martes, 20 de diciembre de 2016

EL ATENTADO EN BERLÍN FAVORECE A LA ULTRADERECHA


Los profetas del odio de la derecha alternativa alemana responsabilizan a la política migratoria de Ángela Merkel por los atentados terrorista que ha sufrido el país en los últimos meses.

SANGRE EN LA BREITSCHEIDPLATZ

A las 20.15 horas del lunes 19, un camión negro de gran tonelaje Scania, con matrícula GDA08J5, perteneciente a la ciudad polaca de Danzig, propiedad de la empresa polaca de transportes Ariel Zurawski, que transportaba una carga de acero a Berlín irrumpió en la zona peatonal de la Breitscheidplatz.

La zona de Breitscheidplatz es una de las más turísticas de Berlín. Se encuentra situada al oeste de la ciudad y se caracteriza por albergar un gran número de comercios, restaurantes y hoteles, además del famoso zoológico y de la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm.

El camión que se desplazaba a una velocidad de 65 km por hora, realizó un recorrido de ochenta metros por un mercado navideño arrollando a su paso a decenas de personas hasta que un grueso piso detuvo su marcha. El saldo fue de doce personas muertas -incluido el chofer polaco del camión hallado muerto de un disparo en la cabeza en el interior de la cabina- y cincuenta heridos, entre ellos dieciocho de suma gravedad.

Cuando las autoridades alemanas, con un exceso de prudencia -o quizá para calmar a la población- aun no querían admitir que el hecho constituía un ataque terrorista, por Twitter, una organización denominada Fuerza de Movilización Popular de Irak, una franquicia de Daesh, se adjudicó el hecho.

Al principio, se pensó en un acto de oportunismo por parte de este grupo para adjudicarse la acción de un “lobo solitario” sin conexión con el hecho. Pero, más tarde la agencia de noticias Amaq, que se considera vinculada al grupo que dirige Abu Tbakar al Baghdadi, aseguró que el autor del ataque era “un soldado del califato”.

En un principio, las autoridades detuvieron a un inmigrante paquistaní, de 23 años, pero veinticuatro horas después debieron liberarlo por falta de pruebas.

Los expertos internacionales, como el español Chema Gil, del Institute of Global Security señalaron inmediatamente los vínculos de esta metodología terrorista con el atentado en Niza, el pasado 14 de julio, cuando Mohamed Lahouaiej Bouhiel, un joven tunecino afincado en Francia desde hacía varios años, arrolló con un camión frigorífico blanco a la multitud que esperaba los fuegos artificiales del Día Nacional de Francia, asesinado a 86 personas e hiriendo a muchas más.

Consultado por Total News, minutos después de conocerse el atentado, Chema Gil declaró, entre otras cuestiones, que: “Conforme se debiliten las posiciones de Daesh en Siria e Irak, más apelará a acciones terroristas en Europa para demostrar que mantiene importancia internacional y capacidad operativa”.

OTROS ATAQUES TERRORISTAS

Cabe recordar que Alemania ha sufrido, en los últimos tiempos, ataques o intentos de atentados terroristas, vinculados al terrorismo yihadista y en los que jugaron un rol importante inmigrantes islámicos.

Muchos alemanes se estremecieron, a principios de año, cuando una niña de 15 años hirió de gravedad a un policía al clavarle en el cuello un cuchillo de cocina en la estación de trenes de Hannover.

Más tarde, en el pasado mes de julio, un adolescente afgano de 17 años, que había entrado en Alemania como refugiado, hirió en un tren de Baviera a cuatro pasajeros, tres de ellos de suma gravedad. El atacante, que llevaba un hacha y un cuchillo, había jurado fidelidad al Daesh. Murió a manos de la policía cuando trataba de huir.

Luego un niño de tan sólo doce años “fuertemente radicalizado”, según el informe de los investigadores, intentó en el último mes cometer dos atentados en la ciudad de Ludwigshafen, al oeste del país. Los dos intentos fallaron y el sospechoso está ahora, con el visto bueno de sus padres, en manos de los servicios sociales.

El precoz terrorista, un alemán-iraquí nacido en Ludwigshafen, en 2004, aparentemente se radicalizó por la influencia de un “miembro desconocido del Estado Islámico”. El primer intento de atentar se produjo el pasado 26 de noviembre cuando el niño colocó un artefacto que no llegó a explotar en el mercado navideño de su ciudad. El 5 de diciembre último, lo volvería a intentar al dejar una mochila llena de clavos y material explosivo en los alrededores de un centro comercial cercano al Ayuntamiento. La policía detuvo al niño-terrorista gracias al aviso de un transeúnte que vio lo ocurrido.

La consecuencia más inmediata de estos hechos, protagonizados por inmigrantes que se radicalizan en su fe islámica, es el avance los grupos islamofóbicos y de derecha alternativa en Alemania. Este país ha recibido, desde 2015, a 1.130.000 inmigrantes musulmanes, por lo tanto, los alemanes se sienten amenazados y hasta defraudados cuando alguno estos inmigrantes cometen delitos, y más aún, atentados terroristas. El temor a los inmigrantes es inmediatamente explotado en su beneficio por los “predicadores del odio” de la ultraderecha alemana.

EL CRECIMIENTO DE LA DERECHA ALTERNATIVA ALEMANA

Entre los grupos etnocnacionalistas que alimentan el odio racial se cuenta el movimiento social islamófobo conocido por el acrónimo de “PEGIDA” -Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Patriotische Europäer Gegen Islamisierung Des Abendlandes)-. Desde su aparición en Dresde, en octubre de 2014, se ha extendido por varias ciudades alemanas y europeas.

Otro grupo de derecha alternativa que ha cobrado gran importancia debido a su oposición a la inmigración musulmana es la Alternativa para Alemania - Alternative für Deutschland, sigla -AfD-, creado el 14 de abril de 2013, en Berlín, y liderado actualmente por Frauke Perry, un joven Doctor en Ciencia Política de cuarenta años. Este partido ha pasado de un 3% de apoyo electoral a casi un 20% debido a que ha sabido canalizar la frustración de los alemanes con su retórica agresiva y xenófoba y sus propuestas de abandonar el euro, volver al marco y abandonar a los países europeos en problemas financieros.

Recientemente, Frauke Perry, no ha dudado en decir que “los guardias de fronteras deberían apuntar sus armas contra quienes traten de entrar al país de manera ilegal”. En la misma línea de pensamiento, el líder de AfD en Renania del Norte-Westfalia, el eurodiputado Marcus Pretzell se refirió al atentado en la Breitscheidplatz como “los muertos de Merkel”.

Estos partidos amenazan la hegemonía de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, el partido de la canciller Ángela Merkel, que ha hecho de su política de acogida de los refugiados de las guerras en Medio Oriente un tema central.

Ahora, los atentados que involucran a refugiados generan un serio cuestionamiento para esta política de puertas abiertas y crean las condiciones propicias para avancen los partidarios del etnonacionalismo.


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