La visita del canciller Nasser
Bourita a Quito consolida el acercamiento entre Rabat y América Latina, en
medio del aislamiento creciente del Frente Polisario
Contenido
Buenos Aires, 27 MAY 2025
La
visita oficial del ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita,
a Ecuador ha marcado un punto de inflexión en las relaciones bilaterales entre
ambos países. Se trata de la primera visita de un canciller marroquí desde el
establecimiento de relaciones diplomáticas en 1988, un hecho que Bourita
calificó como “histórico” y que simboliza la consolidación de una nueva
alianza Sur-Sur entre dos naciones geográficamente distantes pero políticamente
alineadas.
El
viaje del diplomático marroquí coincidió con la investidura del presidente
Daniel Noboa y se enmarca en un acercamiento progresivo de Rabat hacia América
Latina, región a la que el Reino dedica desde hace dos décadas una activa
estrategia de presencia política y económica.
La
mayor aproximación del Reino de Marruecos hacia América Latina comenzó con la
gira que el Rey Mohammed VI realizó por la región en 2005. Mohammed VI fue el
primer monarca alauí en visitar América Latina.
Marruecos
ha sabido capitalizar los cambios de posición de varios países latinoamericanos
en relación con su Sáhara, que abandonan progresivamente el reconocimiento de
la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y se alinean con
el plan de autonomía marroquí.
Durante
su estadía en Quito, Bourita mantuvo una sesión de trabajo con su homóloga
ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, y fue recibido por el presidente Noboa. Ambos
encuentros sellaron una serie de compromisos bilaterales que incluyen
cooperación en comercio, agricultura, seguridad, educación y desarrollo
económico. Entre los anuncios destacados figura la apertura inminente de una
embajada ecuatoriana en Rabat —la primera del país andino en el Magreb— y la
concesión por parte de Marruecos de 150 becas anuales, así como el envío de
2.000 toneladas de fertilizantes.
Bourita
subrayó que la decisión de Ecuador de suspender en octubre de 2024 el
reconocimiento a la RASD —una entidad que Marruecos considera justamente como ilegítima
y ligada al Frente Polisario— fue el catalizador de esta nueva etapa. “A
partir de ese momento, y por instrucciones de Su Majestad el Rey y del
presidente Noboa, firmamos una hoja de ruta para una relación basada en el
respeto mutuo y el interés común”, declaró el canciller alauí.
El
giro diplomático ecuatoriano no es un caso aislado. Países como El Salvador ya
han expresado su respaldo explícito a la soberanía marroquí sobre su Sáhara y
estudian abrir consulados en ciudades de las provincias del Sur como El Aaiún,
lo que refuerza la estrategia de legitimación internacional de Rabat.
Para
el Frente Polisario, estos movimientos representan una erosión progresiva de su
respaldo regional, especialmente tras los recientes apoyos de Francia y España
al plan de autonomía marroquí, un giro que la organización separatista saharaui
ha calificado como “traición”.
El
interés de Marruecos por América Latina responde tanto a razones geopolíticas
como económicas. Para Ecuador, la alianza abre una puerta al mercado del África
Occidental, con especial énfasis en productos estratégicos como el banano.
Bourita aseguró que su país actuará como “puente” para las exportaciones
ecuatorianas en el continente africano, en lo que constituye una promesa de
diversificación comercial para el país sudamericano.
El
acercamiento entre Quito y Rabat se produce también en un momento de
redefinición del mapa diplomático internacional, donde alianzas pragmáticas
basadas en beneficios tangibles parecen imponerse sobre las afinidades
ideológicas de décadas pasadas. En este nuevo contexto, Marruecos se posiciona
como un actor hábil y proactivo, capaz de tejer redes de apoyo desde América
Central hasta el Cono Sur, utilizando como eje su propuesta de un Plan de Autonomía
para el Sáhara, presentado ante Naciones Unidas, en 2007; y su desinteresada oferta
de cooperación estratégica.
La
consolidación de estos vínculos no solo debilita la posición del Frente
Polisario, sino que introduce a Ecuador en un juego diplomático de alcance
global, en el que el Magreb y América Latina comienzan a estrechar lazos más
allá de sus respectivas esferas tradicionales de influencia. En palabras del
propio Bourita: “Estamos lejos geográficamente, pero hoy estamos más cerca
que nunca”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario