La
remodelación del staff de la Casa Blanca de Donald Trump parece algo de nunca
acabar. Ahora se alejó el jefe de Estrategia Steve Bannon.
Desde
que asumió la presidencia, el magnate inmobiliario Donald Trump, pese a toda su
agresiva verborragia no ha hecho otra cosa que estar a la defensiva y no ha
podido aprobar ninguna de sus propuestas de campaña.
Los
ataques de la prensa han sido constantes y el presidente por diversos motivos
no ha podido conformar ni siquiera uno de sus proyectos más elementales:
conformar un equipo coherente de gestión.
En tan
sólo ocho meses ha perdido a siete altos funcionarios. Algunos de ellos se
alejaron de sus cargos tan sólo unos pocos días después de ser designados lo
que pone en tela de juicio si la decisión de contratarlos fue acertada o no.
Más de
la mitad de los renunciantes eran hombres que hablan contribuido a que Donald
Trump se convirtiera en presidente de los Estados Unidos.
Ahora,
le ha tocado el turno al estratega jefe del presidente, el ideólogo de la
derecha alternativa Steve Bannon, quien dejó su cargo el viernes.
Bannon,
junto con el ex jefe de Gabinete, Reince Priebus, fueron víctimas del virulento
ataque verbal del entonces director de Comunicaciones de la Casa Blanca, Anthony
Scaramucci, el 27 de julio pasado.
Priebus
renunció inmediatamente, unos días más tarde fue despedido Scaramucci, mientras
que los periodistas especulan sobre cuanto duraría en su puesto Steve Bannon.
Los
recientes incidentes protagonizados por supremacistas blancos, neonazis y
racistas en Charlottesville, en los que perdió la vida una mujer, terminaron
por definir el alejamiento de Bannon de la Casa Blanca.
Steve
Bannon siempre fue la figura más controvertida del entorno presidencial al
punto que sus enemigos lo llamaban “Rasputín”.
Ingreso
a la campaña presidencia del Trump cuando el hasta entonces jefe de Campaña,
Paul Manafort debió alejarse por sus poco claros vínculos con Rusia.
Bannon,
un ex banquero de inversión de Goldman Sachs que, después de obtener una
fortuna con su propio banco de inversión, Bannon & Co (adquirido, en 1998,
por la Societé Générale) se convirtió en productor de filmes políticos en
Hollywood.
En la
década del 2000 produjo películas sobre figuras del Partido Republicano, como
Ronald Reagan, el Tea Party o Sarah Palin, gobernadora de Alaska.
En esa
época se vinculó a Andrew Breithart, un ideólogo nacionalista fundador del
diario electrónico Breithart News, dedicado a cuestionar duramente al
establishment político, tanto demócrata como republicano.
Breithart
News se caracterizó siempre por sus punzantes artículos y por ser el vocero más
prolijo de la “alt-right” (derecha
alternativa o ultraderecha) la expresión más radical del nacionalismo blanco
cristiano de los Estados Unidos.
En
2012, a la muerte de Breithart tomó el control de la empresa como editor,
posición que sólo dejó transitoriamente para sumarse al staff de Trump.
Hoy,
un poco más de año después, Bannon retoma su cargo de editor del Breithart News
para seguir apoyando el programa de Trump de “América Primero”.
Pero,
muchos se preguntan de que forma y hasta cuando Bannon seguirá apoyando a su ex
jefe. Por lo pronto, Joel B. Pollak, hasta hoy editor de Breithat News, al
conocer el desplazamiento de Bannon escribió por Twitter: “War” (guerra).
No
obstante, al dejar su cargo Bannon declaró a Bloomberg: “Permítanme que aclare:
estoy dejando la Casa Blanca y voy a la guerra por Trump contra sus oponentes,
en el Capitolio, en los medios de comunicación y en los Estados Unidos
corporativos.”
Bannon,
quien se define a sí mismo como un “nacionalista económico” expresaba en el
gobierno de Trump los ideales e intereses de la llamada “América profunda”, afectada por la recesión y el desempleo. Un
electorado conservador, blanco y cristiano al que le cuesta abandonar ciertos
rasgos xenófobos y racistas.
Frente
a este sector, en la Administración Trump, se sitúan los denominados “globalistas o internacionalistas” (o
partidarios de la globalización y el fortalecimiento de los vínculos de Estados
Unidos como potencia mundial) encabezados por Ivanka Trump, su esposo Jared
Kushner, el jefe de gabinete John Kelly y el asesor económico Gary Cohn.
Estos
últimos se esfuerzan por dar a la Administración Trump un cierto orden,
moderación y previsibilidad. También intentan llegar a un entendimiento con el
establishment político de Washington y de los medios de comunicación para
llevar adelante un programa de gobierno más moderado que, sin embargo, permita
llevar a cabo algunas de las promesas de campaña del magnate inmobiliario.
Seguramente,
Bannon desde Breithart News apoyará a Trump, pero puede ser un duro censor de
las actividades de sus rivales Kushner y Kelly.
Es
difícil adelantar que sector terminará prevaleciendo. Especialmente porque el
corazón de Donald Trump está muy cerca de los postulados de la alt right y porque el presidente
necesitará de los votos de la “América
Profunda”, el año próximo, para hacer frente a los demócratas en las
elecciones de medio término.
Lo
cierto, por el momento es que el nombre de Bannon se suma al de Scaramucci,
Priebus, Spicer, Dubke, Comey t Flynn, todos ellos altos funcionarios de la
Casa Blanca que se alejaron heridos, en tan sólo siete meses de gobierno de
Donald Trump.
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