LA
MAFIA INTERNACIONAL
También la
globalización ha tenido incidencia en el ámbito delincuencial. En las dos
últimas décadas se hizo evidente que las organizaciones criminales
incrementaban sus actividades más allá de las fronteras nacionales. La
tendencia parece haberse acelerado a partir de las fabulosas ganancias
generadas por el narcotráfico. Y se consolidaron cuando se sumaron al negocio
las organizaciones criminales de los antiguos países comunistas enriquecidas en
el proceso de transición a la democracia capitalista.
Hoy asistimos al
desarrollo de una "mafia
internacional" que explota tanto las actividades criminales
tradicionales -extorsión, juego, prostitución, contrabando- como nuevos delitos
–comercio de material nuclear, contrabando de órganos humanos, tráfico de seres
humanos, falsificación de productos de marca o robo de secretos industriales-.
Quizás quien mejor
ha definido este problema fue el entonces Secretario General de las Naciones
Unidas, Butros Gali. Al hablar en la apertura de la "Primera Conferencia de Naciones Unidas sobre el Delincuencia
Transnacional Organizada", que tuvo lugar en la ciudad de
Nápoles entre el 21 y el 23 de noviembre de 1994, Butros Gali afirmó que "El crimen organizado tiende hoy a
adquirir un carácter impersonal y anónimo. Avalándose en las nuevas tecnologías
se está convirtiendo en una fuerza universal y sus grupos en verdaderas
multinacionales del crimen"... "La caída de los regímenes comunistas
y la fragmentación de la Unión Soviética, la decadencia de las instituciones en
los países en vías de desarrollo, la pérdida de consistencia del tejido social
y la marginación en las sociedades desarrolladas han permitido el rápido
crecimiento de las mafias a nivel internacional".
"Todo ello hace que el crimen organizado engangrene el mundo de los
negocios, corrompa a la clase política, amenace el derecho de las personas,
debilite la credibilidad de las instituciones y mine la vida democrática de la
sociedad".[i]
Es por ello que 124
países suscribieron la “Convención de las Naciones Unidas contra el Crimen
Organizado Transnacional” durante una conferencia realizada entre el 12 y 15 de diciembre del
2000 en la localidad italiana de Palermo. Dicha convención fue concebida para
permitir a los gobierno prevenir y combatir a la mafia global con más eficacia
mediante un conjunto de instrumentos de técnicas legales penales y la
colaboración internacional.
Ninguna convención
de las Naciones Unidas ha tenido jamás tantos signatarios inmediatamente
después de quedar abierta a la firma.
El acuerdo demanda
que los estados miembros declaren ilegales algunas de las formas delictivas más
frecuentemente utilizadas por los grupos criminales organizados. Entre las
cuales figuran la obstrucción de justicia, el lavado de dinero, la corrupción
de funcionarios públicos y la asociación ilícita.[ii]
La convención cuenta
con tres protocolos cada uno de los cuales se concentra en un tipo
particularmente peligroso de actividad criminal organizada para la cual la
coordinación de los esfuerzos internacionales es esencial. Estos protocolos
están destinados a:
§ Combatir el tráfico
de personas.
§ La introducción
ilegal de migrantes.
§ La fabricación y
tráfico ilícito de armas de fuego.
La nueva convención
ofrece una estructura para la confiscación y decomiso de las ganancias del
crimen organizado y de la propiedad o el equipo empleado en actos delictivos.
Se incluyen a este respecto cláusulas especiales para la cooperación internacional,
una herramienta muy importante cuando se trata de recuperar bienes robados
mediante la corrupción y enviados al exterior.
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL
CRIMEN ORGANIZADO INTERNACIONAL
Una característica
destacada de las organizaciones criminales internacionales y que hace
particularmente difícil combatir su accionar es la base étnica que prima en la
conformación de los cuadros criminales. La Yakuza recluta únicamente japoneses,
al igual que las Tríadas chinas, y los Carteles mexicanos, o la mafia
siciliana. El carácter étnico los hace
casi invulnerables al empleo de agentes encubiertos por parte de las fuerzas de
aplicación de la ley.
La proximidad étnica
y hasta la vecindad barrial reduce la posibilidad de que un miembo se convierta
en “arrepentido” y colabore con las autoridades al saber que la organización
mafiosa conoce a sus familiares y otros seres queridos y que tomará venganza
sobre ellos si revela sus secretos. También fortalece los lazos entre sus
miembros y le brinda un componente adicional de seguridad a sus comunicaciones,
en especial porque sus miembros emplean en las conversaciones dialectos y/o
jergas en lugar de idiomas puros -siciliano en lugar de italiano, dialectos
cantoneses en lugar de chino mandarín, checheno o azerí en lugar de ruso, etc.-
Las organizaciones
criminales han alcanzado tal nivel de sofisticación y complejidad que cuentan
con verdaderos ejércitos privados, cuarteles y campamentos clandestinos. Sus
servicios de inteligencia son tan eficientes
como los de cualquier Estado desarrollado, mantienen sólidos vínculos
con el mundo político y se relacionan con bancos y empresas transnacionales.
Sus filas incluyen especialistas sumamente adiestrados –como antiguos miembros
de los organismos de inteligencia, ex integrantes de cuerpos de élite, pilotos,
expertos en informática, científicos o especialista operaciones financieras
internacionales- que son atraídos por las fabulosas ganancias que se obtienen
en la actividad ilegal.
Así como las
empresas multinacionales obtienen mayor poder e influencia mediante la adquisición
y asociación con otras compañías en el mundo de los negocios lícitos, los
grupos criminales entablan alianzas con sus homólogos de otros estados. Los
gobiernos han podido constatar que los traficantes de drogas colombianos se
vinculan con la N’drangheta de Calabria, Italia, y los grupos criminales de
Nigeria para concretar la distribución de sus productos en Europa eludiendo el
accionar de las autoridades europeas. Las ganancias provenientes de estos
ilícitos generalmente se legalizan en cuatro países diferentes, antes de ser
depositadas en su destino final: algún país de los denominados “paraíso
fiscal”.
Como puede
apreciarse las actividades legales e ilegales de la mafia global se proyectan
por el mundo entero, por lo tanto, cuando es eficazmente combatido en su país o
región simplemente traslada las operaciones a otro. Cuando un tipo de delito
deja de ser rentable sencillamente cambian de rubro. En gran medida las “empresas
criminales” muestran más dinamismo y poder de adaptación que sus homólogos
legales. Tienen mayor capacidad de supervivencia porque se adaptan más rápido y
mejor a los cambios.
Paradójicamente, el
accionar de las fuerzas de seguridad contribuye ha hacer cada día más
eficientes a las organizaciones criminales. Las autoridades al desarticular
permanentemente las redes criminales y detener a muchos de sus miembros,
realiza una suerte de involuntaria “selección natural” depurando al
mundo criminal de sus elementos menos eficaces.
Para comprender más
acabadamente la naturaleza de la amenaza a la seguridad que implica el crimen
organizado transnacional, apelaremos a la opinión de Samuel Porteonus, analista
estratégico del Servicio de Inteligencia y Seguridad de Canadá –CSIS-. Este
experto considera que el crimen transnacional y sus actividades conexas
provocan los siguientes males:
q “Deterioran la
sociedad civil, los sistemas políticos y la soberanía de los estados
normalizando la violencia y el peculado e introduciendo el cáncer de la
corrupción en las estructuras políticas.
q Distorsionan
peligrosamente los mecanismo de mercado, incluida parte de la actividad
reguladora del gobierno, privando a consumidores y productores de los
beneficios de contar con sistemas económicos y comerciales justos, libres y
seguros. En casos extremos sectores económicos legítimos completos se ven
dislocados por un comercio basado en actividades ilegales, subvirtiendo las
lealtades al estado nacional y habituando a los individuos a operar fuera del
marco legal.
q Degradan los
ecosistemas evadiendo las normas en materia de cuidado del medio ambiente.
q Desestabilizan
países estratégicamente importantes y obstaculizan el avance de las economías
de transición y de las economías en desarrollo e interfieren también con los
objetivos nacionales en materia de política exterior y con el sistema
internacional.
DEFINIENDO
A UNA AMENAZA
Muchas actividades criminales implican la participación de
más de dos personas y, constituyen de alguna manera una actividad cooperativa
entre varias personas con propósitos criminales. De modo que son una suerte de “crimen
organizado”. En consecuencia, resulta muy difícil establecer los límites
entre el “crimen organizado transnacional” y otras formas criminales locales o
nacionales, más o menos organizadas.
Comenzaremos precisando que la delincuencia organizada
transnacional es un fenómeno que se ha generalizado en las últimas décadas del
siglo XX. La expresión comenzó a ser utilizada por la Rama de Prevención del
Delito y Justicia Penal de Naciones Unidas en el año 1975. No obstante,
diversos ordenamientos legales nacionales han penado en forma específica al
crimen organizado:
El código penal del Estado de California en los Estados
Unidos, por ejemplo, lo define en la siguiente forma: “Crimen organizado
consiste en dos o más personas que, con un propósito de continuidad, se
involucran en una o más de las siguientes actividades:
a) la oferta de bienes ilegales y servicios, por ejemplo, el
vicio, la usura, etcétera, y
b) delitos de predación, por ejemplo, el robo, el atraco,
etcétera.
Diversos tipos específicos de actividad criminal se sitúan
dentro de la definición de crimen organizado. Estos tipos pueden ser agrupados
en cinco categorías generales:
1) Mafia: actividades criminales organizadas.
2) Operaciones viciosas: negocio continuado de suministrar
bienes y servicios ilegales, por ejemplo, drogas, prostitución, usura, juego.
3) Bandas de asaltantes – vendedores de artículos robados:
grupos que se organizan y se involucran continuadamente en un tipo concreto de
robo como proyectos de fraude, documentos fraudulentos, robos con allanamiento
de morada, robo de coches y secuestros de camiones y adquisición de bienes
robados.
4) Pandillas: grupos que hacen causa común para involucrarse
en actos ilegales.
5) Terroristas: grupos de individuos que se combinan para
cometer actos criminales espectaculares como el asesinato o el secuestro de
personas prominentes para erosionar la confianza del público en el gobierno
establecido por razones políticas o para vengar por algún agravio.”[iv]
Mientras que el código penal alemán dice al respecto: “Crimen
organizado es la violación planificada de la ley al objeto de adquirir
beneficios económicos o poder, cuyos delitos son independientemente o en su
conjunto de especial gravedad y se llevan a cabo por más de dos participantes
que cooperan en el marco de un división laboral por un periodo de tipo
prolongado o indeterminado utilizando:
a) una división laboral por un periodo de tipo prolongado o
indeterminado utilizando
b) violencia u otros medios de intimidación,
c) influencia en la política, en los medios de comunicación,
en la administración pública, en el sistema de justicia y en la economía
legítima.”[v]
Existen también varias definiciones elaboradas por
organismos. Podemos comenzar citando la elaborada por la INTERPOL. Para este
organismo el crimen organizado transnacional es “Cualquier grupo que tiene
una estructura corporativa cuyo objetivo primario es obtener dinero a través de
las actividades ilegales y sobrevive a menudo en el miedo y la corrupción”.[vi]
En tanto que el Comité Especial de las Naciones Unidas para
elaborar la Convención Contra la Delincuencia Organizada Transnacional proponía
la siguiente definición: “Se entiende por grupo delictivo organizado, un
grupo estructurado, existente durante un período de tiempo y que tenga por fin
la comisión de un delito transnacional grave, mediante la acción concertada,
utilizando la intimidación, la violencia, la corrupción u otros medios, para
obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico u otro beneficio de
orden material”.[vii]
Naciones Unidas realiza una larga y compleja enumeración de
diversas actividades ilícitas que a criterio de los estados suscriptores de la
Convención para el Crimen Organizado Transnacional constituyen crimen
organizado:
a) “el tráfico ilícito de estupefacientes o sustancias
sicotrópicas y el blanqueo de dinero, tal como se definen en la Convención de
las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias
Sicotrópicas de 1998;
b) la trata de personas, tal como se define en el Convenio
para represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución
ajena de 1949;
c) la falsificación de dinero, tal como se define en el
Convenio internacional para la represión de la falsificación de moneda de 1929;
d) El tráfico ilícito o robo de objetos culturales, tal
como se definen en la Convención sobre medidas que deben adoptarse para
prohibir e impedir la importación, la exportación, la transferencia y propiedad
ilícita de bienes culturales de 1970 y la Convención sobre bienes culturales
robados o ilegalmente exportados de 1995 del Instituto Internacional para la
Unificación del Derecho Privado de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura;
e) el robo de material nuclear, uso indebido o la amenaza
de uso indebido en perjuicio de la población, tal como se define en la
Convención sobre la protección física de los materiales nucleares de 1980;
f) los actos terroristas.
g) el tráfico ilícito o el robo de armas y materiales o
dispositivos explosivos;
h) el tráfico ilícito o el robo de vehículos automotores;
i) la corrupción de funcionarios públicos”.[viii]
Por último, para la Unión Europea: “Existe criminalidad
organizada cada vez que más de dos personas están implicadas en un proyecto
criminal, a lo largo de un período indeterminado de tiempo, con el objetivo de
obtener poder y beneficios, y por el cual el asociado asume funciones en el
seno de la organización:
a) Por medio de actividades comerciales conexas.
b) Recurriendo a la violencia u otros medios de intimidación.
c) Ejerciendo influencia sobre los medios políticos, judiciales,
de comunicación, económicos.
