Mientras el mundo
contiene la respiración por el cruce amenazas nucleares que intercambian los
Estados Unidos y Corea del Norte, en Venezuela se vive otro drama que amenaza
con cubrir de sangres al país.
EL FIN DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA
La muerte del
presidente Hugo Chávez Frías, “El Comandante Eterno” de la Revolución
Bolivariana y el deterioro de la economía venezolana por la caída de los
precios internacionales del petróleo y el desastroso manejo económico del
chavismo terminaron por precipitar a Venezuela en un abismo que no parece tener
fondo.
En las elecciones de
diciembre de 2015, después de 17 años de la llamada “Revolución Bolivariana”,
la oposición, reunida en la Mesa de Unidad Democrática, obtuvo 112 escaños en
la Asamblea Nacional de 167 asientos, mientras que el oficialista Partido
Socialista Unificado de Venezuela y sus aliados conservaron 55 escaños. La
votación tuvo una participación de 74.17%, y fue organizada por el mismo
consejo electoral nacional (CNE) que había supervisado elecciones anteriores
ganadas por el partido del gobierno. No había duda, entonces, de que la
votación era justa y de que la oposición había recibido un mandato claro para
el cambio.
Sin embargo, todas las
leyes aprobadas desde entonces por la Asamblea Nacional han sido
bloqueadas por el gobierno del presidente Nicolás Maduro y por sus aliados en
el Tribunal Supremo de Justicia. En múltiples ocasiones, los legisladores
de la oposición agredidos por la Guardia Nacional, la policía y otros partidarios
del gobierno. Mientras todo esto sucedió, la economía controlada por el
Estado implosionó, lo que llevó a la escasez de alimentos y medicinas.
Paralelamente, la
inseguridad alcanzó cifras récord. Caracas se convirtió en la ciudad con más
violenta del mundo con 130 asesinatos cada 100.000 habitantes y cuadro ciudades
venezolanas se situaban entre las diez con mayores asesinatos del mundo.
Relevantes figuras del
régimen chavista enfrentan acusaciones de vínculos con el narcotráfico, en
especial con el “Cartel de los Soles”, narco – organización formada por
militares de alto rango. Incluso el vicepresidente de Venezuela, Tareck El
Aissami enfrenta un procesamiento ante la justicia de Nueva York por
narcotráfico, lavado de dinero y venta de documentos y pasaportes venezolanos a
personas del Medio Oriente vinculados con el terrorismo y el tráfico de drogas.
Mientras tanto los
venezolanos más pobres se veían obligados a alimentarse de los contenedores de
residuos, las protestas y los dirigentes opositores, además de detenciones
injustificadas y represión, sufren la proscripción política.
LA RESISTENCIA CIVIL
En las últimas semanas
la oposición apeló a la resistencia civil para contener el golpe de Estado
llevado a cabo por el chavismo al disolver la Asamblea Nacional. Ha ganado la
calle con protestas violentamente reprimidas por el gobierno del presidente
Maduro al costo de siete muertos y cientos de manifestantes heridos.
En medio de esta
crisis, el presidente Nicolás Maduro, anunció ayer que se ha aprobado un plan
para ampliar a 500.000 los miembros de la “Milicia
Bolivariana”, un cuerpo paramilitar que, armados con fusiles AK-47, se
desplegarán en todas las zonas para la defensa del país.
“Un fusil para cada miliciano”,
dijo el jefe de Estado en uno de sus encendidos discursos que habitualmente
transmite en cadena de radio y televisión.
El presidente indicó
que la meta final, “grande pero
indispensable”, es “ir a la
organización y entrenamiento de un millón de milicianos (...) organizados,
entrenados y armados para defender la paz” ante supuestos intentos de la
oposición de promover una intervención internacional.
La Oficina del Alto
Comisionado de la Organización para las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos
Humanos advirtió hoy que la entrega de armas a civiles en Venezuela sólo
exacerbará la tensión y el conflicto en el país.
