Los atentados terroristas que
provocan más de treinta mil muertes anualmente constituye la mayor amenaza
global a la seguridad.
ÍNDICE DE TERRORISMO GLOBAL
El Institute For Economics and
Peace es el más importante grupo de reflexión australiano y recientemente ha
dado a conocer su Índice de Terrorismo Global 2015 la mejor estadística
disponible sobre este flagelo.
Los
datos recopilados por el think thank australiano, creado en 2007 por el
filantropo tecnológico Stephan Killelea, indican que durante el año 2014 el
número total de muertes por terrorismo se incrementó en un 80% en comparación
con el año anterior. Este es el mayor aumento anual en los últimos 15 años.
Desde el comienzo del siglo XXI, se ha multiplicado por más de nueve el número
de muertes por terrorismo, pasando de 3.329 en el año 2000 a 32.658 víctimas en
2014.
El terrorismo sigue estando altamente concentrado,
y la mayor parte de la actividad se produce en solo cinco países: Irak,
Nigeria, Afganistán, Pakistán y Siria. Estos Estados reunieron el 78% de las
vidas perdidas en 2014 por esta causa. Aunque muy concentrado, el terrorismo se
está extendiendo a más países; el número de naciones que sufrieron más de 500
muertes se elevó de 5 a 11, un aumento del 120% respecto al año anterior. Los
seis nuevos países con más de 500 víctimas mortales son Somalía, Ucrania,
Yemen, República Centroafricana, Sudán del Sur y Camerún.
Mientras que la mayor parte de los Estados del
mundo no sufrieron una sola muerte por terrorismo. El número total de países
que experimentaron al menos una muerte aumentó en ocho, alcanzando un total de
67 estados en 2014. Esto incluye a países de la OCDE como Austria, Australia,
Bélgica, Canadá y Francia, que experimentaron atentados terroristas de gran
importancia en ese año.
También es notable en el año 2014 la gran
intensificación de la amenaza terrorista en Nigeria. Esta nación fue testigo
del mayor crecimiento en muertes por terrorismo jamás registrado por ningún
país: aumentaron en más de un 300% hasta alcanzar las 7.512 víctimas. Boko
Haram, que opera principalmente en Nigeria, se ha convertido en el grupo
terrorista más mortífero del mundo. Esta organización prometió su lealtad al
Estado Islámico (también conocido como Daesh) como Provincia de África
Occidental del EI (ISWAP, en sus siglas en inglés) en marzo de 2015. Además, en
Nigeria ha surgido otro grupo terrorista, los militantes fulani, que asesinaron
a 1.229 personas en 2014. El grupo fue responsable de 63 muertes en el año
anterior.
TRANSFORMACIÓN DE LOS BLANCOS
También se produjo un cambio en los blancos atacados
por los terroristas durante 2014, con una disminución del 11% en el número de
muertes de personalidades religiosas y fieles. Esto se vio compensado por un
aumento del 172% en muertes de ciudadanos comunes.
La mayoría de las muertes por terrorismo no se
producen en Occidente. Si excluimos a las víctimas del 11 de septiembre de 2001,
solo el 0,5% de todas las muertes se han producido en países occidentales en
los últimos 15 años. Occidente ha sido señalado en relación a los países que el
Estado Islámico ha llamado a atacar. Eso incluye a EE. UU., Canadá, Australia y
los países europeos.
El informe destaca el auge
sorprendente de los ataques de lobos solitarios en
Occidente. Este tipo de acciones representan el 70% de todas las muertes
terroristas producidas en Occidente desde 2006. Además, el terrorismo yihadista no fue el principal impulsor de los ataques de lobos solitarios: un 80% de las muertes derivadas
de esta clase de ataques en Occidente son atribuidas a una mezcla de
extremistas de derechas, nacionalistas, elementos antigubernamentales, otros
tipos de extremismo político y a grupos racistas.
La mayoría de las muertes por terrorismo, en 2014,
se produjeron en tres países: Siria, Irak y Nigeria.
Las conclusiones de este informe ponen de relieve
la creciente intensidad y propagación de la actividad terrorista a nivel global
y apuntan a los elementos subyacentes clave que dan origen al terrorismo.
Comprender los factores asociados con los mayores niveles de terrorismo es
vital para poder elaborar políticas eficientes de lucha contra el extremismo
violento. Sin soluciones a los reclamos o a las causas subyacentes que conducen
al extremismo, luchar contra este flagelo será algo infructuoso.
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