Ello si fuera necesario para cometer delitos que, desde un
punto de vista individual o colectivo, son considerados como infracciones
penales graves”.[ix]
Pero no sólo los organismos internacionales han intentado
definir al crimen organizado, para especialistas como Alfredo Nunzi con esta
expresión se “identifica al fenómeno criminal que trasciende las fronteras
internacionales, y que transgrede las leyes de diversos Estados, o que tienen
un impacto sobre otro país. En resumen se hace referencia a la actividad
delictiva que se extiende dentro de distintos países violando sus respectivas
legislaciones”[x]
En tanto que Juan Miranda nos propone una más amplia
definición: “es una actividad criminal de naturaleza seria cometida
de manera planificada con un propósito de ganancia; involucra una continuidad
empresarial con una división de trabajo estructurada jerárquicamente, que
incluye sanciones y acciones disciplinarias; requiere el uso directo o
indirecto de la violencia y la intimidación; y el ejercicio de la influencia
sobre, o la corrupción de, varios oficiales del gobierno o de la estructura
social así como líderes de opinión”.[xi]
MAFIA Y CORRUPCIÓN
La "mafia global"
desarrolla su accionar no sólo con la tolerancia sino con la complicidad de los
gobiernos, al menos de quienes ocupan los más altos niveles de conducción de
los estados.
Para demostrar los
vínculos entre la mafia y la corrupción política bastaría con mencionar el caso
del general Manuel Antonio Noriega. Sus vínculos con el narcotráfico terminaron
por originar la invasión de Panamá por parte de las fuerzas de los EE. UU. y su
posterior condena a cadena perpetua por una corte criminal estadounidense. O el
del general Ochoa, quien menos afortunado que Noriega, terminó sus días frente
a un pelotón de fusilamiento en Cuba. Claro está que éstos no son los únicos
ejemplos. Un caso similar involucró al entonces presidente colombiano Ernesto
Samper Pizano, sospechado de haber recibió cinco millones de dólares del "Cartel de Calí" para
financiar su campaña presidencial en 1994. Las sospechas tuvieron tal entidad
que la Administración Clinton negó a Colombia la "certificación" de país que colabora en la lucha
contra el narcotráfico.
Según Transparencia
Internacional, Venezuela es uno de los países con mayor nivel de corrupción del
mundo. El Índice de Percepción de Corrupción 2013, elaborado por esta ONG,
Venezuela se ubicaba en el puesto 160 de los 177 países evaluados y en el
continente americano era superado en nivel de corrupción por Haití.
En Venezuela la
corrupción va de la mano del crimen organizado y el narcotráfico. Numerosos
altos mandos de las fuerzas armadas han sido acusados de traficar con cocaína
proveniente de las FARC.
Por ejemplo, el
general Hugo Carvajal, antiguo jefe de la inteligencia militar fue denunciado
por el gobierno de los Estados Unidos por liderar una organización de
narcotraficantes conocida como el “Cartel de los Soles” que involucra a otros
miembros del generalato venezolano, como N{estor Reverol actual Jefe de la
Guardia Nacional.
En julio de 2016,
dos sobrinos de la primera dama de Venezuela, Celia Flores, Francisco Flores
Freitas y Efraín Antonio Campo fueron detenidos en Puerto Príncipe, Haití, por
la polic{ia local y agentes de la Agencia para el Control de Drogas de los
Estados unidos (DEA) y trasladados a Nueva York para ser juzgados.
Los sobrinos de
Nicolás Maduro estaban involucrados en un plan para tratar de transportar
varias toneladas de cocaína desde Venezuela hasta Honduras en una ruta
destinada a introducirla en los Estados Unidos.
Los venezolanos se
involucraron con presuntos narcotraficantes mexicanos que en realidad eran
agentes encubiertos de la DEA.
Durante los
interrogatorios a que fueron sometidos en Nueva York, Campoos Flores reveló que
parte de las ganancias obtenidas del tráfico de cocaína estaban destinadas a
financiar la campaña electoral de su tía, la primera dama venezolana.[xii]
Y para que no se
piense que los vínculos entre mafiosos y políticos corruptos se reducen al
Tercer Mundo, puede mencionarse el caso de Giulio Andreotti en Italia. El
célebre político italiano, siete veces jefe de Gobierno se lo acusó de haber
intercambiado votos por protección política con los grupos mafiosos de su país.
Un análisis más
detallado de los vínculos entre estos sectores agregaría a la lista otros
países, donde la clase política estaría sospechada de mantener vínculos más o
menos estrechos con los grupos criminales. En esta lista sin duda figurarían
países como Rusia, Birmania y Paraguay, para mencionar tan sólo los casos más
notorios.
Los grupos
criminales en la etapa inicial de su desarrollo, durante la primeras décadas
del siglo XX, compraban la tolerancia de policías, jueces y/o autoridades
locales. Actualmente, la "mafia
global" para llevar adelante sus negocios financian a gobiernos
enteros corrompiendo a las principales figuras de la clase dirigente de los
países en que hacen pie.
NUEVAS FORMAS DE CRIMINALIDAD
Dicen Rabago y Nahy:
"Hasta ahora los campos de
acción de las mafias eran los tradicionales, es decir, la prostitución, el
tráfico de armas y las drogas, pero actualmente estos grupos se dedican también
al tráfico de tecnologías nucleares, reciclaje de dinero negro, comercio de
órganos e ingreso clandestino de ciudadanos extranjeros".[xiii]
Hasta hace pocas
décadas la criminalidad organizada circunscribía su accionar a rubros muy
específicos: la trata de blancas, el contrabando de artículos de consumo tales
como bebidas y cigarrillos, los juegos de azar prohibidos, la extorsión y/o
venta de protección y la comercialización de drogas y armas. Pero hoy,
siguiendo la misma tendencia económica de los grandes grupos financieros
transnacionales, ha diversificado sus actividades. Actualmente la mafia ha
entrado en actividades tales como tráfico de materiales nucleares, venta de
bebés, tráfico de inmigrantes ilegales, tráfico de órganos para transplantes -los
cuales generalmente provienen de personas asesinadas para extraerles sus
órganos vitales, en la mayoría de los casos niños de los países del Tercer
Mundo-, comercio de especies animales y vegetales exóticos, robo y
falsificación de obras de arte y antigüedades, legalización de activos
financieros -blanqueo de dinero-, robo de automóviles a escala internacional,
falsificación de productos farmacéuticos, al mismo tiempo que mantienen
estrechas vinculaciones con diversos grupos terroristas.
Algunas de las
nuevas actividades delictivas desarrolladas por la “mafia global” pasan incluso desapercibidas por el gran
público. Se trata de actividades “semilegales”,
para el desarrollo de las cuales los grupos criminales en ocasiones cuentan
incluso con la colaboración de ciertos gobiernos o funcionarios. El ejemplo más
claro que ilustra sobre este tipo de actividades criminales es el comercio de
productos falsificados de costosas marcas internacionales.
Según un informe
elaborado en enero de 1996 por la cadena televisiva internacional de la
Comunidad Europea, “Euronews”,
el tráfico de productos falsificados comprende el cinco por ciento de todo el
comercio internacional. En general se trata de productos falsificados del más
diverso tipo. Desde perfumes hasta programas de computación y desde relojes de
lujo a productos de marroquinería. Todos estos productos adulterados tienen en
común el ser copias exactas, pero falsas, de productos originales
comercializados a muy alto precio por las principales marcas internacionales:
Rolex, Microsoft, Dior, Chanel, etc.
Las falsificaciones
suelen fabricarse en países del Tercer Mundo -en especial de China y otros
estados del Sudeste Asiático- donde la mano de obra es muy económica y donde
los gobiernos preocupados por obtener un acelerado crecimiento económico, son
tolerantes con las nuevas industrias. El rol de las mafias internacionales en
esta “industria” suele
comprender dos campos muy definidos. Por un lado, la realización de tareas de “espionaje
industrial” destinadas a la obtención de los originales a ser falsificados.
