Finalmente, el pasado viernes
el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha prorrogado por otro año a la
Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental -MINURSO-
que desde 1991 controla la vigencia del alto el fuego entre las fuerzas armadas
del Reino de Marruecos y las milicias del Frente Polisario en la frontera
marroquí – argelina.
En esta forma los miembros del
Consejo de Seguridad han tomado distancia del enfrentamiento existente entre el
Secretario General, Ban Ki-moon y el gobierno de Marruecos.
El enfrentamiento surgió en el
mes de marzo pasado cuando Ban Ki-moon aprovecho una visita a la región para
realizar gestos improcedentes que rompían la tradicional imparcialidad que debe
guardar un funcionario diplomático internacional de esa jerarquía.
El Reino de Marruecos no
permitió el agravio y reaccionó duramente. En un primer momento, se temió
incluso que el rey Mohamed VI ordenara el retiro de la MINURSO y del personal
de las fuerzas armadas marroquíes que cumplen un papel esencial en las misiones
de paz que la ONU lleva a cabo en África.
Afortunadamente la sangre no
llegó al río. Los ánimos se calmaron aunque la cancillería marroquí dejó
claramente establecido que no olvidaba la inconducta del Secretario Ban Ki-moon
aunque diferenciaba claramente entre este funcionario y la Organización de
Naciones Unidas con la cual no mantenía diferendo alguno.
En este ambiente poblado de
tensiones se arribó al momento de renovación anual del mandato de la MINURSO.
Por la Resolución Nº 2285, aprobada por la mayoría de los miembros del Consejo
de Seguridad con tres abstenciones y dos votos en contra, la instancia
ejecutiva de la ONU, “toma nota de la
propuesta presentada por Marruecos, el 11 de abril de 2007, al Secretario
General, y los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos para hacer avanzar el
proceso hacia una solución del conflicto”.
El Consejo de Seguridad hace
hincapié en la importancia de un compromiso de las partes para continuar el
proceso de negociación a través de las conversaciones patrocinadas por las
Naciones Unidas.
En esta resolución, el Consejo
de Seguridad “reitera su llamamiento a
las partes y los Estados vecinos a cooperar más plenamente con las Naciones Unidas
y uno con otros y de consolidar su compromiso para poner fin a la actual
situación de estancamiento y avanzar hacia una solución política.”
El órgano ejecutivo de las
Naciones Unidas ha insistido, además, sobre la necesidad de un registro de las
poblaciones en los campamentos de Tinduf, en el suroeste de Argelia, y alentar “los esfuerzos a este respecto”.
Este texto indica que el
Consejo de Seguridad privilegió la estabilidad de la región saharo – saheliana
ante las maniobras llevadas a cabo por el Secretario General y el lobby pro
Polisario intentando cambiar el mandato de la Minurso para llevarla a realizar
misiones no convenidas y cumplir acciones ajenas a su creación.
Por último, la resolución del
Consejo de Seguridad destacó los logros alcanzados por Marruecos en materia de
derechos humanos, especialmente, a través del Consejo Marroquí de Derechos Humanos y sus delegaciones en Laayún y
Dajla, así como la adopción por parte del reino magrebí del Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas.
Redactada en estos términos la
Resolución, garantiza la continuidad de la MINURSO en el Sáhara y la
estabilidad de la región.
La Resolución del Consejo de
Seguridad aprobada en estos términos constituye una clara victoria de la
diplomacia marroquí que logró el apoyo decisivo de otros estados árabes y
europeos que abalaron su posición frente a las maniobras de Ban Ki-moon y
preservaron el statu quo.
También es una clara señal del
peso cada vez mayor que adquiere Marruecos en la política internacional. No
sólo es la nación con mejores indicadores de gobernabilidad y crecimiento
económico de la región, sino que el rey Mohamed VI es el estadista africano de
mayor con mayor influencia política y religiosa en el continente.
Ahora bien, después de
cuarenta años desde el inicio del Conflicto del Sáhara y de 25 años de
funcionamiento de la MINURSO sin que se hayan registrado avances significativos
parece haber llegado el momento de introducir cambios en el esquema para
alcanzar resultados distintos.
Esos cambios pasan, sin lugar
a duda, por la implementación de la “Iniciativa
para la Negociación de un Estatuto de Autonomía para la Región del Sáhara”,
que Marruecos impulsa desde 2007 y que ha recibido el apoyo de importantes
actores internacionales. Este es el único camino realista y eficaz para
resolver el Conflicto del Sáhara, las Naciones Unidas cuentan con él desde hace
tiempo solo deben aplicarlo si realmente quieren poner fin al diferendo,
proteger los derechos humanos de la población involucrada y efectivamente
impulsar el desarrollo de los Estados de la Unión del Magreb Árabe.
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