martes, 25 de diciembre de 2018

DURO REVÉS PARA LAS DISIDENCIAS DE LAS FARC



La caída en combate del narcoterrorista Walter Arrízala Vernaza, alias “Guacho” y la desarticulación del Frente Oliver Sinisterra, debilita a las disidencias de las FARC que aún mantienen en pie a 1.749 combatientes en las selvas de Colombia.

GRUPOS ARMADOS ORGANIZADOS RESIDUALES

Las disidencias de las FARC -que el gobierno colombiano denomina “Grupos Armados Organizados Residuales” (GAOR)- son frentes o grupos de guerrilleros que no aceptaron desmovilizarse -es decir, ir a las zonas veredales, entregar sus armas y hacer el tránsito hacia la vida en la legalidad y la paz- como lo estipula el acuerdo de paz firmado por el gobierno de Colombia y la organización narcoterrorista, en 2016.

Las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC- constituyen un serio desafío a la paz y la seguridad tanto de Colombia como de sus países vecinos: Ecuador, Brasil y Venezuela. Estas narco guerrilla han minado la confianza sobre el actual proceso de paz.

El número de narcoguerrilleros que continúan en actividad es incierto. Las cifras oficiales los sitúan en los 1.749, pero otras fuentes incrementan su número hasta los 2.500 o 3.000 combatientes. Los mismos se encuentran distribuidos en decenas de grupos de diversas dimensiones.

FRENTE OLIVER SINISTERRA

Oscar Armando Sinisterra Sevillano, cuyo alias en la organización era “Oliver”, era un líder de las FARC de la localidad de Nariño que cayó en combate en febrero de 2015.

Sus hombres tomaron el nombre de “Oliver Sinisterra” para denominarse al separarse de las FARC, en 2016.

Hoy el Frente Oliver Sinisterra cuenta con aproximadamente 250 combatientes que antes pertenecían a las Columnas Móviles Aldana y Mariscal Sucre del Frente 29 de las FARC que se negaron a desmovilizarse y responden al comando de Walter Arrízala Vernaza, alias “Guacho”, el narcotraficante más buscado en Colombia y Ecuador y por quien se ofrece una recompensa conjunta de 247.000 dólares.

ALIAS “GUACHO”

Walter Arrízala Vernaza es colombiano, aunque nació en proximidades a la frontera con Ecuador y cuenta con parientes radicados en el pequeño poblado de Limones en la provincia costera de Esmeraldas.

Alias “Guacho” ingresó a las FARC, en 2007, reclutado por alias “Alexis” o “Tachuela”. Ascendió rápidamente en la estructura del grupo narcoterrorista hasta alcanzar el rango de “comandante”.

En su carrera criminal de más de una década, alias “Guacho” se destacó como responsable financiero y experto en explosivos. Precisamente, el Frente Oliver Sinisterra es responsable por nueve ataques con explosivos en Ecuador durante los primeros meses de 2018.

Arrízala Vernaza fue también el encargado de organizar las redes de tráfico de cocaína por las rutas y corredores terrestres que unen el Alto Mira y la frontera de Tumaco (Nariño) con cabo Manglares en el Océano Pacífico, como así también las rutas con Carchi y Esmeraldas en Ecuador, especialmente en la región del río Mataje, que delimita la frontera entre ambos países.

Cuando en 2016, las FARC acordaron desmovilizarse para cumplir con el proceso de paz, los hombres del Frente 29 decidieron transformarse en Frente Oliver Sinisterra para impedir que grupos guerrilleros pertenecientes al Ejército de Liberación Nacional -ELN- y a las Guerrillas Unidas del Pacífico -GUP- se apropiaran de sus campos de cultivo y rutas de tráfico. Cabe destacar que ni el ELN ni las GUP pertenecieron nunca a las FARC.

El Frente Oliver Sinisterra organizó sembradíos de coca, comenzó a cobrar por protección a otros grupos de narcotraficantes, a recaudar “impuestos revolucionarios” de los habitantes de la región y a reclutar nuevos combatientes en la región de Tumaco (Nariño) y a ambos lados de la frontera colombo – ecuatoriana.

Pronto el Frente conducido por alias “Guacho” estaba administrando un lucrativo “negocio” que las autoridades colombianas estiman genera 25 millones de dólares semanales.

Alias Guacho fue responsable del asesinato de seis campesinos cocaleros en Tumaco en 2017. Luego, el 27 de enero de 2018, combatientes del Frente Oliver Sinisterra atentaron con un automóvil cargado de explosivos contra la Estación de Policía de San Lorenzo, en Ecuador.

Pero el hecho que lo colocó en el ojo de todas las agencias de seguridad del continente fue el asesinato, el 23 de marzo de 2018, de un equipo periodístico del diario ecuatoriano “El Comercio” integrado por el cronista Javier Ortega (32), el fotógrafo Paul Rivas (46) y su chofer y asistente Efraín Segarra (60). A ello se sumó, el 11 de abril de 2018, el asesinato de una pareja de ecuatorianos Oscar Villacís y Katty Velasco de la localidad de Santo Domingo de los Tsáchilas, que se habían trasladado a San Lorenzo, Esmeraldas, a realizar negocios.

Estos crímenes convirtieron a alias “Guacho” en el criminal más buscado de Colombia. El entonces presidente Juan Manuel Santos duplicó la recompensa por datos que permitieran su captura de 150 millones de pesos a 300 millones (unos 110.700) dólares.

Finalmente, el 23 de diciembre las fuerzas del orden colombianas terminaron con las actividades del narcoterrorista. La muerte de alias “Guacho” se produjo en la vereda de Peña Caraño, en Llorente, zona rural de Tumaco, una zona de esteros cercana al mar.
Alias “Guacho” fue abatido por el disparo de un francotirador cuando intentaba escapar al cerco de las fuerzas colombianas vestido de mujer.

Para ubicar al narcoterrorista las autoridades rastrearon ciento veinte líneas telefónicas y reclutaron quince informantes en la zona. En su localización participaron el Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía, la Brigada de Inteligencia Militar N° 1, la Policía Nacional de Colombia y el Grupo N° 1 de la Drug Enforcemment Administration (DEA) de los Estados Unidos.

La muerte de Walter Arrízala y la desarticulación del Frente Oliver Sinisterra constituye un claro éxito para el gobierno del presidente Iván Duque que no dudó en denominar “héroes de Colombia” a los hombres que participaron de la operación.

GRUPOS NARCOTERRORISTAS COLOMBIANOS

No obstante este importante logro, en Colombia aún permanecen en pie de guerra al menos 7.265 combatientes de diversas organizaciones narcoguerrilleras que operan en 26 de los 32 departamentos del país, a saber:

2.206 combatientes distribuidos en siete frentes de guerra en catorce departamentos, pertenecientes al Ejército de Liberación Nacional.

1.749 combatientes de las Disidencias de las FARC que operan en diecinueve departamentos.

1.600 combatientes del Clan del Golfo que operan en diez departamentos.

260 combatientes de Los Pelusos que actúan en tres departamentos.

50 combatientes de Los Puntilleros operando en dos departamentos.

1.400 criminales más integran diversos grupúsculos que actúan en once departamentos.

Por lo tanto, el gobierno del presidente Iván Duque tiene mucha tarea por delante si quiere llevar la paz definitiva al pueblo colombiano.   




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