En especial ciertos productos que son falsificados aún antes de que el original
sea lanzado al mercado. Esto provoca inumerables perjuicios a quienes han
realizado grandes inversiones en el desarrollo de dicho producto. Un claro ejemplo de ellos se produce en el
campo del video, la música y los programas de computación. Algunos grupos
mafiosos logran robar películas cinematográficas, que luego llegan al mercado
clandestino del video, antes de su extremo comercial en las salas cine. En
estos casos, los delincuentes obtienen copias sustraídas de los estudios de
filmación o de los laboratorios fílmicos donde son procesadas.
Por otro lado, los
mafiosos intervienen especialmente a la hora de introducir las copias en los
mercados consumidores -muchas veces de contrabando- y en la comercialización
clandestina de estos productos.
La actividad de la
mafia en este campo se ve facilitada por la diversidad en la legislación penal
de un país a otro y hasta en la tolerancia de las autoridades nacionales. Así,
países como Francia o los Estados Unidos persiguen ferozmente los productos
adulterados. Incluso aplican medidas extremas, tales como la incautación de los
productos falsificacados en poder de “usuarios
de buena fe”. Las autoridades de países como Italia, Paraguay,
Argentina o Rusia permiten la libre comercialización de estos mercancias, sin
establecer mayores diferencias entre el
producto original y el falsificado.
En Moscú, por
ejemplo, todos los domingos en el parque Filioski se reúne un mercado informal
donde cientos de improvisados comerciantes ofrecen libremente copias falsas de
discos compactos, cassettes, CD Roms y programas de computación. Allí es
posible obtener una copia exacta de un disco compacto de reciente edición por
un costo inferior a los tres dólares estadounidenses y un CD Rom con la copia
de una sofisticada enciclopedia interactiva por sólo cinco dólares.
Este fenómeno
también se produce en América Latina. Recientemente un informe realizado por la
“Alianza de la Propiedad Intelectual
Internacional”, consignaba que las empresas estadounidenses habían
perdido más de novecientos millones de dólares en 1995 como producto de la “piratería” de videos, grabaciones musicales, programas de computadoras y
libros, tan sólo en los países de América Latina.[xiv]
En la Argentina,
según un informe dado a conocer en febrero de 2005 por la Cámara Argentina
de Comercio, la recaudación por la venta de mercadería falsificada llega
9.540 millones de pesos –unos 3.180 millones de dólares- con una pérdida para
el fisco por subfacturación de 1.400 millones de pesos – aproximadamente 467
millones de dólares-. Tan sólo en la ciudad de Buenos Aires el comercio de productos
falsificados alcanza a 1.046 millones de pesos –60 millones de dólares-.
El informe estima
que la ganacia en esta actividad, que implica la comercialización de réplicas
de artículos de marca ingresados ilegalmente al país, venta ilegal –generalmente
realizada informalmente en la vía pública- y la producción local de copias
ilegales, es del 1.000 por ciento. La mayoría de los talleres clandestinos se
encuentran en las villas miseria y en barrios obreros del Gran Buenos Aires.[xv]
La piratería de productos
de marca ha alcanzado tal dimensión que los Estados Unidos amenazaron a China
con sanciones económicas si continúa violando el tratado que sobre protección
de los derechos de propiedad intelectual que suscribieron ambos países en 1995.
El consumidor que
tiene adquiere un producto de marca falsificado, con el desembolso de una suma
inferior al diez por ciento de lo que pagaría por el original, no advierte que
esta contribuyendo a la difusión del crimen organizado. Pero, los grupos
criminales reinvierten parte de las ganancias obtenidas con la venta de
productos falsificados en otras actividades criminales más repudiables aún.
Tampoco parecen comprenderlo las autoridades de los países que toleran dicho
comercio.
La posición de un
Estado en este tema suele variar por el hecho de que las firmas afectadas sean
propiedad de dicho país o de otro. En el segundo caso los gobiernos se muestran
más proclives a dar preferencia a los intereses de sus consumidores que se ven
favorecidos con la posibilidad de obtener productos costosos a un precio muy
reducido.
Esta paradoja ha
llevado a que ciertos expertos dijeran que el tráfico de productos falsificados
es una actividad criminal tan lucrativa como el comercio de estupefacientes,
pero mucho menos riesgosa.
Algo similar ocurre
con el tráfico de especies animales y vegetales exóticas. Algunos datos
ilustran sobre la dimensión de esta actividad criminal:
·
Más de cincuenta millones de primates son capturados
anualmente y utilizados en laboratorios de investigación -los menos- o como
animales de compañía.
·
Diez millones de pieles de reptil se destinan a la
confección de zapatos, bolsos u otros productos de lujo. Una parte de los
reptiles tiene más suerte y terminan sus días en terrarios particulares como
exóticos animales de compañía.
·
Cinco millones de aves son capturadas con destino a los
salones de casas de países desarrollados, restaurantes de lujo y coleccionistas
privados.
·
Unos quince millones de pieles de mamífero -nutrias,
felinos, etc- engrosan cada año lujosas peleterías en Estados Unidos, Japón y
Europa.
·
Cerca de 250 millones de ranas -sobre todo, ranas toro- son
capturadas en sus hábitats naturales con destino a restaurantes.
·
Entre 350 y 600 millones de peces ornamentales son
capturados para abastecer acuarios y peceras en todo el mundo.
·
Ocho millones de cactus son recogidos clandestinamente. Su
destino son hogares de los países desarrollados.
·
Casi nueve millones de orquídeas y flores de los bosques
tropicales son recolectadas con destino a los países occidentales.
·
Más de dos toneladas de coral se convierten anualmente en
ornamentos y objetos decorativos.
Es lógico que quien
compra un pez ornamental u otro animal exótico para sus hijos en modo alguno
puede comprender que está indirectamente vinculándose con las actividades de la
mafia internacional y esto contribuye a facilitar el desarrollo de estos
delitos.
Cabe mencionar que
el problema del tráfico ilícito de especies animales y vegetales exóticas ha
tomado en las últimas décadas tal dimensión que en 1973 se firmó el “Convención
Internacional sobre el Comercio de Especies en Peligro” -CITES,
según sus siglas en inglés-. Hoy suscriben 126 estados -entre ellos la
República Argentina- destinado a controlar este problema, pero que en la
práctica ha tenido poca eficacia.
El más claro ejemplo
de la ineficacia de la CITES se produce con la comercialización del marfil. La
convención sólo permite la venta de objetos fabricados con marfil antes de
1990. China ha sido, desde mediados de la década de los años noventa, el mayor importador
de marfil ilegal del mundo, la mayoría procede del continente africano. En
2008, China adquirió legalmente 65,8 toneladas de marfil africano. Se calcula
que entre 1979 y 1989 el continente africano perdió la mitad de su población de
elefantes debido a la caza furtiva.
