La presencia de Brahim Ghali, Secretario General del Frente Polisario,
un terrorista genocida buscado por la justicia española en el acto de asunción
del presidente ecuatoriano Lenin Moreno pone dudas sobre su adhesión a los
valores democráticos.
La
presencia del líder separatista, Brahim Ghali, en la asunción del presidente
ecuatoriano Lenin Moreno y compartiendo la foto con presidentes de países
reales indica que los mandatarios latinoamericanos, en muchos casos desconocen
con quien tratan y se dejan fotografiar o, lo que sería aún más grave que
anteponen la afinidad ideológica al respeto por los derechos humanos.
A la
muerte del dirigente histórico del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, el 31
de mayo de 2016, Argelia impuso en la jefatura del grupo separatista a Brahim
al Ghali. Este terrorista fue uno de los fundadores del Frente Polisario y
entre 1976 y 1987 se desempeñó como seudo “ministro
de Defensa” de la organización separatista.
Desde
ese cargo fue responsable de ordenar a las milicias polisarias ejecutar
operaciones terroristas. En especial, los ataques marítimos que comandos del
Polisario efectuaron contra 34 pesqueros españoles en alta mar. Dichas acciones
incluyeron el ametrallamiento de las naves, el secuestro y asesinato a mansalva
de sus tripulantes.
En
esos años, el terrorismo polisario terminó con la vida de trescientos españoles
y otros cientos resultaron heridos, además produjo cuantiosas pérdidas
materiales. Todos estos ataques constituyen crímenes de lesa humanidad y se
cometieron siguiendo las directivas expresamente impartidas por Brahim Ghali.
Lamentablemente,
este no es el único cargo que se formula contra Ghali. Su nombre figura en un
lugar destacado entre los veintiocho miembros del Frente Polisario y altos
cargos del gobierno argelino que fueron denunciados por la “Asociación Saharaui Pro Derechos Humanos” (ASADEDH) y tres
víctimas, en agosto de 2012, ante el Juzgado Central N° 5, del juez José de la
Mata, en España.
Los
dirigentes polisarios fueron acusados de “genocidio
en concurso con asesinato, lesiones, detención ilegal, terrorismo, tortura y
desapariciones forzadas” de ciudadanos españoles de origen saharaui
ocurridas, durante décadas, en las cárceles de los campos argelinos en Tindouf.
En esa
misma causa, el Juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz acusó al Frente
Polisario de “retener contra su voluntad
a miles de saharauis en los campos de Tindouf, en Argelia, con la complicidad
de Argel.”
Entre
los acusados, además Ghali, figuran el ex director general de seguridad militar
del Polisario y responsable de las relaciones con la ONU en Nueva York, Mohamed
Jadad; el agregado militar en la “Embajada”
polisaria en Mauritania, Nabil Kadour y al entonces embajador de Argelia en
Rabat, general Omari.
Otros
imputados fueron: el fiscal del Polisario en los campos de Tindouf, Sidi Wagag,
su ministro de Comunicación, Sidahmed Battal y varios responsables de las
cárceles polisarias.
Además, los presidentes latinoamericanos parecen desconocer que los
crímenes que se imputan a Brahim Ghali exceden el ámbito de lo político. El
dirigente separatista también tiene abierta una causa penal ante la Audiencia Nacional
por la violación de una joven saharaui.
La
víctima fue la adolescente Jediyetu Mahmud Mohamed Zubair. En 2010, la joven necesitaba
de un visado para viajar a Roma que sólo otorgaba el “embajador” del Frente Polisario en Argel, en ese entonces Brahim
Ghali.
La
joven contactó a Ghali y el funcionario la citó en un horario fuera del
habitual. Durante el encuentro Brahim le dijo directamente que si quería el
visado debería mantener relaciones sexuales con él. Ante la firme negativa de
Jediyetu terminó violándola con la ayuda de otros funcionarios del Polisario,
Abderkader Luely Talomar, hijo de un alto dirigente encargado de administrar la
ayuda alimentaria internacional y otro empleado de la legación polisaria.
Jediyetu
con la ayuda de una ONG y del abogado Agustín de la Cruz Fernández denunció a
sus violadores ante la Audiencia Nacional de España y también en la Comisión de
los Derechos Humanos de ONU.
Por
este delito, Ghali y sus cómplices tienen una causa penal abierta en la
Audiencia Nacional y el juez José de la Mata y el magistrado de la Audiencia
nacional han determinado que el Secretario General del Frente Polisario es un
prófugo de la ley que debe ser detenido si ingresa a territorio español.
Esta
es la persona que fue invitada por el presidente saliente Rafael Correa a la ceremonia
de transmisión del mando presidencial en Quito. Además, del hecho de que la autoproclamada
“República Árabe Saharaui Democrática” es un invento del gobierno de Argelia
sin ninguna existencia real. Un conjunto de precarias tiendas situadas en la Hamada
argelina y habitadas por población marroquí forzada a permanecer por décadas en
precarios campamentos en el Sáhara de ningún modo constituyen un Estado
comparable a la Argentina o Chile.
Es por
ello, que los presidentes latinoamericanos deberían prestar más atención con
quién se dejan ver o salen fotografiados para no prestarse a maniobras
diplomáticas y de propaganda diseñadas para intentar dar presencia
internacional a grupos separatistas con un pasado de terroristas y genocidas.
Cabe
destacar que durante su vista a Quito, Brahim Ghali departió con el presidente
de Bolivia Evo Morales y expresó la solidaridad de los separatistas con los
reclamos de una salida al mar para el país latinoamericano. Algo que
seguramente llenó de alegría a la presidente de Chile, Michelle Bachelet,
también presente para el evento.
Por
último, como fin de su recorrida turística por la región, Ghali pasará por la
Habana para saber cómo quedarán realmente sus relaciones con el gobierno cubano
después, de que en un audaz giro diplomático el gobierno de la Isla restableciera,
hace un mes, relaciones con Marruecos interrumpidas desde la década de los años
sesenta.
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