La firma de un “memorándum de entendimiento” entre los
Estados Unidos y Qatar y la revelación de ciertos acuerdos secretos abren un
nuevo capítulo en la crisis del Golfo Pérsico.
A
comienzos de junio, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto
interrumpieron sus relaciones diplomáticas y cerrar sus fronteras con el
pequeño pero rico Emirato de Qatar.
El
conflicto sacudió a la región del Golfo Pérsico, normalmente estable y unida
dentro del frecuente caos de Medio Oriente. La crisis registraba un antecedente
similar, cuando, en 2014, el mismo grupo de países, suspendió sus vínculos con
Doha por nueve meses, aunque en aquella ocasión no hubo cierre de fronteras ni
suspensión de vuelos.
Los
motivos de la disputa, en ambas ocasiones, fueron los mismos: el apoyo
financiero y la protección que Qatar, un emirato que promueve la interpretación
salafista del islam suní, a diferentes grupos radicales, especialmente los
Hermanos Musulmanes, los palestinos de Hamas, los libaneses de Hezbollah y
hasta los talibanes afganos.
Además,
estaba el apoyo que la cadena noticiosa qatarí Al Jazeera brindó a “La
primavera árabe” y los vínculos del Emirato con su vecino chií de Irán.
Recordemos
que Qatar se encuentra en la península del mismo nombre. Al noroeste de Arabia,
y rodeada por el golfo Pérsico. Con un área total de 11.000 km² y dos millones
y medio de habitantes, el país tiene el PBI per cápita más alto del mundo:
141.542 dólares, según el Banco mundial.
Qatar
es también un importante aliado estratégico de los Estados Unidos, que, junto
con el Reino Unido, mantienen una base aérea, en Al Udeid, la mayor en todo el
Medio Oriente, que alberga a 11.000 efectivos y es vital para las operaciones
en la región.
LOS
ACUERDOS SECRETOS
Qatar
firmó una serie de acuerdos secretos con sus vecinos del Golfo para evitar la
crisis, en 2013 y 2014, en los que se comprometía a no apoyar a los opositores
y grupos hostiles en esas acciones, así como en Egipto y Yemen.
El
primer acuerdo, escrito a mano y con fecha del 23 de noviembre de 2013, fue
firmado por el rey de Arabia Saudí, el emir de Qatar y el emir de Kuwait.
Establece compromisos para evitar cualquier interferencia en los asuntos
internos de otras naciones del Golfo, incluyendo la prohibición de apoyo
financiero o político a grupos “desviados”, término que se emplea para
describir grupos antigubernamentales.
El
acuerdo, mencionado como el Acuerdo de Riad, menciona específicamente no apoyar
a los Hermanos Musulmanes, que los aliados del Golfo han alegado repetidamente
que apoya Qatar, así como no apoyar a los grupos de oposición de Yemen que
podrían amenazar a los países vecinos.
En el primer
acuerdo, los países también se comprometieron a no apoyar “medios antagónicos”,
una aparente referencia a Al Jazeera que otros países del Golfo acusan de
impulsar a los grupos de oposición de la región, incluyendo en países como
Egipto y Bahréin.
Un
segundo acuerdo titulado “top secret”, fechado el 16 de noviembre de 2014,
añade al rey de Bahréin, el príncipe heredero de Abu Dabi y el primer ministro
de los Emiratos Árabes Unidos. Menciona específicamente el compromiso de los
firmantes de apoyar la estabilidad de Egipto, incluyendo la prevención de Al
Jazeera de ser utilizado como plataforma para grupos o figuras que desafiaran
al gobierno egipcio.
Un
segundo acuerdo menciona específicamente a Al Jazeera, y no a otros medios de
comunicación como el saudita Al Arabiya. Después de que el acuerdo fue firmado.
Al Jazeera había cerrado un canal dedicado a la cobertura de Egipto: Al Jazeera
Mubashir Misr.
Un
documento complementario al pacto de 2013, firmado por los ministros de
Relaciones Exteriores de los países, discute la implementación del acuerdo.
Incluye
disposiciones que excluyen el apoyo de los Hermanos Musulmanes, así como grupos
externos en Yemen y Arabia Saudí que representan una amenaza para la seguridad
y estabilidad de los países del Consejo de Cooperación del Golfo.
Los
acuerdos no señalaban solo a Qatar, ya que las disposiciones incluidas se
aplicaban a todos los países que lo firmaron.
EL
MEMORANDUM
La
última semana de junio, los cuatro países que rompieron relaciones con Qatar
enviaron al emirato un listado de trece demandas “no negociables” como
condición para normalizar sus relaciones. Estas demandas incluían el cierre de
la cadena Al Jazeera, la clausura de la base militar turca en su territorio y
el enfriamiento de sus relaciones con Irán. Las demandas afectaban de tal
manera la soberanía qatarí que el emirato se vio obligado a rechazarlas.
Con la
crisis diplomática sin visos de solución. Qatar y los Estados Unidos han
firmado el martes 11 un acuerdo para combatir “la financiación del terrorismo”.
Un pacto que podría servir para que Washington realice un nuevo intento de
mediación en el Golfo.
El
acuerdo fue suscripto por el Secretario de Estado, Rex Tillerson y el jeque
Mohammed bin Abdulrahaman al-Tan, ministro de Relaciones Exteriores de Qatar.
El
memorándum delinea una serie de pasos que cada país tomará en los próximos
meses y años para interrumpir e impedir el flujo de financiamiento del terrorismo,
e intensificar las actividades antiterroristas globalmente.
La
firma de este nuevo acuerdo puede servir como un primer paso para que los
Estados Unidos puedan llevar a cabo una negociación diplomática que permita
resolver la crisis del Golfo Pérsico por medios pacíficos.
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