La Audiencia Nacional de España se dispone a detener
Brahim al Ghali, Secretario General del grupo separatista Frente Polisario, en
caso de que concurra a un acto de esta organización planea realizar en
Barcelona en los próximos días.
UNA
ACUSASIÓN BIEN FUNDADA
En reiteradas ocasiones, desde
esta columna e incluso ante la 4ta. Comisión de Naciones Unidas, he denunciado
que la banda separatista marroquí Frente Polisario tenía por Secretario General
a un criminal de guerra, genocida y violador.
En todos los casos el aparato
de prensa del Polisario y sus compañeros de ruta negaron estos cargos y
realizaron diversas imputaciones en mi contra. Ahora es la prensa española
quien difunde que la justicia de España reclama la comparecencia de Brahim al
Ghali para rendir cuentas en una causa por genocidio y terrorismo.
A la muerte del dirigente
histórico del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, el pasado 31 de mayo, Argelia
impuso en la jefatura del grupo separatista a Brahim al Ghali, quien en los años setenta, fue uno de los
fundadores del Frente Polisario y entre 1976 y 1987 se desempeñó como seudo “ministro de Defensa” de la organización
separatista.
Desde ese cargo fue
responsable de ordenar a las milicias polisarias ejecutar operaciones terroristas.
En especial, los ataques marítimos que comandos del Polisario efectuaron contra
34 pesqueros españoles en alta mar. Esas acciones incluyeron el ametrallamiento de las naves, el
secuestro y asesinato a mansalva de sus tripulantes.
En esos años, el terrorismo polisario
terminó con la vida de trescientos españoles y otros cientos resultaron
heridos, además produjo cuantiosas pérdidas materiales. Todos estos ataques
constituyen crímenes de lesa humanidad y se cometieron siguiendo las directivas
expresamente impartidas por Brahim al Ghali.
Lamentablemente, este no es el
único cargo que se formula contra al Ghali. Su nombre figura en un lugar
destacado entre los veintiocho miembros del Frente Polisario y altos cargos del
gobierno argelino que fueron denunciados por la “Asociación Saharaui Pro Derechos Humanos” (ASADEDH) y tres
víctimas, en agosto de 2012, ante el Juzgado Central N° 5, del juez José de la
Mata.
Los dirigentes polisarios
fueron acusados de “genocidio en concurso
con asesinato, lesiones, detención ilegal, terrorismo, tortura y desapariciones
forzadas” de ciudadanos españoles de origen saharaui ocurridas, durante
décadas, en las cárceles de los campos argelinos en Tindouf.
En esa misma causa, el Juez de
la Audiencia Nacional Pablo Ruz acusó al Frente Polisario de “retener contra su voluntad a miles de
saharauis en los campos de Tindouf, en Argelia, con la complicidad de Argel.”
Entre los acusados, además al
Ghali, figuran el ex director general de seguridad militar del Polisario y
responsable de las relaciones con la ONU en Nueva York, Mohamed Jadad; el
agregado militar en la “Embajada”
polisaria en Mauritania, Nabil Kadour y al entonces embajador de Argelia en
Rabat, general Omari.
Otros imputados fueron: el
fiscal del Polisario en los campos de Tindouf, Sidi Wagag, su ministro de
Comunicación, Sidahmed Battal y varios responsables de las cárceles polisarias.
OTROS
CARGOS CRIMINALES
Los crímenes que se imputan a
Brahim al Ghali exceden el ámbito de los políticos. El dirigente separatista
también tiene abierta una causa penal ante la Audiencia Nacional por la
violación de una joven saharaui.
La víctima fue la adolescente
Jediyetu Mahmud Mohamed Zubair. En su infancia, Jediyetu fue uno de los tantos
niños que viajó a España para participar del programa “Vacaciones en Paz” que les permite pasar el verano con una familia
de acogida española. Así pudo aprender el idioma castellano y cuando retornó a
los campamentos, puesto que a partir de la pubertad a las jóvenes ya no se les
permite viajar y en la mayoría de los casos se las fuerza a contraer matrimonio
contra su voluntad, comenzó a trabajar como traductora en Raboni, atendiendo a
los visitantes extranjeros, en lo que constituye el “aparato de protocolo” del Polisario.
En 2010, como resultado de sus
contactos con visitantes extranjeros fue invitada por una ONG italiana a viajar
a Roma. Para ello, Jediyetu necesitaba de un visado que sólo otorgaba el “embajador” del Frente Polisario en
Argel, en ese entonces Brahim al Ghali.
La joven llamó a al Ghali y el
funcionario la citó en un horario fuera del habitual. Durante el encuentro
Brahim le dijo directamente que si quería el visado debería mantener relaciones
sexuales con él. Ante la firme negativa de Jediyetu terminó violándola con la
ayuda de otros funcionarios del Polisario, Abderkader Luely Talomar, hijo de un
alto dirigente encargado de administrar la ayuda alimentaria internacional y
otro empleado de la legación polisaria.
La joven contó lo sucedido a
sus padres, pero estos conociendo la influencia de Brahim al Ghali en los campamentos
y la humillación que caería sobre la familia, ordenaron a su hija guardar
silencio y olvidar el aberrante suceso.
Pero, Jediyetu no estaba
dispuesta a olvidar nada y solo quería justicia. Con la ayuda de una ONG y del
abogado Agustín de la Cruz Fernández denunció a sus violadores ante la
Audiencia Nacional de España y también en la Comisión de los Derechos Humanos
de ONU.
Por este delito, Ghali y sus
cómplices tienen una causa penal abierta en la Audiencia Nacional.
NUEVA
PROVIDENCIA
Todos los medios de prensa
españoles se han hecho eco de la reciente decisión del juez José de la Mata
ordenando, a la Policía Nacional de España, que identifique y determine el
paradero de Brahim al Ghali en caso de que ingrese a suelo español.
La causa por genocidio se
encontraba, hasta ese momento, archivada debido a la imposibilidad de
identificar al líder Polisario -quien frecuentemente viaja con pasaporte
argelino a otro nombre- y a quien ha sido imposible de notificar de la causa en
su contra.
En su momento, otro juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz había
establecido que “Ghali es un prófugo que
obstaculiza el cumplimiento de la ley”.
Las autoridades judiciales españolas
obraron en esta forma al tomar conocimiento de que el dirigente separatista se
disponía a concurrir a Barcelona, entre el 18 y 19 de noviembre de este año,
para participar de un evento proselitista organizado por el Frente Polisario.
Los jueces españoles
consideraron que la visita era propicia para finalmente poder detener a al
Ghali y someterlo a proceso.
Sea detenido o no, la
existencia de un dirigente acusado por tantos delitos resta toda credibilidad
al Frente Polisario, muchos de sus miembros son conscientes de esta situación pero
poco pueden hacer al respecto. Al Ghali es un hombre de Argel y mientras cuente
con el apoyo del aparato de inteligencia argelino nadie podrá desplazarlo de la
jefatura del movimiento separatista.
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