Las biografías
sobre el presidente Alberto Fernández no son abundantes por lo cual nos pareció
importante guiar a nuestros lectores sobre el tema, comentando la más
publicitada de todas ellas, la que tiene por autora a Silvia D. Mercado.
CONTENIDO
“El presidente que no quiso ser. Traiciones, vicios y
secretos del último presidente peronista”, es un libro de 257 páginas, escrito por la periodista y
escritora Silvia D. Mercado y publicado por la Editorial Planeta, en octubre de
2022.
Es un libro de periodista escrito en estilo periodístico,
fundamentalmente con información proveniente de artículos periodísticos a la
que se agregan algunas versiones en off que circulan entre periodistas. La
reiteración de la palabra “periodista” es exprofeso. Veamos los aspectos
principales de esta obra.
LA AUTORA
Silvia Mercado es muy conocida por su labor en los
medios. A los 64 años, puede exhibir una larga carrera profesional en la prensa
escrita, radial y televisiva, como así también en la comunicación institucional
como jefa de prensa y vocera de diversos ministros y funcionarios.
Nacida en 1959, en la ciudad patagónica de Comodoro
Rivadavia, provincia de Chubut, se inició en el periodismo, en 1980, como jefa
de prensa del premio Nobel a la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.
La información personal sobre la autora es muy escasa, no
pude encontrar ninguna referencia a su formación profesional. Hay alguna
referencia a estudios cursados en la Universidad del Salvador, pero no esta
acompañada a precisiones sobre la carrera cursada, el título obtenido y la
fecha de egreso. También encontré referencias imprecisas que la mencionan como “docente
universitaria”. Nuevamente, sin precisar cargo, carrera o universidad donde
ejerce.
Como esa información suele consignarse en la solapa de
los libros de la autora y en los de Silvia Mercado no figuran estos datos, debemos
asumir que carece de formación terciaria o universitaria. No sería este el
primer caso de un periodista exitoso que carece de título universitario: Jorge
Lanatta, Luis Majul, Bernardo Neustandt y Marcelo Longobardi (este último
incluso no ha culminado sus estudios secundarios) son tan solo algunos ejemplos
de ello.
Por su vinculación a Pérez Esquivel sus primeros trabajos
en el periodismo fueron en medios de izquierda como el semanario “El
Porteño”. A partir de entonces se desempeñó en la sección internacional del
diario La Voz, como redactora especial en el diario Tiempo Argentino, donde
estuvo acreditada en el Congreso Nacional y luego en el diario Página 12 donde
fue periodista política, además de colaborar con las revistas El Periodista,
Satiricón y Caras y Caretas, ésta última publicación vinculada al SUTHER y de
la cual finalmente fue jefa de redacción. Más tarde trabajó en el portal de
noticias Infobae y actualmente en el diario El Cronista.
Desde 2015, está acreditada en la Casa Rosada como
cronista de Radio Jai, la primera emisora judía de América Latina.
En radio, comenzó como productora en Radio Continental,
para luego ser columnista o conducir gran cantidad de programas. Actualmente,
en Radio Ciudad conduce “Operación Masacre: en la rebelión de lo escondido”,
un programa que toma su nombre del libro del periodista montonero Rodolfo Walsh
sobre los asesinatos del basural de José León Suárez, en junio 1956. Según
Mercado la trama del programa pretende ser un homenaje permanente a los libros
escritos por periodistas.
Su primer trabajo en televisión fue con “Pepe”
Eliaschev en el canal que por entonces se denominaba Argentina Televisora Color
(ATC), donde se desempeño como cronista. Más recientemente condujo su propio
programa “Mercado sin pulgas”, en Crónica TV y colaboró como columnista
política en A24 y LN+.
Como puede apreciarse, siempre se mantuvo cerca del peronismo
de izquierda e incluso del kirchnerismo, tanto en el campo de la comunicación
institucional como en sus trabajos como escritora.
Fue directora de prensa de la Secretaría de Agricultura,
a cargo de Felipe Solá: vocera del ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov;
del ministro de Salud Ginés González García, trabajó en la embajada argentina
en Washington durante la gestión del embajador Eduardo Amadeo. También tuvo a
su cargo la Dirección de Publicidad del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires,
con Jorge Telerman como jefe de Gobierno, durante la primera presidencia de
Néstor Kirchner.
Como escritora publicó los siguientes libros: “Peronismo,
la mayoría perdida”, en coautoría con Mora Cordeu y Nancy Sosa, por
Sudamericana – Planeta en 1985; “Querido Gordo Cardozo, biografía coral de
un periodista extraordinario”, en coautoría con Nancy Sosa, editado por
EdUNLa Cooperativa, 2010; “El inventor del peronismo, Raúl Apold, el cerebro
oculto que cambió la política argentina”, Plantea en 2013; “El relato
peronista, porque la única verdad no siempre es la realidad.”, Planeta
2015.
De estos libros solo he leído su biografía sobre el
polémico funcionario Raúl Apold, por tratarse de un personaje de segunda línea
pero muy importante en la génesis del peronismo. Me pareció una buena
investigación historiográfica y una acertada aproximación al político y
comunicador peronista. El texto es muy dinámico y de agradable lectura.
Veamos ahora el libro sobre Alberto Fernández.
EL LIBRO
Las 257 páginas del texto están distribuidas en una
introducción, quince capítulo, fuentes y agradecimientos.
Los capítulos están agrupados en tres partes con nombres
muy significativos: Primera Parte: las traiciones (5 capítulos); Segunda
parte: los vicios (4 capítulos) y Tercera Parte: los secretos (6 capítulos).
El texto, de estilo periodístico, es claro, sencillo y
directo. No hay citas bibliográficas tan sólo algunas notas aclaratorias.
Algunos libros y artículos empleados como fuentes aparecen mencionados en el
cuerpo del libro, pero sin claras referencias bibliográficas. La bibliografía
es inventada. Nadie creerá que ha utilizado como bibliografía al Martín
Fierro o a El Príncipe, de Maquiavelo. Es como poner en la
bibliografía a La Biblia.
Aunque Mercado menciona en su trabajo gran cantidad de
artículos periodísticos no lo consigna en la bibliografía.
Tampoco queda claro qué información proviene de las
entrevistas y cuándo fueron realizadas las mismas.
Es indudable que la autora se inspiró en el libro de
Miguel Bonasso: “El presidente que no fue: los archivos ocultos del
peronismo”. Una excelente biografía del presidente Héctor J. Cámpora
escrita por el exguerrillero montonero y exdiputado kirchnerista.
Mientras que Bonasso realizó una detallada investigación
historiográfica y en muchos casos trabajo con documentos, el libro de Mercado
parece haber sido confeccionado en base a una recopilación de artículos
periodísticos y algunas pocas entrevistas sin demasiada investigación.
El libro deja la impresión de que la autora no tuvo
acceso a fuentes confiables, o que las mismas no se animaron a proporcionarle
información esclarecedora o que la autora y la editorial han preferido cubrirse
de eventuales juicios omitiendo las revelaciones más significativas pero
difíciles de confirmar. Quizá el pobre resultado final sea producto de una
combinación de estos factores.
Desde todos los aspectos el libro sobre Alberto Fernández
parece funcional a las críticas de Cristina Kirchner y del kirchnerismo más
duro contra el presidente y el renunciante exministro Martín Guzmán.
Son tantas las cuestiones omitidas en el libro de Silvia
Mercado que detallarlas todas daría para otro libro completo.
No hay datos biográficos sobre la juventud del presidente,
su familia, sus estudios y pasatiempos, el rendimiento académico en la
universidad, relaciones de amistad y/o vínculos sentimentales.
Por ejemplo, faltan comentarios sobre su primer
matrimonio, sobre la relación con su hijo mayor, los vínculos son su socia y
amiga Marcela Losardo, su prolongada relación de pareja con quién es hoy su
secretaría Legal y Técnica de la Presidencia, Vilma Ibarra. Tampoco hay ninguna
referencia a la actual pareja del presidente, Fabiola Yáñez, de como se
conocieron y los detalles de su embarazo y maternidad, su excesiva exposición
pública y su pasión por los vestidos de diseñador o cualquier otro tema
personal.
No por evitar esos temas, Silvia Mercado tiene una buena
opinión del presidente.
En su balance final lo define con duros términos: “Alberto
se dejó llevar por sus vicios y debilidades: su tendencia al alcohol, los
placeres, los fármacos. Su debilidad emocional se profundizó, aunque nadie se
anima a hablar en serio del tema por miedo -razonable- a lesionar la autoridad
presidencial-.
“Como si solo buscara llegar a los cuatro años de
compromiso para tomar unas largas vacaciones exento de toda responsabilidad, a
veces Alberto parece un hombre agobiado por su destino, sin vocación
patriótica, apenas obsesionado por pasarla bien. Manipulador, intrigante,
dedicado a perder tiempo (incluso a estar simplemente en la cama, haciendo nada).
Fernández fue lo que Cristina quiso, pero incluso mucho menos.” (P. 244 y 245)
En la versión de Mercado, el tiempo que Alberto Fernández
dedica al ocio y la distracción es muy superior a las horas que por la tarde
noche dedicaba Mauricio Macri a ver alguna película en Netflix, con el
propósito de tomar distancia de las tensiones diarias. Como tiempo después
reconoció el expresidente.
Los duros conceptos que la autora vierte sobre el
presidente podrían comprenderse por el hecho de que Silvia Mercado
responsabiliza a Alberto Fernández por su despido del portal de noticias
Infobae (P. 225).
Mercado es también muy crítica del exministro de Economía
Martín Guzmán. Otra coincidencia con la visión de Cristina Kirchner y el
kirchnerismo duro. La periodista considera que Guzmán fue el único responsable
por el desastre económico de este tercer gobierno kirchnerista y en especial
por la firma del acuerdo con el FMI, al que indirectamente responsabiliza por
la actual crisis económica.
La autora analiza los pormenores de la designación de
Guzmán como ministro: “Doctor en economía de la Brown University y director
del Programa de Restructuración de la Deuda de la Universidad de Columbia, su
principal -o única- carta de presentación fue siempre Stiglitz, un duro crítico
del FMI por lo magros resultados logrados en las economías en desarrollo a
través de los programas de ajuste.”
Recordemos que Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía
2001, es un economista ligado al Partido Demócrata de los Estados Unidos,
dirige el Instituto Brooks para la Pobreza Mundial, de la Universidad de
Mánchester y es considerado el mayor exponente de la Nueva Economía Keynesiana.
En 1999, fue supervisor doctoral de la tesis del exterrorista montonero Mario
Eduardo Firmenich, en el doctorado en Economía de la Universidad de Barcelona.
“¿Pero tenía algún sentido -continúa Mercado- designar a
alguien que no tenía equipo porque había pasado los últimos años de su vida
fuera del país?” […]
“Un asesor que ya no forma parte oficial del gobierno de
Alberto lo puso así: ‘La verdad es que nadie del equipo le presentó dudas en
serio sobre esa designación. Lo que planteaba Guzmán era más que razonable y
tenía lo más importante, el aval de un premio Nobel de economía que haría lobby
por él. Stiglitz, se nos explicó, necesitaba mostrar un caso de éxito a su
mundo académico antiFMI y creía que Guzmán sería el brazo ejecutor perfecto. No
había por qué dudar: Argentina estaba dispuesta a hacer de conejillo de indias
de un experimento que sonaba muy bien en el oído de todos nosotros.’” (P. 193)
Gran parte del libro esta dedicado al tema de la compra
de vacunas, sin mencionar el erróneo manejo de la pandemia del COVID ni el
abusivo confinamiento a que fueron sometidos los argentinos. Esta claro que
Silvia Mercado pretende desvincular, a su antiguo jefe, al ministro Ginés
González García de toda responsabilidad en la compra de la vacuna rusa Sputnik.
Cuidándose mucho de mencionar cualquier ilícito -coima o
retorno-, Mercado destaca que el affaire del vacunatorio vip fue una maniobra
realizada en la cima del poder para provocar la renuncia de Ginés González
García. Si aclarar que el vacunatorio existió y era un hecho absolutamente
inmoral cuando no criminal, más allá de su utilización en las pujas de poder
dentro del gobierno.
Luego en el libro hay un cúmulo de rumores y
especulaciones incomprobables. Como que entre Cristina Kirchner y Alberto
Fernández existe un contrato secreto pero documentado (¿Por escribano?) por el
cual, el hoy presidente debe cobrar treinta millones de dólares al completar su
mandato sin intentar la reelección. (P. 95 y 125)
Si existiera ese documento constituiría una prueba
documental de posible ilícito o al menos de un reprobable e inmoral pacto. Ni
Perón llegó a tanto con Frondizi en 1958.
O la especulación (sin prueba alguna) de que Alberto
Fernández fue propuesto como candidato a Cristina Kirchner por el gobierno de
Cuba que preparaba una maniobra continental basada en el “Grupo de Puebla”
y coordinada por el chileno Marco Enríquez Ominami, hijo del fundador del grupo
terrorista trasandino Movimiento de Izquierda Revolucionaria.
Para no hablar de la versión de menor importancia de que
Alberto Fernández alguna ves tuvo en el living de su casa un piano de concierto
que no funcionaba y que nadie en la casa sabía tocar. Alberto habría comprado
el piano al anterior propietario del departamento para hacerlo pasar por una
reliquia familiar porque creía que poseer tal instrumento daba distinción
social.
Es curioso que una periodista acreditada en la Casa
Rosada, como Silvia Mercado, haga muy pocas referencias o ninguna a hechos
relevantes ocurridos durante el mandato de Alberto Fernández: al “Olivosgate”,
la concurrida fiesta de cumpleaños de Fabiola Yánez, el simulacro de renuncia
del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro que provoco un
recambio de gabinete con el arribo de Juan Manzur; los detalles de la renuncia
de Martín Guzmán y el arribo de Sergio Massa al ministerio de Economía.
Tampoco hay referencias a la política internacional del
tercer gobierno kirchnerista y al desempeño de Alberto Fernández en sus viajes
al exterior o sus encuentros con mandatarios extranjeros. Como su patético
discurso en oportunidad de la visita del jefe de Gobierno español, el
socialista Pedro Sánchez, donde terminó diciendo que los mexicanos salieron de
los indios y los brasileños de la selva.
Mercado ha omitido toda referencia a la defensa que ha
hecho en los foros internacionales la cancillería argentina de las dictaduras
violatorias de los derechos humanos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, de la
asistencia diplomática brindada en Chile al terrorista mapuche Facundo Jones
Huala o la misteriosa presencia de un avión iraní en Argentina.
BALANCE FINAL
Si quiere leer una recopilación de artículos
periodísticos o es comparte las críticas que el kirchnerismo hace al presidente
compre el libro de Silvia Mercado.
Si, por el contrario, busca alguna información nueva o un
análisis original no pierda su tiempo leyendo “El presidente que no quiso ser”.
A los inteligentes y siempre bien informados lectores de
Alternative no les recomiendo el libro se Silvia Mercado ni como lectura ligera
de playa para este tórrido verano.