El presidente
electo Donald Trump está conformando su equipo de gobierno estableciendo un
balance entre los tecnócratas y los ideólogos radicales que abogan por la
América grande una vez más…
UN CARGO SIGNIFICATIVO
El
cargo de Asesor de Seguridad Nacional, para quien no conoce la dinámica de
Washington, puede parecer de segundo orden.
Sin
embargo, si se observa con detenimiento quienes lo han desempeñado en el pasado
se obtiene una visión distinta.
Por
ese cargo pasaron figuras de la talla de Henry Kissinger, Zbigniew Brzezinski o
Brent Scowcroft.
Henry
Kissinger, en especial, desde este cargo instrumentó el acercamiento entre los
Estados Unidos y China y también comenzó a negociar el retiro americano de la
Guerra de Vietnam.
Kissinger
adquirió tal importancia en la Administración de Richard Nixon que este terminó
designándolo como Secretario de Estado.
El
puesto de Asesor de Seguridad Nacional, fue creado en los primeros días de la
Guerra Fría, y quien lo ocupa orienta la visión del mundo de un presidente en
los distintos ámbitos y organismos que intervienen en la seguridad de los
Estados Unidos.
Después
de los ataques del 9/11, cuando se implementó la “guerra contra el terrorismo” y la “USA Patriot Act”, este cargo adquirió una nueva relevancia situándose
en el centro de la escena.
Quizá
a ello se deba que el presidente electo Donald Trump haya elegido para
desempeñar ese cargo a un general retirado, ex director de la Agencia de
Inteligencia para la Defensa, que comparte muchos de sus puntos de vista, en
especial, su preocupación por terminar con el terrorismo yihadista y, en
especial, el grupo conocido como DAESH o ISIS.
UN GENERAL PARA TRUMP
El
elegido, Michael Thomas Flynn es un católico de ascendencia irlandesa, que
nació en 1958, en Rhode Island. Su formación académica incluye un Bachillerato
en Ciencias, una Licenciatura en Ciencias de la Administración de la
Universidad de Rhode Island, graduado con honores del Reserver Officer’s
Training Corps.
Obtuvo
una Maestría en Administración de Empresas de Telecomunicaciones de la Universidad
Golden Gate, una Maestría en Arte y Ciencia Militar del Centro de Comando y
Estado Mayor del Ejército de los Estados Unidos y una Maestría en Seguridad
Nacional y Estudios Extranjeros del Colegio de Guerra Naval.
Además,
aprobó el Curso Básico de Oficial de Inteligencia Militar, Oficial del Curso
Avanzado de Oficial de Inteligencia y el Curso de Comando y Estado Mayor del
Ejército de los Estados Unidos.
Durante
sus treinta y tres años de servicio en el Ejército estadounidense sirvió en
diversos cargos, especialmente del área de inteligencia militar, y en distintos
lugares del mundo.
En
particular merece destacarse su participación en la denominada “Operación Libertad Duradera”
(Afganistán) y la “Operación Libertad
Iraquí”.
En
septiembre de 2011, fue ascendido a Teniente General y asignado a la Oficina
del Director de Inteligencia Nacional. Seis meses más tarde, el 17 de abril de
2012, el presidente Barak Obama lo nominó como el 18° Director de la Agencia de
Inteligencia de Defensa.
El
general Flynn asumió el cargo de julio de 2012. En octubre de 2012 presentó un
documento titulado “Visión 2020.
Aceleración del cambio a través de la inteligencia” que señalaba como debía
transformarse la DIA para hacer frente a los retos de la seguridad para el
siglo XXI. Entre otras cuestiones planteaba la necesidad de una mayor
cooperación entre las agencias de los Estados Unidos.
Sin
embargo, pronto Flynn entró en conflicto con la Administración Obama. Sorpresivamente,
el 30 de abril de 2014, Michael Flynn presentó su renuncia y pidió su retiro
del Ejército, un año antes de la finalización de su mandato en la DIA.
Desde
el gobierno de Obama se dijo que el presidente había solicitado la renuncia del
general Flynn por su “estilo caótico de
gestión y su visión de las funciones de la DIA.”
Por su
parte, fuentes cercanas a Flynn dejaron trascender que el alejamiento del
militar de su cargo se debía a su oposición a la política estadounidense en
Siria.
Según
el ex director de la DIA la Administración Obama, al armar a los rebeldes sirios
moderados, en realidad estaba beneficiando a grupos islámicos radicales, como
la franquicia de Al Qaeda, el Frente Al-Nusra y el DAESH o ISIS.
A
partir de su retiro, Michael Flynn, que hasta entonces había sido un demócrata
convencido, se convirtió en un fuerte sensor del gobierno de Obama y de lo
actuado por Hillary Clinton durante su periodo como Secretaria de Estado. Sus
críticas se centraron especialmente en la forma que se llevaba a cabo la lucha
contra el terrorismo yihadista.
Una
vez desvinculado del servicio activo, Flynn creó una empresa de consultoría denominada
“Flynn Group de Intel”, dedicada a
brindar servicios de “diplomacia pública” (es decir de lobby) a distintos
gobiernos.
Entre
sus clientes conocidos se cuentan el gobierno de Recep Tayyip Erdogan en
Turquía y la Rusia de Vladimir Putin.
En el
cumplimiento de esas actividades, Flynn abogó por la extradición a Turquía del
clérigo disidente Fethullah Gülen. El gobierno del presidente Erdogan acusa a
Gülen de haber organizado el frustrado golpe de Estado del pasado mes de julio.
También
se convirtió en un analista frecuentemente consultado por la agencia noticiosa
rusa “RT” (antes Russia Today). En
2015, incluso asistió a una cena organizada por dicha agencia en honor de
Vladimir Putin, sentándose junto al mandatario ruso.
Flynn
admitió que había cobrado por asistir al evento de RT y comparó a esta agencia
con la estadounidense CNN.
Durante
las últimas elecciones primarias brindó su asesoramiento en temas de seguridad
a los candidatos Carly Fiorina, Scott Walker, Ben Carson, Ted Cruz y Donald
Trump.
En
febrero de 2016, se sumó definitivamente como principal asesor de seguridad y
política internacional de Donald Trump.
En
julio de 2016, durante la Convención Nacional Republicana, fue uno de los
oradores principales. Flynn aprovecho la ocasión para fustigar duramente a la
Administración Obama y a la candidata demócrata Hillary Clinton.
INTERESES Y CONFLICTOS
Flynn
es conocido como un decidido islamofobo que ha afirmado que, no sólo integra el
grupo xenófobo “Act for America”,
sino que afirmado que “temer al islam,
que quiere que el 80% de la Humanidad sea exterminada o esclavizada, es
totalmente racional”.
En
esta línea de pensamiento, Flynn considera que es una prioridad para los Estados
Unidos el aniquilar al grupo terrorista Estado Islámico, DAESH o ISIS.
Nadie
pone en duda que Michael Flynn reúne los requisitos de idoneidad y experiencia
para el cargo de Asesor de Seguridad Nacional, pero se preguntan como hara para
armonizar sus pasados intereses profesionales como lobista con sus nuevas
responsabilidades en el gobierno americano. Algo que no parece preocupar a
Donald Trump.
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