viernes, 23 de abril de 2021

EL GOBIERNO DE SÁNCHEZ – IGLESIAS INVOCA “RAZONES HUMANITARIA” PARA VIOLAR LAS LEYES ESPAÑOLAS


 

En una auténtica novela de intrigas internacionales al estilo de Somerset Maugham, el gobierno socialista de España proporciona tratamiento médico bajo nombre falso al Secretario General del Frente Polisario, un prófugo de la justicia española responsable de asesinatos y torturas a ciudadanos españoles.

El gobierno del socialista Pedro Sánchez y su socio Pablo Iglesias Turrión de Unidos – Podemos han dejado de lado las leyes españolas para cumplir con sus compromisos ideológicos proporcionando asistencia médica en el hospital San Pedro de Logroño, La Rioja, a Brahim Ghali, Secretario General del Frente Polisario, a quien registró con el falso nombre de “Mohamed Benbatouch”, afectado de un cuadro severo de covid.

Si bien el gobierno socialista al descubrirse la superchería adujo “razones estrictamente humanitarias” para justificarse resulta evidente que los funcionarios involucrados en el hecho cometieron varios delitos al ocultar la identidad de una persona requerida por la justicia española.

Desde noviembre de 2016, Brahim Ghali está citado por el Juzgado N° 5 de la Audiencia Nacional de España como imputado en una investigación por la comisión de delitos de genocidio, asesinato, torturas y desapariciones forzadas contra saharauis con ciudadanía española retenidos en los campamentos argelinos de Tinduf bajo la administración del Frente Polisario.

Desde que la Audiencia Nacional de España emitió esa citación Brahim Ghali ha evitado visitar la península para no ser detenido.

UN PROFUGO POR VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS

Brahim al Ghali es natural de Smara y pertenece a la tribu Erguibatt. En los años setenta, fue uno de los fundadores del Frente Polisario y entre 1976 y 1987 se desempeñó como “ministro de Defensa” de la organización separatista.

Desde ese cargo fue responsable por ordenar a las milicias polisarias ejecutar ataques terroristas. En especial, por los ataques marítimos que comandos terroristas del Polisario efectuaron contra 34 pesqueros españoles en alta mar. Esos ataques incluyeron el ametrallamiento de las naves y el secuestro y asesinato a mansalva de sus tripulantes.

En esos años el terrorismo polisario terminó con la vida de trescientas personas, otros cientos resultaron heridos, además produjeron cuantiosas pérdidas materiales. Todos estos ataques constituyen crímenes de lesa humanidad y se cometieron siguiendo las directivas expresamente impartidas por Brahim al Ghali.

Lamentablemente, este no es el único cargo que se formula contra al Ghali. Su nombre figura en un lugar destacado entre los veintiocho miembros del Frente Polisario citados a comparecer ante la Audiencia Nacional de España acusados de “genocidio, asesinato, lesiones, detención ilegal, terrorismo, tortura y desapariciones forzadas” de ciudadanos españoles de origen saharaui ocurridas, durante décadas, en las cárceles de los campos argelinos en Tinduf.

En esa misma causa el Juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz acusó al Frente Polisario de “retener contra su voluntad a miles de saharauis en los campos de Tinduf, en Argelia, con la complicidad de Argel.”

Pero, los crímenes que se imputan a Brahim al Ghali exceden el ámbito de los políticos. El dirigente separatista también tiene abierta una causa penal ante la Audiencia Nacional por la violación de una joven saharaui.

La víctima fue la adolescente Jediyetu Mahmud Mohamed Zubair. En su infancia, Jediyetu fue uno de los tantos niños que viajó a España para participar del programa “Vacaciones en Paz” que les permite pasar el verano con una familia de acogida española. Así pudo aprender el idioma castellano y cuando retornó a los campamentos, puesto que a partir de la pubertad a las jóvenes ya no se les permite viajar y en la mayoría de los casos se las fuerza a contraer matrimonio contra su voluntad, comenzó a trabajar como traductora en Rabuni, atendiendo a los visitantes extranjeros, en lo que constituye el “aparato de protocolo” del Polisario.

En 2010, como resultado de sus contactos con visitantes extranjeros fue invitada por una ONG italiana a viajar a Roma. Para ello, Jediyetu necesitaba de un visado que sólo otorgaba el “embajador” del Frente Polisario en Argel, en ese entonces Brahim al Ghali.

