Algunos
acontecimientos de la política africana parecen salidos de una novela de García
Márquez más que trágicos eventos de una realidad muy compleja.
EL REALISMO
El
realismo mágico es un estilo literario que popularizó un premio nobel de
literatura, el colombiano Gabriel García Márquez. Su libro “Cien años de
soledad” se convirtió para muchos en un espejo de la particular realidad
sudamericana.
Ahora,
muchos elementos del “realismo mágico” pueden ser fácilmente identificados
también en África.
Como
le ocurría al general Aureliano Buendía, personaje protagónico del libro de
García Márquez, perder el poder acarreaba perder la vida. La de él y la de sus
hijos.
Así,
muchos jefes de Estado en África llegaban al poder mediante un golpe militar o
una cruenta guerra civil, gobernaban tiránicamente durante décadas hasta que
otro militar los derrocaban y asesinaban, iniciando otro ciclo de dictadura,
represión y saqueo del país.
Quizá
el último ejemplo de un gobernante que corrió tal suerte fue el del coronel
Muammar El Gaddafi quién llegó al poder en Libia, el 1° de septiembre de 1969,
tras derrocar al rey Idris I y dirigió autocráticamente los destinos del país
durante 42 años, hasta su muerte, en una calle de la ciudad de Sirte, el 20 de
octubre de 2011, a manos de los rebeldes que lo derrocaron con la asistencia de
la OTAN.
Los
déspotas africanos que actualmente son desplazados del poder parecen tener
mejor suerte. El exilio forzado ha reemplazado en muchos casos al asesinato.
Esa fue la suerte del genocida general ugandés Idi Amín Dada, quien tras
gobernar despóticamente a Uganda entre 1971 y 1979, huyo al exilio, primero en
Libia y luego en Arabia Saudí, desde 1980 hasta el 16 de agosto de 2003 en que
falleció de causas naturales.
Este
puede ser también el destino final del ex presidente Gambia, Yahya Jammeh,
después de que las fuerzas de la Comunidad Económica de África Occidental (en
su mayoría tropas senegalesas) lo forzaran a dejar el poder en manos del
vencedor de las elecciones del 1° de diciembre de 2016, el empresario opositor
Adama Barrow.
Jammeh,
quien llegó al poder en 1994, gracias a un golpe de Estado en que resultó
muerto su predecesor Dawda Jawara, se mantuvo en el poder durante veintidós
años en que instauró un régimen de terror persiguiendo a políticos opositores,
intelectuales y periodistas independientes y violando indiscriminadamente los
derechos humanos.
Pero,
Yahya Jammeh no rendirá cuentas sobre sus crímenes ante ningún tribunal, sino
que le aguarda un exilio dorado en Guinea Ecuatorial. Antes de abordar el avión
que lo conduciría a su refugio, Jammeh se ocupó de cargar en él los últimos
11,4 millones de dólares existentes en el Banco Central de Gambia y su flota de
automóviles de lujo.
En
Guinea Ecuatorial, Jammeh será recibido por otro dictador, Teodor Obiang
Nguema, el jefe de Estado más antiguo de África, quien lleva en el poder 35
años.
Teodor
Obiang tomó el poder, el 3 de agosto de 1979, cuando siendo teniente coronel
llevó a cabo un golpe de Estado contra su tío Francisco Macia Nguema, primer
presidente de Guinea Ecuatorial, a quien juzgó y ejecutó según la mejor
tradición africana.
Desde
entonces Teodoro Obiang se mantiene en el poder ahogando con mano de hierro
cualquier brote opositor.
LA MAGIA
Hasta
aquí la realidad. Es momento para que la magia haga su aparición.
Haití
posiblemente sea la nación americana con mayores raíces en África. Antigua
colonia francesa, es un país francófono poblado por los descendientes de los
africanos reducidos a la esclavitud y trasladados forzosamente a América por
los europeos en los siglos XVII y XVIII.
Como
africanos trasplantados, los haitianos conservan muchas de las tradiciones
culturales de sus ancestros, en especial, sus creencias sobre la magia, que en Haití
y otras regiones del Caribe se denominan “vudú”.
Entre
1957 y 1971, Haití sufrió una de las más atroces dictaduras que se conocieron
en Centroamérica a manos del médico François Duvalier (1907 – 1971) a quien
llamaban “Papa Doc”.
Para
la mayoría de los haitianos, Papa Doc se mantenía en el poder, no sólo gracias
a la ayuda de una milicia de parapoliciales conocidos como “Tontons Macoutes”, sino porque contaba con un ejército de “zombis” que lo protegían.
Creían
que “Papa Doc” era un bokor (un brujo vudú) que había hecho un
pacto con el dios serpiente del vudú, Iwa
Damba Damballah Wedo, quién lo proveía de dóciles zombis, es decir de los muertos
vivos tan de moda en los films de terror actuales.
Como
los haitianos los gambianos también creen en la magia y atribuyen a Yahya
Jammeh el haberse mantenido en el gobierno durante tanto tiempo gracias a sus
poderes mágicos y por ello lo llamaban con respeto “el doctor”.
Es por
ello que no les ha sorprendido la tragedia que hoy vive el presidente Adama
Barrow. El nuevo presidente de Gambia tiene una esposa y cinco hijos, los
cuales, durante los últimos días, permanecieron en el país mientras Barrow se
refugiaba en Senegal.
Mientras
Jammeh y Barrow se disputaban la presidencia, el hijo menor del nuevo
presidente, Habib, de tan sólo ocho años, quien se mantenía al cuidado de un
pariente y no de su madre, fue atacado y devorado por cuatro perros pitbull.
Los
gambianos están convencidos que la tragedia no se trató de un accidente, sino
que los perros, eran en realidad unos demonios enviados por “el doctor” para vengarse de su enemigo.
¿Realidad
o magia africana? El lector elige.
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