“El precio del
marfil ha subido debido a un incremento de la demanda”, la economía china va
bien y el poder adquisitivo ha aumentado”, afirma Nigel Hunter, director del
Programa MIKE, encargado de evaluar la población y las matanzas ilegales de
elefantes. Un colmillo grande puede alcanzar un precio de U$S 6.000.-, el equivalente
a diez años de salario de un obrero keniano no calificado.[xvi]
Los países africanos
más involucrados en la exportación ilegal de marfil son la República
Democrática del Congo, Sudán, la República Centroafricana , Kenya y Chad. El
número de elefantes en el Parque Nacional de Gramba, en el extremo nordeste de
la República Democrática del Congo, en la frontera con Sudán, ha pasado de
11.000 ejemplares, en 1995, a 1.453 en 2003, debido a la impunidad con que la
caza ilegal se practica en el país, según datos del Fondo Internacional para el
Bienestar de los Animales. En Sudán son los miembros del Ejército quienes matan
a los elefantes con sus armas de fuego y utilizan posteriormente vehículos
militares para transportar el marfil ilegal, tal como afirma Esmond Martín de
la organización ecologista “Care for Wild International”.[xvii]
El crimen
organizado, al incursionar en nuevos campos de actividad, no descuida sus actividades tradicionales. Hemos
visto que la mitad de sus ganancias anuales provienen del narcotráfico. Luego,
en orden de importancia, le sigue el tráfico de armas. Al respecto cabe
mencionar que esta última actividad ha cobrado nuevo impulso desde la caída del
Muro de Berlín. Inicialmente se pensó que el fin de la Guerra Fría traería una paz
generalizada, pronto se vio que esto no era así. No sólo no desaparecieron
muchos de los conflictos bélicos anteriores -como Afganistán, Sudán y las
actividades terroristas-, sino que surgieron nuevas áreas de tensión: Nagorno -
Karabak, entre Armenia y Azerbaiján, Chechenia, Irak, Siria, Libia, etc. Todas
ellas mercados potenciales para el tráfico de armas.
Por otra parte, la
desaparición del Pacto de Varsovia
distendió el control de grandes arsenales de material bélico de origen
soviético. En algunos casos estos armamentos son sólo soviéticos en su diseño.
Se trata de armas fabricadas en otros países del antiguo Bloque Socialista.
Los países de poseen
dichos arsenales tiene serios problemas económicos que se conjugan con un clima
generalizado de corrupción y aumento de la criminalidad. Estos países al
ingresar a la OTAN deben modificar la doctrina y el equipamiento de sus Fuerzas
Armadas para adaptarlos a los standeres de la alianza atlántica. Por lo cual se
ven obligados a descartar sus antiguos armamentos.
En otras palabras,
en Europa Oriental hay disponibles grandes arsenales de armas modernas
sumamente sofisticadas. Ellas pueden ser comercializadas por sus poseedores a
precios extremadamente bajos y sin hacer muchas preguntas sobre su destino
final.
En consecuencia, es
lógico que esta "oportunidad
histórica" sea aprovechada por los canales internacionales del
tráfico de armas aceleradamente tonificados por este flujo de "mercancías" de alta
calidad a bajo precio. ¿Alguien puede sorprenderse entonces que los
narcotraficantes brasileños diriman sus conflictos en las favelas cariocas con
fusiles de asalto Kalashnikov?
Tampoco puede
sorprendernos que algo similar ocurra con el tráfico de material nuclear. Los
hechos prueban que los temores de los expertos, que advertían sobre la
existencia de un creciente flujo de material nuclear, estaban fundados. Las
existencias de uranio en los países de la ex URSS están en peligro constante de
robo y venta ilegal. Así se hacien accesibles para gobiernos dictatoriales o
incluso para grupos terroristas capaces de fabricar bombas atómicas de bolsillo
que podrían volar manzanas enteras de una ciudad.
Hasta hace un
tiempo, las historias de este tipo parecían una fantasía. Hasta la industria de
Hollywood vio el potencial que el tema tenía. Sin embargo, esas historias se
han revelado como ciertas y repetidas.
En agosto de 1994,
la policía de Hungría detuvo a dos hombres mientras intentaban vender dos
kilogramos de uranio en un estacionamiento al modesto precio de 80.000 dólares.
Ese fue el cuarto incidente similar que se produjo en Hungría en cuatro años.
Poco tiempo después,
Rusia se comprometió a suscribir un tratado internacional destinado a compartir
información que permitiera combatir el tráfico de materiales radioactivos. En
abril de 1996, el Grupo de los Siete principales países industrializados se
reunió en Moscú y el Kremlin; una vez más se comprometió a llevar a cabo una
cooperación sin precedentes en el tema. El acuerdo garantizaba mayores medidas
de seguridad alrededor de las instalaciones atómicas del país, una mejora en
los sistemas de contabilidad del material nuclear y el establecimiento de
cooperación en inteligencia. Moscú estaba obligada a aceptar los pedidos del
G-7 si es que aspiraba a obtener ayuda financiera del grupo. Para esa época ya
se habían denunciado al menos seis robos de uranio enriquecido o plutonio en
Rusia, los componentes básicos de una bomba atómica. Entre ellos, un resonante
caso de contrabando a través de Alemania que complicó a los agentes del BND -el
servicio de inteligencia alemán- residentes en España y que aún hoy es objeto
de una fuerte polémica legal.
Sin embargo, las
esperanzas quedaron rotas pronto. En noviembre de 1996, las autoridades
italianas interceptaron en el puerto de Brindisi una embarcación proveniente de
Albania en la que había cuatro kilogramos de mercurio líquido apto para
propósitos militares. Antes, en junio de 1995, un barco con uranio se había
hundido cerca de Otranto, en la costa italiana, y la policía había requisado
mercurio blanco en una embarcación proveniente de Vlore.
Pero la lista de
hechos delictivos no termina allí. En marzo de 1997, delincuentes albaneses
robaron diez contenedores de una instalación militar en Fier, cerca de la
capital Tirana y en noviembre de ese año, la policía de Rumania detuvo en el
centro de Bucarest a un grupo de hombres - dos rumanos y dos moldavos- que se
habían apoderado de 600 gramos de uranio, 235 en pastillas por valor de 600.000
dólares e intentaban comercializarlas.[xviii]
No obstante, el caso
que mejor ilustra sobre cómo operan en forma coordinada las distintas
organizaciones del crimen transnacional se puso de manifiesto el 20 de marzo de
1988, cuando las autoridades italianas detuvieron a Salvatore Tringale, miembro
del clan mafioso de los Santapaola perteneciente a la mafia romana de la
Magliana.
Policías italianos
actuaron como “agentes encubiertos”; y se hicieron pasar por traficantes
de armas interesados en adquirir una barra de uranio que figuraba en el “catálogo”
de productos en venta ofrecido por los Santapaola.
La barra en cuestión
pesaba algo menos de diez kilográmos y contenía 200 gramos de uranio del tipo
238 y 38 gramos de uranio 235. Al parecer, fue fabricada en 1971 por la empresa
estadounidense General Atomic de San Diego y vendida al gobierno del entonces
Zaire –actual República Democrática del Congo- para alimentar una central
nuclear que finalmente no fue construída.
El material nuclear
fue robado de Zaire por la mafia rusa y pasó a integrar un cargamento de nueve
barras que este grupo criminal introdujo ilegalmente en Italia, a mediados de
1997, con el propósito de comercializarlas con la colaboración de sus colegas
italianos. El embarque tenía un valor estimado en 118 millones de dólares.
Los mafiosos
italianos pretendían vender la barra de uranio en 22,22 millones de dólares,
pero después de un intenso regateo los policías encubiertos acordaron concretar
la transacción por un precio de 12,22 millones de dólares. Al intentar llevar a
cabo el intercambio, los traficantes fueron detenidos y el material nuclear
incautado.[xix]
UN NEGOCIO MUY PROSPERO
En opinión de
expertos de las Naciones Unidas, el crimen organizado ha descubierto que las
fronteras pueden constituir una gran ventaja. No sólo proporcionan santuarios
legales, sino que también pueden ofrecer un valor diferencial para las
mercancías ilegales, paraísos turísticos donde refugiarse cuando la situación
se torna demasiado comprometida en sus respectivos países o simplemente para
legalizar sus ganancias. No es de sorprender entonces que la criminalidad
internacional haya crecido hasta convertirse en un gigantesco "pulpo", cuyos
tentáculos operan como auténticas sociedades anónimas que realizan operaciones
en Bolsa o compran empresas; es decir, reciclan masivamente sus beneficios en
la economía legal con una rapidez extraordinaria y mueven cada año capitales
por un volumen de 6,5 billones de dólares.[xx]
Esta cifra es
considerada muy conservadora por Roy Godson, del Washington's National Strategy
Information Center, quien estima que dicha cifra se eleva en realidad al
trillón de dólares, es decir, casi el mismo monto del presupuesto federal de
los Estados Unidos.[xxi]
Estas cifras quizás
estén algo sobredimensionadas, pero el hecho que nadie puede discutir es que
las organizaciones criminales se comportan en la actualidad como verdaderas "multinacionales", que
han organizado su propia división internacional del trabajo y realizan
inversiones por todo el planeta operando con capitales que superan ampliamente
los presupuestos nacionales de muchos estados. Cuando una "industria" opera en un
nivel financiero de tal envergadura está en condiciones -aseguran los expertos
de la ONU- de "corromper a
funcionarios de todos los niveles y minar la fe básica de la población en el
gobierno para mantener la ley y el orden".
LA MAFIA ¿INDUSTRIA O ESTADO?
El desarrollo de la “Mafia Global” ha despertado no
sólo la preocupación de las autoridades sino también el interés de los
científicos sociales. Estos últimos han dividido sus interpretaciones del
fenómeno mafioso. Mientras algunos se inclinan
por una interpretación “clausewitziana” según la cual la mafia
global es solo una continuación de los negocios por medios delictivos.[xxii] Es
decir que interpretan el comportamiento de los grupos del crimen organizado
similar al de otras empresas que producen bienes y servicios para los cuales
hay demanda; sólo que sus productos y métodos de comercialización contradicen
las normas legales.
Este punto de vista
es el sostenido en algunos casos por el gobierno estadounidense con respecto a
los “carteles de la droga”.
Así el informe: “Estrategia Nacional
para el Control de Drogas” publicado por el Departamento de Estado
de los Estados Unidos en febrero de 1991, afirmaba categóricamente: “dejando de lado el hecho obvio que sus
actividades son destructivas e ilegales, las organizaciones de tráfico de
drogas pueden ser vistas como análogas a cualquier otra empresa comercial:
ellas crean un producto partiendo de ciertas materias primas, transportan ese
producto al mercado, y luego lo distribuyen a mayoristas y minoristas que lo
venden a consumidores individuales”.[xxiii]
En el último cuarto
del siglo XX, nos dice Pino Arlacchi, Director Ejecutivo de la Oficina de las
Naciones Unidas para el Control de Drogas y la Prevención del Crimen, las
empresas del crimen organizado pudieron explotar la misma liberalización
económica y las mismas fronteras abiertas que dieron lugar a la expansión de
las corporaciones multinacionales. Las oportunidades de la mundialización son
aprovechadas por los grupos del crimen organizado que intervienen en
actividades ilegales o trafican con mercancías ilícitas.[xxiv]
Profundizando la
comparación de las organizaciones criminales con las empresas multinacionales,
el funcionario de la ONU aclara que los grupos que integran la mafia global
tienen mayor capacidad para aprovechar las ventajas que ofrece la
mundialización. Las empresas legales deben ajustarse a las leyes y regulaciones
administrativas establecidas por su propio país y los de los países donde
operan. En tanto que las organizaciones criminales consiguen, mediante el
empleo de la corrupción, la extorsión y la intimidación, explotar de una manera
más eficiente y beneficiosa, las facilidades que ofrece la sociedad abierta.
Eludir el control de
la aplicación de la ley nacional es un principio operativo fundamental del
crimen organizado transnacional. En esta forma los territorios extranjeros se
convierten en una suerte de “santuario” donde los criminales se ocultan
para planificar nuevas acciones, realizar inversiones y escapar a la acción de
autoridades.
En la mayoría de los
casos resulta muy difícil identificar a los grupos del crimen organizado debido
a que éstos suelen emplear empresas de importación y exportación, industrias de
servicios y aún instituciones financieras multinacionales, todas ellas legales,
como cobertura de sus actividades ilícitas. En ocasiones, la organización
criminal sólo utiliza una parte de una empresa más amplia que ignora sus
actividades; en otras, la controla realmente. La línea que separa las
actividades del delito financiero de la mafia global es muy tenue.
Según Pino Arlacchi
existen tres tipos básicos de corporaciones relacionadas con el crimen
transnacional:
- Estructuras empresariales ilegales, como los carteles
de la droga.
- Firmas legales que se involucran en el delito
financiero como los bancos que, de hecho, se especializan en facilitar el
lavado de dinero y la evasión impositiva.
- Empresas lícitas creadas, total o parcialmente, con
fondos provenientes del crimen organizado.[xxv]
Actuando como “empresas”,
las organizaciones criminales proveen ciertos productos y llevan a cabo ciertos
servicios para los cuales hay demanda; productos y servicios que un estado o
sociedad dados no quiere –o no puede- proveer por razones de política, salud
pública, religión, preocupaciones étnicas o normas culturales. Su móvil final
es, como para cualquier empresa, obtener un rédito financiero.
En Argentina, por
ejemplo, se han detectado diversos casos de organizaciones que distribuyen
drogas por el sistema de “delivery”. En junio de 2004, el presidente del
Consejo Deliberante del partido de 25 de Mayo en la provincia de Buenos Aires,
Hugo Melían, denunció la existencia, en su ciudad, de una organización que
distribuía cocaína y marihuana por el sistema de delivery.
Un mes más tarde, el
23 de julio de 2004, la Policía Federal Argentina desarticuló una organización
de narcotraficantes que distribuían drogas a pedido en los hospedajes de la
ciudad de San Miguel de Tucumán en el norte argentino. Pero la empresa criminal
más sofisticada fue neutralizada el 6 de agosto de 2004, cuando personal de la
Policía Federal Argentina, arrestó, en la ciudad de Buenos Aires, a un conjunto
de narcotraficantes que distribuían a domicilio marihuana de las variedades Pino
y Scam.[xxvi]
Los narcotraficantes habían montado una sofisticada organización. Contaban con
una base de datos que reunía a 1.200 clientes de alto poder adquisitivo,
registrados por su nombre, teléfono y dirección. La base con conexión
telefónica y detector del número de llamada permitía mantener un control sobre
los llamados. Los pedidos eran distribuidos por una red de siete vehículos que
recorrían la ciudad, de lunes a viernes, entre las 11.00 y 17.00 horas. Como
cualquier producto, la marihuana se entregaba en bolsitas confeccionadas en
tela de jean y con la leyenda “Charly” –nombre del jefe de la
organización un narcotraficante conocido como el “Turco Charly”-
conteniendo 20 gramos de droga a un precio de 20 dólares la bolsita de la
variedad Pino y 27 dólares la variedad Scam.[xxvii]
Otros autores,
consideran que la mafia constituye una suerte de Estado dentro del Estado.
Los analistas que ven
a la mafia como una especie de Estado, señalan que la especialidad básica de
las organizaciones delictivas consiste en imponer las leyes en determinados
territorios -ya sean estos geográficos u operativos- para poder reclamar un
pago. Es decir, cobrar una suerte de impuesto extorsivamente y establecer sus
propias reglas para los negocios tanto legales como ilegales. Un claro ejemplo
de este comportamiento fue el impuesto
que el jefe mafioso Marcio Amaro de Oliveira cobró al cantante Michael Jackson
para permitirle grabar un video en la favela carioca de “Doña Marta”.
Claro está que con
el fin de imponer esas reglas -es decir, su propio ordenamiento jurídico- los
grupos criminales, al igual que los gobiernos, comienzan por asegurarse el
monopolio del uso de la fuerza. En las favelas cariocas los narcotraficantes
ocupan los espacios que la asistencia social, que el gobierno federal, estatal
y comunal, han abandonado. Incluso invierten parte de sus fabulosas ganancias
construyendo canchas polideportivas, adquiriendo y distribuyendo medicamentos,
velando por la seguridad de los favelados y, por supuesto, impartiendo su
justicia brutal y despiadada.[xxviii]
Han pasado los
tiempos en que la mafia siciliana se oponía a la actividad de los partidos de
izquierda –socialistas, anarquistas y comunistas en Italia.[xxix]
Hoy el crimen organizado está dispuesto a pagar “impuestos” para poder
desarrollar sus actividades sin ser molestado. Para los mafiosos globales es lo
mismo pagar a funcionarios gubernamentales que a líderes guerrilleros. Mientras
que los grupos terroristas, al perder el apoyo financiero y político que
recibían del antiguo Bloque Socialista, han encontrado en el narcotráfico, los
secuestros extorsivos y el cobro de “impuestos revolucionarios” a las
empresas extractivas transnacionales una fuente alternativa de recursos que les
ha permitido la supervivencia y el crecimiento político.
En conclusión,
podemos decir que las organizaciones del crimen organizado transnacional se
comportan como estados en la medida que el estado de derecho se retira de
ciertas áreas o de ciertos territorios.
En realidad, las dos
interpretaciones del fenómeno mafioso tienen sus propias limitaciones. Por
empezar, las organizaciones mafiosas combinan siempre su actividad en los
mercados ilegales con operaciones en los mercados legales. Así, por ejemplo, la
mafia siciliana se ha especializado en obtener la adjudicación de contratos que
derivan de proyectos financiados con fondos de la Unión Europea y la yakuza
japonesa se dedica a las inversiones inmobiliarias.
Tampoco los grupos mafiosos
pueden siempre asegurarse, al estilo de un gobierno centralizado, el monopolio
absoluto de la fuerza en los territorios en que operan. En este sentido los
grupos criminales, al igual que los estados, sufren los efectos
desestabilizadores de verdaderos “golpes
de Estado” intragrupos y de “guerras” intergrupales.
Habida cuenta de la
complejidad y amplitud de las actividades de la delincuencia organizada, no
debe sorprender que una sola interpretación resulte insuficiente para explicar
todas las situaciones y circunstancias que abarca este fenómeno.
Es así que la
mayoría de los estudiosos del accionar criminal se valen, con buen resultado,
tanto del ejemplo de la mafia como empresa, como de la mafia como forma de
Estado para ilustrar no sólo sobre los incentivos e impedimentos que afrontan
en su accionar las organizaciones criminales sino también para recomendar
cuáles son los mejores procedimientos para contrarrestarlas.
La analogía de la
mafia como una empresa resulta especialmente útil para analizar las estructuras
internas de los grupos mafiosos, y también su accionar dentro de ciertos “mercados”. Si una organización
criminal penetra en un mercado de fácil acceso y en el que las economías de
escala son grandes -como las redes de prostitución-, es probable que a corto
plazo se enfrente a la competencia de otros grupos mafiosos.
Una manera de
reducir al mínimo el riesgo de la competencia -y conservar el control
monopólico de dicho mercado- podría consistir en invertir en armas y “soldados” -pistoleros- y en “protección política” a los
efectos de “controlar”
los intentos de penetración de eventuales competidores en “su mercado” o territorio.
En forma similar se
comportan las empresas legales cuando invierten en investigación y desarrollo o
publicidad. También están protegiendo su control del mercado tratando de evitar
el ingreso de otras firmas competidoras.
Por otro lado,
ciertas actividades ilegales, como el lavado de dinero o el narcotráfico, son más
lucrativas en una escala mayor. Es decir, se benefician a partir de la economía
de escala.
Pero las firmas
ilegales afrontan una limitación respecto de su crecimiento, algo que no les
ocurre a las compañías legítimamente establecidas. Puesto que no pueden
depender de la convalidación externa de los acuerdos. Los grupos mafiosos no
pueden recurrir a la policía si uno de sus miembros viola un pacto. En este
sentido, son iguales a los estados, con respecto al incumplimiento de tratados
internacionales. Por lo tanto, el agrandarse demasiado puede ser perjudicial
para ciertos grupos. La firma ilegal debe imponer sus propios acuerdos. Cuanto
más grande se vuelva, tanto mayores serán los costos para imponerlos.
Los grupos mafiosos
pueden también multiplicar las ganancias por medio de acuerdos de sociedad
entre sí, como en el caso de un convenio industrial.
Pensar en la mafia
organizada como firmas multiplicadoras de las ganancias puede ayudar a
clarificar la mejor estrategia de disuasión para los gobiernos.
Pero, la analogía
entre la mafia y las empresas no puede por si sola explicar el desarrollo de la
“mafia global”. Por ello debe apelarse a otro tipo de
interpretaciones. En los bastiones del crimen organizado, como en Rusia, las principales
actividades del Estado parecen haber sido usurpadas. Con un poder de coerción
casi monopólico, la mafia proporciona una estructura relativamente estable
dentro de la cual se desarrollan actividades tanto legales como ilegales.
