Un operativo conjunto
de las policías de Marruecos y España, frente a la costa marroquí del Sáhara,
que terminó en la incautación de 2,6 toneladas de cocaína sudamericana, acrecentó
la preocupación de los gobiernos europeos por la mayor actividad de
organizaciones del narcotráfico en la región.
A
principio del corriente mes de diciembre, la Dirección General de Seguridad del
Territorio (DGST) de Marruecos y la Policía Nacional de España llevaron a cabo
un operativo conjunto contra las mafias del narcotráfico que comercializan
cocaína sudamericana, a través de África y con destino final en Europa.
La
operación permitió la captura de un embarque de 2.575 kilogramos de cocaína que
se encontraba a bordo de un pesquero marroquí que operaba en aguas de este país
frente a la ciudad de Dakhla, en la costa del Sáhara. También resultaron
detenidas 18 personas en Marruecos y seis en España, entre estas últimas, un
funcionario perteneciente a la oficina comercial de Colombia en Madrid.
La
organización de narcotraficantes tenía un marcado carácter internacional debido
a que sus operaciones abarcaban tres continentes. Además, estaba constituida
por individuos pertenecientes a las FARC, mexicanos del Cartel de Sinaloa,
narcotraficantes gallegos y marroquíes que traficaban con drogas desde Surinam.
La
organización criminal desarticulada poseía gran capacidad económica y logística
que le permitía operar con un abundante despliegue de medios, en especial
barcos, para traficar cocaína por vía marítima, realizando trasbordos empleando
hasta tres o cuatro embarcaciones en forma simultánea.
En
este caso, la droga arribó a la zona del Golfo de Guinea en una embarcación
sudamericana, siguiendo lo que la DEA estadounidense denomina la “Highway 10”, en referencia al paralelo
10, al norte de la línea del Ecuador. La ruta más corta que cruza el Atlántico
y que usualmente emplean los narcotraficantes latinoamericanos para trasladar
drogas de Colombia, Surinam o Brasil a las costas de Guinea y Guinea Bissau.
En el
Golfo de Guinea, la droga fue trasbordada a un pesquero marroquí que navegó
recorriendo las costas de Mauritania y Marruecos con rumbo a España. El
pesquero fue interceptado por dos lanchas patrulleras y un helicóptero
marroquíes frente a las costas de la ciudad turística de Dakhla. Al abordarlo
las autoridades encontraron el cargamento de drogas, diez mil euros y diversa
documentación.
Este
operativo exitoso es una confirmación de que las rutas del narcotráfico operan
activamente a través de África. Desde hace dos décadas los carteles
sudamericanos de la droga han consolidado gradualmente la “ruta africana” para sus embarques con destino a Europa. Esto
implicó el abandono de la “ruta del mar
del Norte”, en el Atlántico, debido a las duras condiciones climáticas en
ese mar y la “ruta mediterránea” por
estar mucho más controlada, en especial en el Estrecho de Gibraltar.
Los
carteles funcionan como empresas comerciales y van adaptando sus estrategias a
las circunstancias. Hoy estas favorecen a la ruta que pasa por el África
Occidental.
Si
bien las rutas africanas de la droga no son un fenómeno nuevo, la creciente
preocupación por controlar estas rutas llega de la mano del incremento de los
volúmenes -se estima entre 35 y 45 toneladas de drogas anuales-, que llegan a
Europa a través de ellas y de los cada vez más fluidos vínculos entre
narcotraficantes, milicias separatistas y grupos del terrorismo yihadista.
Según
estimaciones de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
(ONUDD), la cocaína traficada a través de África Occidental alcanza un valor de
dos mil millones de dólares anuales, mucho más que el PBI de algunos países de
la región.
Según
opinión de Pierre Lapaque, representante regional de la ONUDD para África
Occidental, el continente africano ofrece grandes facilidades para el accionar
de los carteles de la droga. Allí hay Estados Fallidos con escaso o nulo
control territorial, extensas fronteras desérticas, fuerzas de aplicación de la
ley escasamente profesionales y capacitadas, altos niveles de corrupción
gubernamental y proliferación de grupos armados necesitados de financiamiento,
etc.
Como ocurre siempre que un país o una región se convierte en zona de tránsito de la
droga, una parte sustancial de la misma se comercializa en el lugar para
financiar la operación de traslado de la misma y al mismo tiempo ampliar el
mercado de consumo local.
“África está destinada a convertirse en el mercado a
futuro para las drogas sudamericanas”-
asegura Pierre Lapaque.
Explicando
su afirmación, el funcionario francés de la ONUDD con sede en Dakar explicó:
“El perfil del consumidor de drogas es el de un hombre de 25 años o menos.
Ahora que los mercados estadounidense, canadiense y europeo están completamente
saturados, los beneficios y el crecimiento son limitados, y a los
narcotraficantes les cuesta cada vez más encontrar compradores potenciales. Así
que han tenido que buscar en otros lugares en busca de mercados incipientes. En
el futuro, el negocio de la droga se desarrollará en zonas donde una gran parte
de la población tiene 25 o menos años y cuyo poder adquisitivo ha crecido. Así
que están apuntando a África. Hoy, la mitad de la población que vive en África
tiene menos de 25 años. Y teniendo en cuenta que se trata de un mercado
emergente, el consumismo ha aumentado tanto como el acceso a las drogas
ilegales. Es un mercado económico con un potencial descomunal; parece evidente
que África podría convertirse en el mercado del futuro para las drogas
ilegales.”
En
opinión del jefe de la oficina regional de la OUNDD, todos los grupos armados
que operan en la región: AQMI, Daesh, Frente Polisario, Ansar Al Dine, Al
Mourabitoun, etc.; están implicados de una forma u otra y a distintos niveles
con las actividades del narcotráfico.
Una
muestra de la creciente preocupación por la expansión del narcotráfico en
África Occidental, son las declaraciones efectuadas por la ministro de
Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, afirmando que “servicios de inteligencia de otras naciones nos confirmaron que los
grupos del narcotráfico pagan peaje a los grupos terroristas africanos para
llevar a cabo sus operaciones de tráfico a través del territorio sujeto a su
control.”
Esperemos
que las autoridades, al tomar conocimiento de la expansión de esta actividad
criminal, actúen en consecuencia para controlar la cada vez más importante
autopista del narcotráfico a través de África.
En
especial, para impedir que los grupos separatistas y terroristas se fortalezcan
con los cada vez más prósperos negocios del narcotráfico en la región.
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