El rey de
Marruecos, Mohammed VI dedicó su discurso de la inauguración de la labor
parlamentaria para señalar a los legisladores y a la administración pública los
objetivos prioritarios del momento.
Al igual que en cualquier otra monarquía constitucional
moderna y democrática el Rey Mohammed VI ha pronunciado un discurso al
Parlamento con motivo de la apertura de la primera sesión del segundo año
legislativo de la undécima legislatura.
El monarca alauí aprovecho la ocasión para comunicar a
los legisladores cuales deben ser las cuestiones prioritarias que demandan su
atención preferencial.
El Rey de Marruecos estableció en esta oportunidad como
temas de mayor urgencia: el problema del abastecimiento hídrico afectado por el
cambio climático, en primer término y luego la cuestión de las inversiones
productivas de capital privado y extranjero.
El Rey Mohammed VI es uno de los jefes de Estado que
mayor preocupación ha demostrado por las consecuencias del cambio climático
sabiendo que el Reino es uno de los países del mundo más afectados por las
adversidades climáticas; en especial en sus provincias del Sur.
En las más de dos décadas de su reinado, Mohammed VI ha
desarrollado una política proactiva frente a los desafíos impuestos por el
cambio climático.
En este sentido, Marruecos albergó dos cumbres climáticas
internacionales – Las Sesiones de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP
7 (29/10/2001) y COP 22 (7/11/2016), ambas realizadas en la ciudad de
Marrakech.
Además, el reino realizó una gran apuesta a las energías
limpias y renovables en reemplazo de las energías fósiles. Está política convirtió
a Marruecos en líder mundial en aprovechamiento de energía solar y eólica.
El Rey Mohammed VI, conociendo que Marruecos padece de “estrés
hídrico estructural” ha dedicado grandes esfuerzos para “construir más
de cincuenta embalses entre grandes y medianos, además de veinte que se hallan
en vías de realización”, además de la construcción de “redes hídricas de
interconexión y estaciones de desalinización del agua de mar.”
Sin embargo, la actual emergencia hídrica es excepcional.
Marruecos está sufriendo la peor sequía de los últimos cuarenta años, una
situación que está provocando escasez de agua potable.
Los embalses solo reciben el 11% del agua que suelen
recibir en un año promedio.
Los ciento cincuenta pantanos que alberga el territorio
marroquí, y cuya capacidad es de 18.000 millones de metros cúbicos, almacenan
actualmente tan solo 4.000 millones de metros cúbicos debido a las escasas
precipitaciones.
También se registra una sobreexplotación de la capa
freática por los cultivos intensivos, los bombeos ilegales y la salinización de
los acuíferos costeros.
La dependencia de los agricultores de las precipitaciones
(la agricultura de regadío consume el 80% del agua disponible) hace que los
rendimientos agrícolas sean vulnerables a la sequía, lo que redundaría en que
en 2022 se podría producir la peor cosecha en décadas con el consecuente
impacto negativo en la economía del país.
La disponibilidad de agua es actualmente de unos 660
metros cúbicos por persona y por años y se prevé que descienda a los 560 m³ en
el año 2030. Los expertos de Naciones Unidas consideran que hay escasez de agua
cuando la disponibilidad del líquido elemento es inferior a los 1.000 m³ y por
debajo de 500 m³, se entiende que la población se enfrenta a la “escasez absoluta”.
Consciente de la gravedad de la situación hídrica, el Rey
Mohammed VI aprovechó su discurso para establecer “una utilización racional
y responsable del agua; ello requiere un verdadero cambio de nuestro
comportamiento para con este vital elemento”, señaló el monarca haciendo
responsables a “las administraciones y los servicios públicos” de dar el
ejemplo en este sentido.
En la segunda parte de su discurso el Rey de Marruecos se
ha ocupado de una de sus mayores y constantes preocupaciones: el “liberar
todas las energías y potencialidades nacionales, estimular la iniciativa
privada y atraer mayores inversiones extranjeras” y al mismo tiempo mejorar
el “clima de los negocios” para lograr un más destacado posicionamiento
de Marruecos en este ámbito.
Marruecos es uno de los mayores receptores de inversiones
extranjeras directas de África a pesar de la recepción económica mundial provocada
por la pandemia.
En los párrafos más destacados de su disertación
referidos a las inversiones productivas y el clima de negocios el monarca alauí
señaló: “Con el fin de reforzar la confianza de los inversores en nuestro
país, en tanto que destino de una inversión productiva, invitamos a afianzar
las bases de la competencia leal y poner en práctica el arbitraje y la
mediación para solucionar los conflictos que puedan surgir en este ámbito.”
[…]
“El objetivo estratégico que se busca no es otro, sino
que el sector privado ocupe la posición que bien le corresponde en el dominio
de la inversión, en tanto que verdadero motor de la economía nacional.” […]
“Esta última tiene por objetivo la movilización de 550
millones de dirhams (55 millones de dólares), así como la creación de 500.000
puestos de trabajo, entre 2022 y 2026.”
Como puede apreciarse, las preocupaciones centrales en el
plano interno son para el rey Mohammed VI la marcha de la economía y desarrollo
sustentable del Reino que aún se recupera de los efectos socioeconómicos
generados por dos años de pandemia y recesión internacional.
En el discurso ante los parlamentarios no hubo
referencias a temas de política exterior, defensa o soberanía, porque estas son
facultades que la constitución marroquí señala como de competencia exclusiva de
la monarquía.
Seguramente, el rey Mohammed VI aprovechará el próximo 6
de noviembre, cuando pronuncie su tradicional discurso del aniversario de la
Marcha Verde para referirse a las cuestiones vinculadas con la soberanía
marroquí.
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