O
Con la reciente decisión de la República de Malaui son
35 los estados africanos que han retirado su reconocimiento al falso estado de
la RASD.
UN PANORAMA SOMBRÍO
Son
malos tiempos para los separatistas del Frente Polisario y sus sponsors
argelinos. La hábil diplomacia marroquí, de la mano del rey Mohamed VI, está
derribando una por una sus alianzas internacionales sumiéndolos en el mayor de
los aislamientos.
El año
comenzó con el retorno de Marruecos a la Unión Africana, el único foro
internacional donde el Polisario gozaba de algún reconocimiento.
Inmediatamente,
Marruecos solicitó su cambio de status en la Comunidad Económica de Estados de
África Occidental (CEDEAO) un organismo de gran relevancia en la región que, no
sólo agrupa a países africanos de la costa atlántica, sino también a estados
del muy sensible Magreb.
Pero,
el raid de la diplomacia marroquí no se detuvo allí.
Seguidamente,
en una hábil maniobra, Marruecos estableció relaciones diplomáticas con Cuba.
La isla del Caribe había sido, desde los tiempos del triunfo de la Revolución
Cubana y la guerra de independencia de Argelia, el principal aliado de los
argelinos y, más tarde, del Frente Polisario, en el continente americano.
Fueron
precisamente los cubanos quienes, con su certera diplomacia y su dinámico
servicio de inteligencia, proporcionaron a los separatistas polisarios vínculos
con los movimientos revolucionarios e insurreccionales de América Latina, desde
las narcoguerrillas colombianas de las FARC hasta la Venezuela chavista.
Recordemos
que Cuba ha brindado al Polisario, durante décadas, un activo programa de
cooperación militar que permitió capacitar a miembros de la guerrilla
separatista en tácticas militares. Además, la Habana brindo un amplio plan de
becas para la formación de recursos humanos -especialmente en educación y
sanidad- en la isla.
Ahora,
el establecimiento de vínculos directos entre Rabat y la Habana, y el
desarrollo de una creciente cooperación económica entre ambos gobiernos, pone
en jaque los vínculos entre los cubanos y el Polisario.
Por lo
tanto, el apoyo al Frente Polisario en América Latina quedará casi por entero
en manos del sangriento régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
UN MAYOR REALISMO
Lo que
está ocurriendo, es que en muchos países han comenzado a comprender que no
pueden obtener mucho de la alicaída economía argelina, devastada por el
descenso de los precios internacionales del petróleo, la corrupción
generalizada y la inoperancia de la burocracia estatal.
Pero,
si Argelia tiene poco que ofrecer a sus eventuales socios, el Frente Polisario
tiene mucho menos, como no sean discursos y apelaciones a la solidaridad
ideológica.
En
tanto que Marruecos es el país más estable del Magreb y la economía marroquí en
plena expansión recoge inversiones no sólo de Europa sino de socios
considerados hasta ahora como no tradicionales, como China, India o Rusia.
El
reino alauí brinda también su generosa cooperación para el desarrollo y
asistencia humanitaria a sus hermanos africanos más necesitados.
Entonces,
para muchos gobiernos la elección resulta sencilla. En este contexto se inscribe
la reciente decisión de la República de Malaui, situada en el sureste de
África, de retirar su reconocimiento diplomático al falso estado de la
República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y apoyar el plan de autonomía propuesto
por Marruecos como la única solución justa y viable a este referendo.
Con
Malaui son 35 entre 54 los Estados africanos que han resuelto retirar su
reconocimiento a la parodia de Estado creado por el Frente Polisario, aplicando
una política más realista y justa en torno al Sáhara.
EN CONCLUSIÓN
El
creciente aislamiento diplomático que sufre el Frente Polisario podrían
llevarlo a asumir posiciones aún más aventureras y radicalizadas en materia de
política internacional.
El
Frente Polisario se ha hecho ahora más dependiente de sus vínculos diplomáticos
con los Estados, como la dictatorial Venezuela, considerados como parias dentro
del sistema internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario