El
economista José Luis Espert presentó su Partido Libertario que defiende el
ideario de la economía liberal y con el cual pretende competir por la
presidencia en octubre de 2019.
En Argentina suele confundirse
y emplearse indistintamente los términos: derecha, conservador y liberal.
Siendo que la derecha suele ser nacionalista, proteccionista en lo económico y
xenófoba. Mientras que los conservadores se caracterizan por ser elitista y
dividirse frente al tema del proteccionismo económico. Hay conservadores
proteccionistas que miran con simpatía al populismo en tanto no amenace sus
privilegios y posición social. Otros conservadores, por el contrario, abrazan
los principios del libre mercado y la apertura económica mientras se
atrincheran en los valores familiares, la Iglesia Católica y la idea de una
sociedad jerarquizada y de escasa movilidad social.
Por último, están los auténticos
liberales que no sólo defienden a la economía de mercado sino la totalidad de
los principios de la democracia liberal, la libre competencia, la meritocracia,
la movilidad social ascendente y la plena vigencia de los derechos humanos.
En otras palabras, el término “liberal” está rodeado en Argentina de
una total ambigüedad.
Para incrementar la confusión
terminológica, el economista José Luis Espert no encontró mejor idea que
denominar a su partido “Libertario”
lo que a primera impresión hará pensar que se trata de un grupo anarquista.
Algo que, después de todo no
está muy lejos de la realidad. Porque tanto los anarquistas como los liberales ortodoxos
consideran al Estado una institución nociva e innecesaria a la que debería
suprimirse.
De todas maneras, la aparición
de un partido liberal ortodoxo resulta saludable para la política argentina,
entre otras cosas, para que de una buena vez quede claro que el partido PRO de
Mauricio Macri no es de derecha y mucho menos liberal. En último caso, el PRO
es un partido formado por empresarios sin otra ideología que el pragmatismo más
puro.
El pasado miércoles 19 de
diciembre, Espert reunió a trescientos de sus seguidores en el Salón Hamburgo
del tradicional Club Alemán de Buenos Aires para presentar el Partido
Libertario.
El lugar elegido para la
presentación y el perfil social de la asistencia auguran que el Partido
Libertario no será un partido de masas, sino, en el mejor de los casos un “partido de cuadros”, según la
terminología creada por el politólogo francés Maurice Duverger.
Los partidos de cuadros están
formados por profesionales y actúan en alianza con los partidos de masas.
Cuando los partidos de masas llegan al gobierno los partidos de cuadros le
suministran expertos para cubrir áreas técnicas de la administración del
Estado.
El MID, Movimiento de
Integración y Desarrollo fundado por Arturo Frondizi y Rogelio Frigerio, actuó
como partido de cuadros para los gobiernos peronistas en la década de los
setenta y noventa.
El problema que tendrá el
Partido Libertario es que los partidos de masas de hoy: el Partido
Justicialista, la Unión Cívica Radical e incluso el PRO cuentan con suficientes
cuadros técnicos experimentados sin recurrir a otros partidos.
Por otra parte, la ideología
liberal ortodoxa y cerrada tampoco facilitará las alianzas con otros partidos.
Los cuadros de conducción del
nuevo partido están formados por un elenco de economistas y consultores
financieros muy conocidos en la City porteña y entre el periodismo
especializado pero carente de toda experiencia en la política de comité y mucho
menos en la construcción de un partido político nacional.
Entre ellos figuraban: el
economista mediático Javier Milei, Miguel Boggiano, Fausto Spotorno del estudio
Orlando Ferreres, Agustín Etchebarne de la Fundación Libertad y Progreso; el
titular de la consultora Economía y Regiones y ex socio de Rogelio Frigerio,
Diego Giacomini, Guillermo Nielsen, ex viceministro de Néstor Kirchner que
renegoció la deuda en default y luego candidato a jefe de gobierno porteño en
las filas del Partido Renovador de Sergio Massa, Eliana Scialabba, Daniel Lema,
Mariano Fernández, Gustavo Lazzari, Jorge Bertolino, Miguel Adorni, Germán
Messina, Leandro Moro, Guillermo Maresco, Juan Tyberian, Juan Martín Gazaneo,
Guido Vignoli, Nicolas Naimo Charo y Martín Krause. Es decir, lo más granado de
los economistas liberales.
