martes, 31 de julio de 2018

BRASIL, UN GIGANTE EN PROBLEMAS




En los últimos años, Brasil ha pasado de ser la gran esperanza de los BRICs a convertirse en un país en crisis, con serios problemas de gobernabilidad, con una clase política seriamente cuestionada e inquietud entre los cuadros militares; sin que las elecciones presidenciales del próximo mes de octubre parezcan aportar alguna solución.

Frecuentemente toda referencia a Brasil suele definirlo como “el gigante sudamericano”. Ello se debe a que en su territorio, población y producto bruto constituyen aproximadamente la mitad del total del subcontinente.

Por lo tanto, cualquier crisis recesiva, más si se presenta acompañada de problemas de gobernabilidad, genera serias repercusiones en el resto de los países de la región, en especial en Argentina un importante socio comercial de Brasil.

Las convulsiones sociales comenzaron en Brasil en 2013, con las protestas callejeras detonadas inicialmente por el incremento en las tarifas del transporte público, a ello se sumó pronto el rechazo a los grandes gastos originados por la organización de la Copa Mundial de Futbol (2014) y los Juegos Olímpicos (2016).

Aunque la presidenta Dilma Rousseff logró, por escaso margen, la reelección en 2014, su segundo periodo presidencial pronto entró en crisis tanto por los problemas económicos – alta inflación, desocupación y reducción del crecimiento del PBI- como por las denuncias de corrupción conocidas como “mensalȃo” -asignaciones mensuales- y “lava jato” -lavadero de autos-, que involucraban a miembros del partido de gobierno y erosionaban su base de apoyo en el Congreso. Hacia 2015, la gobernabilidad del país entró en crisis.

En diciembre de 2015, comenzaron las denuncias del llamado “Caso Odebrecht” que reveló una gigantesca trama de sobornos. El escándalo de la mayor empresa constructora de obras públicas e Brasil, como un huracán conmocionó a la clase política de los doce países de América Latina y África involucrados en la denuncia.

En algunos casos termino con la renuncia de presidentes (el peruano Pedro Pablo Kuczynski y el vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas) y el procesamiento y encarcelamiento de decenas de políticos sudamericanos (los expresidentes peruanos Ollanta Humala, Alan García Pérez, Alejandro Toledo entre los más notorios pero en modo alguno los únicos).

Aunque las investigaciones del “Caso Odebrecht” no se llevaron a cabo en todos los países involucrados. El gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, por ejemplo, negó todas las denuncias y nunca investigó el caso.

En Brasil, la presidenta Vilma Rousseff finalmente fue destituida por el Congreso en 2016 y su predecesor y mentor político, la figura más carismática y con mayor apoyo electoral del país, el populista Luis Inácio “Lula” da Silva terminó preso, en abril de 2018, por denuncias de corrupción. Deberá cumplir una condena de doce años cárcel por corrupción y blanqueo de dinero. 

Con elecciones presidenciales en octubre de este año, la única certeza sobre el rumbo futuro de Brasil es la incertidumbre.

Aunque la economía presenta signos de recuperación, el actual presidente, Michael Temer del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), sólo recibe el 7% de apoyo de la población y tiene diversas causas abiertas ante la justicia.

En realidad, la mayor parte de la clase política brasileña se encuentra sospechada de corrupción. Decenas de legisladores, incluidos los líderes de los principales partidos, de izquierda y de centro derecha, enfrentan investigaciones judiciales o directamente cumplen condenas por corrupción.

En julio de 2017, la prestigiosa revista “Congreso en Foco” señaló que 238 parlamentarios, de un total de 594 legisladores (513 diputados y 81 senadores) tenían algún tipo de proceso penal ante el Superior Tribunal Federal, el máximo tribunal de justicia del país.

Además de corrupción y la crisis económica, otro grave problema que afecta a Brasil es el crecimiento del crimen organizado. En 2017, se registraron 62.517 muertes violentas. Las favelas brasileñas se han convertido en verdaderos campos de batalla. Las bandas de narcotraficantes combaten, entre sí y con los grupos parapoliciales, ensangrentando las ciudades.

Mientras tanto, las cárceles brasileñas, atiborradas por 725.000 presos se han transformado en auténticas “leoneras” donde se forjan los futuros líderes criminales.

El hacinamiento en los penales brasileños frecuentemente deriva en cruentas masacres. Entre el 1° y 2 de enero de 2017, por ejemplo, un motín en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim, de Manaos, Estado de Amazonas detonó en 17 horas de violencia que dejó un saldo de 56 reclusos -la mayoría de ellos perteneciente al PCC- decapitados, mutilados y quemados, en un show macabro que fue filmado y difundido por los propios reclusos. La banda criminal paulista respondió cuatro días después, asesinando a 33 internos en una cárcel del Estado de Roraima, en el norte del país.

Una de las imágenes más impactantes de la guerra brutal que se vivió en las cárceles brasileñas se difundió unos días más tarde, en la cárcel de Alcaҫuz, estado de Río Grande do Norte. En represalia por el asesinato de 26 miembros de la facción criminal Sindicato do Crime de Río Grande do Norte (SDC), ordenada por el PCC, se desató un motín que duró once días. En el medio de la rebelión carcelaria se conoció un vídeo donde un grupo de reclusos del SDC, frente a una fogata, asaban restos humanos mientras gritaban desaforados: “Churrasco do PCC”.

En Brasil operan más de doscientas grandes organizaciones criminales. La más importante de ellas es el Primer Comando de la Capital (PCC) que dirige desde la cárcel Marcos Willians Herba Camacho, más conocido por su alias de “Marcola”. Herba Camacho cumple una condena de 44 años de cárcel por robo a bancos y vehículos blindados de transporte de caudales.

El PPC nació el 31 de agosto de 1993, en el Anexo de la Casa de Custodia de Tubaté, conocido como “el piranhao” por ahí “las pirañas se comen unas a otras”.

Surgido en la ciudad más importante de Brasil, Sâo Paulo, con sus veintidós millones de habitantes y un PBI de 267.000 millones de dólares, el PCC no sólo es la organización criminal más importante del país con más de 20.000 miembros activos y presencia en 22 de los 27 estados brasileños, sino que ha comenzado a expandir sus operaciones en las regiones fronterizas de Argentina, Bolivia, Colombia, Paraguay y Uruguay.

El 20 de abril de 2017, por ejemplo, un comando de entre 30 y 50 combatientes del PCC altamente entrenados, armados con fusiles de asalto, granadas de mano y explosivos de alto poder. Atacaron las instalaciones de la mayor empresa de seguridad del mundo, Prosegur S. A.; en la localidad paraguaya de Ciudad del Este, en la llamada “Triple Frontera”, argentina, brasileña y paraguaya, robando un botín cuyo monto nunca fue debidamente establecido (las versiones oscilan entre seis y cuarenta millones de dólares). Tampoco se determinó nunca el origen de esos fondos que posiblemente provenían del narcotráfico, el contrabando, la evasión impositiva y otros medios ilegales.

No puede sorprender que este explosivo cóctel de recesión económica, corrupción política y expansión del crimen organizado provoque en al menos de un sector del electorado descrea del sistema democrático. Según datos de Latinbarómetro de 2017, sólo el 43% de los brasileños apoya decididamente a la democracia frente al 78% en Venezuela y al 58% en Colombia.

Los brasileños que descreen del sistema democrático suelen mirar a los militares como una alternativa válida frente a la crisis.

El 7 de septiembre de 2017, un día en que en Brasil se conmemoraba el fin de la monarquía y la introducción de la república, un grupo de manifestantes pidió, durante los actos oficiales en el centro de Río de Janeiro, la intervención de los militares y una “limpieza pública”. Una pancarta fue desplegada en la avenida presidente Vargas, agradeciendo a los militares por “ayudar a construir un Río más pacífico”, en alusión a las operaciones militares contra el narcotráfico realizadas ese año en varias favelas.

Posteriormente, en mayo de este año, el presidente Michael Temer, por primera vez desde el fin de la dictadura (1964 – 1985), autorizó a los militares para realizar operaciones de seguridad interior ayudando a neutralizar una protesta de camioneros que amenazaba con paralizar al país.

Este mayor protagonismo de los militares en asuntos civiles hace que los uniformados sean más vulnerables a los cantos de sirena que llegan desde algunos elementos exaltados de la civilidad.

En octubre de 2017, al menos tres importantes generales en retiro expresaron la predisposición de las fuerzas armadas a tomar el control del país para reencausarlo.
Ninguno de los altos jefes militares que expresaron esa vocación antidemocrática sufrió sanciones por sus actividades golpistas.

Aunque todos los analistas descartan la posibilidad de que los militares brasileños se atrevan a interrumpir el orden constitucional y dar un golpe de Estado, el desprestigio en que ha caído la democracia en Brasil es sumamente preocupante.

Especialmente porque, descartada la candidatura de “Lula” da Silva, el candidato mejor posicionado en las encuestas es un excapitán paracaidista (al igual que lo fue en su tiempo el venezolano Hugo Chávez Frías) llamado Jair Mesías Bolsonaro perteneciente al minúsculo Partido Social Liberal.

Bolsonaro, de 63 años, ha pasado 27 de ellos como diputado del Congreso brasileño, en los últimos tiempos ha adquirido popularidad gracias al empleo de un exaltado discurso xenófobo, homofóbico, misógino y autoritario.

El candidato del Partido Social Liberal tiene más de cuatro millones de seguidores en las redes sociales -el doble de los que reúne Lula- y recibe el apoyo de los militares, los influyentes pastores evangélicos, los jóvenes de menos de treinta años y la clase media con estudios universitarios.

Acérrimo defensor de la dictadura militar de los setenta a los ochenta, Bolsonaro propone aplicar mano dura contra los delincuentes -incluso recurriendo a la tortura, la castración química de los violadores y la pena de muerte-, ampliar el acceso de la población a las armas de fuego. Su lema de campaña es “una pistola por casa”. Incluso amenaza con adoptar medidas contra la homosexualidad y el feminismo.  

Aunque Jair Bolsonaro está muy lejos de la presidencia, el apoyo que recibe su discurso populista de derecha es preocupante en un país donde el 20% de los 148 millones de electores que sufragaran en el próximo mes de octubre son analfabetos o semianalfabetos.
Como puede apreciarse el cuadro sociopolítico por el que atraviesa actualmente el gigante sudamericano es por demás preocupante, especialmente porque, como dice el refrán popular, si Brasil estornuda, Sudamérica se resfría.


  

lunes, 30 de julio de 2018

MOHAMMED VI PROPONE UN NUEVO PACTO SOCIAL A MARRUECOS




El Rey de Marruecos emplea el tradicional discurso a la Nación con motivo de la XIX° Fiesta del Trono para proponer una profunda reforma administrativa que abra un nuevo rumbo de crecimiento económico a la sociedad marroquí.
Ante la conmemoración del XIX° Aniversario de su ascenso al trono, en 1999, el Rey Mohammed VI, se dirigió a su pueblo estableciendo las bases para un pacto social que refuerce la tradicional unidad entre el monarca y su pueblo y, al mismo tiempo, garantice a este último el pleno disfrute del Estado de bienestar.

Habitualmente, el discurso de la Fiesta de Trono se convierte en una oportunidad propicia que el Rey suele aprovechar para introducir cambios en la agenda política y social del Reino para ese año.

En esta ocasión, el monarca alauita comenzó alertando a sus súbditos sobre la actividad insidiosa de elementos “castrofistas y nihilistas” empeñados infructuosamente en intentar alterar “la unidad, seguridad y estabilidad” inquebrantable del Reino. Es por ello, que amenazas de este tipo deben ser permanentemente atendidas y vigiladas por las fuerzas armadas y de seguridad.

Por otra parte, el monarca marroquí reconoció que diversas agencias gubernamentales no cumplen con diligencia y eficacia sus funciones generando un innecesario desperdicio de recursos. Por lo tanto, “invitó al Gobierno” a llevar a cabo una profunda y necesaria reestructuración global de los programas de acción social.

Mohammed VI considera que es necesario forjar un nuevo “pacto social” destinado a solucionar los problemas que Marruecos, al igual que otros países del Sur, enfrenta, como ser: la excesiva burocracia, las deficiencias en la gestión de subsidios, las interferencias entre ministerios y agencias, la inoperancia de los sistemas educativos y sanitarios o la necesidad de crear continuamente nuevos empleos para una población en constante expansión.

Precisamente para atender estos problemas es que el Mohammed VI dispuso la adopción de las siguientes medidas concretas, a saber:

1.- Una profunda reforma educativa destinada a combatir, en especial, la deserción escolar y permitir un mejor aprovechamiento de los fondos destinados a la educación.

2.- Una tercera etapa en la Iniciativa Nacional para el Desarrollo Humano que apunta a proporcionar una mayor capacitación y especialización a la mano de obra marroquí que le permita desempeñar con idoneidad empleos de mayor complejidad tecnológica.

3.- La profunda reforma de Sistema Nacional de Sanidad para atender la salud de todos los marroquíes, allí donde se encuentren, con mejores servicios y prestaciones.

4.- Un programa diversificado de apoyo a las pequeñas y medianas empresas consideradas como generadoras “de oportunidades de empleo productivo que garantizan la dignidad”. Precisamente para apoyar el desarrollo de estas empresas, el Rey impulsa la promulgación de la Carta de Descentralización Administrativa, la Carta de Inversión e Implementación de la Reforma de los Centros Regionales de Inversión y la adopción de otras medidas para agilizar el funcionamiento de las tramitaciones administrativas en los proyectos de inversión que generen más y mejores puestos de trabajo.

Estas reformas estructurales, sumadas a la iniciativa para la creación del Registro Social Unificado constituyen una profunda transformación de la administración pública marroquí destinada a dotarla de mayor dinamismo y eficacia en la ejecución de los programas sociales y de mayores facilidades para atender las necesidades de las nuevas empresas.

En esta forma, la conducción estratégica de Mohammed VI, que se expresa a través de iniciativas sociales y económicas como las anunciadas en este discurso, garantiza que Marruecos no se aparte de la senda de gobernabilidad que le proporciona una estabilidad política y un crecimiento económico que duplica la media del resto de los países africanos.

Es así, como la unidad del Rey con su pueblo a lo largo de casi dos décadas, ha garantizado el desarrollo y grandeza de Marruecos, haciendo del país una potencia en África.

sábado, 28 de julio de 2018

ASOCACION DE AMIGOS DEL REINO DE MARRUECOS EN ARGENTINA



                                             Buenos Aires, el 27 de julio de 2018


COMUNICADO
N ° 005/2018

Con motivo del XIX° conmemoración de la “Fiesta del Trono”, el 30 de Julio de 2017, la ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL REINO DE MARRUECOS EN ARGENTINA (ASAMIMARG) tiene el agrado de saludar al noble pueblo marroquí y a su Rey, Mohammed VI en este nuevo aniversario de su ascenso al Trono.

ASAMIMARG ha sido testigo de los grandes logros alcanzados por su Majestad en el último año, entre los cuales nos place citar a: su participación como “Líder de la Unión Africana sobre la cuestión de la migración”, en la XXXª Cumbre de la Unión Africana, realizada en la ciudad de Addis Abeba, capital de Etiopia, en enero de 2018, donde Su Majestad presento su propuesta de una “Agenda Africana para la Migración”.

La activa participación del Rey Mohammed VI en la política africana también se evidenció en la V° Cumbre Unión Africana – Unión Europea, que se celebró entre el 29 y 30 de noviembre en Abijan, Costa de Marfil. Allí, el monarca marroquí continuó con el desarrollo de su tradicional política de amistad y cooperación Sur – Sur sólida, activa y solidaria con sus vecinos africanos. Todos ellos objetivos tradicionales de la política internacional del Monarca desde su ascenso al trono.

ASAMIMARG se congratula también por los logros económicos alcanzados por Marruecos en el rumbo del crecimiento sustentable del Reino y la mejora en la calidad de vida de todos sus habitantes. Logros que se materializaron, en especial, por la potente política de Mohammed VI hacia África que cosecharon un nuevo éxito con la visita oficial de trabajo y amistad llevada a cabo por el presidente de la República Federal de Nigeria, Muhammadu Buhari a Rabat en que se concretó el acuerdo para la construcción de un gasoducto de 6.500 kilómetros de extensión que conectará los recursos gasíferos de Nigeria con los mercados europeos a través de Marruecos y las naciones del África Occidental. La obra abastecerá las necesidades energéticas de los países involucrados y de Europa al menos por los siguientes 25 años.

ASAMIMARG felicita a Marruecos por los esfuerzos desplegados en la defensa de sus legítimos derechos en la región del Sáhara y en la búsqueda de una solución realista en este conflicto en el marco de la «Iniciativa para la Negociación de un Estatuto de Autonomía para la Región del Sáhara», presentada en 2007, y que inmediatamente recibió gran apoyo internacional.

Al mismo tiempo, la Asociación reconoce los titánicos esfuerzos realizados por Marruecos para desarrollar la región del Sáhara, asolada por décadas de explotación colonialista, y para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, invirtiendo ingentes recursos económicos en este proceso.

ASAMIMARG destaca los cada vez más intensos vínculos entre Marruecos y Argentina. Ambos países combaten denodadamente en la 4ta. Comisión de Naciones Unidas para evitar las maniobras de separatistas y colonialistas sobre su soberanía en el Sáhara y en Malvinas.
También mantienen una política internacional similar al reclamar por cese de las actividades de apoyo al terrorismo que lleva a cabo la República Islámica de Irán y el justo castigo a los responsables de tales acciones.

ASAMIMARG desee expresar también su firme convicción de que Su Majestad, Mohammed VI se encuentra al servicio de los grandes intereses estratégicos de su Reino y que continuará destinando sus mejores energías a servir a los ciudadanos marroquíes tal como quedó plasmado en los últimos discursos reales. 

Por último, los miembros de ASIMIMARG quieren agradecer especialmente a             Su Majestad Mohamed VI, a los funcionarios gubernamentales y al pueblo marroquí en su conjunto por la cálida acogida dada a los miembros de la Asociación que realizaron en marzo de este año el Primer Viaje de Estudios y Amistad Argentino – Marroquí. Eventos como ese forjan lazos sinceros y duraderos entre los pueblos.

Finalmente, los miembros de ASAMIMARG declaran su inquebrantable decisión de trabajar para forjar lazos cada vez más estrechos y sólidos de amistad y fraternidad entre la República Argentina y el Reino de Marruecos.



                      


miércoles, 25 de julio de 2018

CRECIENTE DESPLIEGUE MILITAR DE LOS ESTADOS UNIDOS EN ÁFRICA




El despliegue militar estadounidense en África comprende a 46 bases ubicadas en 24 de los 54 países del continente y que alojan a 7.000 hombres de sus fuerzas armadas y un número indeterminado de “contratistas civiles”, es decir, “mercenarios”.
La presencia militar estadounidense en África no ha dejado de incrementarse desde los atentados del 9/11. En el año 2002, el presidente George W. Bush lanzó la llamada “Iniciativa Pan Sahel”, un intento de que los ejércitos de la región saharo – saheliana cooperen entre sí y con los Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo yihadista y el crimen organizado en la región.

La creciente importancia que los planificadores del Pentágono otorgaban al continente africano se hizo evidente en 2007, cuando la Administración Obama creó el USAFRICOM, el Comando de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos para África.

Desde diciembre de 2010, en que el Secretario de Defensa, Robert Gates aprobó la última restructuración de las fuerzas armadas estadounidenses (United States Armed Forces). Las mismas quedaron organizadas en nueve comandos de combate unificados, a saber: África, Central, europeo, Norte, Pacífico, Sur, Operaciones Especiales, Estratégico y de Transporte.

Aunque esta organización seguramente se modificará cuando se materialice la reciente decisión del presidente Donald Trump de crear una fuerza espacial como sexta división de las USAF.

En 2013, el presidente Barack Obama autorizó la “Operación Juniper Shield” destinada a frenar la expansión yihadista de Boko Haram en Nigeria y la “Operación Juniper Micron”, en Mali para cooperar con la fuerzas francesas que llevan a cabo la “Operación Barkane”.

Desde entonces la presencia militar estadounidense no ha cesado de incrementarse acompañando la también creciente actividad yihadista. Entre 2010 y 2017 el número de incidentes terroristas de esa etiología se incrementó un trescientos por ciento; y los países que experimentan actividades terroristas en forma permanente pasaron de cinco a doce. Al mismo tiempo, según el “Africa Centre for Strategic Studies”, dependiente del departamento de Defensa de los Estados Unidos, el número de grupos terroristas que el Pentágono considera como amenaza se incrementó de cinco en 2002 a veintiuno en 2017. Aunque algunos expertos consideran que la lista es considerablemente más extensa.

Aunque el número de bases estadounidenses en África es difícil de precisar por que el USAFRICOM continuamente cierra algunas instalaciones y abre otras. En 2017, los estadounidenses contaban con al menos cuarenta y cinco bases distribuidas en veinticuatro de los cincuenta y cuatro países africanos.

De las cuales al menos quince constituyen “localizaciones permanentes”, el resto se dividen en tres categorías: bases de operaciones avanzadas (FOSes según sus siglas en inglés); localizaciones de seguridad cooperativa (CSLs) y localizaciones de contingencia (CLs).

Las dos localizaciones permanentes del USAFRICOM son el campamento Lemonnier en el diminuto estado de Yibuti, en el Cuerno de África y en aguas del mar Rojo, y la base que rentan al Reino Unido en la isla Ascensión en la costa oeste de África.
Veamos las características de la base de Camp Lemonnier tal como las describe el estudio: “La Geopolítica de las bases militares (V)”, elaborado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos.

Ubicada en la localidad de Ambouli, a escaso kilómetros de la capital de Yibuti, se halla Camp Lemonnier, la única base militar permanente de los Estados Unidos en suelo africano. Esta instalación conjunta operada por la U. S. Navy proporciona todos los medios de combate y apoyo necesarios para realizar acciones antiterroristas, de estabilización y de lucha contra la insurgencia en el Cuerno de África. Emplazada en las antiguas instalaciones del 5° Regimiento Inter Armas de Ultramar francés, la base acoge a la Fuerza Conjunta – Combinada del Cuerno de África (CJTF-HoA).

Constituida tras los ataques del 11/9 para apoyar la “Operación Libertad Duradera” en Kenia, Etiopia, Sudán, Somalia, Eritrea y Yemen, la CJTF-HoA estableció, inicialmente, su cuartel general en el buque USS Mount Whitney atracado en el puerto de Yibuti. Paralelamente, Washington procedió a negociar con este país africano el arrendamiento para combatir el terrorismo yihadista.

En 2003, Camp Lemonnier comenzó a operar bajo el mando del Cuerpo de Marines hasta que, tres años después, la Armada tomó el control de estas instalaciones cuyas operaciones recaerían dentro del área de responsabilidad del Central Command (CENTACOM). En ese entonces las instalaciones sólo abarcaban 390 m². 

En 2009, un años después de que Camp Lemonnier pasara a formar parte del área de responsabilidad del recién creado AFRICOM, se produjo una nueva ampliación de la base con la construcción de una pista de rodaje y zona de estacionamiento de aeronaves.

En 2013, Camp Lemonnier experimentó una nueva ampliación con la construcción de dos grandes zonas de estacionamiento capaces de albergar medio centenar de aeronaves, así como hangares, talleres, depósitos, servicios y barracones.

Finalmente, en 2014 Camp Lemonnier logró su configuración definitiva tras suscribirse un acuerdo por el que los Estados Unidos arrendaría la base durante un periodo de veinte años prorrogable tras la negociación de los términos del contrato por un precio de setenta millones de dólares anuales, doblando así el costo del alquiler anterior.

Con la extensión aproximada de cuatro mil metros cuadrados, la base acoge entre 3.000 y 4.000 estadounidenses entre personal militar, contratistas civiles y personal civil del gobierno de los Estados Unidos (muchos de ellos analistas de la Agencia Central de Inteligencia). Por razones de seguridad todo el personal se halla confinado dentro de las instalaciones (comedores, gimnasio, cafés o una piscina). A este personal hay que sumar un millar de trabajadores locales o de terceros países que diariamente prestan sus servicios a la base.

Actualmente, Camp Lemonnier no sólo alberga al CJTH-HoA para combatir el terrorismo, promover la estabilidad y apoyar la generación de capacidades locales en esta región, sino que otras 23 unidades tienen allí su base, entre las que se destaca el Cuartel general del Mando Conjunto de Operaciones Especiales para el Cuerno de África (JSOTF-HoA) al mando de un millar de efectivos de las fuerzas armadas -incluyendo el 10° Grupo de los Navy Seal- que realizan operaciones abiertas o encubiertas en toda la región. También existen entre seis y doce centros de mando y control de drones que, desde sus aeródromos en lugares remotos de la geografía africana, cubren el área comprendida entre el Cuerno de África, Libia, Malí y República Centroafricana.

En estos centros se encuentran varios centenares de efectivos de la CIA y de la Fuerza Aérea, entre operadores, analistas de inteligencia, mecánicos y tratadores de imágenes.

Asimismo, en Camp Lemonnier se halla acuartelada una fuerza de seguridad del Cuerpo de Marines que proporciona la seguridad diaria de la base, un batallón de ingenieros navales para el mantenimiento de las instalaciones, el destacamento logístico encargado del punto de suministro de combustible del puerto de Doraleh que, situado a seis kilómetros de la base, reabastece a los buques estadounidenses y aliados que transitan por la zona, y dos regimientos -uno de infantería y otro de artillería- del Ejército de Tierra para labores de protección, adiestramiento o cooperación civil – militar con las fuerzas locales. Finalmente, el vector aéreo de Camp Lemonnier está formado por el 449° Grupo Aéreo Expedicionario (compuesto por aviones HC-130P Hércules para labores de búsqueda y rescate), el 870° Escuadrón de Reconocimiento Expedicionario (con MQ-9 Reaper de reconocimiento y ataque), un destacamento de aviones de transporte C-17 Globemaster, varios helicópteros pesado CH-53 Super Stallion, varios cuatrimotores de patrulla marítima P-3 Orion y varios turbohélices U-28ª para labores de inteligencia.

Además la base ha albergado de forma temporal un escuadrón de cazabombarderos F-15E Strike Eagle para apoyar al gobierno yemení y atacar objetivos designados por la CIA o el mando de operaciones especiales en 2011, un escuadrón de cazabombarderos F-16C Fighting Falcon y varios aviones de reabastecimiento KC-135 Stratotanker en previsión de una crisis en Sudán del Sur en 2016, varios cuatrimotores de reconocimiento EP-3E Aeries II para realizar labores de inteligencia en el Golfo de Adén en repetidas ocasiones, dos aviones de patrulla marítima P-3C Orion nipones para apoyar las operaciones antipiratería entre 2009 y 2011 o numerosos convertiplanos V-22 Osprey del JSOTF-HoA para realizar misiones de infiltración, exfiltración o rescate.

Estratégicamente situada entre el Mar Rojo, el Golfo de Adén y el Océano Índico, la base de Camp Lemonnier se ha convertido, desde los sucesos del 11 de septiembre de 2001, en el principal pilar de la presencia militar estadounidense de África. Además de ser la primera y única base permanente del país en el continente, posee la mayoría de los centros de mando de los drones que operan en la región y acoge al grueso de las fuerzas de operaciones especiales. También, desde Camp Lemonnier se planean las acciones encubiertas y se lideran las operaciones antiterroristas en puntos geográficos tan calientes como Yemen o Somalia.

Camp Lemonnier también tiene un papel esencial en la obtención, tratamiento y diseminación de inteligencia sobre los grupos yihadistas que operan en el Cuerno de África, Oriente Medio e incluso el Sahel.

Además de este conjunto de funciones que abarcan inteligencia, antiterrorismo, gestión de crisis, contrainsurgencia o generación de capacidades locales en la región, no puede olvidarse que la posesión de una instalación de estas características en las puertas del Golfo de Adén permite apoyar la lucha internacional contra la piratería en el Cuerno de África y monitorear el tráfico marítimo entre el Océano Índico y el Canal de Suez, así como cualquier movimiento terrestre o aéreo en el sur de la península arábiga.

El inventario de localizaciones de contingencia, por su parte, incluye localizaciones en Nzara (Sudán del Sur); Arlit (Nigeria); Bamako y Gao (Mali); Kasenyi (Uganda); Victoria (la capital de las Seychelles); Monrovia (Liberia); Ousassa y Nema (Mauritania); Faya Largeau (Chad), Bujumbura (Burundi); Lakipia (en la base aérea keniana); y otra base aérea keniana en Wajir que la marina estadounidense actualizó y expandió a esta última década. También se encontraba un puesto fronterizo en Arba Minch (Etiopía) que se cerró oficialmente en 2015 después de cinco años de operaciones.

Una localización de contingencia a largo plazo se encuentra en Niamey, la capital de Níger, que ha visto un marcado crecimiento en los últimos años, mientras que también tiene una localización más remota, una base militar de para el empleo de drones en Agezed, cuya construcción demandó cien millones dólares.

Otra base de drones esta en Yamena (Chad) desde allí se realizan operaciones contra Boko Haram y en Yemen.

La envergadura del despliegue estadounidense en África comprende aproximadamente a 7.000 hombres de las fuerzas armadas, incluidos el 17% de sus fuerzas especiales (en 2001 solo albergaban el 1% de este tipo de fuerzas).

Desde 2001, han muerto 36 efectivos de las fuerzas armadas de los Estados Unidos en África, las últimas bajas se produjeron el pasado 4 de octubre, en Níger, cuando cuatro soldados de las fuerzas especiales estadounidenses y cinco soldados nigerianos resultaron muertos en una emboscada montada por el Estado Islámico en el Gran Sahel, la filial local del ISIS o Daesh.

Además, Estados Unidos destinó 954 millones de dólares entre 2015 y 2018 en programas de asistencia para la lucha antiterrorista.

Además, de los efectivos de la USAF, el Pentágono mantiene contratos con diversas empresas de servicios militares que desarrollan una variedad de actividades que van desde el apoyo logístico, custodia de instalaciones hasta interrogatorio de prisioneros, traductores y recuperación de inteligencia. Esto implica la presencia en África de un número no precisado de “contratistas civiles” -no necesariamente estadounidenses- que es el nombre actual de los mercenarios.

La mayor presencia militar estadounidense en el continente africano responde no sólo a los intereses geopolíticos y económicos americanos sino especialmente a una mayor actividad terrorista y del crimen organizado en esta región.

Esto indica que cada día más, África corre el riesgo de convertirse en un campo de batalla entre el yihadismo y occidente.



domingo, 22 de julio de 2018

EL ESCÁNDALO DE LAS “GOLONDRINAS RUSAS” CONMUEVE A WASHINGTON





La detención en los Estados Unidos de otra ciudadana rusa acusada de actuar como “agente de un gobierno extranjero” sin registrarse previamente habla de un cambio sustancial en las actividades de inteligencia del Kremlin.

El FBI detuvo el 18 de julio a María Butina una bella estudiante rusa de posgrado de 29 años que realizaba actividades de lobby en favor de la libre tenencia y portación de armas en Estados Unidos.

María Butina, nació en Siberia, estudio ciencia política en la Universidad Estatal de Altái y en la Escuela de Estudios Políticos en Barnaul, también en la República Rusa de Altái. En 2015, solicitó un permiso de residencia como estudiante de posgrado para cursar un Máster en Servicios Internacionales en la Universidad Americana de Washington que completó a comienzos de 2018.

Durante su estadía en Washington, Butina la llamativa belleza pelirroja se vinculó con políticos republicanos y dirigentes de la influyente Asociación Nacional del Rifle (ANR). Incluso se las ingenió para ser invitada al baile de gala para celebrar la asunción de la presidencia por parte de Donald Trump.

La cobertura que empleaba Butina para justificar sus actividades en círculos republicanos y de la ANR consistía en afirmar que era fundadora de un grupo ruso denominado “El Derecho a Portar Armas”, dedicada a impulsar precisamente que los ciudadanos rusos pudieran adquirir libremente armas de fuego, aunque nunca presentó pruebas de la existencia de esta organización.

No obstante, cualquiera que tenga algo de conocimiento sobre el régimen político, la legislación o como se desenvuelve la vida en la sociedad rusa comprendería en el acto que la existencia de un grupo político con ese programa era totalmente disparatada en Rusia.
Pero, aparentemente, en los círculos en que se movía Butina nadie parecía tener ese conocimiento o al menos sus justificaciones interesaban menos que su belleza y sensualidad.

María Butina llevaba a cabo sus actividades no declaradas bajo las directivas del exsenador Alexander Torshin, de 64 años, actual vicegobernador del Banco Central de Rusia y socio honorario vitalicio de la Asociación Nacional del Rifle.

A Troshin se le atribuyen vínculos directos con el presidente Vladimir Putin, además en una ocasión al menos fue invitado a un desayuno en la Casa Blanca el 2 de febrero de 2017, pero luego el evento fue sorpresivamente cancelado.

No obstante, Alexander Troshin cenó en una oportunidad con Donald Trump Junior en un restaurante de Louisville, de Kentucky sin que trascendiera el motivo del encuentro.
Para el Servicio de Información de la Guardia Civil de España, Torshin está vinculado al grupo criminal conocido como “Taganskaya” y, en 2013, participó de actividades de blanqueo de dinero.

Para el FBI, tanto María Butina como Alexander Torshin son agentes del Sluzhba Vneshney Razvedki (SVR), el servicio de inteligencia exterior de Rusia.

Lejos de tratar de ocultarse y pasar desapercibida, Butina buscaba llamar la atención. Se sacaba provocativas fotografías en ropa interior de Doce & Gabbana manipulado armas de fuego. La agente rusa era asidua concurrente a eventos de la ANR y del Partido Republicano donde su belleza deslumbraba en un ambiente dominado por hombre maduros especialmente sensibles a la presencia femenina.

Torshin y Butina organizaron sus propios eventos en Washington para ampliar los contactos con las altas esferas del gobierno estadounidense y viajes de prominentes dirigentes de la ANR y políticos del Partido Republicano a Moscú para reunirse con autoridades rusas.
Butina convivía con Paul Erickson, un activista de Dakota del Sur de 56 años, también miembro de la ANR lo que les permitía acceso a los círculos republicanos.
Aunque el FBI no pudo probar actividades de espionaje por parte de Butina la ha inculpado de ser un agente no declarado de un gobierno extranjero (Rusia) y de mantener contactos con diplomáticos rusos sospechosos de ser espías. Estos cargos podrían significarle una condena de hasta quince años si es encontrada culpable.

UN NUEVO MODUS OPERANDI

El caso de María Butina marca una tendencia en las operaciones recientes del SVR. La de emplear como agentes a mujeres jóvenes y particularmente bonitas y llamativas. La primera fue Anya Kushenko, Anna Chapman o, como la denominó la prensa occidental, “la agente 90 – 60 – 90”.

Anya nació en 1982 en la región de Volgogrado. Emigró a Londres en 2002 y en 2004 se caso con el psicólogo Alex Chapman obteniendo de ese modo la ciudadanía británica. Así se transformó en Anna Chapman. En 2006, se divorció de su esposo británico y viajó a Nueva York para iniciar una nueva vida. Allí se presentaba como empresaria y frecuentaba ambientes de muchos dinero y locales de moda.

El 27 de junio de 2010 fue detenida por el FBI junto a otros nueve agentes rusos. Anya no permaneció mucho tiempo en prisión ni fue formalmente procesada. El 8 de julio de 2010, fue parte del mayor intercambio de espías desde el fin de Guerra Fría. Ese día, en Viena, Ana Chapman y sus nueve colegas fueron canjeados por cuatro agentes occidentales presos en Moscú. Entre los liberados por el Kremlin estaba Sergei Skripal, un coronel del Glánoye Razvédyvatelnoye Upravlenie (GRU), el servicio de inteligencia militar de Rusia, que era un doble agente al servicio del MI6 británico. En marzo de 2018, Skripal y su hija Yulia sobrevivieron milagrosamente a un atentado con el agente neurotóxico Novichok, cuando almorzaban en un restaurante de Salisbury, al sur de Inglaterra.

El gobierno británico responsabilizó a SVR por el ataque con gas neurotóxico y la crisis estuvo a punto de afectar la Copa Mundial de Futbol que debía jugarse en Rusia.
A su regreso a Moscú, Anya Kushchenko fue recibida como una heroína, la condecoró el presidente Dmitri Medvédev, se convirtió en presentadora de televisión y se tejieron mil historias sobre su vida posterior.

Otro caso llamativo que involucra a una bella e inteligente mujer rusa es el de Natalia Vladimorova Veselnitskaya, una abogada y lobista de 43 años.

Veselnitskaya y su firma legal “Kamerton Consulting” representaron al Servicio de Federal de Seguridad de Rusia entre 2005 y 2013.

En febrero de 2015, Veselnitskaya fundó una organización, con sede en Delaware, Estados Unidos, denominada “Human Rights Accountability Global Initiative Foundation” -Fundación de Iniciativa Global para la Responsabilidad por los Derechos Humanos- desde la cual realizó tareas de cabildeo en favor de la derogación de la Magniski Act. a los efectos de conseguir a posteriori que el gobierno de Vladimir Putin revoque la prohibición de que ciudadanos estadounidenses adopten niños rusos.

Veselnitskaya adquirió fama internacional cuando contactó, en junio de 2016, a Donald Trump Junior ofreciéndole información clasificada sobre la candidata demócrata Hillary Clinton proveniente del gobierno ruso.

Aunque finalmente la oferta resultó ser una patraña, Veselnitskaya logró reunirse, el 9 de junio de 2016, con Donald Trump Junior, su cuñado Jared Kushner y el entonces jefe de campaña Paul Manafort en The Trump Tower para discutir temas relacionados con la campaña presidencial. Los miembros del equipo del presidente Trump aún tratan de explicar al FBI y al Congreso de los Estados Unidos que no eran parte de una trama de colusión con el gobierno ruso para adulterar el resultado de las elecciones presidenciales de 2016.

Veselnitskaya, quien estuvo casada con Aleksandr Mitusov, un ex viceministro de transporte del área de Moscú mantiene fluidos vínculos con funcionarios del gobierno ruso y con ciudadanos rusos residentes en los Estados Unidos que el FBI considera son sospechosos de llevar a cabo tareas de inteligencia.

Al parecer, en la última década, el Kremlin se ha dedicado a enviar a los Estados Unidos a jóvenes y atractivas agentes para que a fuerza de favores sexuales, dinero e invitaciones a Moscú para reuniones de cortesía con altos funcionarios rusos penetren los círculos de poder en Washington, en especial del Partido Republicano y organizaciones conservadoras como la ANR o el Desayuno Nacional de la Plegaria.

Esta táctica permite a la inteligencia rusa expandir su influencia en los Estados Unidos y reclutar eventuales agentes de influencia e informantes bien posicionados.

El mundo de la inteligencia está cambiando. Cuando la información clasificada se almacena en computadoras los hackers se convierten en elementos más importantes que los agentes de campo. En un mundo sobre informado las operaciones de desinformación y las “fake news” están a la orden del día. Cuando los centros de estudios de las universidades y las consultoras financieras privadas elaboran certeros análisis de situación la inteligencia tiende a tercerizarse y por ende a privatizarse.

En este contexto influir sobre los que deciden o los que forman tendencia en una sociedad es cada día más relevante para los gobiernos, especialmente para aquellos que son cuestionados por la opinión pública internacional. No debe sorprendernos entonces que Moscú envíe sus bellas agentes para captar voluntades en Washington.