Marruecos se
asocia a Nigeria en un proyecto de africanos para africanos que potencia el
desarrollo económico regional y mejora las condiciones de vida de más de trescientos
millones de africanos.
La
política africana de Marruecos ha entrado en una fase de concreciones. El rey
Mohamed VI está demostrando que los acuerdos firmados con diversos países
africanos son algo más que iniciativas diplomáticas coyunturales.
El
monarca alauí se esfuerza para construir una África dueña de su propio destino
y la materialización de una asociación estratégica para el desarrollo y el
crecimiento económico entre Marruecos y Nigeria son un claro ejemplo de ello.
El
pasado lunes, el rey de Marruecos presidió la firma de acuerdos destinados a la
concreción de un megaproyecto de gasoducto transafricano que conectará a los
campos de gas natural del Sur de Nigeria con Marruecos involucrando a seis
países africanos: Benín, Togo, Costa de Marfil, Ghana, Senegal y Mauritania.
Se
trata del proyecto de desarrollo más ambicioso del continente que tendrá un
directo impacto positivo sobre más de trescientos millones de africanos
acelerando los proyectos de electrificación en toda la región de África
Occidental y permitiendo el desarrollo de un importante mercado regional.
El
monarca alauí se esfuerza para construir una África dueña de su propio destino
y la materialización de una asociación estratégica para el desarrollo y el
crecimiento económico entre Marruecos y Nigeria son evidencia de ello.
El
proyecto comenzó a tomar forma durante la exitosa visita de Estado que efectuó
a Abuja, el año pasado, el Rey de Marruecos. Durante la misma la hábil
diplomacia desplegada por Mohamed VI logró forjar un vínculo de afinidad con el
presidente Muhammadu Buhari que permitió superar distanciamientos del pasado
-tradicionalmente Nigeria mantenía fluidos vínculos con Argelia con quien
compartía intereses en la OPEP- para avanzar en una más productiva asociación para
el desarrollo.
Allí
tomaron forma proyectos tales como el citado gasoducto y la cooperación entre
ambos países para encarar la producción conjunta de fertilizantes que permita a
Nigeria alcanzar su tan ambiciosa autosuficiencia agrícola.
El
proyecto de mega gasoducto involucra como partes a la Oficina Nacional de
Hidrocarburos y Minas de Marruecos y la Compañía Nacional de Petróleos de
Nigeria en asociación con Ithmar Capital, el Fondo de Riqueza Soberana de
Marruecos y la Autoridad de Inversión Soberana de Nigeria que establecieron un
“Acuerdo de Asociación Estratégica” y un “Memorando de Entendimiento” para
realizar inversiones en sectores estratégicos que incluyen seguridad
alimentaria, energía renovable e infraestructura.
La
Asociación Nigeriana de Productores y Proveedores de Fertilizantes -FEPSAN
según sus siglas en inglés- y se centrará en la exploración y explotación de
las reservas de fosfatos en los Estados del Sur de Nigeria (Sokoto, Ogun, Edo e
Imo).
Los
acuerdos suscriptos entre Marruecos y Nigeria facilitaran a todos los países
involucrados la posibilidad de contar con energía barata para el desarrollo de,
entre otras, agroindustrias, producción de alimentos y fertilizantes, mejorando
el intercambio comercial entre países africanos. Actualmente, el intercambio
comercial entre los países africanos constituye tan sólo el 17% del total
continental. Este porcentaje es mucho más bajo que el registrado entre los
países de América y Asia.
Este
típico ejemplo de cooperación Sur – Sur que postula como política de Estado, el
rey Mohamed VI combina las grandes reservas gasíferas de Nigeria con la
capacidad de Marruecos para diseñar y gestionar megaproyectos de inversión en
el campo de la ingeniería.
La
experticia marroquí se ha visto claramente en la implementación de gigantes
proyectos de desarrollo como el puerto mediterráneo de Tánger Med y la
construcción del mayor parque productos de energía solar del planeta en
Uarzazate.
Resulta
evidente que para Mohamed VI la diplomacia debe ser acompañada con acciones
concretas que materialicen los acuerdos suscriptos a alto nivel y beneficien
realmente a los pueblos africanos.
El
desarrollo sustentable de África es un objetivo prioritario y permanente para
el monarca marroquí, de ninguna manera un simple instrumento para aumentar sus
márgenes de maniobra diplomática regional.
Así lo
demuestran en forma terminante sus reiterados esfuerzos para convertir los
convenios suscriptos con diversos países en proyectos reales y concretos.
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