La
designación de Tareck El Aissami como vicepresidente de la República
Bolivariano de Venezuela y jefe del Comando Nacional Antigolpe es interpretado
por los analistas occidentales como parte de la preparación de un golpe
institucional que terminará con la ficción democrática en el atribulado país
caribeño.
El 4 de enero pasado, el presidente Nicolás Maduro
designó al gobernador del estado Aragua, Tareck Zaidan El Aissami Maddah, como
vicepresidente de Venezuela. El Aissami será quién asuma la presidencia hasta
2019 si la destitución u otro motivo fuerzan a Maduro a dejar el cargo. Para
reforzar el poder del nuevo vicepresidente, Maduro creó unos días más tarde -el
domingo 9 de enero- un “Comando Nacional
Antigolpe” destinado a reprimir a la oposición y crear un régimen de
excepción que lo mantenga en el poder, aun asumiendo el costo internacional de
abandonar toda ficción democrática.
El rol protagónico que ha adquirido rápidamente El
Aissami, nos lleva a preguntarnos qué factores de poder están detrás de la
designación de uno de los personajes más cuestionados del régimen chavista.
UNA FAMILIA
MILITANTE
Tareck Zaidam El Aissami Maddah nació en la ciudad de
Mérida, el 12 de noviembre de 1974, en el seno de una familia drusa musulmana originaria
de la región de Jabal al-Druze, en la provincia siria de As-Suwayda próxima a
la frontera con Jordania.
Sus padres son Zaidam Amin El Aissami El Musfi y May
Maddah llegados a Venezuela en su juventud. La pareja tiene cinco hijos: Tareck
Zaidam El Aissami Maddah (42), Haifa El Aissami Maddah (41), Feras El Aissami
Maddah (36), Amin Obeida El Aissami Maddah (31) y Maja Madeleine El Aissami
Maddah (23).
Su padre fue determinante en la formación que
recibieron Tareck y sus hermanos. Zaidam Amin inculcó desde temprana edad a sus
hijos los valores de la religión y cultura musulmana en una interpretación
socialista, panarabista, antiisraelí y chií.
Oportunamente, Tareck se casaría con una joven drusa,
Riada Rudy Aamer Maaz, para mantener la pureza étnica de su descendencia.
El padre de Tareck, Zaidam Amin El Aissami El Musfi
era un activista político que firmaba sus escritos como “Carlos Zaidam”.
Curiosamente, Carlos Zaidam, combina en su ideario el
islamismo yihadista y el activismo en el Partido Baaz Árabe Socialista de Irak,
del cual su tío, Shibli El Aissami, fue asistente General del partido en Bagdad
en tiempos de Saddam Hussein.
Curiosamente, el Partido Baaz también gobierno en
Siria, bajo la presidencia de Bashar Al-Assad. Como es sabido el gobierno sirio
es un firme aliado tanto de Irán, donde predomina el islam chií, como así
también de Rusia.
Al parecer su religión chií y sus vínculos con Irán,
no impidieron a Carlos Zaidam expresar en numerosas ocasiones su admiración por
Osama ben Laden y la red Al Qaeda, que son suníes.
Carlos Zaidam envió a su hijo mayor a cursar sus
estudios secundarios en el Liceo Militar Jáuregui, en La Grita, estado Táchira.
Tareck El Aissami egresó, en el año 1992, como parte de la Promoción N° 40, con
honores y muchos contactos entre los militares venezolanos.
Después de dejar el Liceo Militar, Tareck El Aissami,
ingreso a la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes, donde también
se graduó con mención magna cum laude y se especializó en derecho penal y
criminal.
MILITANCIA
POLÍTICA Y VÍNCULOS REVOLUCIONARIOS
Durante su etapa como estudiante universitario se
incorporó a las filas del “Movimiento
Estudiantil Utopía 78”. La militancia política estudiantil lo convierte,
primero en presidente del Centro de Estudiantes de Derecho y luego de la
Federación de Centros de Estudiantes. Esta fue la plataforma que los proyecto a
la política nacional.