Sus miembros garantizan
un imperio de la ley -o algo muy similar- y un sistema para resolver
controversias, y se convierten en distribuidores del dispendio gubernamental. A
cambio garantizan un apoyo financiero a los políticos solidarios.[xxx]
En síntesis, podría decirse
que el actual auge de la mafia global corresponde a la descripción que, en 1975,
consignaba la Gran Enciclopedia Soviética de 1975, al decir que “El
crimen constituye la característica de las sociedades basada en la propiedad
privada, la explotación y la desigualdad social”.
[i] LARA, Juan: “Gali:
el crimen organizado aprovecha la debilidad de los estados”. Cable
de agencia EFE, del 21 de noviembre de 1994.
[ii]
VERVILLE, Elizabeth: “Estados Unidos se une a la Convención Mundial Contra
el Crimen Organizado Transnacional”. Artículo publicado en “Cuestiones
Mundiales” Periódico Electrónico del Departamento de Estado de Estados
Unidos. Agosto de 2001, Vol. 6, Nº 2. p.8
[iii]
PORTEOUS, Samuel: “La amenaza del crimen transnacional: una perspectiva de inteligencia”.
Traducción de la Escuela Nacional de Inteligencia. Bs. As. 1999. Archivo del
autor.
[iv] RESA
NESTARES, Carlos: “Crimen organizado transnacional: definición causas y consecuencias”.
Universidad Autónoma de Madrid. Investigación publicada en http://www.uam.es/personal_pdi/economicas/cresa/text11.html
Pág. 7.
[v] [v] RESA
NESTARES, Carlos: “Crimen organizado transnacional: definición causas y
consecuencias”. Universidad Autónoma de Madrid. Investigación publicada en http://www.uam.es/personal_pdi/economicas/cresa/text11.html.
Pág. 7.
[vi]
DUARTE, Roberto Eleuterio: “La globalización y el riesgo del crimen
organizado transnacional”. Ponencia publicada en http://www.enee.ser2000.org.ar/penenciasiv/duarte.htm
Pág. 5.
[vii] DUARTE, Roberto
Eleuterio: Op. cit. Pág. Pág. 5.
[viii]
RESA NESTARES, Carlos: “Crimen organizado transnacional: definición
causas y consecuencias”. Universidad Autónoma de Madrid.
Investigación publicada en http://www.uam.es/personal_pdi/economicas/cresa/text11.html
[ix]
SANDOVAL, Mario: “Impactos de los conflictos de baja intensidad y las
amenazas no militares en la seguridad internacional del año 2000. Aspectos
actuales y perspectivas”. Disertación presentada en el marco del “Seminario
Seguridad Internacional y Conflictos de Baja Intensidad”, realizado por el
ISCO el 24 de junio de 1999. Publicado en http://www.ba.ucsa.edu.ar/isco/doc/Se4.htm
Pág. 3.
[x]
NUNZI, Alfredo: “The elaboration of the United Nations convention against
Transnational Organized Crime”, presentado por ISISC en el XVI Congreso
Internacional de Derecho Penal, Budapest, Hungría, septiembre de 1999. Citado
en LLERENA, Patricia Marcela: “La criminalidad organizada transacional y
finanzas”. Reforma Legal y Justicia y Control de la Corrupción en América
Latina y el Caribe. Programa de educación para Bolivia, Colombia, Ecuador,
Guatemala, México y Perú. Del 23 de mayo al 3 de julio de 2002.
[xi]
MIRANDA, Juan: “Crimen transnacional organizado, globalización y comercio sexual:
aproximaciones preliminares”. Monografía publicada en http://www.monografias.com/trabajos7/crimen/crimen.shtml.
Pág. 2.
[xii] FAUS,
Joan: “Los sobrinos de Maduro detenidos
en EE. UU. Admiten integrar una red de narcotráfico”. Artículo publicado en
el diario El País, Madrid 25/7/2012
[xiii]
RABAGO, Joaquín y Attila NAHY: “Mafias rusas, chinas y otras se dedican al tráfico
de emigrantes”. Cable de la Agencia EFE, del 25 de junio de 1995.
[xiv] AMBITO FINANCIERO: Bs.
As. 22/2/1996. P.6.
[xv]
DIARIO INFOBAE: “El negocio de la Argentina trucha”, Artículo publicado
en Bs. As. el 12/02/05 en http://www.infobae.com/nota/nota_imprimir.php?Idx=1666797
[xvi] HRISTY,
Bryan: “Devoción marfil”. Artículo
publicado en la revista National Geographic en español, Vol. 31, N| 4, Ocubre
de 2012. Ps. 2 a 34.
[xvii] LA
NACIÓN: “Miles de elefantes abatidos por el comercio de marfil”.
Artículo publicado en http://www.lanacion.com.ar
Bs. As. 15/03/05.
[xviii] ARTHUR, Charles:
diario Ámbiyo Financiero, Bs. As. 26/11/1997.
[xix]
DIARIO CLARÍN: “Cae una banda de la Cosa Nostra que traficaba uranio”. Bs.
As. 21/3/98, p. 40.
[xx] ELLIOT, Michael, Douglas
WALLER y otros: “Mafia global”, artículo de tapa de Newsweek, del 13 de
diciembre de 1993. p. 12
[xxi] ELLIOT, Michael, Douglas
Waller y otros: op. cit. p. 13
[xxii]
WILLIAMS, Phil: “Crimen organizado y crimen cibernético: sinergias,
tendencias y respuestas”. Artículo publicado en “Cuestiones Mundiales”,
periódico electrónico del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Agosto
de 2001. Vol. 6. Nº 2, p. 23.
[xxiii]
DEPARTAMENTO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA: “Estrategia nacional
para el control de drogas”, Washington. Febrero de 1991. P. 8
[xxiv]
ARLACCHI, Pino: “Las naciones forjan alianzas para detener el crimen
organizado”. Artículo publicado “Cuestiones Mundiales”, periódico
electrónico del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Agosto de 2001,
Vol. 6, Nº 2. p. 28
[xxv] ARLACCHI, Pino: ob. cit.
p. 29
[xxvi] VARIEDADES
DE MARIHUANA: La variedad Pino es de origen asiático y se cultivan en el sur de
la Argentina. La planta es más pequeña que la normal, pero más potente. La
variedad Scam surge de una mezcla de plantas colombianas y peruanas que fue
desarrollada en Holanda en la década de los años 80.
[xxvii]
SAGASTI, Ramiro: “Cayó una banda que recibía pedios telefónicos y vendía
droga a domicilio”. Artículo publicado en http://www.lanacion.com.ar Bs. As. 7 de
agosto de 2004. ps. 1 a 4.
[xxviii]
PROVINCIA DE MISIONES: “Anuario narcotráfico 2003”. Informe publicado en
http://www.igeo.ufrj.br/fronteiras/anuario2003/incautaciones_de_cocaina.htm
[xxix]
MARINO, Giuseppe Carlo: “Historia de la mafia. Un poder en las sombras”.
Ed. Vergara. Bs. As. 2002. p. 101
[xxx] LA
NACIÓN: reproducción de un artículo de “The Economist”, con el título de
“La mafia estudiada por economistas”. Traducción de L. H. Pressenda. Bs.
As. 11 de febrero de 1996.
No hay comentarios:
Publicar un comentario