El
presidente Trump nombró a su tercer Director de Comunicaciones de la Casa
Blanca en tan sólo siete meses de gobierno.
Para
conducir las conflictivas relaciones de la Casa Blanca con la prensa, el
presidente Donald Trump ha decidido confiar en una relacionista pública de 28
años, Hope Charlotte Hicks, que forma parte del equipo gerencial de las
empresas Trump.
Hope
Hicks, quien hasta entonces se desempeñaba como Directora de Comunicaciones
Estratégicas ha pasado a ser Directora de Comunicaciones de la Casa Blanca,
aunque su designación, al menos por el momento, es de carácter interino.
Hicks
gana el mayor salario que percibe un alto funcionario de la Administración
Trump: U$S 179.700 al año. La misma suma que perciben el Jefe de Gabinete de la
Casa Blanca, el general John Kelly y el estratega jefe Steve Bannon.
Hope
Hicks, nació el 21 de octubre de 1988, en el seno de una familia acomodada de
Nueva York. Después de cursar la High School en Greenwich, estudio literatura
inglesa en la Universidad Metodista Meridional donde se graduó en 2010.
Fue
modelo adolescente para la firma Ralph Laurent a los once años y actualmente
conserva una esbelta e impactante belleza.
Constituye
la tercera generación de una familia dedicada al lobismo y las relaciones
públicas. Su abuelo paterno, Paul Hicks, dirigió las relaciones públicas de la
multinacional Texaco. Su abuelo materno, GWF “holandés” Cavender, fue asistente
administrador del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, durante las
administraciones de los presidentes Johnson y Nixon.
Su
padre Paul Burton Hicks III, es un relacionista público muy influyente en el
ambiente deportivo. Fue CEO regional para las Américas de Ogilvy Public
Relations Worlwide y vicepresidente ejecutivo de comunicaciones para la Liga
Nacional de Futbol (LNF), entre el 2010 y 2015. Desde entonces, es director
gerente de una firma de relaciones públicas dedicada al mundo de los deportes
que tiene entre sus clientes precisamente a la LNF, denominada Glover Park Group.
Cuando
termino la universidad, Hope Hicks comenzó a trabajar para una firma de
relaciones públicas de Manhattan, Zeno Group Inc. En 2013, paso a trabajar para
Hiltzik Strategies, la firma del gurú de las relaciones públicas Matthew Hiltzik,
representante de celebridades y empresarios poderosos que incluso trabajó en la
campaña de Hillary Clinton para el Senado en el año 2000.
Hiltzik
Strategies contaba entre sus clientes a la organización Trump y Hicks comenzó a
trabajar para la línea de moda de Ivanka Trump y para otras empresas del grupo.
En
2014, por pedido expreso de Ivanka Trump, Hope Hicks se incorporó a trabajar a
tiempo completo a la organización Trump. En enero de 2015, Hicks se incorporó
al equipo de campaña del magnate inmobiliario como su secretaria de prensa.
Tras
obtener Trump la nominación republicana, el 16 de junio de 2016, se sumó a un
selecto equipo de cinco colaboradores que compartía las veinticuatro horas con
el candidato presidencial y daba forma a todas sus iniciativas.
Cuando
Donald Trump se consagró como presidente de los Estados Unidos, Hicks formó
parte del equipo de transición. El 22 de diciembre de 2016 se anunció su
designación en el equipo de la Casa Blanca como Directora de Comunicaciones
Estratégicas.
En
enero de 2017, la revista Forbes incluyó en su lista de celebridades menores de
treinta años a Hicks por su desempeño como secretaria de prensa de la campaña
presidencial de Trump.
Además,
de ser la directora de la Comunicaciones de la Casa Blanca más joven de la
historia, Hope Hicks es la tercera persona en ser nombrada para desempeñar ese
cargo desde la asunción de Donald Trump, el 20 de enero pasado. El primer
designado fue Michael Dubke que renunció en mayo, después de tan sólo tres
meses en el cargo. Tiempo más tarde el presidente nombró a Anthony Scaramucci,
un tiburón de Wall Street sin mayor experiencia en el tema que terminó destituido
tan solo diez días más tarde.
Quienes
más conocen a Hope Hicks destacan que sus mayores cualidades para el cargo son
su absoluta fidelidad al presidente Trump, su extremadamente bajo perfil y su
total desinterés -y desconocimiento- por la política. Hicks no se propone
impulsar ninguna agenda propia y se adaptará totalmente a los lineamientos
políticos del presidente.
Veremos
si con su designación las comunicaciones de la Casa Blanca, en la era Trump,
adquieren la necesaria estabilidad y mejoran las relaciones con la prensa.
Aunque no hay motivos para esperar que algo de ello ocurra.
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