Siendo estudiante se vinculó al profesor Adam Coromoto
Chávez Frías, el hermano mayor del comandante Hugo Chávez Frías.
Por ese entonces, Tareck El Aissami organizó una red
de acogida y protección para miembros de las FARC que se refugiaban en
Venezuela. En esta tarea conto con la colaboración de Hugo Cabezas, actual
gobernador del estado Trujillo, con quien habría de compartir la dirección de
Onidex. Los estudiantes venezolanos proveían a los guerrilleros colombianos
alojamiento y documentos de identidad falsos.
Como presidente del Centro de Estudiantes, El Aissami
tenía el control de los dormitorios estudiantiles, según fuentes de
inteligencia, en algún momento de los 1.122 ocupantes del dormitorio, sólo 387
eran realmente estudiantes y más de 500 no tenían ningún vínculo con la
universidad.
La vinculación de Tareck El Aissami con el chavismo es
de larga data. Su padre, Carlos Zaidam resultó detenido por su participación en
el intento de golpe de Estado organizado por Hugo Chávez, en 1992. Cuando el
chavismo alcanzó la presidencia, en 1999, Tareck El Aissami formaba parte de la
dirección de la juventud del Movimiento V República, que luego se transformaría
en Partido Socialista Unido de Venezuela.
En 2003, el presidente Hugo Chávez designó al joven
abogado, de 29 años, como jefe de la “Misión
Identidad”, que tenía la responsabilidad de emitir documentos de identidad
para todos los venezolanos. Esta designación lo convertía en director de la
Oficina Nacional de Identificación y Extranjería -ONIDEX-. Desde ese cargo, El
Aissami comenzó a proveer de documentos y pasaportes venezolanos a los
guerrilleros colombianos y a agentes iraníes y a terroristas de la organización
Hezbollah.
Pronto, el negocio se amplió y El Aissami aprovecho su
cargo para vender documentos venezolanos a los narcotraficantes peruanos,
paraguayos y colombianos. El Aissami habría vendido planchas para la impresión
de células de identidad venezolanas no biométricas. El precio de dichas láminas
habría sido de diez mil dólares el paquete de cincuenta láminas, más los datos
necesarios para clonar eficazmente estos documentos.
La venta habría sido concretada a través de Albert
Noguera, un venezolano ex funcionario de la ONIDEX, quien vivía en la Parroquia
23 de enero, en la ciudad de Caracas. Noguera habría sido detenido en varias
ocasiones por funcionarios del SEBIN -Servicio Bolivariano de Inteligencia- en
posesión de documentos falsos, siempre habría sido liberado por intervención de
autoridades superiores.
Posteriormente, Tareck El Aissami ocuparía diversos cargos
en el gobierno chavista, legislador en la Asamblea Nacional, viceministro de
Seguridad Ciudadana, ministro de Relaciones Interiores y Justicia y gobernador
del estado Aragua.
EL HOMBRE DE
TEHERÁN
El nombre de Tareck El Aissami siempre aparece cuando
se habla de las relaciones entre el gobierno de Venezuela e Irán. En especial
cuando Hugo Chávez Frías incrementó las relaciones con Mohamed Khatami y
Mahmoud Ahmadinejad.
El Aissami está también
presente en la conexión entre PDVSA – Banco de Andorra – Irán que tráfico
millones de dólares provenientes de las cuentas oficiales venezolanas. La
revista brasileña Veja y el diario The Wall Street Journal vincularon a El
Aissami con los misteriosos vuelos del Airbus 340
de la aerolínea de bandera venezolana Conviasa
que cubre la ruta Caracas-Damasco-Teherán sale sólo dos sábados al mes y con
una cabina de pasajeros semivacía desde los hangares del aeropuerto
internacional Simón Bolívar.
Aunque el vuelo se realiza sin ningún tipo de
controles migratorios, las buenas relaciones entre Venezuela, Siria e Irán no
son suficientes para llenar esta aeronave de 286 asientos, por lo que suele
viajar con tan sólo 140 plazas cubiertas, en su mayoría, por funcionarios
venezolanos, inmigrantes sirios y empresarios iraníes.
Tareck El
Aissami habría jugado un papel central en las gestiones que Hugo Chávez habría
realizado, poco antes de su muerte, ante el gobierno de Cristina Fernández de
Kirchner, para que Argentina retirara los pedidos de detención internacional de
funcionarios iraníes.
En noviembre de 2007, la
Asamblea General de Interpol dictó las "circulares
rojas" para la detención internacional de cinco ex funcionarios de
Irán y un libanés solicitadas por el juez federal argentino
Rodolfo Canicoba Corral. Los pedidos de detención fue para los iraníes Alí
Fallahijan, Moshen Rezai, Moshen Rabbani, Ahmad Reza Ashgari, Ahmad Vahidi y el
libanés Imad Fayez Moughnieh, acusado de planificar el ataque a la AMIA,
ocurrido el 18 de julio de 1994 y que dejó 85 muertos.
Los iraníes también habrían solicitado a Chávez
intermediar para que la Argentina exportara a Irán tecnología nuclear. Según la
revista brasileña Veja, tres desertores venezolanos pertenecientes al círculo
interno de poder chavista, Venezuela se habría encargado de transferir a altos
funcionarios argentinos dinero proveniente de Irán.
Por su parte, el diario español ABC afirmó que El Aissami está
relacionado con Hezbollah. En enero de 2015, publicó una investigación en la
que asegura que se reunió, en 2013, con Ghazi Nasr al-Dine, a quien el FBI incluyó
en su lista de terroristas buscados.
Otras informaciones vinculan a Tareck El Aissami
con el narcotráfico. El diario The Wal
Street Journal publicó, en mayo de 2015, que la DEA había identificado a El
Aissami como parte del llamado “Cartel de
los Soles”, formado por militares chavistas, responsable de la exportación
de cocaína colombiana rumbo a los Estados Unidos desde puertos venezolanos.
LA
LARGA MANO DE TEHERÁN
Expertos occidentales en inteligencia,
consultados para este artículo, opinan que en la designación de Tareck El
Aissami como vicepresidente de Venezuela jugó un papel central la visita que,
el 18 de agosto de 2016, realizó el canciller de Irán, Mohammad
Javad Zarif, por América Latina
que incluyó Chile, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Venezuela.
El Aissami es el hombre de confianza, tanto de Irán como de Cuba, y el
encargado de una trama de coordinación y apoyo, tanto a las actividades de
inteligencia como al apoyo que estos países brindan a diversos grupos de
izquierda latinoamericanos, elementos terroristas islámicos y aún
narcotraficantes.
Mohammad Javad Zarif habría negociado con Nicolás Maduro la designación
de El Aissami, su hombre de confianza en Venezuela, como vicepresidente. Maduro
aislado internacionalmente, acosado por la oposición venezolana que intenta
destituirlo y en medio de una fuerte crisis económica no tuvo muchas opciones.
Para mantenerse en el poder debe disolver la Asamblea Nacional y
suspender sin fecha cualquier tipo de elecciones. Esto aumentará
considerablemente su aislamiento regional e incluso lo dejará expuesta a
sanciones económicas.
Ante esa eventualidad, Maduro solo podrá contar con el apoyo que le
brinden Cuba, Rusia, Irán, Bolivia, Nicaragua y Ecuador. Tareck El Aissami
cuenta con fluidos contactos en la mayoría de estos países y con la confianza
de sus dirigentes. Además, su designación al frente del “Comando Nacional Antigolpe” le da las herramientas necesarias para
concretar el golpe de Estado final que termine con la poca democracia existente
en Venezuela.
Esta posibilidad amenaza con convertir a Venezuela, aislada de la
región, virtualmente en una colonia
iraní en América Latina abierta a la presencia de todo tipo de elementos
desestabilizadores.
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