El
terrorismo yihadista pone sus ojos sobre las instalaciones nucleares europeas
generando la alarma.
EL RIESGO NUCLEAR
La
mayor y más inmediata amenaza a la seguridad global es la menos mencionada: el terrorismo
nuclear.
Los
gobiernos suelen temer generar un clima de paranoia en la población y por ello
tratan de ocultar o relativizar las informaciones referidas a la pérdida, robo
o tráfico ilegal de materiales nucleares. Incluso los propios medios de prensa
prefieren autocensurarse frente a noticias de este tipo.
Sin
embargo, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha registrado
en los últimos veinte años 2.700 casos de pérdidas o robos de material nuclear
con capacidad para ser empleada con fines bélicos o atentados terroristas.
EL FANTASMA YIHADISTA
Recientemente,
el mundo se conmocionó al saber que la célula yihadista que atacó Bruselas el
pasado 22-M planeaba provocar en Bélgica un desastre similar a los ocurridos en
Chernóbil o Fukushima.
El
presunto cerebro logístico de los atentados del 13-N en París, Salah Abdeslam,
guardaba en su departamento de Bruselas informaciones sobre el centro de
investigación nuclear de Jülich, en el oeste de Alemania, según informó el
grupo de medios Redaktionsnetzwerk
Deutshland (RND).
Las
autoridades belgas detectaron también que dos ciudadanos belgas con acceso a
instalaciones nucleares se habían radicalizado viajando a Siria como
combatientes.
Uno de
ellos había trabajado durante años, antes de morir en Siria combatiendo en las
filas de Daesh, en la zona de alta seguridad de la central nuclear belga de
Doel como empleado de una empresa externa proveedora de servicios.
El
otro terrorista de Daesh con acceso a instalaciones nucleares fue detectado por
las autoridades belgas a su regreso de Siria y actualmente cumple condena en un
penal de Bélgica.
Las
autoridades europeas insisten en tanto las instalaciones nucleares como los
arsenales de ese tipo se encuentran debidamente custodiados y protegidos contra
la posibilidad de ataques terroristas.
Lamentablemente,
el terrorismo no necesariamente necesita atentar contra una central nuclear o
apoderarse de una bomba nuclear para estar en capacidad de provocar una
tragedia de ese tipo.
En
1994, por ejemplo, durante la guerra entre rusos y separatistas chechenos, en
momentos en que la aviación rusa machacaba a la población civil de Grozny, la
ciudad capital de la República de Chechenia, las milicias separatistas
amenazaron a las autoridades del Kremlin con una represalia nuclear si los
bombardeos no cesaban.
Para
dar credibilidad a sus amenazas, una madrugada convocaron a un grupo de
periodistas rusos a una conferencia de prensa clandestina en el inmenso y
desolado parque Ismailova, situado en el centro de Moscú.
Frente
a los periodistas, los terroristas reiteraron sus alegatos y amenazas. Antes de
retirarse los terroristas dejaron ante los sorprendidos hombres de prensa un
gran barril conteniendo residuos nucleares altamente contaminantes.
Los
terroristas advirtieron a los periodistas que poseían varios barriles similares
ocultos de diversos sitios de Moscú a los cuales harían detonar diseminando su
contenido contaminante por toda la ciudad si los bombardeos rusos sobre Grozny
no cesaban.
Al
referirse al incidente y las amenazas, las autoridades rusas de ese entonces
minimizaron la cuestión diciendo que “no se habían producido fugas
contaminantes”. Pero, lo cierto es que los bombardeos cesaron abruptamente tras
el incidente.
INCREMENTAR LA VIGILANCIA
Los
riesgos de un atentado nuclear no sólo residen en los arsenales o instalaciones
de las grandes potencias. Otros 24 países almacenan unas dos mil toneladas de
material nuclear al que se puede dar algún uso militar.
Las
autoridades occidentales mantienen una particular vigilancia sobre aquellos
países que combinan una numerosa población musulmana -algunos de cuyos
habitantes podrían radicalizarse- con instalaciones o arsenales nucleares, como
India y Pakistán.
No es
nuestra intención generar alarma sino advertir a las autoridades responsables
de la seguridad sobre los riesgos de este nuevo tipo metodología terrorista.
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