lunes, 19 de septiembre de 2016

DURO REVÉS DE MADURO EN LA CUMBRE DE NO ALINEADOS


 
El régimen bolivariano de Venezuela pasa por su peor momento al acoso de la Mesa de Unidad Democrática se suma el creciente rechazo y aislamiento internacional que ha demostrado el fracaso de la XVII Cumbre del Movimiento de Países No alineados.

UN MAL MOMENTO

Difícilmente Nicolás Maduro pueda olvidar septiembre de 2016. No sólo ha debido tratar de superar los intentos de la oposición de poner fin a su mandato mediante un referendo revocatorio, afrontar las protestas populares que reclaman por el desabastecimiento y el desquicio económico, sino también enfrentar una serie de duros reveses en el plano internacional.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra´ad al Hussein, durante el discurso de apertura de la 33º Sesión del Consejo de Derechos Humanos censuró duramente al régimen venezolano señalando: “es particularmente chocante teniendo en cuenta nuestra profunda preocupación en relación a las alegaciones de represión de las voces de la oposición y de los grupos de la sociedad civil, arrestos arbitrarios y excesivo uso de la fuerza contra manifestantes pacíficos.”

Al Hussein tomó nota también de la “erosión de la independencia de las instituciones y de un dramático deterioro del disfrute de los derechos sociales y económicos, que cada vez amplia más la hambruna generalizada y el deteriorado sistema de salud.”

A esta cesura por parte de la ONU se sumó que los cancilleres de los Estados partes del Tratado de Asunción (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) firmaron la declaración conjunta relativa al funcionamiento del Mercosur y al protocolo de adhesión de Venezuela al mismo.

Los cuatro países acordaron definir conjuntamente los cursos de acción y adoptar decisiones en materia económica, comercial y otras esenciales, en lo que significa el ejercicio conjunto de la presidencia pro tempore del Mercosur que por turno rotativo debía haber asumido Venezuela el 30 de julio pasado.

Además firmantes dieron plazo a Venezuela hasta el 1º de diciembre para cumplimentar las obligaciones asumidas en el Protocolo de Adhesión. De persistir el incumplimiento “… importará el cese del ejercicio de los derechos inherentes a la condición de Estado parte del Mercosur”. (Art. 4º)

En pocas palabras, Venezuela ha quedado a un paso de la expulsión del Mercosur, lo que significaría un terrible golpe para el gobierno chavista.

Nicolás Maduro encajó el golpe y destinó todas las energías del desfalleciente régimen bolivariano a la preparación de la XVII Cumbre de Países no Alineados que abarcó del 13 al 18 de septiembre en el Estado de Nueva Esparta, Isla Margarita, en las aguas del Caribe oriental de Venezuela.

UN FORO EN FRANCA DECADENCIA

El Movimiento de Países No Alineados surgió como organización internacional para impulsar el proceso de descolonización en el Tercer Mundo y para proteger a los Estados miembros del accionar de las potencias imperialistas. En tiempos en que la Guerra Fría dividía al mundo en dos bloques antagónicos, un grupo de países intentaron –con suerte diversa- mantenerse al margen de esa confrontación.

El primer antecedente de No Alineados fue la Conferencia de Bandung, en Indonesia, en 1955. Esa cumbre estuvo dominada por figuras de la talla de Jawaharlal Nehru, Gamal Abdel Nasser y Ahmed Sukarno, jefes de Estado de la India, Egipto e Indonesia, respectivamente. En esa reunión surgió la idea de constituir una organización permanente. Debido a que se produjo poco después de la independencia de la India, ejerció gran influencia el pensamiento de Mahtma Gandhi. La primer Cumbre de Países No Alineados se celebró en Belgrado, en la Yugoeslavia del mariscal Josip Broz “Tito”, en 1961.

A partir de 1989, con el fin de la Guerra Fría y la desaparición, tanto de la Unión Soviética, como del Bloque Socialista y del Pacto de Varsovia, y después de que alcanzaran la independencia la mayoría de las dependencias coloniales –aún susciten 16 territorios pendientes de descolonización-, la “no alineación perdió sustento. Esta fue la razón por la cual la Argentina dejó esta organización en 1991.

No obstante, ciento veinte estados de los 193 que integran Naciones Unidas son miembros plenos del Movimiento de No Alineados y otros quince asisten como observadores. En los últimos años, algunos estados, sin renunciar a esta organización han reducido su participación en la misma a un mínimo.

Esto ha convertido en gran medida a los No Alineados en una organización donde han ganado protagonismo los “estados parías” del sistema internacional como: Corea del Norte, Irán, Cuba, Venezuela, Argelia o Siria y algunas naciones africanas gobernadas por aberrantes dictaduras.

UNA FIESTA EN LAS RUINAS

En una Venezuela con la economía destrozada tanto por el descontrol y el saqueo llevado a cabo por el chavismo (80% de desabastecimiento en medicamentos y alimentos y la inflación más alta del mundo, que el FMI proyecta en 720% para 2016), como por el derrumbe de los precios del petróleo su principal producto de exportación, la organización de una cumbre internacional parece ser un derroche demasiado oneroso.

En un país con racionamiento de alimentos y de medicamentos, sin seguridad, sin agua potable, con cortes constantes del suministro eléctrico, invertir ciento veinte millones de dólares en un evento internacional, con el solo propósito de convertir al controversial Nicolás Maduro en estadista latinoamericano parece otro dislate caribeño.

El gobierno chavista empleo grandes recursos en preparar la Isla Margarita para recibir a los más de diez mil diplomáticos y funcionarios extranjeros que esperaban asistieran a la cumbre.

El otrora paraíso turístico de Venezuela, está hoy afectado por las fallas de los servicios públicos, especialmente la del agua potable, pues la tubería construida hace treinta años mediante un ingenioso sistema por gravedad ha quedado prácticamente inutilizable tras graves filtraciones. La población de la isla debe ser abastecida de agua potable mediante buques cisterna que en algunos casos llegan sólo una vez al mes.

Para supera el problema el gobierno chavista debió transportar treinta millones de litros de agua a los hoteles donde se hospedaron los delegados.

La antes floreciente Isla Margarita, era un puerto libre. Su población de seiscientos mil venezolanos disfrutaba de un buen nivel de vida gracias al comercio y la venta de servicios a los miles de turistas que visitaban la isla atraídos por sus playas de arena blanca y su entorno paradisíaco.

Hoy el paisaje está dominado por numerosos comercios cerrados y el rostro desesperado de sus habitantes que sin ocupación deben abastecerse de los pocos productos que les llegan a través de “Conferry” el monopolio estatal de transbordadores que la comunican con tierra firme.

La caótica situación en la isla provocó que vecinos de la comunidad de Villa Rosa, un sector popular a las afueras de la ciudad de Porlamar, cacerolearan y abuchearan al presidente maduro, el 3 de septiembre cuando concurrió allí para entregar viviendas populares recién construidas. El gobierno respondió deteniendo a unas cuarenta personas entre ellas al periodista chileno – venezolano Braulio Jatar a quien responsabilizó por difundir videos de los incidentes. El gobierno mantiene detenido a Jatar acusado de “lavado de dinero”. Esta detención ha generado un incidente diplomático entre Venezuela y Chile.

Para la realización de la Cumbre de No alineados el gobierno venezolano reacondicionó 16 hoteles, militarizo la isla con 14.000 efectivos de las fuerzas armadas y cientos de agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional –SEBIN-  de civil recorren las calles y pueblan los lobby de los hoteles. También se instalaron cámaras de seguridad. También se levantó una imponente estatua del fallecido ex presidente Hugo Chaves cubierta de bronce de 3,8 metros de altura. Además se prohibieron los vuelos particulares hacia la isla y las aerolíneas debieron entregar el listado de sus pasajeros con veinticuatro horas de antelación.

EL FRACASO DE LA CUMBRE

La XVII Cumbre de Países No Alineados quedará registrada en la historia de esta organización como la de menor convocatoria y trascendencia. A la XVI Cumbre, en Irán, asistieron 24 jefes de Estado, 3 reyes y el Secretario General de la ONU, el coreano Ban Ki-moon.

Pero, Maduro, pese a que ofreció aviones de Conviasa para el traslado de los jefes de Estado, no pudo lograr ni siquiera la asistencia de sus aliados de la Alternativa Bolivariana de las Américas.

Sólo concurrieron 8 jefes de Estado, algunos vicepresidentes y 19 ministros de relaciones exteriores, el resto de las delegaciones que asistieron estaban encabezadas por personal diplomático.

Los presidentes asistentes fueron en su mayoría aliados tradicionales de Maduro: Raúl Castro de Cuba, Rafael Correa de Ecuador, Evo Morales de Bolivia y Salvador Sánchez Cerén de El Salvador a quienes se agregaron el presidente saliente de No Alineados, el iraní Hassan Robani, el dictador de Zimbabwe, Robert Mugabe, el presidente palestino, Mahmud Abbas y el primer ministro de Uganda, Ruhakana Rugunda.

Nicolás Maduro, pese al boicot a la cumbre por parte de la mayoría de los jefes de Estado, asumió la presidencia de la organización por los próximos tres años.

Algunos observadores internacionales temen que bajo la conducción del desprestigiado Maduro, presidente de un país en crisis, la decadencia del Movimiento de Países No Alineados se acelere. Muchos de los países que han mostrado escasa participación en las últimas cumbres terminen por abandonar definitivamente esta organización debido a la pérdida de protagonismo de la misma y su creciente descrédito, por la influencia que han adquirido en ella los países más cuestionados internacionalmente.

Por otra parte, el creciente aislamiento internacional y el acoso de la oposición interna están acelerando los tiempos en la crisis venezolana, mientras el mundo sigue los acontecimientos que ocurren en este país con expectativa y con el temor de una derivación violenta de los mismos.

 


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