El rey Mohammed VI, presidente del Comité
Al-Quds, lidera la respuesta solidaria del pueblo marroquí frente a la tragedia
humanitaria que vive el pueblo palestino.
Contenido:
En medio del deterioro humanitario sin precedentes en la Franja de Gaza,
Marruecos ha vuelto a situarse en la primera línea de la solidaridad
internacional con la población palestina. Por instrucciones directas de Su
Majestad el Rey Mohammed VI, presidente del Comité Al-Quds, el Reino ha enviado
un nuevo cargamento de 180 toneladas de ayuda humanitaria urgente destinado a
aliviar el sufrimiento de miles de civiles atrapados en la espiral de violencia
y escasez.
La
operación, coordinada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, comprende
grandes cantidades de productos alimentarios, suministros médicos esenciales y
agua potable. La entrega se está realizando a través de una ruta segura que
garantiza el rápido acceso de estos recursos a la población palestina necesitada
eliminado el fantasma de la hambruna que la amenza. La medida humanitaria se
inscribe, según Rabat, “en el marco del compromiso constante del Soberano en
favor de la causa palestina”.
Esta
acción no es un gesto aislado, sino la continuidad de una política humanitaria
sostenida. En marzo de 2024, Marruecos logró lo que ningún otro país había
conseguido hasta entonces: hacer llegar un cargamento de ayuda a Gaza por vía
terrestre a través de Israel, tras un transporte aéreo hasta Tel Aviv. Aquella
operación pionera, compuesta por 40 toneladas de alimentos, medicinas y mantas,
marcó un hito logístico en la cooperación internacional hacia Palestina.
Apenas
unos meses después, una nueva entrega —esta vez de 180 toneladas— incluía
productos infantiles, tiendas de campaña y material quirúrgico. Todo ello bajo
el amparo del Comité Al-Quds, institución presidida por el rey alauí y dedicada
a la defensa del estatus de Jerusalén Este y del pueblo palestino.
Pese al
mejoramiento de las relaciones diplomáticas entre Marruecos e Israel desde
2020, en el marco de los Acuerdos de Abraham, el Reino ha mantenido firme su
respaldo político y moral a Palestina. En múltiples foros árabes e
internacionales, Mohammed VI ha reiterado su adhesión a la solución de los dos
Estados, con Jerusalén Este como capital palestina, y ha exigido el respeto del
Derecho Internacional por parte de Israel.
En
febrero pasado, en la sede de la Liga Árabe en El Cairo, el embajador marroquí
Mohamed Ait Ouali remarcó la necesidad de impulsar la reconstrucción de Gaza y
apoyar los proyectos económicos palestinos. Poco antes, el Comité Ejecutivo de
la OLP había reconocido públicamente la mediación exitosa de Marruecos para
liberar fondos congelados por Israel.
Este
equilibrio diplomático —mantener relaciones con Israel sin renunciar al apoyo a
Palestina— no está exento de tensiones internas, que Su Majestad el Rey
Mohammed VI ha sabido superar con sabiduría y valentía.
A
pesar de la complejidad regional, Marruecos ha reforzado su perfil como actor
humanitario clave en el mundo árabe. En la reciente Cumbre de la Liga Árabe
celebrada en mayo, Mohammed VI dejó clara su postura: “Reafirmamos nuestro
apoyo constante al pueblo palestino para recuperar sus derechos legítimos y
establecer su Estado independiente y soberano”.
En
Gaza, donde la cifra de víctimas supera los 65.000 muertos según fuentes
palestinas, y donde la infraestructura civil está al borde del colapso, el
cargamento marroquí supone un alivio, aunque parcial. En actual contexto de
bloqueo, bombardeos y devastación, la intervención del monarca marroquí
adquiere una dimensión política y humanitaria difícil de soslayar.
Más
allá del peso simbólico, la ayuda marroquí representa una línea de continuidad
en la defensa de los valores de justicia, dignidad y solidaridad en Oriente
Medio. Y sitúa a Mohammed VI como uno de los pocos líderes árabes con capacidad
de tender puentes sin perder de vista el drama de Palestina.
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