EL Rey Mohammed
VI, pone de relieve el natural protagonismo de Marruecos en África con un nuevo
énfasis en la solidaridad instalando ahora un ultramoderno hospital de campaña
en Juba, para aliviar la crisis humanitaria por la que atraviesa Sudán del Sur.
El rey
Mohamed VI, da nuevas muestras de su preocupación por África con medidas
concretas que van más allá de las palabras. La política africana de Marruecos se ha fundamentado en tres aspectos
básicos: la promoción de la paz y la seguridad, el compromiso constante a favor
del desarrollo socioeconómico de África y el deber de solidaridad.
La búsqueda de la paz y la seguridad y el deber de solidaridad se han
puesto de evidencia con la actual decisión del monarca alauí de desplegar en
Juba, la asolada capital de Sudán del Sur, de un hospital de campaña
multi-especialidades con una capacidad inicial de treinta camas, expandibles a
sesenta, que son atendidas por veinte médicos especialistas y dieciocho enfermeros,
que brindarán prestaciones médicas en diferentes especialidades, entre ellas
pediatría, medicina interna, cirugía, cardiología, traumatología, odontología,
Oftalmología y Otorrinolaringología.
El hospital cuenta también con
un avanzado laboratorio de análisis clínicos y una farmacia una gran provisión
de medicamentos.
Sudán del Sur es el Estado más
joven entre los que integran las Naciones Unidas, obtuvo su independencia
recién en julio de 2011, pero actualmente ostenta el dudoso honor de constituir
la segunda mayor crisis humanitaria del planeta en el siglo XXI, después de
Siria.
Al menos tres millones de sus
once millones de habitantes se encuentran en condición de refugiados y
desplazados, desde que, en 2013, estalló una cruenta lucha étnica entre los dinka (que componen el 35% de la
población sursudanesa) y los Nuer
(que constituyen el 15%).
Por el momento, los 13.500
hombres de la United Nations Mission in South Sudan (UNMISS) han resultado
ineficaces para restablecer la paz y el orden en este empobrecido país
Aunque Sudán del Sur cuenta
con grandes riquezas petroleras los conflictos étnicos han paralizado la
economía y la población depende totalmente de la ayuda humanitaria
internacional.
La intervención humanitaria de
Marruecos será esencial para aliviar las penurias sanitarias de la población
sursudanesa.
La cada vez mayor presencia de
Marruecos en los conflictos africanos, ya sea, enviando tropas a las misiones
de ONU, ofreciendo los buenos oficios y experiencia de su diplomacia (tal como
ocurrió en Libia o en la reciente crisis de Gambia) o a través de la entrega de
ayuda humanitaria, el otorgamiento de becas para estudiantes, contribuyendo a
formación de imanes o, como ahora, desplegando un hospital de campaña; son una
evidencia que las declaraciones del Mohammed Vi son siempre acompañadas de
acciones concretas.
Todas estas acciones son complementadas con las frecuentes giras de
Mohammed VI por países africanos a los efectos de intercambiar impresiones con los
jefes de Estado, dirigentes políticos y las fuerzas vivas de los Estados
visitados. Al mismo tiempo, constituyen una oportunidad excepcional para conocer
de primera mano la realidad y necesidades de estos pueblos.
La presencia de Marruecos en África adquirirá una nueva dimensión
cuando a fin del corriente mes el país magrebí se incorpore como miembro pleno
de la Unión Africana en la cumbre de Addis Abeba, en Etiopía.
El dinamismo de la diplomacia marroquí y su mayor presencia en África no
ha pasado desapercibido, incluso fuera del continente. Recientemente, Peter
Pham, director del “Africa Center”, dependiente del influyente think
tank estadounidense “The Atlantic Council”, no dudó en señalar que: “En
estos últimos años, Marruecos desplegó, bajo el liderazgo clarividente del Rey,
enormes esfuerzos con miras a volver a dar vigor y contenido substancial a las
relaciones de cooperación con los países africanos”.
La política internacional que lleva a cabo Marruecos está cambiando el
balance de poder en el continente africano, hasta no hace mucho bajo la
hegemonía de un eje formado por Argelia, Nigeria y Sudáfrica.
Hoy, Marruecos desafía exitosamente esa hegemonía por ser el país más
seguro y con mayor gobernabilidad de África. Marruecos registra importantes
avances en la protección de los derechos humanos en general y, en particular,
en la promoción del lugar de la mujer dentro de la sociedad marroquí. Ha podido
supera sin mayores repercusiones la ola de inestabilidad generada en el norte
del continente por la Primavera Árabe y ha albergado importantes eventos
internacionales, entre los que cabe mencionar a dos
sesiones (en 2001 y 2016) de la Conferencia de las Partes de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) y la Cumbre
Africana de la Acción (2016).
Marruecos también, ha demostrado que puede controlar con éxito las
actividades del terrorismo yihadista, y ser un aliado estratégico tanto de los
países africanos como de las naciones occidentales en la lucha contra este
flagelo.
En síntesis, Marruecos, rompiendo con todos los intentos de aislarlo del
continente a través de un conflicto artificial de soberanía en el Sáhara,
acciona decididamente en África para reclamar el papel preponderante que
naturalmente le corresponde en la política del continente.
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