En una auténtica novela de intrigas
internacionales al estilo de Somerset Maugham, el gobierno socialista de España
proporciona tratamiento médico bajo nombre falso al Secretario General del
Frente Polisario, un prófugo de la justicia española responsable de asesinatos
y torturas a ciudadanos españoles.
El
gobierno del socialista Pedro Sánchez y su socio Pablo Iglesias Turrión de
Unidos – Podemos han dejado de lado las leyes españolas para cumplir con sus
compromisos ideológicos proporcionando asistencia médica en el hospital San
Pedro de Logroño, La Rioja, a Brahim Ghali, Secretario General del Frente
Polisario, a quien registró con el falso nombre de “Mohamed Benbatouch”,
afectado de un cuadro severo de covid.
Si
bien el gobierno socialista al descubrirse la superchería adujo “razones
estrictamente humanitarias” para justificarse resulta evidente que los
funcionarios involucrados en el hecho cometieron varios delitos al ocultar la
identidad de una persona requerida por la justicia española.
Desde
noviembre de 2016, Brahim Ghali está citado por el Juzgado N° 5 de la Audiencia
Nacional de España como imputado en una investigación por la comisión de
delitos de genocidio, asesinato, torturas y desapariciones forzadas contra
saharauis con ciudadanía española retenidos en los campamentos argelinos de
Tinduf bajo la administración del Frente Polisario.
Desde
que la Audiencia Nacional de España emitió esa citación Brahim Ghali ha evitado
visitar la península para no ser detenido.
UN
PROFUGO POR VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS
Brahim
al Ghali es natural de Smara y pertenece a la tribu Erguibatt. En los años setenta, fue uno de los fundadores del
Frente Polisario y entre 1976 y 1987 se desempeñó como “ministro de Defensa” de la organización separatista.
Desde
ese cargo fue responsable por ordenar a las milicias polisarias ejecutar
ataques terroristas. En especial, por los ataques marítimos que comandos
terroristas del Polisario efectuaron contra 34 pesqueros españoles en alta mar.
Esos ataques incluyeron el ametrallamiento de las naves y el secuestro y
asesinato a mansalva de sus tripulantes.
En
esos años el terrorismo polisario terminó con la vida de trescientas personas,
otros cientos resultaron heridos, además produjeron cuantiosas pérdidas
materiales. Todos estos ataques constituyen crímenes de lesa humanidad y se
cometieron siguiendo las directivas expresamente impartidas por Brahim al
Ghali.
Lamentablemente,
este no es el único cargo que se formula contra al Ghali. Su nombre figura en
un lugar destacado entre los veintiocho miembros del Frente Polisario citados a
comparecer ante la Audiencia Nacional de España acusados de “genocidio, asesinato, lesiones, detención
ilegal, terrorismo, tortura y desapariciones forzadas” de ciudadanos
españoles de origen saharaui ocurridas, durante décadas, en las cárceles de los
campos argelinos en Tinduf.
En esa
misma causa el Juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz acusó al Frente
Polisario de “retener contra su voluntad
a miles de saharauis en los campos de Tinduf, en Argelia, con la complicidad de
Argel.”
Pero,
los crímenes que se imputan a Brahim al Ghali exceden el ámbito de los
políticos. El dirigente separatista también tiene abierta una causa penal ante
la Audiencia Nacional por la violación de una joven saharaui.
La
víctima fue la adolescente Jediyetu Mahmud Mohamed Zubair. En su infancia,
Jediyetu fue uno de los tantos niños que viajó a España para participar del
programa “Vacaciones en Paz” que les
permite pasar el verano con una familia de acogida española. Así pudo aprender
el idioma castellano y cuando retornó a los campamentos, puesto que a partir de
la pubertad a las jóvenes ya no se les permite viajar y en la mayoría de los
casos se las fuerza a contraer matrimonio contra su voluntad, comenzó a
trabajar como traductora en Rabuni, atendiendo a los visitantes extranjeros, en
lo que constituye el “aparato de protocolo” del Polisario.
En
2010, como resultado de sus contactos con visitantes extranjeros fue invitada
por una ONG italiana a viajar a Roma. Para ello, Jediyetu necesitaba de un
visado que sólo otorgaba el “embajador” del Frente Polisario en Argel,
en ese entonces Brahim al Ghali.
