le siguió en Moscú, en 2006. También pudieron asesinarlo en secreto durante los seis años de cárcel que cumplió en Rusia.

Pero, no el gobierno ruso lo consideró tan poco importante que se libró de la acusación de traición por espionaje con una condena relativamente leve para este tipo de delitos, incluso en Occidente, tan sólo trece años de cárcel. Además, aceptaron liberarlo en un canje de espías. Esto indica que no existía mayor rencor contra él por parte de las autoridades rusas.

Curiosamente, ningún otro de los tres espías rusos liberados junto a Skripal fue objeto de represalias por parte de Moscú.

Estos hechos indican que el atentado contra el ex agente del GRU debe estar motivado por algo que Skripal ha hecho en los últimos años y que desató las iras del Kremlin o la necesidad de callarlo para siempre.

UNA OPERACIÓN DE KOMPROMAT

Esta suposición alimenta la sospecha de que Skripal no estaba totalmente retirado del espionaje y de que incursionó donde no debía trabajando para consultoras de inteligencia corporativa.

Skripal se habría involucrado en una operación psicológica clandestina de “Kompromat” organizada por la firma británica “Orbis Inteligencia Empresarial Ltd” contra el presidente Donald Trump.

Orbis, con sede 9 y 11 Grosvenor Gardens, de la ciudad de Londres, es una firma de inteligencia corporativa fundada, en 2009, por dos ex agentes del MI6, que se desempeñan como codirectores de esta: Christopher Burrows (58) y Christopher Steele (52).

En la página Web de Orbis, la empresa ofrece “asesoría estratégica”, así como el montaje de “operaciones de recopilación de información” e investigaciones transfronterizas.

Al parecer, la operación que comprometió la vida de Skripal, habría comenzado en septiembre de 2015, durante las elecciones primarias del partido Republicano en los Estados Unidos. En ese momento un donante republicano anónimo, muy preocupado de que Trump alcanzara la nominación presidencial del partido, contrató a una firma de investigaciones en Washington, denominada “Fusion GPS”, del periodista Glenn Simpson, a los efectos de implementar una operación de “kompromat”, consistente en acumular información comprometedora sobre una persona para que, llegado el momento oportuno, se la utilice como mecanismo de presión, chantaje o simplemente difundirla para destruir su reputación y credibilidad.

Esta técnica suele ser empleada por todos los servicios de inteligencia del mundo. En Argentina, por ejemplo, este tipo de informes de desacreditación reciben el informe menos técnico de “carpetas” y su difusión a través de la prensa para destruir la imagen pública de una persona se denomina “carpetazo”.

En los círculos de inteligencia se afirma que la antigua KGB perfeccionó y sistematizó este tipo de operaciones psicológicas clandestinas hasta convertirlas en un verdadero arte.

La operación que se habría montado contra Donald Trump consistía en recopilar datos, verdaderos o no, sobre sus negocios y vida privada. En la primavera de 2016 finalizó el interés de los republicanos en el tema, después de que el magnate inmobiliario obtuvo la candidatura de su partido. Pero el tema no murió totalmente, Simpson pronto encontró otro financista para el proyecto.

Durante la campaña presidencial, el Comité Nacional Demócrata sufrió un importante hackeo, supuestamente a mano de operadores rusos, y se comenzaron a publicar en Internet algunos de los documentos robados a los demócratas. Estos habrían decidido devolver el golpe de alguna manera.

Fue entonces cuando Glenn Simpson dispuso de mayores fondos y se vio urgido de producir resultados concretos. Para ello habría contratado los servicios de Christopher Steele, a través de Orbis Business Intelligence, encargándole la reunión de información sobre los vínculos de Trump con Rusia.

Steele a su vez recurrió a sus antiguas fuentes rusas, la mayoría desertores de los servicios de inteligencia de Moscú.

Durante sus años como agente del MI6, Christopher Steele estuvo destinado en Moscú bajo la cobertura diplomática de secretario de segunda en la embajada del Reino Unido. Se desempeñó allí a comienzos de la década de 1990. En este período Serguei Skripal era un doble agente al servicio de los británicos, controlado desde la embajada en Moscú.

Es de suponer que Steele al conocer que Skripal estaba disponible en Gran Bretaña y sin trabajo, recurriera a él para confeccionar el dossier contra Trump.

Cuando Trump ganó las elecciones, en noviembre de 2016, los demócratas dejaron de financiar la operación montada por Fusion GPS y Orbis.

Pero la ambición de Steele pudo más que su experiencia profesional y prudencia. Reunió sus mejores informaciones en un dossier de 35 páginas, con mucha información adulterada y otra imposible de verificar, sobre la supuesta conducta personal inmoral de Donald Trump y la colusión de miembros de su equipo de campaña con funcionarios rusos para alterar el resultado de las elecciones presidenciales de 2016.

Inicialmente, Steele intentó negociar su informe con el FBI, pero acabó cortando la relación aparentemente frustrado por la lentitud del Departamento de Justicia de los Estados Unidos para satisfacer sus demandas y tomar con seriedad su material.

Supuestamente, el ex agente del MI6 pasó semanas haciendo circular documentos para interesar a diversas agencias de inteligencia de los Estados Unidos esperando que alguna tomara en serio su informe.

El material terminó llegando a manos del senador republicano John McCain, al que Trump había criticado duramente en alguna ocasión y este lo entregó al FBI.

El FBI elaboró un informe propio, tomado parte del material recopilado por Steele, y lo remitió tanto al presidente Barack Obama como al propio presidente electo Donald Trump.

El expediente terminó por filtrarse a numerosos medios de comunicación. Pero, como la información en muchos casos era imposible de verificar ninguno se atrevió a publicarlo por miedo a las consecuencias legales.

No obstante, algo cambió el 10 de enero de 2017, cuando responsables de la CIA, el FBI y la Agencia Nacional de Seguridad añadieron el informe en un comunicado de prensa relacionado con el ciberataque de Rusia en las elecciones.

“BuzzFeed” fue el primer medio de prensa en difundir el escándalo, la CNN le dio veracidad al mencionarlo y a continuación el resto de la prensa mundial se hizo eco de la información. A partir de ahí, empezó a circular la posibilidad de que Trump fuera víctima de chantaje por parte de los rusos, el supuesto incidente de las prostitutas contratadas por Trump para orinar en una cama donde había dormido el matrimonio Obama o los vínculos con el Kremlin que componen la llamada “Trama Rusa”.

La difusión del dossier dejó expuesto a Christopher Steele y a Orbis. El ex agente del MI6 comprendió inmediatamente que su vida corría peligro y prudentemente desapareció. Sabía que eran los gajes de un oficio peligroso.

Skripal, posiblemente pensó que su participación en el “kompromat” no había transcendido, se sintió protegido por su condición de exespía asilado en Gran Bretaña y fue entonces que la confianza mató al gato.

EL ATENTADO

Las autoridades británicas creen que a través de los registros y filmaciones han esclarecido el atentado sufrido por los Skripal y comprobado la responsabilidad de la inteligencia militar rusa en la comisión de este.

El 2 de marzo de 2018, dos ciudadanos rusos de nombre Alexander Petrov y Ruslan Boshirov, de unos 40 años, arribaron al aeropuerto británico de Gatwick, procedentes de Moscú, en el vuelo de Aeroflot SU2588.

Ruslan Boshirov, era en realidad el coronel Anatoly Vladimirovich Chepiga, de 39 años, graduado en 2001 de la Escuela de Comando Militar Superior del Lejano Oriente. Se trata de un veterano de la Segunda Guerra de Chechenia y de Ucrania perteneciente al GRU.
En 2014, Chepiga recibió la más alta condecoración que puede recibir estando vivo un militar ruso: la medalla de “Héroe de la Federación de Rusia”.

Los espías rusos tomaron un tren desde el aeropuerto hasta la ciudad de Londres. Descendieron en la estación Victoria. Desde allí se trasladaron en micro hasta la estación Waterloo.

Luego caminaron hasta el hotel “City Stay”, en Bow Road, en el este de Londres, donde se hospedaron por dos noches.

Al día siguiente, el sábado 3 de marzo, salieron del hotel a las 11.45 horas, tomaron el metro hasta la estación Waterloo, donde subieron a un tren que los trasladó a Salisbury, en el condado de Wiltshire, situada a unos ciento cuarenta kilómetros al suroeste de Londres, lugar de residencia de Serguei Skripal.

Los rusos realizan un reconocimiento del terreno donde deberán operar al día siguiente durante unas dos horas. A las 20.05 están de regreso en su hotel.

El domingo 4 de marzo, los rusos salieron temprano de su hotel, a las 08.05 horas, realizando el mismo periplo que el día anterior.

Las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona muestran a los agentes del GRU en el entorno de la casa de Serguei Skripal. Allí rociaron con “Novichok” el picaporte de la puerta de entrada de la casa del desertor ruso.

UN VENENO DE NUEVA GENERACIÓN

El nombre de “Novichok” significa en ruso “recién llegado” y sirve para denominar a un grupo de agentes nerviosos binarios desarrollados por la Unión Soviética en las décadas de 1970 y 1980.

Son armas químicas de cuarta generación desarrolladas como parte de un programa militar ultrasecreto conocido por el nombre clave de “Foliant”.

Uno de los agentes tóxicos incluidos en el grupo conocido como Novichok, el Novichok A-230, es entre cinco y ocho veces más potente que el agente nervioso VX.
Aunque algunas variantes del Novichok son líquidas, existen otras en estado sólido, en forma de un polvillo ultrafino.

Algunos tipos de Novichok pueden producirse como “arma binaria”, formada por dos sustancias inocuas cuando están separadas y letales al combinarse.

Si una persona inhala Novichok o este agente toca su piel, los efectos tóxicos se hacen sentir rápidamente. Los síntomas suelen aparecer entre los treinta segundos y los dos minutos posteriores al contacto con el veneno en forma líquida. En su estadio de polvo la absorción es más lenta y los efectos suelen demorar más en hacerse presentes.

El tóxico actúa bloqueando las señales de los nervios a los músculos, provocando que se colapsen las principales funciones del organismo.

Entre los síntomas más frecuentes se observan los ojos en blanco, ya que las pupilas se contraen, convulsiones, babeo y, en el peor de los casos, fallas respiratorias, entrada en coma y la muerte.

La acción letal del Novichok se inicia con una ralentización del ritmo cardíaco y la obstrucción de las vías respiratorias, lo que conduce a la muerte por asfixia.

Algunas variantes de Novichok fueron específicamente diseñadas para resistir los antídotos existentes para la mayoría de los agentes nerviosos.

Si una persona sufre una exposición al Novichok, debe retirársele la ropa y lavarle la piel con agua y jabón para eliminar cualquier residuo del tóxico. Se debe también enjuagarle los ojos y suministrarle oxígeno.

Los agentes del GRU trasladaron el Novichok dentro de una botella de perfume “Premier Jour”, de la marca Nina Ricci, que trajeron desde Rusia y que luego fue hallada en los alrededores.

Como hemos consignado anteriormente, Serguei Skripal y su hija Yulia resultaron afectados por el Novichok pero, también hubo víctimas colaterales inocentes.

Luego, el 27 de junio, Charlie Rowley, de 48 años, encontró en un recipiente de residuos en Salisbury una caja de perfume conteniendo una botella y un aplicador, que durante tres días trató de ensamblar ambas partes en su casa de Amesbury, según declaró. Mientras lo hacía, se puso parte del contenido. Su pareja, Dawn Sturgess, de 44 años, se lo aplicó en las muñecas.

Dawn Sturgess falleció y Rowley se debatió durante meses entre la vida y la muerte.

El 10 de julio, la Policía encontró una caja con la etiqueta Nina Ricci en una bolsa de residuos en la cocina y al día siguiente una pequeña botella de cristal con la boquilla modificada. Tras analizarla, se comprobó que tenía una importante cantidad de Novichok.

Mientras que los Skripal eran hallados inconscientes, la pareja de agentes rusos del GRU regresan a su hotel, retiraron su equipaje y se dirigieron al aeropuerto de Heathrow. A las 22.30 horas del domingo 4 de marzo partieron hacia Moscú en el vuelo de Aeroflot SU2585.
Los Skripal fueron internados en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Salisbury.
Primero los sedaron fuertemente y eso les permitió poder soportar el equipo médico tan intrusivo al que estuvieron conectados. A la vez, esto ayudó a protegerlos de un posible daño cerebral como consecuencia de la intoxicación por agentes neurotóxicos.

Con el tiempo, la sedación se redujo y la ventilación pasó de la boca a la tráquea.
Una vez que los Skripal estuvieron estables y consiguieron hablar, la preocupación de los médicos era ver como se podía estimular la producción de una encima clave para su recuperación: la acetilcolinesterasa, que se ocupa de transmitir las órdenes del nervio al músculo.

Es algo que el cuerpo hace de forma natural, pero el proceso puede llevar meses.

Probaron entonces combinar varios medicamentos aconsejados por expertos internacionales, algunos de ellos provenientes del laboratorio Porton Down, el laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa del Reino Unido. Un centro conocido internacionalmente por su experiencia en tratar con armas químicas. Así se ofreció al hospital de Salisbury y a su personal asesoramiento sobre las mejores terapias a seguir en este caso. Se decidió entonces aplicar tratamientos ya conocidos, pero con enfoques nuevos. Y sucedió lo inesperado.

La rápida recuperación sorprendió a todos. Los médicos que los atendieron no han podido explicar las razones por las que la evolución fue tan satisfactoria.

El 9 de abril, Yulia fue dada de alta después de un tratamiento que ella calificó de “lenta y extremadamente dolorosa”. Algo más de un mes más tarde, el 18 de mayo, lo hizo su padre. Ambos se mantienen a resguardo en un lugar secreto.

REPERCUSIONES

Conocido el hecho el gobierno británico de la Primer Ministro Theresa May expulso a 23 diplomáticos rusos a los que identificó como “oficiales de inteligencia” no declarados. La mayor expulsión de diplomáticos en treinta años.

Además, el gobierno británico interrumpió los contactos de alto nivel con Rusia. Retiro también la invitación para que el ministro de Relaciones Exteriores ruso Serguei Lavrov, visitará el Reino Unido. Por último, los ministros y miembros de la familia real no asistieron a la Copa del Mundo de la FIFA en Moscú.

Londres también apeló a sus principales socios internacionales que inmediatamente apoyaron al Reino Unido y repudiaron la conducta de Rusia.

Los líderes de Estados Unidos, Alemania, Francia y el Reino Unido emitieron un comunicado conjunto en el que exigieron al Kremlin respuestas por el envenenamiento. Los mandatarios aceptaron la versión británica de los hechos sobre un acontecimiento que constituyó “la primera utilización ofensiva de un agente nervioso en Europa desde la Segunda Guerra Mundial” y “un asalto a la soberanía británica”, que “amenaza la seguridad de todos”. En la declaración conjunta, difundida por Downing Street, los cuatro líderes exigieron a Rusia que esclarezca las cuestiones relacionadas con la agresión y el programa de producción del gas nervioso utilizado en la misma.

“Reino Unido ha informado en profundidad a sus aliados de que es altamente probable que Rusia estuviera detrás del ataque”, dice la declaración. “Compartimos la evaluación británica de que no hay otra explicación plausible alternativa y señalamos que la incapacidad de Rusia de responder a la legitima petición del Gobierno británico subraya aún más su responsabilidad”.

Theresa May, Donald Trump, Angela Merkel y Emmanuel Macron exigen a Rusia que “responda a todas las preguntas sobre el ataque” y que “proporcione información completa sobre el programa Novichok a la Organización sobre la Prohibición de Armas Químicas”.

“Nuestra preocupación es aún mayor en el contexto de un patrón previo de comportamiento irresponsable por parte de Rusia. Pedimos a Rusia que esté a la altura de sus responsabilidades como miembro del Consejo General de la ONU de defender la paz y la seguridad internacional” concluía la declaración.

Después del envenenamiento de los Skripal, más de veinte países occidentales expulsaron a más de ciento cincuenta diplomáticos rusos, incluyendo a sesenta de los Estados Unidos. Rusia respondió con un número similar de expulsiones diplomáticas y ordenó el cierre del consulado estadounidense en San Petersburgo, la segunda ciudad más importante de Rusia.

No obstante, las repercusiones del incidente no han cesado aún y continuarán entorpeciendo las relaciones del jefe del Kremlin con los líderes occidentales.


martes, 25 de septiembre de 2018

45 AÑOS DE LA “OPERACIÓN TRAVIATA”



El 25 de septiembre de 1973 la organización terrorista Montoneros asesino al Secretario General de la CGT, José Ignacio Rucci, un trabajador peronista cuyo único pecado era ser fiel a su líder el general Juan D. Perón.

Luego de las nuevas elecciones del 23 de octubre de 1973, en las cuales Juan D. Perón fue consagrado presidente de la Nación por tercera vez con el 61,8 por ciento de los votos, la organización terrorista Montoneros, aunque oficialmente había suspendido su accionar, operaba sin adjudicarse las acciones que realizaba.

La más importante operación realizada por ellos fue el asesinato del Secretario General de la C.G.T. José Ignacio Rucci, el 25 de septiembre de 1973. Rucci era un peronista ortodoxo que intentaba oponerse al avance de la izquierda en el movimiento peronista, para ello había creado poco antes la Juventud Sindical Peronista.

Rucci había nacido el 15 de mayo de 1924 en un humilde puesto -un rancho- de la estancia "La Esperanza", en Alcorta, provincia de Santa Fe. Casi adolescente, trabajó como domador de caballos. Inquieto y de gran inteligencia natural, se trasladó a Buenos Aires en busca de mejor destino. Se casó con Nélida Blanca Vaglio y tuvo dos hijos: Aníbal y Claudia, quienes en la fecha del atentado tenían 14 y 9 años, respectivamente.

Su primer trabajo formal, que lo llevó a convertirse en metalúrgico, lo obtuvo en la fábrica de cocinas "Catita". Ya siendo Secretario General de la CGT, en una entrevista con dirigentes estudiantiles universitarios, que querían conocer sus inicios en aquella empresa, declaró que le asignaron allí la tarea de barrer talleres, para luego desarrollar otras actividades, siempre como obrero, empezando también desde abajo su carrera sindical.

“Tanto se distinguió en su dirigencia – nos dice Enrique Oliva- como delegado, que lo llevó a ser Secretario de Prensa de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) cuando era encabezada por Augusto Timoteo Vandor. En 1966, el gremio lo hace interventor de la Seccional San Nicolás, donde también se destaca por su eficaz gestión sindical, trascendiendo su prestigio. Así alcanza el 2 de julio de 1970, en el Congreso Confederal, al ser designado Secretario General de la CGT, y reelegido en el cargo en 1972.”

“Fueron muchos los logros de Rucci al frente de la CGT, donde prácticamente vivía, pues con mucha frecuencia hasta dormía en la sede de calle Azopardo.”

“El crimen fue cometido alrededor de las 12:20, al salir de su humilde casa familiar en la calle Avellaneda 2953, propiedad prestada por un amigo. Era una de esas edificaciones con un largo pasillo angosto al que comunican varias viviendas. Cometió el error de encabezar una fila de dirigentes con los cuales había estado reunido, facilitando involuntariamente la tarea de los criminales.”

“Osvaldo Agosto, amigo y colaborador de Rucci, uno de los integrantes del grupo que lo acompañaba, con manifiesta indignación declara: ‘Los asesinos, enterados que en algún momento el jefe sindical debía salir, habían ocupado la casa vecina que tenía un cartel de venta de una inmobiliaria. Se habían presentado allí como interesados compradores y una vez adentro maniataron y amordazaron a la única persona presente en el lugar, una anciana. Hicieron los disparos a traición y por la espalda de José, asomados a un balcón que daba sobre la vereda y desde la puerta de la casa, casi a quemarropa. Luego huyeron por los fondos a través de viviendas bajas’
[i].”

Desde las páginas del diario La Opinión se trazaba el siguiente perfil psicológico del dirigente sindical muerto y de su significación política: “Muchos de la generación intermedia del peronismo, recuerdan aún a aquel muchacho delgado nervioso, uno de los más duros e intransigentes en las primeras etapas de la llamada ‘revolución libertadora’. Su cuartito de los fondos de la casa de San José –entonces la sede de la seccional Capital de la U.O.M.- donde lo habían arrinconado sus disidencias con Vandor. La terraza de al lado, donde convocaba a los delegados, para improvisar discursos encendidos y reiterativos, que terminaban invariablemente con una exhortación guerrera: hay que darles con todo. No eran sólo consignas: él también como los jóvenes de entonces, como los jóvenes que vinieron después, jugó peligrosamente su papel en la resistencia contra el gorilismo, fue uno más en aquella etapa de anonimato en serio, cuando los diarios silenciaban todo, y el secuestro de Felipe Vallese no mereció siquiera un recuadrito perdido, porque todavía el miedo seguía constituyendo la costumbre.” [...]

“Indudablemente, cuando es arrancado de San Nicolás para ejercer la conducción de la CGT, Rucci asume la virtual delegación de Perón, y en eso, sólo en eso reside su fuerza. No tiene un aparato poderoso que lo respalde, ni consenso suficiente como para ensayar caminos particulares. Depende, pura y exclusivamente, de su lealtad al líder y de la confianza que el líder le dispense.”

“En la cúpula de la central obrera, Rucci mantuvo las características esenciales del dirigente sindical argentino, aunque éstas sean difíciles de encontrar en muchos de los dirigentes actuales. Personalista y autoritario, como son los caudillos; poco confiado en quienes se le acercaban; solitario en las grandes decisiones, entregado a la euforia o a la depresión; impenetrable o comunicativo, según los interlocutores o el momento; pragmático siempre; recelosos ante los esquemas teóricos, pero mentalmente abierto para avanzar hasta donde su visión de la realidad lo admitiera; desconocedor de eufemismos, tajante, sin términos medios entre bueno o malo, entre verdad o mentira, entre afecto u odio. Amigo de las palabras solas, aunque fueran poco descriptivas, antes que de las disquisiciones, intolerante en las formas y los formalismo. Afligido ante las críticas que se le formulaban, irritable frente a los insultos, o indiferente ante nada, débil ante los halagos, orgulloso aunque acaso siempre inconsciente de su propia significación como figura máxima del sindicalismo organizado.”[ii]

Sin embargo, el asesinato de Rucci fue, en realidad, una forma de presionar a Perón por parte de los sectores juveniles radicalizados disconformes con lo que consideraban un giro hacia la derecha del anciano líder y de la pérdida de influencia dentro del mismo luego de la renuncia de Héctor J. Cámpora.

Montoneros nunca se adjudicó públicamente la autoría del hecho, aunque los militantes de la Tendencia revolucionaria coreaban en las movilizaciones: “Rucci, traidor, saludos a Vandor”. Una consigna que vinculaba el destino del sindicalista muerto con el de otros dirigentes metalúrgicos asesinados por guerrilleros peronistas, luego de intentar un peronismo sin Perón. Por ese entonces, en los ambientes estudiantiles los simpatizantes de Montoneros, con una cuota de ácido humor negro, llamaban a Rucci: “Traviata”. Ese era el nombre de una galletita que en esa época realizaba una propaganda diciendo: “La galletita de los 23 agujeritos”.

Según el doctor Ricardo Pozo, también muy íntimo y cercano a Rucci, que presenció la autopsia del cuerpo de su amigo dice, muy emocionado: "recibió 35 disparos de 4 calibres diferentes. Ya el primer proyectil de gran poder fue mortal, pues le dio en la parte posterior del cuello destrozándole la vena yugular. A su chofer, Clemente Muñoz, lo alcanzaron 7 balas pero logró sobrevivir".[iii]

En un primer momento, se discutió la autoría del atentado a Rucci. Entre los presuntos autores se encontraban desde la CIA hasta los parapoliciales que respondían al ministro de Bienestar Social, José López Rega[iv]. para despejar cualquier duda basta con referirnos al testimonio, del por entonces militantes montonero, Miguel Bonasso:

“La conducción de Montoneros, que no quiso operar contra López Rega en las horas de indignación que siguieron a la masacre de Ezeiza, eliminaba ahora al puntal sindical de Perón, cuando la ciudadanía acababa de plebiscitar al jefe. Aunque la operación no fue firmada, la autoría montonera del atentado (que ya entonces me pareció un trágico desatino) nos fue confirmada, en una reunión del equipo que preparaba el matutino Noticias, por el propio Firmenich”.[v]

Pero si la Tendencia pensaba que la desaparición de Rucci restaría poder al aparato sindical, se equivocaron. Por el contrario, la dirigencia gremial se galvanizó, obtuvo mayor respaldo de Perón y se conjuró para un ajuste de cuentas.

Las relaciones entre Perón y los sectores juveniles –agriadas desde los sangrientos episodios de junio en Ezeiza- se interrumpieron decididamente con la muerte de Rucci. Para el líder justicialista, la dirigencia sindical era una de las piezas claves en la concertación económica, que se denominó “Pacto Social”, que constituyó el proyecto del gobierno del peronismo.

Perón, que asumió la presidencia por tercera vez el 12 de octubre de 1973, respaldó el desplazamiento de funcionarios vinculados a la Tendencia Revolucionaria que sobrevivían desde el gobierno de Cámpora, se apoyó en los sindicatos ortodoxos y dio algunas señales que fueron interpretadas por los sectores de derecha del peronismo como una suerte de vía libre para desatar una ola terrorista que se manifestó en atentados a unidades básicas controladas por la Tendencia, secuestros de militantes a manos de grupos parapoliciales y persecución de delegados de base por parte de matones sindicales.

Pronto se incorporó a la violencia política el accionar de “escuadrones de la muerte” parapoliciales denominados “Alianza Anticomunista Argentina” o más simplemente “Triple A”. Su primera acción fue un atentado explosivo contra el dirigente radical Hipólito Solari Yrigoyen. Pero esa es otra historia de los años de plomo.


[i] OLIVA, Enrique: “Rucci de domador a héroe nacional” Artículo publicado en el servicio de noticias Urgente 24, del 21/9/04.
[ii] BORTONIK, Julio: “José Rucci vivió y murió como un desconocido”. Artículo publicado en el diario La Opinión del 27 de septiembre de 1973.
[iii] OLIVA, Enrique: ob. cit.
[iv] PAINO, Horacio: “Historia de la Triple A”. Editorial Platense. Montevideo 1984. Pág. 75 y siguientes.
[v] BONASSO, Miguel: “El presidente que no fue. Los Archivos ocultos del peronismo”. Ed. Planeta. Bs. As. 1977. Pág. 594.

domingo, 23 de septiembre de 2018

UNA INTERNACIONAL POPULISTA PROTEGE A LAS DICTADURAS LATINOAMERICANAS





En América Latinas, los gobierno populistas remanentes buscan perpetuarse en el poder con el apoyo de una compleja red de apoyo internacional.

LAS DICTADURAS POPULISTAS

En el siglo XX las dictaduras personalistas que se eternizaban en el poder eran de derecha, nacionalistas, anticomunistas y conservadoras. La dinastía Somoza gobernó en Nicaragua entre 1934 y 1979; Rafael Leónidas Trujillo “El benefactor” controló República Dominicana desde 1930 hasta su asesinado en 1961; Alfredo Stroessner hizo lo propio en Paraguay entre 1954 y 1989, por último, Francisco Franco Bahamonde, “Caudillo de España por gracia de Dios”, rigió los destinos de este Reino desde 1939 hasta su muerte en 1975; fueron claros ejemplos de ese hecho.

Pero, las cosas comenzaron a cambiar en 1959 con el triunfo de la Revolución Cubana. Los Castros, Fidel y Raúl, demostraron que las dictaduras podían adoptar también la ideología de izquierda, anticapitalista y antiimperialista para perpetuarse en el poder por más de sesenta años.

En la República Popular Democrática de Corea, la dinastía Kim (Kim il-Song, Kim Jong-il y Kim Jong-un) en el poder desde 1948, han creado la versión coreana del estalinismo, al que llamaron “Pensamiento Juché”, para dar cobertura ideológica al establecimiento de la primera saga de gobernante socialistas en el mundo.

En el siglo XXI, se gestó en América Latina un brote de populismo que levantó las banderas de la izquierda: socialismo, nacionalismo antiimperialista y anticapitalismo para encubrir, con algún sustento de legitimidad ideológica, su apetito voraz por el poder.

En todos los casos se trató de gobierno con clara legitimidad democrática en su origen, que una vez a cargo del gobierno cambiaron las reglas de juego (muchas veces mediante reformas constitucionales) a los efectos de perpetuarse y terminaron estableciendo dictaduras que atropellan los derechos de sus opositores y se llevan por delante a las instituciones, a la libertad de prensa y a los más elementales derechos de la gente.

En realidad el procedimiento no tuvo nada de nuevo. En 1933, Adolfo Hitler llegó al poder por elecciones absolutamente libres y democráticas donde el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiter Partei -NSDAP-), resultó el más votado aunque no alcanzó la mayoría absoluta.

Una vez en el gobierno, los nazis aprovecharon una excusa – el incendio intencional del Reichstag- para disolver el Parlamento, decretar el estado de excepción y recluir a los opositores en campos de concentración. Fue el principio de la hora más oscura para Alemania y luego para el mundo.

En América Latina, al menos por el momento, no se ha llegado a tanto, pero si al establecimiento de dictaduras populistas con líderes que pretenden gobernar a sus países en forma vitalicia.

El primer de ellos fue el caudillo bolivariano de Venezuela, Hugo Chávez Frías, quien se mantuvo al frente de su país desde 1999 a su muerte en 2013. Ahora, su sucesor, el inefable Nicolás Maduro pretende tomar contra viento y marea el relevo de la Revolución Bolivariana. Aunque ello signifique expulsar a seis millones de venezolanos de su país.

Una inspiración similar tiene el boliviano Evo Morales. Aunque la constitución boliviana establece claramente un máximo de dos mandatos presidentes consecutivos y que en el referéndum, llevado a cabo el 21 de febrero de 2016, el pueblo voto en contra de una nueva reelección del líder indigenista, indiferente a todo esto, intentará en 2019 acceder a un cuarto mandato.

Evo logró, en 2017, mediante un “Recurso Abstracto de Inconstitucionalidad”, que el Tribunal Constitucional Plurinacional -la Corte Suprema integrada por jueces nombrados con el apoyo del presidente- autorizara una nueva candidatura con el polémico argumento de que la Constitución al proscribirlo lesionaba sus derechos humanos.

En Argentina, los Kirchner, Néstor y Cristina, intentaron burlar la limitación constitucional de los dos mandatos consecutivos y aspiraron a la reelección indefinida apelando a la alternancia de los miembros del binomio presidencial.
La muerte de Néstor Kirchner, en 2010, frustró el intento.

En 2015, con la economía en llamas, la popularidad en baja y sin posibilidad alguna de reformar la constitución Cristina Kirchner se vio forzada a ceder la presidencia.

Algo similar ocurrió con Rafael Correa en Ecuador. Para imponer la reelección indefinida en la constitución, Correa debió aceptar que se aplicara a partir del mandato presidencial siguiente al suyo.

Pero su suceso, Lenin Moreno, quien supuestamente debía tan sólo cuidarle el cargo por cuatro años, demostró tener otras ideas. Moreno convocó a un referéndum en 2017 y anuló la reelección.

Correa se quedó sin posibilidades de ser nuevamente presidente y con problemas en la justicia ecuatoriana por hechos de corrupción ligados a la trama Odebrecht.

Después de la jubilación del cubano Raúl Castro, el encarcelamiento de Luis Inacio “Lula” Da Silva, en Brasil, y los problemas judiciales por corrupción generalizada que enfrenta Cristina Kirchner, junto a Nicolás Maduro y Evo Morales solo sobrevive otro populista: el exguerrillero sandinista Daniel Ortega.

Ortega enfrenta desde hace un año una autentica campaña de resistencia civil que busca su renuncia y la de su esposa como pasó previo a que rinda cuentas ante la justicia nicaragüense por delitos de corrupción y por la persecución violenta de la oposición.

Asistido por los gobiernos de Venezuela y Cuba, Ortega resiste en el poder, indiferente a la muerte de más de cuatrocientos manifestantes. Su objetivo es ganar tiempo con simulacros de diálogo político y apostando al desgaste de la oposición y de que parte de ella cansada de caos en Nicaragua, emigre al exilio. Una estrategia que parece haber dado buen resultado a Nicolás Maduro.

LA INTERNACIONAL POPULISTA

Uno de los mayores problemas que enfrentan estas dictaduras populistas es su aislamiento internacional. Para reducirlo han conformado una suerte de “Internacional Populista”.

De ella participan gobierno igualmente cuestionados internacionalmente, como Argelia, Irán o Rusia, y una extensa red de partidos políticos y grupos antisistema. Entre ellos se encuentra el español Podemos, en Argentina la kirchnerista “Unidad Ciudadana”, el Movimiento Patriótico Quebracho y el minúsculo Partido Patria Grande.

Esta “Internacional Populista” se unen también diversos grupúsculos separatistas como los catalanes Esquerra Republicana de Catalunya, el Frente Polisario y los mapuches de la Resistencia Ancestral Mapuche.

Los voceros de la internacional socialista difunden sus “fake news” y propaganda a través de cadenas informativas como Telesur, Prensa Latina e Hispantv, además de cientos de portales en la web.

En síntesis, la Internacional Populista constituye un complejo entramado de gobiernos, partidos políticos antisistema, grupos separatistas y figuras de izquierda que pretenden legitimar regímenes personalistas, antidemocráticos y corruptos esgrimiendo la bandera del socialismo del siglo XXI.