martes, 18 de julio de 2017

NUEVO CONFLICTO FRONTERIZO ENTRE ECUADOR Y PERÚ



Un nuevo conflicto fronterizo enfrenta a los países que protagonizaron la última guerra en guerra en Latinoamérica

Hace veintidós años, en 1995, Perú y Ecuador protagonizaron la última guerra entre dos países latinoamericanos.
Se trató de la denominada “Guerra del Cenepa, un enfrentamiento bélico que ocurrió en el lado oriental de la Cordillera del Cóndor, sobre la cuenca del río Cenepa en territorio peruano ocupado por el ejército del Ecuador, desde 1994, y que enfrentó a las fuerzas armadas del Perú y Ecuador, durante los meses de enero y febrero de 1995.
Nunca hubo declaración formal de guerra entre ambos países, ni llegó a generalizarse por toda la frontera común. Las operaciones militares sucedieron en la cuenca del río Cenepa, un territorio delimitado, pero sin demarcar, zona de selva alta de complicado acceso, donde los factores climáticos y logísticos dificultaron los desplazamientos militares.
El conflicto se resolvió con la intervención de Argentina, Chile, Brasil y los Estados Unidos (países garantes del Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro, del 29 de enero de 1942), lográndose terminar el proceso de demarcación de la frontera en los tramos pendientes entre los hitos Cunhime Sur y 20 de noviembre, y Cusumaza – Bumbuiza, y Yaupi – Santiago de conformidad con lo establecido en el Protocolo de Río de Janeiro y el fallo arbitral de Braz Días de Aguiar.
En el Acta de Brasilia, tanto Perú como Ecuador, aceptaron la culminación del proceso de demarcación fronteriza, en el tramo de 78 kilómetros que estaba pendiente, de acuerdo con la propuesta de los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro, formulada dentro del marco legal del Protocolo de Río de Janeiro, fallo arbitral de Braz Días de Aguiar, sus instrumentos complementarios y los pareceres técnicos-jurídicos entregados el 8 de mayo de 1998, la cual que fue aceptada por los gobiernos de Perú y Ecuador, y ratificada luego, por los congresos de ambos países. ​
Así, se terminó el proceso de demarcación de la frontera sobre las cumbres de la Cordillera del Cóndor, ratificando al Perú la posesión de la zona del Cenepa (incluyendo Tiwinza), a la vez que Perú otorgaba a Ecuador, en condición de propiedad privada y sin perjuicio de la soberanía peruana, un kilómetro cuadrado en la zona de Tiwinza (donde están sepultados 14 soldados ecuatorianos). ​ También se firmaron acuerdos de Comercio y Navegación, de Integración Fronteriza y de instalación de una comisión binacional sobre Medidas de Confianza Mutua y Seguridad.
A pesar de que fue un conflicto corto, de tan solo cinco semanas, las pérdidas económicas fueron muy altas tanto para el Perú como para el Ecuador. En Ecuador, el ministro de finanzas Modesto Correa estimó el costo directo de la guerra en 250 millones de dólares, lo que en ese entonces equivalía al 1% del PIB del país.  Añadiendo también un egreso de tres millones de dólares diarios a causa de la presencia de la Momep (la Fuerza Internacional de Mantenimiento de la Paz).
El Perú perdió 400 millones de dólares durante el conflicto, relacionados con el costo de movilización de las tropas y de la reposición del equipamiento militar perdido. ​ Sin contar con la carrera armamentista que se desataría en los próximos años hasta la firma de paz. ​
La cifra oficial de muertos varía según la versión de cada país, Ecuador informó en primera instancia oficialmente la muerte de 33 soldados y 70 heridos. En la actualidad, la Asociación de ex Combatientes del Cenepa registra 131 afectados, 44 soldados perdieron total o parcialmente sus piernas; 2 con mutilaciones en sus brazos; 7 tienen problemas auditivos y 78 sufren de psicosis de guerra y esquizofrenia. La memoria de los soldados caídos se inmortalizó en monumentos, bustos y nombres de escuelas y colegios, en los lugares donde eran oriundos.
Por parte del Perú ha habido un aire de hermetismo en este tema, aunque al final se ha reconocido la muerte de 60 de sus soldados, esta situación se ha visto reflejada en los miembros caídos en acción que nunca han sido indemnizados.
Según el presidente de la Asociación Nacional de Licenciados y Ex Combatientes de los Conflictos Armados en el Perú (Analccap), Luis Lapa Espinoza, solo en la región Arequipa se han identificado a cien ex combatientes de la guerra del Cenepa que están olvidados por las autoridades. Muchos, además de las dolencias físicas, presentan trastornos psicológicos que no pueden ser tratados porque carecen de seguro de salud. ​ La Asociación de ex Combatientes del Cenepa llevan además más de dos décadas de lucha por traer el cuerpo de seres queridos los cuales al menos cuatro habrían sido abandonados en el campo de batalla.
Hoy ambos países, que comparten una frontera de 1.529 kilómetros, se han enfrascado en un insólito conflicto limítrofe que involucra a las pequeñas ciudades de Huaquilla, en Ecuador y Aguas Verdes en Perú, separadas por una humilde acequia que recibe el pomposo nombre de canal Zarumilla.
Ecuador pretende construir de su lado el Parque Lineal Huaquillas, en realidad ya ha construido el 45% de la obra, lo que implica la edificación de un muro que va de 1,5 a 3,5 metros de altura y una extensión de 580 metros. El muro tiene por propósito minimizar los daños por inundaciones en el período de lluvias.
La construcción se inicia en la zona de Playita Sur, donde hay un amplio terreno baldío, y debe continuar hasta el puente internacional y se enlazará con otro muro ya construido hace dos décadas en la zona de Poza Honda. El total de la obra se extenderá por 946 metros.
El proyecto comprende la construcción de un muro de contención, áreas verdes, juegos infantiles, gimnasio al aire libre, adoquinado y una ciclovía.
La obra involucra terrenos donde actualmente operan comerciantes en la zona baja del puente internacional. El lugar se caracteriza por sus calles estrechas en las cuales se venden desde legumbres y carnes hasta electrodomésticos.
El sitio se conecta con la localidad peruana de Aguas Verdes a través de tablas que actúan como puentes improvisados de manera por donde pasan los comerciantes. Estos demandan ser reubicados para seguir con sus actividades comerciales en otro lugar.
El proyecto también contempla la construcción de un mercado con una capacidad final de 150 plazas y un centro comercial de 400 locales. Pero ambas obras deben ser costeadas por el Municipio local.
Para el gobierno peruano la construcción constituye una violación del Acta de Brasilia, de 1998, específicamente del artículo 21 del Acuerdo de Bases, mediante el cual Ecuador se obligó a mantener una franja de diez metros al lado derecho del canal para su mantenimiento y limpieza. Además, destacó las graves implicancias que la obra tendría sobre la población peruana de Aguas Verdes, por la interrupción del proceso de integración comercial y el agravamiento de las inundaciones que provocaría el muro.
En protesta, Lima reaccionó llamando para consultas a su embajador en Quito. Mientras que el presidente Lenin Moreno ordenó suspender los trabajos hasta tanto concluyan las negociaciones con el Perú.
El incidente fronterizo agitó el nacionalismo en ambos países. El ex presidente Rafael Correa, cada día más distanciado del gobierno que ayudo a encumbrar hace tan sólo tres meses, se apresuró a denunciar el “entreguismo” y la “falta de personalidad” del nuevo presidente ecuatoriano.

  

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