Todos los años al llegar el mes de octubre la Organización de Naciones Unidas reúne a su 4to Comité para tratar la descolonización de 17 territorios en disputa entre los cuales se encuentran las Islas Malvinas y las provincias marroquíes que constituyen el Sáhara Occidental.
En esa ocasión, los miembros del Comité escuchan la opinión que sobre los distintos conflictos de soberanía expresan diversos de expertos en política internacional, miembros de ONGs dedicadas a la defensa de los derechos humanos y otras personas interesadas en el tema.
Desde hace un par de años concurro a este Comité para expresar mi opinión con respecto al conflicto que afecta a una parte del territorio marroquí. Lo que sigue es el texto de mi intervención en este foro internacional el pasado 4 octubre de 2015.
Señor Presidente, Señoras y Señores:
El Sáhara no ha sido nunca una “res nulius” sino una
parte inseparable de Marruecos, al que está ligado por una continuidad
territorial y lazos culturales, étnicos, religiosos y de autoridad comprobados por
los tratados internacionales y registros coloniales que reconocen la soberanía
de Marruecos sobre la Provincias del Sur, tales como el Acuerdo Anglo – Marroquí,
de 1895, el Acuerdo de Algeciras de 1906, la Carta Anexa al Tratado Franco – Alemán,
de 1911, y por el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya en 1975.
Es por ello, que el Reino de Marruecos tiene el
Derecho y la Obligación de defender su integridad territorial y su soberanía
sobre el Sáhara. Y para encontrar una solución pacifica y realista a esta
disputa geopolítica, Marruecos presento, en 2007, ante una inacción
malintencionada del frente Polisario y sus monitores argelinos, una iniciativa de
Autonomía para las Provincias del Sur. Ofreciendo en esta forma una respuesta
constructiva al llamado del Consejo de Seguridad de la ONU y garantizando a través
de ella a los ciudadanos la posibilidad de gestionar democráticamente sus
asuntos.
Señor Presidente,
Las aspiraciones separatistas del Frente Polisario son
de imposible realización por falta de un fundamento legal. De una parte, nunca
hubo una nación saharaui ni antes ni después del colonialismo español. Por otra
parte, el Frente Polisario jamás fue elegido democráticamente como
representante de la población sahariana. Sino que se autoproclamó portavoz de
una población que se encuentra secuestrada en los campamentos de Tinduf, sin
libertad de circulación o de expresión.
Las reclamaciones del Polisario son sobre todo inaceptables
por el riesgo que representa este movimiento separatista para la seguridad y la
estabilidad de la región. Sus dirigentes están implicados en actividades ilegales
que han sido documentadas por instancias de las Naciones Unidas y de la Unión
Europea. Además de la malversación de la ayuda humanitaria internacional y las
violaciones de derechos humanos en los campos de Tinduf, el Polisario tiene
vínculos estrechos con grupos terroristas y redes de narcotráfico.
Desde su creación este movimiento cometió actos
terroristas. El Polisario ordenó el asesinato y secuestro de los cooperantes
franceses en mayo de 1977 y la muerte de los pescadores canarios y gallegos en
noviembre de 1978. También permitió violaciones sistemáticas de los derechos
humanos en Tinduf y su actual secretario general, Brahim Ghali, está imputado
por la Audiencia Nacional de España, por genocidio y crímenes de Lesa
Humanidad.
Señor Presidente, Señoras y Señores,
El Reino de Marruecos como país soberano desempeña un
papel destacado en la preservación de la paz y la estabilidad de África y de
Europa, en una coyuntura regional e internacional de inseguridad explosiva
marcada por un caos humanitario y eso a través de la cooperación efectiva en
materia de seguridad, la implementación de programas de concientización sobre el
Islam tolerante y su mediación en las crisis regionales.
Por ello y como partidario de preservar la soberanía
de los pueblos y la integridad territorial de los Estados, elegí concluir mi
intervención recordando el párrafo 6 de la Resolución 1514 de la Asamblea
General que estipula: “Todo intento encaminado a quebrantar total o
parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es
incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones
Unidas”.
En virtud de esta clausula la honorable organización
de las Naciones Unidas tiene la responsabilidad de apoyar a Marruecos en la
defensa legítima e incondicional de su soberanía y su integridad territorial.
Además, debe poner fin al activismo ilegal de un grupúsculo separatista que pone
en jaque la estabilidad regional y la seguridad internacional.
Muchas Gracias
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