Como parte de su política africana diseñada por el rey Mohammed VI,
Marruecos planea reintegrarse a la Unión Africana en la Cumbre de Addis Abeba
que tendrá lugar el 30 y 31 de este mes.
Desde hace años, el rey
Mohammed VI ha estado desarrollando una política internacional destinada a
incrementar la presencia de Marruecos en el continente africano que ahora entra
en una nueva fase.
Esta política comenzó con
la cada vez mayor intervención de tropas marroquíes en las misiones de paz de
Naciones Unidas en el continente, con el otorgamiento de becas para estudiantes
africanos (6.500 becarios pertenecientes a 42 países), la participación en la
formación de imanes, el envío de ayuda humanitaria y medicamentos para los
pueblos necesitados de África y muchas otras iniciativas similares.
Actualmente, Marruecos,
con 1.700 millones de dólares en inversiones, es el segundo inversor africano
en el continente, después de Sudáfrica y aspira a convertirse en el primero.
La presencia de Mohammed
VI acompañado de delegaciones de funcionarios y empresarios marroquíes se hizo
algo habitual en los países de la región. Cada visita del monarca alauí a un país
africano dejaba al país anfitrión un saldo de donaciones y ventajosos convenios
de cooperación bilateral.
Esta diplomacia económica emprendedora y su fuerte compromiso en
el campo de la diplomacia cultural y religiosa pusieron de manifiesto
la preocupación del Rey de Marruecos por las necesidades de los pueblos
hermanos del África.
Marruecos se ha convertido, en las últimas
décadas, en una potencia económica y diplomática dentro de África, lo que se
traduce en la imposibilidad de que el Reino se mantenga ausente de la escena diplomática
continental o de su organización la Unión Africana. La misma organización que
cofundara en 1963, en la Cumbre de Casablanca y de la cual se alejó en 1984
debido al ingreso de la RASD.
Así lo
señaló el año pasado, el rey Mohamed VI, en su discurso de conmemoración de un
nuevo aniversario de “La Marcha Verde”,
que permitió a Marruecos recuperar su integridad territorial al restablecer su
soberanía sobre las provincias del Sur, en 1975, largamente usurpadas por España.
“Marruecos -dijo el monarca en esa
ocasión- está de vuelta para recuperar su
lugar natural en África”.
Luego
aclaró: “El regreso de Marruecos a la
Unión Africana no es una decisión táctica, ni debida a cálculos coyunturales.
Es más bien una decisión lógica resultante de una profunda reflexión. Así pues,
al anunciar nuestra vuelta, no pedimos el permiso de nadie para obtener nuestro
legítimo derecho.”
Para implementar la
decisión de que Marruecos retorné a la Unión Africana, acompañado por el
príncipe Moulay Ismael, el rey Mohamed VI ha salido el viernes por la tarde del
aeropuerto internacional Mohamed V de Casablanca con destino a Etiopia, donde
el 30 y 31 de febrero se reunirá la cumbre de la Unión Africana.
El monarca estará también
acompañado, durante esta visita, por una delegación oficial que comprende,
entre otros al Consejero Real Fouad Ali El Himma, el Ministro de Asuntos Exteriores
y Cooperación, Salahedine Mezouar, el Ministro delegado para Asuntos Exteriores
y Cooperación Nasser Bourita y muchas otras destacadas personalidades civiles y
militares.
La delegación marroquí
cuenta, para oficializar el retorno de Marruecos a la Unión Africana, con el
apoyo de 43 de los 54 países miembros. Para concretar su regreso solo necesita
del apoyo de 28 de ellos.
No obstante, seguramente,
hasta el último momento, Argelia y sus aliados Sudáfrica y Nigeria intentaran
bloquear el regreso de Marruecos a la organización continental, por lo cual en
Addis Abeba se librará una intensa puja diplomática.
El retorno de Marruecos a
la Unión Africana conllevará a la perdida de la membresía por parte del seudo
estado de la República Árabe Saharaui Democrática auspiciada por Argelia.
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