“Lo que se necesita en este contexto de conflicto es
que la tensión se apacigüe, no que se incremente, y cuantas más armas en la
calle más posibilidades de que puedan ser usadas”,
indicó el portavoz de la Oficina, Rupert Colville.
“Y dar armas a los civiles implica muchísimo riesgo”,
agregó.
Colville recordó al
Ejecutivo nacional que la libertad de congregación y manifestación es un
derecho humano universal y que por lo tanto debe respetarse. Dicho esto,
también se refirió a los manifestantes y les dijo que deben protestar “de forma pacífica”.
“Reiteramos al gobierno que no debería haber
detenciones masivas ni indiscriminadas y que el Ejecutivo debe hacer todo lo
posible para apaciguar la tensión”.
Colville solicitó al
gobierno de Maduro que lleve a cabo “una
investigación imparcial” de todos los actos violentos ocurridos en el
contexto de las protestas y especialmente “los
que han acabado con la muerte de personas”.
“La situación está muy volátil y cualquier muerte
violenta debe ser investigada de forma profunda e imparcial”,
reiteró, en referencia a las siete muertes violentas en el contexto de
agitación civil que vive el país.
Mientras tanto diversos
sectores sociales se han plegado a la oposición parlamentaria para impulsar una
salida electoral anticipada que resuelva la crisis.
Varios gremios y
asociaciones civiles de Venezuela informaron que participarán en la marcha, del
miércoles 19 de abril, que fue convocada por la opositora Mesa de la Unidad
Democrática para manifestarse contra lo que consideran un “golpe de Estado” y una “ruptura
del hilo constitucional” en el país.
Sindicatos,
organizaciones no gubernamentales, familiares de políticos presos, asociaciones
de abogados, de pensionados y jubilados, de estudiantes, y otras agrupaciones
presentaron en la Asamblea Nacional sus propuestas para “el rescate del hilo
constitucional”.
El primer
vicepresidente de la Cámara, Freddy Guevara, los llamó a avanzar “en la escalada de presión contra la
dictadura este 19 de abril”. El opositor explicó que esta movilización
busca apoyar el proceso que inició el Parlamento para destituir a los siete
magistrados de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia que
firmaron dos sentencias por las que la fiscal general, Luisa Ortega Díaz,
declaró que se había roto el hilo constitucional.
“Estamos ganando la partida”
y el 19 será “una movilización
gigantesca, masiva, que le pase por encima a todos los obstáculos que le pongan
para que pueda llegar a su destino”, prosiguió Guevara quien se mostró de
acuerdo con que el chavismo también marche ese día pues, afirmó, “Caracas es muy grande”.
Por su parte, el
consultor jurídico del Parlamento, Jesús María Casal, aseguró que miles de
abogados se congregarán para solicitar al Consejo Moral Republicano, una
instancia del Poder Ciudadano, que avale la remoción de los magistrados.
Además, instaron a la
Cámara a revocar el estado de excepción instaurado por el presidente Nicolás
Maduro desde hace más de un año pues, aseguró, el jefe de Estado se ha valido
de este estatus para violar la Constitución.
Todas las agrupaciones
manifestaron su intención de marchar el próximo miércoles y la mayoría de ellas
pidió un punto especial entre los 26 dispuestos por la MUD en toda la capital
venezolana para esta movilización.
Entretanto, la
representación estudiantil indicó que establecerán una comisión para hacer
seguimiento al trabajo entre el Parlamento y los sectores sociales, al tiempo
que anunció que los universitarios mantendrán “la lucha en la calle activa” incluso después del miércoles.
Así planteada la
situación, el gobierno ha militarizado al país y movilizado a sus milicias para
intentar neutralizar la protesta. En tanto, la oposición se refuerza con sectores
sociales y promete paralizar Caracas y las principales ciudades del país hasta
que el gobierno anuncie una fecha para realizar elecciones generales.
Ambas posiciones son
irreductibles y todo está dado, lamentablemente, para que se incremente la
violencia en Venezuela
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