La decisión de Nicolás
Maduro de endurecer el carácter dictatorial del régimen abandonando toda
simulación de democracia impulsa a la oposición hacia la resistencia pasiva y
pone al país al borde la guerra civil.
ADIOS AL REFERENDUM REVOCATORIO
Tal
como se temía, el presidente Nicolás Maduro no ha dudado en apelar a la dictadura
para mantener al chavismo en el poder
Después
de incontables e injustificados retrasos y de todas las triquiñuelas posibles,
el chavismo ha decidido abandonar todas las formas democráticas y paralizar el
referéndum revocatorio acusando de fraude a la oposición.
La
decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de suspender la recolección de
firmas para el referéndum y la arbitraria e ilegal prohibición gubernamental de
salir del país impuesta a ocho dirigentes opositores -entre los que figuran el
ex candidato presidencial y actual gobernador del Estado de Miranda Henrique
Capriles y de Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la coalición opositora
Mesa de Unidad Democrática- es considerado un verdadero golpe de Estado tanto
por la oposición venezolana como por los observadores internacionales.
La
decisión de Maduro ha provocado la alerta generalizada en la región.
Inmediatamente, doce de los treinta y cinco países miembros de la Organización
de Estados Americanos -Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica,
Estados Unidos, Honduras, Guatemala, México, Perú y Uruguay- expresaron en un
comunicado “su profunda preocupación por
la decisión adoptada por el CNE de postergar el proceso de recolección del 20%
del padrón electoral requerido para activar el referéndum revocatorio”.
Agregando
que: “La decisión del Poder Judicial de prohibir la salida del territorio
venezolano de los principales líderes de la oposición de ese país afecta la
posibilidad de establecer un proceso de diálogo entre el Gobierno y la
oposición que permita una salida pacífica a la crítica situación que atraviesa
esa hermana nación.”
Algo
similar expresó el Secretario General de la OEA, Luis Almagro al twittear: “Sólo las dictaduras despojan a sus
ciudadanos de derechos, desconocen al Legislativo y tienen presos políticos. Es
hora de tomar acciones concretas”.
En
tanto, el ex jefe de Gobierno español, el socialista Felipe González aseveró
que Maduro quiere evitar que el pueblo se pronuncie en una elección. Por su
parte, el presidente de la Conferencia Episcopal venezolana, monseñor Diego
Padrón, opinó que la decisión del CNE es “un
duro golpe” y “una falta de respeto a
la voluntad del pueblo”.
UNA CRISIS GENERALIZADA
Las
filas de la oposición venezolana se ven continuamente engrosadas por el
descontento que provocan la corrupción generalizada, la hiperinflación y el
desabastecimiento extremo.
Recientemente,
un estudio que compara la experiencia ciudadana en lo referente al Estado de
derecho en 113 países del mundo colocó a Venezuela en el último lugar, incluso
por debajo de Afganistán. El índice de 2016 elaborado por la organización
estadounidense World Justice Proyect (WJP) evalúa el desempeño de las
diferentes naciones en temáticas como corrupción, el gobierno abierto, derechos
fundamentales, orden y seguridad, así como justicia criminal y civil.
Venezuela
parece estar gobernada por una camarilla criminal dispuesta a todo. El actual
ministro de Interior, Nelson Reverol, figura en una lista de la DEA por narcotráfico.
Y ya hay dos sobrinos de Maduro presos en Nueva York por el mismo delito.
Incluso se habla de que el narcotráfico en el país caribeño es manejado por el
llamado “Cartel de los Soles”
integrados por altos mandos de las fuerzas armadas.
La
crisis económica provocada por el desabastecimiento y una inflación del 475%
erosiona rápidamente el apoyo que antes recibía el gobierno.
En
Venezuela el empobrecimiento generalizado prácticamente suprimió a las clases
sociales. Los sectores medios que al momento en que Hugo Chávez llego a la
presidencia constituían un tercio de la población han desaparecido. Actualmente
el 75% de la población vive en la pobreza sin perspectivas de superar esa
situación.
Según
la Encuesta sobre Condiciones de Vida de Venezuela, la población según sus
ingresos se divide en: 28% (más de ocho millones de personas) viven en la “pobreza
extrema”, el 19% son “pobres” y el 34% se consideran “nuevos pobres”. Se estima
que sólo el 19% de los venezolanos tienen sus necesidades básicas satisfechas.
Según
los analistas del Fondo Monetario Internacional, en su estudio Perspectivas de
la Economía Mundial, Venezuela tendrá la economía con peor desempeño de los 190
países relevados en 2016. Su mercado se retraerá un 8% por encima de otras
débiles economías mundiales como Sudán del Sur o Guinea Ecuatorial.
Incluso,
la principal fuente de ingresos del país, la empresa petrolera Pdvsa se
encuentra en riesgo de quiebra sin poder renovar al menos el 50% de sus bonos
que vencen en 2017.
El
desabastecimiento generalizado ha llevado a que la mayoría de los venezolanos
realicen tan sólo una comida al día. También faltan medicamentos básicos,
antibióticos, analgésicos, remedios para tratar la hipertensión y la diabetes.
La
carencia alucinante de productos básicos generó un lucrativo mercado negro que
es operado por figuras claves del gobierno y las fuerzas armadas. Uno de los
negocios más lucrativos es el contrabando de combustible subsidiado que se
lleva a Brasil y Colombia a cambio de productos básicos.
LA HORA DE LA RESISTENCIA CIVIL
En
este contexto la oposición, al ver cerrada la posibilidad de desalojar a Maduro
y la camarilla chavista del poder por medios democráticos y pacíficos, se ve
obligada a radicalizar sus métodos de protesta antes de que la dictadura se
consolide.
Henrique
Capriles ha calificado las recientes medidas del régimen chavista de ser un
auténtico golpe de Estado. Toda la oposición parece estar unida en un mismo
propósito. En una ofensiva que incluye una sesión extraordinaria hoy para
discutir si Maduro al viajar sin autorización del Parlamento fuera del país ha
hecho abandono de su cargo, la petición a la Organización de Estados Americanos
para que aplique la Carta Democrática
Interamericana a Venezuela; y en tercer término una campaña de protestas
callejeras que culminará el próximo miércoles 26 con una protesta generalizada
que han denominado la “Toma de Venezuela”.
Aunque
la oposición insiste que está ejerciendo la resistencia pasiva y pacífica,
parecen estar dadas todas las condiciones para que la situación derive en una
abierta confrontación entre el régimen chavista y la oposición que amenaza
ensangrentar a Venezuela.
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