Agradezco a la
Doctora Graciela L. Cosentino que me permita reproducir en este Blog su
intervención del miércoles 4 de octubre de 2016 ante la 4ta. Comisión de Naciones Unidas sobre el proceso de descolonización en el Sáhara.
Señor Presidente,
Tal como es bien conocido el Frente Polisario retiene
contra su voluntad un número indeterminado de población saharaui en los
campamentos de Tinduf. La mayoría de ellos son niños.
Estos niños constituyen una cuarta generación de una población
que enfrenta una situación social y medioambiental
extrema. La mayoría de ellos son forzados a vivir en tiendas, sin agua
corriente o cloacas en medio de una zona militarizada y siempre potencialmente
en riesgo de guerra.
Estos menores, Señor Presidente, sufren privaciones
materiales, acceso restringido a la educación, tensión constante y violencia.
Un tercio de ellos padece anemia y otras enfermedades que afectan su desarrollo
cognitivo, social y físico. Unicef ha establecido claramente que cuando los
niños viven en un contexto de tales características corren el riesgo de que se
les dañe el desarrollo cerebral.
Señor Presidente,
El Frente Polisario no duda en emplear a los niños
como elementos de propaganda. Las campañas anuales de "Vacaciones en Paz”
no tienen otro propósito. Anualmente, los niños de los campamentos involucrados
en ese Programa son sometidos al impacto cultural traumático de dejar su
entorno familiar para someterse a la convivencia con extraños en un ámbito
desconocido. Los dirigentes del Polisario saben que algunos de estos niños
serán retenidos, bajo cualquier escusa, por los hogares de acogida y que
probablemente nunca retornen al seno de sus familias.
En los casos en que surgen auténticos lazos de afecto
entre el niño y la familia de acogida, los dirigentes polisarios emplean dicho
vínculo para obtener ventajas materiales y políticas de los padres de acogida.
La opinión
pública internacional está indignada por el fenómeno creciente de las jóvenes
saharauis secuestradas en los campamentos de Tinduf que superaron 150 casos
según las ONG españolas. Estas mujeres son forzadas a subir, por fines
políticos y propagandistas, la misma suerte de sus madres y sus abuelas. Entre
esas víctimas de “Vacaciones en Paz”, se encuentran Maâloma Morales de 22 años,
Darya Embarek Selma de 26 años y Najiba Mohamed Kacem de 24 años.
Señor Presidente,
Otros niños padecen una suerte aún peor. El Frente
Polisario viola el Estatuto de la Corte Penal Internacional al transformar a
los niños, desde la más tierna edad, en “soldados”. En los campamentos la
“militarización” y el adoctrinamiento político comienza en la infancia, para
convertir a los niños en potenciales combatientes.
Otros niños son totalmente apartados de sus familias y
enviados a Cuba para su adoctrinamiento. En la mayoría de los casos permanecen
allí por una década o más tiempo aún apartados de sus afectos y su cultura.
A las niñas no les aguarda un destino mejor. Al
arribar a la pubertad son obligadas a contraer matrimonio con hombres adultos a
quienes no suelen conocer hasta el momento de su boda. Esas niñas sometidas en
muchos a aberrantes prácticas de mutilación
genital y de esclavitud por ser descendientes de familias pobres o de color
tales como atesta el ACNUR.
Señor Presidente,
Por lo expuesto, solicito a esta Honorable Comisión
que exhorte enérgicamente la celebración de un censo de la población de los
campamentos de Tinduf para llegar a determinar el número exacto de los niños
que habitan en el desierto argelino y denunciar
las condiciones sanitarias y sociales en que viven.
Al mismo tiempo que exija al Frente Polisario, y al
gobierno de Argelia como país receptor el cumplimiento, en esos campamentos, de
la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y en especial del
Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a
la participación de niños en conflictos armados.
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