La
joven llamó a al Ghali y este la citó en un horario fuera del habitual. Durante
el encuentro Brahim le dijo directamente que si quería el visado debería
mantener relaciones sexuales con él. Ante la firme negativa de Jediyetu terminó
violándola con la ayuda de otros funcionarios del Polisario, Abderkader Luely
Talomar, hijo de un alto dirigente encargado de administrar la ayuda
alimentaria internacional y otro empleado de la legación polisaria.
La
joven contó lo sucedido a sus padres, pero estos conociendo la influencia de
Brahim al Ghali en los campamentos y la humillación que caería sobre la
familia, ordenaron a su hija guardar silencio y olvidar el aberrante suceso.
Pero
Jediyetu no estaba dispuesta a olvidar nada y solo quería justicia. Con la
ayuda de una ONG y del abogado Agustín de la Cruz Fernández denunció a sus
violadores ante la Audiencia Nacional de España y también en la Comisión de los
Derechos Humanos de la ONU.
Por
este delito, Ghali y sus cómplices tienen una causa penal abierta en la
Audiencia Nacional que impiden que visiten los países europeos por temor a ser
detenidos y remitidos a España para ser juzgados.
UN DIAGNÓSTICO
CONFUSO
Brahim
Ghali, de 73 años, llegó a España en un avión ambulancia procedente de Argelia.
Al parecer el gobierno argelino primero intentó infructuosamente que el
dirigente separatista fuera atendido en Alemania, país donde fue tratado en octubre
de 2020 el presidente argelino Abdelmayid Tebbune.
Ante
la negativa del gobierno germano, los argelinos apelaron al gobierno de Pedro
Sánchez que sí aceptó violar sus propias leyes y deteriorar aún más sus
relaciones con Rabat para cumplir con sus compromisos ideológicos.
El
verdadero diagnóstico de Ghali es motivo de controversias. La versión oficial
es que esta afectado por un cuadro agudo de covid del que se estaría
recuperando favorablemente. No obstante, el Secretario General del Frente
Polisario padece desde hace algunos años un cáncer de estómago cuya gravedad
tampoco se conoce. Por último, recientemente circuló en los campamentos de
Tinduf el rumor de que Ghali podría haber resultado herido durante el ataque
aéreo marroquí que terminó con la vida del jefe de las milicias polisarias,
Adaj el Bendir, a principios de mes, debido a que a partir de s hecho Ghali
estuvo ausente de sus compromisos oficiales.
Cualquiera
sea la afección que forzó la internación de urgencia de Brahim Ghali en España,
lo cierto es que el hecho pone en evidencia de que Argelia carece de
instalaciones sanitarias de alta complejidad para tratar casos de urgencia
porque primero no fue capaz de tratar a su propio presidente y ahora tampoco
puede proporcionar tratamiento al dirigente separatista.
La
internación de Ghali también despierta interrogantes sobre la suerte del resto
de la población saharaui en los campamentos de Tinduf cuando requieran de
atención médica especializada.
Evidentemente,
parafraseando a George Orwell podemos decir que todos los saharauis son iguales
pero algunos son más iguales que otros.
REPERCUSIONES
El
incidente probablemente tendrá un impacto negativo sobre las relaciones hispano
– marroquíes.
Recordemos
que el Jefe de Gobierno español Pedro Sánchez, tras asociarse al populista
Pablo Iglesias para formar gobierno, no ha podido concretar una audiencia con
el Rey Mohammed VI.
Hoy,
la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya,
refiriéndose al tema ha señalado: “Quiero dejar claro que para nada esta
cuestión ni impide, ni perturba, las excelentes relaciones que España tiene con
Marruecos, que es no sólo un vecino y amigo, sino un socio privilegiado en lo
económico, en lo político, en lo migratorio, en lo empresarial y en la lucha
contra el cambio climático. Y eso no cambia.”
Por el
momento, Rabat no se ha pronunciado sobre el hecho, pero esto no significa que
apruebe lo actuado por Madrid.
Quien
si se ha pronunciado es la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos
Humanos que inmediatamente de confirmada la presencia de Brahim Ghali en
España, se dirigió por nota al Juzgado N° 5 de la Audiencia Nacional para
solicitarle que tome medidas para que el dirigente polisario no abandone el
territorio español hasta que brinde testimonio sobre los graves cargos que
pesan en su contra.
Actualmente,
el escándalo político ocasionado por la decisión ilícita adoptada por el
gobierno de Pedro Sánchez recién está comenzando y es muy pronto para
determinar sus alcances.
No hay comentarios:
Publicar un comentario