Los profetas del odio
de la derecha alternativa alemana responsabilizan a la política migratoria de Ángela
Merkel por los atentados terrorista que ha sufrido el país en los últimos
meses.
SANGRE EN LA
BREITSCHEIDPLATZ
A las 20.15 horas del lunes 19, un camión negro de
gran tonelaje Scania, con matrícula GDA08J5, perteneciente a la ciudad polaca
de Danzig, propiedad de la empresa polaca de transportes Ariel Zurawski, que
transportaba una carga de acero a Berlín irrumpió en la zona peatonal de la
Breitscheidplatz.
La zona de Breitscheidplatz es una de las más
turísticas de Berlín. Se encuentra situada al oeste de la ciudad y se
caracteriza por albergar un gran número de comercios, restaurantes y hoteles,
además del famoso zoológico y de la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm.
El camión que se desplazaba a una velocidad de 65 km
por hora, realizó un recorrido de ochenta metros por un mercado navideño
arrollando a su paso a decenas de personas hasta que un grueso piso detuvo su
marcha. El saldo fue de doce personas muertas -incluido el chofer polaco del
camión hallado muerto de un disparo en la cabeza en el interior de la cabina- y
cincuenta heridos, entre ellos dieciocho de suma gravedad.
Cuando las autoridades alemanas, con un exceso de
prudencia -o quizá para calmar a la población- aun no querían admitir que el
hecho constituía un ataque terrorista, por Twitter, una organización denominada
Fuerza de Movilización Popular de Irak, una franquicia de Daesh, se adjudicó el
hecho.
Al principio, se pensó en un acto de oportunismo por
parte de este grupo para adjudicarse la acción de un “lobo solitario” sin conexión con el hecho. Pero, más tarde la
agencia de noticias Amaq, que se considera vinculada al grupo que dirige Abu
Tbakar al Baghdadi, aseguró que el autor del ataque era “un soldado del califato”.
En un principio, las autoridades detuvieron a un
inmigrante paquistaní, de 23 años, pero veinticuatro horas después debieron
liberarlo por falta de pruebas.
Los expertos internacionales, como el español Chema
Gil, del Institute of Global Security señalaron inmediatamente los vínculos de
esta metodología terrorista con el atentado en Niza, el pasado 14 de julio,
cuando Mohamed Lahouaiej Bouhiel, un joven tunecino afincado en Francia desde
hacía varios años, arrolló con un camión frigorífico blanco a la multitud que
esperaba los fuegos artificiales del Día Nacional de Francia, asesinado a 86
personas e hiriendo a muchas más.
Consultado por Total News, minutos después de
conocerse el atentado, Chema Gil declaró, entre otras cuestiones, que: “Conforme se debiliten las posiciones de
Daesh en Siria e Irak, más apelará a acciones terroristas en Europa para
demostrar que mantiene importancia internacional y capacidad operativa”.
OTROS ATAQUES
TERRORISTAS
Cabe recordar que Alemania ha sufrido, en los últimos
tiempos, ataques o intentos de atentados terroristas, vinculados al terrorismo
yihadista y en los que jugaron un rol importante inmigrantes islámicos.
Muchos
alemanes se estremecieron, a principios de año, cuando una niña de 15 años hirió
de gravedad a un policía al clavarle en el cuello un cuchillo de cocina en la
estación de trenes de Hannover.
Más tarde,
en el pasado mes de julio, un adolescente afgano de 17 años, que había entrado
en Alemania como refugiado, hirió en un tren de Baviera a cuatro pasajeros,
tres de ellos de suma gravedad. El atacante, que llevaba un hacha y un cuchillo,
había jurado fidelidad al Daesh. Murió a manos de la policía cuando trataba de
huir.
Luego un niño
de tan sólo doce años “fuertemente
radicalizado”, según el informe de los investigadores, intentó en el último
mes cometer dos atentados en la ciudad de Ludwigshafen, al oeste del país. Los
dos intentos fallaron y el sospechoso está ahora, con el visto bueno de sus
padres, en manos de los servicios sociales.
El precoz
terrorista, un alemán-iraquí nacido en Ludwigshafen, en 2004, aparentemente se
radicalizó por la influencia de un “miembro desconocido del Estado Islámico”.
El primer intento de atentar se produjo el pasado 26 de noviembre cuando el
niño colocó un artefacto que no llegó a explotar en el mercado navideño de su
ciudad. El 5 de diciembre último, lo volvería a intentar al dejar una mochila
llena de clavos y material explosivo en los alrededores de un centro comercial
cercano al Ayuntamiento. La policía detuvo al niño-terrorista gracias al aviso
de un transeúnte que vio lo ocurrido.
La
consecuencia más inmediata de estos hechos, protagonizados por inmigrantes que
se radicalizan en su fe islámica, es el avance los grupos islamofóbicos y de
derecha alternativa en Alemania. Este país ha recibido, desde 2015, a 1.130.000
inmigrantes musulmanes, por lo tanto, los alemanes se sienten amenazados y
hasta defraudados cuando alguno estos inmigrantes cometen delitos, y más aún,
atentados terroristas. El temor a los inmigrantes es inmediatamente explotado
en su beneficio por los “predicadores del
odio” de la ultraderecha alemana.
EL CRECIMIENTO DE LA DERECHA ALTERNATIVA ALEMANA
Entre los
grupos etnocnacionalistas que alimentan el odio racial se cuenta el movimiento
social islamófobo conocido por el acrónimo de “PEGIDA” -Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente
(Patriotische Europäer Gegen Islamisierung Des Abendlandes)-. Desde su
aparición en Dresde, en octubre de 2014, se ha extendido por varias ciudades
alemanas y europeas.
Otro
grupo de derecha alternativa que ha cobrado gran importancia debido a su
oposición a la inmigración musulmana es la Alternativa para Alemania - Alternative für Deutschland, sigla -AfD-, creado el 14 de abril de 2013, en
Berlín, y liderado actualmente por Frauke Perry, un joven Doctor en Ciencia
Política de cuarenta años. Este partido ha pasado de un 3% de apoyo electoral a
casi un 20% debido a que ha sabido canalizar la frustración de los alemanes con
su retórica agresiva y xenófoba y sus propuestas de abandonar el euro, volver
al marco y abandonar a los países europeos en problemas financieros.
Recientemente, Frauke Perry, no ha dudado en decir que
“los guardias de fronteras deberían
apuntar sus armas contra quienes traten de entrar al país de manera ilegal”.
En la misma línea de pensamiento, el líder de AfD en Renania del
Norte-Westfalia, el eurodiputado Marcus Pretzell se refirió al atentado en la
Breitscheidplatz como “los muertos de
Merkel”.
Estos partidos amenazan la hegemonía de la Unión
Demócrata Cristiana de Alemania, el partido de la canciller Ángela Merkel, que
ha hecho de su política de acogida de los refugiados de las guerras en Medio
Oriente un tema central.
Ahora, los atentados que involucran a refugiados
generan un serio cuestionamiento para esta política de puertas abiertas y crean
las condiciones propicias para avancen los partidarios del etnonacionalismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario