UN
LÍDER HISTÓRICO
Mohamed Abdelaziz, el líder
separatista marroquí que condujo férreamente al Frente Polisario, falleció el
día de hoy a los 68 años, después de padecer durante años un cáncer de pulmón.
Abdelaziz, había nacido en la
ciudad de Marrakech en 1947. Era hijo de un suboficial del Ejército Real que
hoy aún vive y disfruta de su retiro viviendo tranquilamente en Marruecos.
Creció en Marruecos durante
los años del Protectorado francés. Abandono su hogar natal en Marrakech para
trasladarse a Rabat y cursar estudios en la Universidad Mohamed V.
Fue precisamente en sus años
de estudiante universitario que adhirió al marxismo. Eran los tiempos de la
Guerra Fría en que los jóvenes solían sucumbir ante los cantos de sirena de la
Revolución que llegaban desde la vecina Argelia y en especial de la Libia que
comandaba el coronel Muhammad Gadaffi.
Fue por entonces que el joven
Abdelaziz descubrió que era saharaui, aunque hasta ese momento nunca había
pisado el Sáhara y a diferencia de los verdaderos pobladores de esa zona era
francófono y no hispanohablante.
De todas formas, tomo parte en
la creación del Frente Polisario en 1973 y desde un comienzo formó parte del
Buró Político del grupo separatista.
Gracias al apoyo de sus
mentores argelinos, en agosto de 1976, durante el tercer congreso del
Polisario, se convirtió en Secretario General del grupo separatista
enquistándose en la conducción del mismo por cuarenta años, haciéndose reelegir
ininterrumpidamente en doce ocasiones. Su última reelección fue en el pasado
mes de diciembre, aunque el deterioro de su salud era evidente.
EL
STALIN DEL SÁHARA
Abdelaziz fue un líder de
corte stalinista que desconfiaba de quienes lo rodeaban y solía mantenerse en
el poder realizando frecuentes “purgas”
entre sus colaboradores.
Tomaba sus decisiones sin
escuchar otra opinión que las directivas que le llegaban desde Argel. Vivía
rodeado de una guardia pretoriana y sólo confiaba en la red de delatores y
espías que pomposamente calificaba de “servicio
de inteligencia” y en una milicia que le era totalmente adicta y que
gustaba en denominar “gendarmería”.
Cuando no estaba en viaje por
el mundo, vivía en Argel, allí reunía cada seis meses al Politburó del Frente
Polisario al solo efecto de cumplir con las formalidades y que este ratificara
sus decisiones. Las finanzas del Frente Polisario y su distribución eran un
secreto celosamente guardado.
Abdelaziz conducía al grupo
separatista con un puño de hierro, quienes evidenciaban el menor
cuestionamiento a sus directivas eran apartados o sometidos a “investigaciones de seguridad” que
involucraban amenazas y torturas. No era extraño que algunos disidentes
debieran afrontar el exilio o incluso pagar con la vida sus rebeldías.
Abdelaziz fue siempre un
obstáculo para cualquier solución realista al conflicto del Sáhara.
Siguiendo expresas órdenes de
Argelia se negó obstinadamente a siquiera considerar la propuesta de Marruecos
de una “Iniciativa para la Negociación de
un Estatuto de Autonomía para la Región del Sáhara” presentada en 2007.
Esta Iniciativa es la única posibilidad real de encontrar una solución a este
Conflicto.
Abdelaziz siempre temió que la
solución del Conflicto pusiera fin a sus privilegios, a su estilo rumboso de
vida, y significara el fin del Frente Polisario.
UNA
SUCESIÓN COMPLICADA
Tras la desaparición de
Abdelaziz, el cargo de Secretario General será ocupado interinamente durante
cuarenta días por Khatri Addouh, hasta el momento presidente del llamado
Consejo Nacional del Frente Polisario.
Los observadores estiman que
el futuro Secretario General saldrá del núcleo de dirigentes históricos que
participaron de la fundación del Polisario en 1973. Entre ellos el favorito es
hoy día Brahim Ghali, antiguo representante en España, hasta su expulsión, y
que actualmente se desempeña en esa misma función en Argel.
Otros incluso imaginan el acceso
al poder de la viuda de Abdelaziz, la actual ministra de Cultura Jadija Hamedi.
Aunque para algunos es poco probable que el liderazgo del Polisario recaiga en
una mujer, Jadija controla actualmente la ayuda humanitaria que es una de las
fuentes principales de recursos de los separatistas. Además, pertenece al
círculo íntimo del poder, es de origen argelino, y diversas fuentes le
atribuyen fluidos contactos con la inteligencia de este país.
No obstante, en los últimos
años han surgido, cada vez con mayor fuerza, voces disidentes que demandan una
mayor democratización de la vida en los campamentos argelinos de Tinduf y el
cese de los desmesurados privilegios de que disfrutan los líderes del
movimiento. Esto hace prever que la renovación del liderazgo no será todo los
pacífica y armónica que sería deseable y puede terminar involucrando fuertes
confrontaciones tribales.
Como siempre, la última
palabra en este sentido la tendrá el gobierno de Argelia autentica autoridad de
los polisarios.
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