En la segunda fila, como
militantes, se encuentra un nutrido grupo de jóvenes subtreinta: en su mayoría
graduados o estudiantes universitarios de carreras empresariales y de economía,
pertenecientes a la clase media acomodada. Jóvenes con mucho entusiasmo y
grandes ideas pero que están haciendo sus primeras armas en el ámbito de la
política argentina.
El propio José Luis Espert
(1961) es un outsider de la política.
Se trata de un licenciado en Economía, con un máster en Economía de la UCEMA que
siempre ha sido consultor y analista económico. Se inició en consultoría en el
estudio del economista Miguel Broda, luego pasó por el Estudio Arriazu, fue
socio de Econométrica S. A. hasta que en el año 2000 se independizó y fundo su
propia consultora “Estudio Espert”
donde brinda asesoramiento a diversas empresas locales y del exterior. No ha
ocupado cargos públicos y tampoco gestionó empresas o industrias de
envergadura.
Su experiencia política se
reduce a la actuación como panelista en programas televisivos y a los artículos
sobre economía que suele publicar en los diarios La Nación y El País de
Uruguay.
Su candidatura es apoyada por
la Fundación Friedrich Naumann por la Libertad,
que sostiene financieramente a los partidos liberales en todo el mundo y por un
grupo de empresarios locales a los cuales beneficia la apertura total de la
economía argentina.
Espert aspira a representar a
los votantes descontentos tanto con la gestión de Mauricio Macri como con un
posible retorno del kirchnerismo.
Por el momento, el Partido
Libertario enfrenta tres importantes desafíos. En primer término, lograr la
personería jurídica en algún distrito para poder presentar candidatos.
Según la reforma electoral del
2009, Ley 26571 de Partidos Políticos, se requieren cuatro mil afiliados con
residencia en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y otro tanto en la provincia
de Buenos Aires. Tan sólo para obtener la personería jurídica en alguno de
estos distritos y poder presentar una lista lectoral de diputados nacionales y
provinciales en los próximos comicios.
Además, una candidatura
presidencial requiere la personería nacional que a su vez demanda que el partido
cuente con personería en al menos cinco distritos (provincias). Es decir,
contar con unos veinte mil afiliados a nivel nacional pero distribuidos en
cinco provincias.
El Partido Libertario tiene
hasta el 22 de junio próximo para obtener la personería en cada distrito en el
que aspire a presentar candidatos locales, nacionales y presidencial.
Claro que los libertarios
siempre pueden recurrir al procedimiento habitual de realizar una alianza
electoral con alguno de los pequeños partidos con personería jurídica y escaso
caudal electoral, conocidos en el ambiente político como “sellos de goma”.
Este recurso extremo suele ser
habitual en partidos nuevos y en candidatos sin partido para poder concretar rápidamente
sus aspiraciones. Estas alianzas coyunturales en raras ocasiones resultan bien.
Siempre surgen disputas al momento de confeccionar las listas de candidatos y
por el manejo de la publicidad y los fondos de campaña.
El segundo obstáculo será
superar el 1,5% de los votos válidos emitidos en cada distrito en las
elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), del 11 de
agosto próximo. Para entonces, el Partido Libertario deberá reunir 100.000
fiscales para supervisar la votación en todo el país. Sólo los candidatos que
superen esa barrera podrán competir en las elecciones generales del domingo 27 de
octubre.
Por último, para ingresar a la
política argentina el Partido Libertario deberá obtener alguna representación
legislativa nacional. Ningún partido que defienda el ideario liberal logro
representación nacional desde que la Unión de Centro Democrático, creada por el
ingeniero y economista Álvaro Alsogaray, obtuviera un escaño en las elecciones
legislativas de octubre de 2001.
Por el momento, la iniciativa
de José Luis Espert y su equipo de economistas liberales esta muy lejos de
constituir una auténtica opción electoral, ni siquiera son un partido político
legalmente constituido.
La lógica indica que un nuevo
partido que irrumpe en la política con dirigentes poco experimentados, casi
desconocidos para el gran público y con un rígido planteo ideológico debería,
al menos en una primera etapa, concentrar sus limitados recursos humanos y financieros
en un solo distrito y más tarde ir incrementando gradualmente su presencia en
otros distritos hasta llegar a la personería jurídica nacional. El Partido
Libertario no ha seguido este procedimiento.
Lo cual hace pensar que para
José Luis Espert y sus principales socios en el Partido Libertario sus
candidaturas en estas elecciones generales son tan sólo una gran campaña
publicitaria para darse a conocer no sólo como economistas sino como
potenciales dirigentes políticos.
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