La joven llamó a al Ghali y este la citó en un horario fuera del habitual. Durante el encuentro Brahim le dijo directamente que si quería el visado debería mantener relaciones sexuales con él. Ante la firme negativa de Jediyetu terminó violándola con la ayuda de otros funcionarios del Polisario, Abderkader Luely Talomar, hijo de un alto dirigente encargado de administrar la ayuda alimentaria internacional y otro empleado de la legación polisaria.

La joven contó lo sucedido a sus padres, pero estos conociendo la influencia de Brahim al Ghali en los campamentos y la humillación que caería sobre la familia, ordenaron a su hija guardar silencio y olvidar el aberrante suceso.

Pero Jediyetu no estaba dispuesta a olvidar nada y solo quería justicia. Con la ayuda de una ONG y del abogado Agustín de la Cruz Fernández denunció a sus violadores ante la Audiencia Nacional de España y también en la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU.

Por este delito, Ghali y sus cómplices tienen una causa penal abierta en la Audiencia Nacional que impiden que visiten los países europeos por temor a ser detenidos y remitidos a España para ser juzgados.

UN DIAGNÓSTICO CONFUSO

Brahim Ghali, de 73 años, llegó a España en un avión ambulancia procedente de Argelia. Al parecer el gobierno argelino primero intentó infructuosamente que el dirigente separatista fuera atendido en Alemania, país donde fue tratado en octubre de 2020 el presidente argelino Abdelmayid Tebbune.

Ante la negativa del gobierno germano, los argelinos apelaron al gobierno de Pedro Sánchez que sí aceptó violar sus propias leyes y deteriorar aún más sus relaciones con Rabat para cumplir con sus compromisos ideológicos.

El verdadero diagnóstico de Ghali es motivo de controversias. La versión oficial es que esta afectado por un cuadro agudo de covid del que se estaría recuperando favorablemente. No obstante, el Secretario General del Frente Polisario padece desde hace algunos años un cáncer de estómago cuya gravedad tampoco se conoce. Por último, recientemente circuló en los campamentos de Tinduf el rumor de que Ghali podría haber resultado herido durante el ataque aéreo marroquí que terminó con la vida del jefe de las milicias polisarias, Adaj el Bendir, a principios de mes, debido a que a partir de s hecho Ghali estuvo ausente de sus compromisos oficiales.

Cualquiera sea la afección que forzó la internación de urgencia de Brahim Ghali en España, lo cierto es que el hecho pone en evidencia de que Argelia carece de instalaciones sanitarias de alta complejidad para tratar casos de urgencia porque primero no fue capaz de tratar a su propio presidente y ahora tampoco puede proporcionar tratamiento al dirigente separatista.

La internación de Ghali también despierta interrogantes sobre la suerte del resto de la población saharaui en los campamentos de Tinduf cuando requieran de atención médica especializada.

Evidentemente, parafraseando a George Orwell podemos decir que todos los saharauis son iguales pero algunos son más iguales que otros.

REPERCUSIONES

El incidente probablemente tendrá un impacto negativo sobre las relaciones hispano – marroquíes.

Recordemos que el Jefe de Gobierno español Pedro Sánchez, tras asociarse al populista Pablo Iglesias para formar gobierno, no ha podido concretar una audiencia con el Rey Mohammed VI.

Hoy, la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, refiriéndose al tema ha señalado: “Quiero dejar claro que para nada esta cuestión ni impide, ni perturba, las excelentes relaciones que España tiene con Marruecos, que es no sólo un vecino y amigo, sino un socio privilegiado en lo económico, en lo político, en lo migratorio, en lo empresarial y en la lucha contra el cambio climático. Y eso no cambia.”

Por el momento, Rabat no se ha pronunciado sobre el hecho, pero esto no significa que apruebe lo actuado por Madrid.

Quien si se ha pronunciado es la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos que inmediatamente de confirmada la presencia de Brahim Ghali en España, se dirigió por nota al Juzgado N° 5 de la Audiencia Nacional para solicitarle que tome medidas para que el dirigente polisario no abandone el territorio español hasta que brinde testimonio sobre los graves cargos que pesan en su contra.

Actualmente, el escándalo político ocasionado por la decisión ilícita adoptada por el gobierno de Pedro Sánchez recién está comenzando y es muy pronto para determinar sus alcances.

 

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