El rey de
Marruecos, Mohamed VI lanza en la XXIX Cumbre de la Unión Africana un dramático
llamamiento en favor de la juventud africana.
El 3
de julio comenzó, en la ciudad de Addis Abeba, Etiopía, la XXIX Cumbre de los
Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Africana, convocada bajo la consigna
de “Sacar el máximo provecho del
dividendo demográfico invirtiendo en la juventud.”
Este fue
el escenario escogido por Mohamed VI para dar nuevas muestras de su liderazgo
entre los pueblos africanos y sus dirigentes.
Era la
primera vez que Marruecos asistía como miembro pleno a una Cumbre de la Unión
Africana. Marruecos ayudó a la creación de esta organización regional, pero
luego se distanció de la misma en 1984 y recién retornó a la misma en enero de
este año.
En un
discurso leído por el Príncipe Moulay Rachid en representación del soberano, el
rey Mohamed VI realizó un certero y realista diagnóstico de los problemas que
enfrentan los jóvenes africanos.
“Anualmente
-señaló el monarca alauí- más de once
millones de jóvenes africanos ingresan en el mercado laboral cuando sólo se
crean tres millones de empleos. Más del 70% de los jóvenes africanos viven con
menos de dos dólares al día.”
“¿Cómo obrar para contrarrestar la desocupación que
golpea de lleno a la juventud del continente dado que el 60% de los
desempleados son jóvenes?” […] “África pierde a sus jóvenes a causa de la
migración legal e ilegal. Tal pérdida es injustificable.”
“¿Acaso el destino de nuestros jóvenes está en el
fondo de las aguas del Mediterráneo, o acaso su movilidad ha de tornarse en una
hemorragia?”, se preguntó el rey.
Luego,
Mohamed VI lanzó una clara advertencia que debería ser atendida no sólo por los
líderes africanos reunidos en Addis Abeba, siempre expuestos a enfrentar
problemas de gobernabilidad en sus países. Si no muy especialmente por los
dirigentes occidentales que hoy sufren las consecuencias de lo que acontece en
Medio Oriente y África en sus propias ciudades.
“Una juventud africana desocupada -advirtió Mohamed VI- bloqueará la tan anhelada emergencia del continente. En efecto, si el
desafió de la empleabilidad de los jóvenes no es tratado con toda urgencia, tal
carencia tendrá como consecuencia la desocupación de los jóvenes
consiguientemente, su vulnerabilidad y el riesgo de su radicalización.”
“En efecto, alrededor del 40% de las personas
desempleadas son excelentes candidatos de los movimientos rebeldes o de los grupos
extremistas o terroristas que causan estragos en el continente”, sentenció el monarca.
Pero,
Mohamed VI no restringió su alocución a un mero diagnóstico de la realidad
africana, sino que fue más allá proporcionando soluciones y hasta una hoja de
ruta para que la Unión Africana enfrente la emergencia demográfica por la que
atraviesa.
“La respuesta -dijo
el Rey- consiste en un tratamiento
voluntarista del tríptico: educación, enseñanza superior y formación
profesional con una elevada exigencia de calidad.”
“Reside igualmente en las inversiones significativas,
sostenibles y juiciosas, que deben ser emprendidas en los dominios de la
educación, la sanidad y la formación profesional y el empleo.”
“La inversión a favor de los jóvenes es fundamental,
ya que éstos constituyen las dos terceras partes aproximadamente de la
población del continente. Tal acción pasa por una formación adecuada, una
inserción paulatina y asesorada en el mundo laboral, amén de una habilidad para
tomar iniciativas a fin de crear riqueza, demostrar su talento y contribuir al
desarrollo del continente.”
La
propuesta del Rey de Marruecos se completó con una hoja de ruta, en forma de
una nota preliminar presentada al presidente de la Unión Africana, el jefe de
Estado de Guinea, Alpha Conde, en su calidad de líder designado por la XXVIII
Cumbre para gestionar la cuestión migratoria.
La
nota se titula: “Visión por un programa
africano para la inmigración” propone, en síntesis, que África debe hablar
con una sola voz a escala internacional, defender una visión común y establecer
una gestión común sobre asuntos vinculados con la migración.
Resulta
evidente que el problema de la juventud africana, su formación profesional, su
inserción laboral y el problema de la fuga de fuerza laboral y pérdida de
talentos constituyen temas centrales en la agenda regional.
Por lo
tanto, la voz de Marruecos, una de las naciones de mayor peso en el continente,
no podía estar ausentes en este debate.
Así
lo ha entendió el rey Mohamed VI y aprovecho este Foro, que recientemente abrió
con su hábil diplomática continental, para marcar que Marruecos ha llegado a la
Unión Africana para dejar su impronta y su liderazgo en la política regional.
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