El
país más extenso del Magreb enfrenta una brutal pérdida de reservas monetarias
como resultado de un gasto militar desbordado y una economía poco
diversificada, basada únicamente en exportaciones de hidrocarburos, en una
época de bajos precios para el petróleo.
Argelia
esta pagando las consecuencias de una combinación de factores negativos que la
condena inexorablemente a una explosiva crisis económica y social.
La
actual situación se ha estado formando gradualmente en la medida en que su
liderazgo envejecía sin abandonar los prejuicios ideológicos de los tiempos de
la Guerra Fría. Al mismo tiempo, su economía nada diversificada se concentraba
únicamente en la exportación de gas y petróleo, de donde proviene el 95% de las
exportaciones argelinas.
Por
otra parte, Argelia vive por encima de sus posibilidades, en especial en
materia de gasto militar.
El
gasto militar argelino es el mayor de África, el tercero entre los países
árabes y el número dieciocho del mundo, con casi 11.000 millones dólares, que representa
el 6,7% del PBI, en 2016.
El
gobierno de Argelia dedicó a la defensa el 14,65% del gasto público total.
Además, el pueblo debe soportar la pesada carga de apoyar al separatismo
saharaui. Las erogaciones que demanda el sostener la estructura burocrática del
Frente Polisario con el costo de solventar a sus milicias y a las actividades
de propaganda y el turismo diplomático que hacen los polisarios por los foros
internacionales y en diversos países. Además, están los gastos que ocasiona
mantener a la población marroquí retenida en los campos del sur del Sáhara
argelino.
Para
financiar su elevado gasto público, Argelia necesitaría que el precio del
barril de petróleo se situara en torno a los ochenta dólares, pero el precio
actual del hidrocarburo se encuentra estancado alrededor de los cincuenta
dólares.
Por lo
tanto, el gobierno del presidente Bouteflika, con un déficit comercial de
17.000 millones de dólares al año esta consumiendo en forma acelerada sus
divisas.
Entre
finales de 2014 y finales de 2016, Argelia perdió 65.000 millones de dólares de
sus reservas que pasaron de 176.000 millones a 114.000 millones de dólares.
Actualmente, las divisas que continuaron descendiendo a una tasa anual de entre
20.000 y 25.000 millones de dólares, se sitúan en aproximadamente 94.000
millones.
En los
últimos años, el gobierno consumió totalmente los recursos provenientes del
Fondo de Control de Ingresos (FRR por sus siglas en inglés), creado en el año
2000 para recaudar el excedente de los ingresos petroleros.
Durante
los años de prosperidad, en que el barril de petróleo se mantuvo entre los 120
y 150 dólares, el FRR contaba con grandes reservas de divisas. En 2012, el FRR
contaba con 72.000 millones de dólares. Hoy ese dinero se ha agotado.
Para
colmo de males, Bouteflika y sus ministros se empeñan en aplicar la misma
receta económica que llevó al desastre económico a la Venezuela chavista. Esta
consiste en la emisión descontrolada de papel moneda sin respaldo que a su vez
provoca altas tasas de inflación. Para combatir el desborde inflacionario el
gobierno argelino recurrió a la imposición de precios máximos a los productos
de primera necesidad, prohibiciones de importación a productos considerados
suntuarios y persecución a los pequeños comerciantes que violan los precios
máximos.
Recientemente,
el primer ministro Ahmed Ouyahia, dio a conocer una nómina de 851 productos
cuya importación quedaba prohibida (entre ellos teléfonos inteligentes,
computadoras y otros artefactos electrónicos)
Estas
medidas económicas, además de ser ineficaces, terminan fomentando el
contrabando, el mercado negro y la economía informal y son sumamente
impopulares entre la población.
La
única solución posible hoy no esta al alcance de un gobierno dictatorial y
opaco ante la opinión pública internacional. Esta consiste simplemente en abrir
y diversificar la economía.
Abrir
la economía argelina al mundo y atraer inversiones extranjeras es imposible
para un país asolado por la corrupción, sin seguridad jurídica y donde la
legislación prohíbe a los extranjeros poseer más del 49% de una empresa.
En
estas condiciones, aunque 90.000 millones de dólares en reservas pueden ser
enviables para otros países del Tercer Mundo, Argelia está transitando la misma
senda que antes recorrieron Venezuela y Zimbabue y ya sabemos a dónde conduce
ese camino.
Por
otra parte, la declinación económica que enfrenta Argelia se ve reflejada en la
clara perdida de influencia política del país en el campo internacional. Las
recientes cumbres africanas, donde el anciano presidente Abdelaziz Bouteflica
estuvo ausente, han sido una clara evidencia de ello, como así también la
escasa importancia que el presidente francés Emmanuel Macron dio a su visita a
Argelia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario