miércoles, 28 de mayo de 2025

Marruecos, Ecuador y El Salvador abren un nuevo capítulo diplomático y económico tras el giro sobre el Sáhara


 

La visita del canciller Nasser Bourita a Quito consolida el acercamiento entre Rabat y América Latina, en medio del aislamiento creciente del Frente Polisario

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Buenos Aires, 27 MAY 2025

La visita oficial del ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, a Ecuador ha marcado un punto de inflexión en las relaciones bilaterales entre ambos países. Se trata de la primera visita de un canciller marroquí desde el establecimiento de relaciones diplomáticas en 1988, un hecho que Bourita calificó como “histórico” y que simboliza la consolidación de una nueva alianza Sur-Sur entre dos naciones geográficamente distantes pero políticamente alineadas.

El viaje del diplomático marroquí coincidió con la investidura del presidente Daniel Noboa y se enmarca en un acercamiento progresivo de Rabat hacia América Latina, región a la que el Reino dedica desde hace dos décadas una activa estrategia de presencia política y económica.

La mayor aproximación del Reino de Marruecos hacia América Latina comenzó con la gira que el Rey Mohammed VI realizó por la región en 2005. Mohammed VI fue el primer monarca alauí en visitar América Latina.

Marruecos ha sabido capitalizar los cambios de posición de varios países latinoamericanos en relación con su Sáhara, que abandonan progresivamente el reconocimiento de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y se alinean con el plan de autonomía marroquí.

Durante su estadía en Quito, Bourita mantuvo una sesión de trabajo con su homóloga ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, y fue recibido por el presidente Noboa. Ambos encuentros sellaron una serie de compromisos bilaterales que incluyen cooperación en comercio, agricultura, seguridad, educación y desarrollo económico. Entre los anuncios destacados figura la apertura inminente de una embajada ecuatoriana en Rabat —la primera del país andino en el Magreb— y la concesión por parte de Marruecos de 150 becas anuales, así como el envío de 2.000 toneladas de fertilizantes.

Bourita subrayó que la decisión de Ecuador de suspender en octubre de 2024 el reconocimiento a la RASD —una entidad que Marruecos considera justamente como ilegítima y ligada al Frente Polisario— fue el catalizador de esta nueva etapa. “A partir de ese momento, y por instrucciones de Su Majestad el Rey y del presidente Noboa, firmamos una hoja de ruta para una relación basada en el respeto mutuo y el interés común”, declaró el canciller alauí.

El giro diplomático ecuatoriano no es un caso aislado. Países como El Salvador ya han expresado su respaldo explícito a la soberanía marroquí sobre su Sáhara y estudian abrir consulados en ciudades de las provincias del Sur como El Aaiún, lo que refuerza la estrategia de legitimación internacional de Rabat.

Para el Frente Polisario, estos movimientos representan una erosión progresiva de su respaldo regional, especialmente tras los recientes apoyos de Francia y España al plan de autonomía marroquí, un giro que la organización separatista saharaui ha calificado como “traición”.

El interés de Marruecos por América Latina responde tanto a razones geopolíticas como económicas. Para Ecuador, la alianza abre una puerta al mercado del África Occidental, con especial énfasis en productos estratégicos como el banano. Bourita aseguró que su país actuará como “puente” para las exportaciones ecuatorianas en el continente africano, en lo que constituye una promesa de diversificación comercial para el país sudamericano.

El acercamiento entre Quito y Rabat se produce también en un momento de redefinición del mapa diplomático internacional, donde alianzas pragmáticas basadas en beneficios tangibles parecen imponerse sobre las afinidades ideológicas de décadas pasadas. En este nuevo contexto, Marruecos se posiciona como un actor hábil y proactivo, capaz de tejer redes de apoyo desde América Central hasta el Cono Sur, utilizando como eje su propuesta de un Plan de Autonomía para el Sáhara, presentado ante Naciones Unidas, en 2007; y su desinteresada oferta de cooperación estratégica.

La consolidación de estos vínculos no solo debilita la posición del Frente Polisario, sino que introduce a Ecuador en un juego diplomático de alcance global, en el que el Magreb y América Latina comienzan a estrechar lazos más allá de sus respectivas esferas tradicionales de influencia. En palabras del propio Bourita: “Estamos lejos geográficamente, pero hoy estamos más cerca que nunca”.

 

miércoles, 21 de mayo de 2025

La Unión Europea pone freno al oportunismo del Polisario


 

El Frente Polisario no desaprovecha ocasión para intentar mantener a flote su fantasmal República Árabe Saharaui Democrática (RASD), en un contexto de creciente aislamiento internacional y progresiva retirada de apoyos diplomáticos.

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Desde su proclamación en 1976, la RASD ha intentado —con escaso éxito— adquirir estatus estatal en el concierto internacional. Sin embargo, carece de elementos esenciales que configuran a un Estado moderno: no posee territorio propio ni reconocimiento diplomático significativo. El único territorio que ocupa se encuentra en Argelia, país que acoge a una población saharaui confinada desde hace décadas en los precarios campamentos de Tinduf.

Pese a autoproclamarse como el legítimo representante del pueblo saharaui, el Frente Polisario apenas representa a una minoría que reside en dichos campamentos. La mayoría de los saharauis vive en las provincias del sur de Marruecos, en el Sáhara marroquí, al margen de la tutela del movimiento.

Incluso su autoridad en los campamentos se ve hoy erosionada. El Movimiento Saharaui por la Paz, una organización de creciente influencia tanto en Tinduf como en la diáspora, disputa abiertamente la representatividad del Polisario.

En cuanto a legitimidad internacional, el panorama es igualmente sombrío. Apenas un puñado de países alineados con Argelia —como Irán, Venezuela, Nicaragua o Corea del Norte— siguen sosteniendo la ficción diplomática de la RASD. Durante los años de mayor influencia argelina en África, y con el respaldo de la Libia de Gadafi, Argel logró que la RASD fuera admitida en la Unión Africana. Sin embargo, hoy son pocos los países africanos que respaldan esa decisión. Sudáfrica es una de las pocas excepciones. No obstante, el estatuto de la organización continental no contempla mecanismos para revertir la incorporación de una entidad ya admitida, lo que permite a la RASD seguir presente formalmente en la Unión Africana, a pesar del desconocimiento mayoritario de sus miembros.

Con audacia incombustible, el Frente Polisario aprovecha cualquier foro internacional para escenificar una supuesta legitimidad. Suele enviar delegaciones a encuentros de la Unión Europea y utiliza estos gestos como prueba de una presencia internacional que en realidad es marginal. La reacción de los otros participantes en estos eventos es, sin embargo, de claro aislamiento hacia los emisarios del Polisario.

Así lo reafirmó recientemente el portavoz de Asuntos Exteriores y de Política de Seguridad de la Unión Europea, al precisar: “La posición de la Unión Europea es bien conocida: ni la Unión Europea ni ninguno de sus Estados miembros reconocen a la RASD”. Y agregó, en referencia a la presencia de una delegación del Polisario en la reciente reunión ministerial UE-UA: “Esa participación no altera en absoluto la posición de la Unión”.

La aclaración tuvo lugar tras una consulta sobre la asistencia de representantes del Frente Polisario al encuentro. La estrategia de simulación diplomática y difusión de noticias falsas que el Polisario lleva adelante, con el respaldo logístico y político de Argelia, pierde fuerza a cada intento. La RASD sigue siendo, en esencia, una construcción ficticia sostenida por un grupo de aliados sin peso real en el escenario internacional.

 

 

martes, 20 de mayo de 2025

El presidente Milei ratifica su liderazgo en las urnas


 

La Libertad Avanza (LLA), el partido oficialista liderado por Javier Milei, se impuso con claridad en las elecciones legislativas de la ciudad de Buenos Aires, consolidando al presidente como figura hegemónica de la centroderecha argentina y derrotando nuevamente al kirchnerismo, que partía como favorito en la mayoría de las encuestas previas.

Nacionalización de unos comicios municipales

En unos comicios locales que adquirieron un fuerte tono nacional —como ya ocurriera en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 en Madrid, que desembocaron en la proclamación de la Segunda República Española—, el candidato de LLA, Manuel Adorni, logró imponerse con el 30 % de los votos. Economista y periodista devenido en vocero presidencial, Adorni obtuvo el mismo porcentaje que Milei a nivel nacional en la primera vuelta de las presidenciales de octubre de 2023. En aquel entonces, LLA apenas había cosechado el 17,8 % en el distrito porteño.

Contra el pronóstico de numerosos analistas que daban como seguro vencedor al candidato kirchnerista Leandro Santoro, la fragmentación del voto centroderechista —con cuatro postulantes: Manuel Adorni (LLA), Silvia Lospenato (PRO), Horacio Rodríguez Larreta (exjefe de Gobierno porteño) y Ramiro Marra (ex LLA, hoy apartado del oficialismo)— no impidió que la candidatura respaldada por Milei se alzara con una victoria incuestionable.

El kirchnerismo, que albergaba la esperanza de conquistar por primera vez en tres décadas la capital argentina, debió conformarse con un distante segundo lugar, obteniendo el 21,3 % de los sufragios. Se trata de una significativa caída respecto al 32,27 % que había alcanzado en las elecciones de 2023.

El derrumbe del PRO

Los grandes derrotados de la jornada fueron los primos Macri. Por primera vez desde su fundación hace 22 años, el PRO no logró imponerse en ninguna de las quince comunas en que se divide la ciudad. La formación liderada históricamente por Mauricio Macri —y actualmente conducida en el ámbito local por el jefe de Gobierno, Jorge Macri— apenas alcanzó un 16 % de los votos, perdiendo 28,1 puntos respecto a los comicios de 2023.

Este revés electoral diluyó las ambiciones del expresidente Mauricio Macri de cogobernar junto a Milei, colocando a sus alfiles en ministerios clave, negociando en pie de igualdad las listas legislativas de octubre e incluso accediendo a negocios de alta rentabilidad vinculados al Estado, como la concesión de la Hidrovía Paraná–Paraguay o el control del litio.

Para Jorge Macri, el golpe sufrido plantea un escenario de complicada gobernabilidad, una vez que asuman los nuevos legisladores el próximo 10 de diciembre.

Larreta resiste; la izquierda y otros, en retroceso

En contraste, Horacio Rodríguez Larreta, ex jefe de Gobierno porteño y excandidato presidencial, logró un meritorio cuarto lugar con el 8 % de los votos. Lo hizo al frente de una fuerza recientemente conformada por disidentes del PRO. Con ese caudal, Larreta ratificó el respaldo obtenido en las PASO de septiembre de 2023, cuando había sumado un 11 % a nivel nacional.

La izquierda más dura se situó en quinto lugar, con un 3 % de los votos, porcentaje suficiente para obtener una banca en la legislatura porteña. Las doce restantes fuerzas políticas participantes no alcanzaron el umbral mínimo requerido para ingresar al recinto legislativo.

Derrotas históricas

Además del PRO, otras fuerzas tradicionales sufrieron reveses contundentes. Entre ellas, la Unión Cívica Radical (UCR), que, bajo el liderazgo tripartito del exministro de Economía Martín Lousteau, el vicerrector Emiliano Yacobitti y el incombustible Enrique “Coty” Nosiglia, apenas cosechó un 2,35 % de los votos.

Similar fue el caso de la Coalición Cívica, liderada por la infatigable Elisa “Lilita” Carrió, quien, al presentarse en solitario, apenas alcanzó un 2,5 %. Ramiro Marra, legislador porteño y exdirigente de LLA, expulsado por Karina Milei, se presentó con el sello de la Unión de Centro Democrático, sin éxito: no logró retener su banca.

Peor aún fue el resultado del politólogo Juan Manuel Abal Medina, exjefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner y exsenador nacional, quien obtuvo un testimonial 0,6 % de los votos.

Balance político

La victoria de LLA en la capital ha consolidado a Javier Milei como líder indiscutido de la centroderecha argentina y principal referente de la clase media urbana. La caída del PRO y de Mauricio Macri se explica, en gran medida, por la pérdida del monopolio de la representación del voto antipopulista. Desde 2023, Milei se ha convertido en la principal alternativa no kirchnerista para quienes criticaban a Macri por no haber cumplido sus promesas de 2015 y, sobre todo, por haber allanado el retorno de Cristina Kirchner y La Cámpora en 2019.

Milei ha cumplido con muchas de las expectativas de este electorado: logró controlar la inflación, estabilizó el tipo de cambio, alcanzó el equilibrio fiscal sin emisión monetaria, reactivó la economía y redujo significativamente los niveles de pobreza. Argentina, tras más de quince años de estancamiento, parece haber retomado la senda del crecimiento.

Paralelamente, el Gobierno ha contenido la protesta social —endémica en las calles del país durante años—, achicó la estructura estatal eliminando organismos considerados ineficientes, suprimió subsidios y combatió lo que denomina "ideología de género". También anunció reformas en materia fiscal y migratoria.

Rumbo a Buenos Aires

El siguiente paso para Milei será, previsiblemente, cooptar a dirigentes del PRO y la UCR bonaerense dispuestos a sumarse a LLA, con vistas a conformar listas comunes para enfrentar al kirchnerismo en su bastión: la provincia de Buenos Aires. La cita será en las elecciones provinciales de septiembre.

El oficialismo tiene altas probabilidades de imponerse en el principal distrito del país, sobre todo si el peronismo concurre dividido por el enfrentamiento entre el gobernador Axel Kicillof y su mentora política, Cristina Fernández de Kirchner.

Mientras la economía continúe creciendo, la inflación siga a la baja y los indicadores sociales mejoren, Javier Milei y La Libertad Avanza parecen destinados a mantener su supremacía en las urnas.

 

 

jueves, 15 de mayo de 2025

El secuestro de Amir Boukhors desata una tormenta diplomática entre Argelia y Francia




Un escándalo de espionaje reaviva heridas coloniales, agrava tensiones geopolíticas, congela la cooperación bilateral y pone en evidencia la represión del régimen argelino.

 

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El 29 de abril de 2024, Amir Boukhors, exmilitar y feroz opositor al régimen argelino conocido como Amir DZ, fue secuestrado en las afueras de París. Veintisiete horas después, aparecía drogado y aturdido en una zona boscosa. Lo que parecía un caso aislado se ha convertido en una crisis diplomática de gran calado entre Francia y Argelia, marcada por acusaciones de injerencia, espionaje y violación del derecho internacional.

Según la Fiscalía Nacional Antiterrorista (PNAT), detrás del secuestro se encontraba una célula compuesta por agentes de los servicios de inteligencia argelinos (específicamente la temida Dirección General de Documentación y Seguridad Externa -DGDSE-) y personal del consulado argelino en Francia. El plan era trasladar a Boukhors en un vehículo diplomático hasta Alicante y desde allí a Argel. La operación fracasó por motivos logísticos y por la inesperada reacción del propio Boukhors, que logró convencer a sus captores de que era un refugiado político protegido por Francia.

Las detenciones de varios implicados, entre ellos un vicecónsul y el ex primer secretario de la embajada argelina, Salah-eddine S., han provocado una escalada sin precedentes. Francia expulsó a una docena de funcionarios diplomáticos argelinos. Argelia respondió con la misma moneda, alegando “detención ostentosa e injustificada” y acusando a París de "menospreciar deliberadamente" sus instituciones.

“El secuestro de un opositor bajo asilo político constituye un acto inaceptable de extraterritorialidad y una amenaza directa a la soberanía nacional”, declaró Jean-Noël Barrot, ministro francés de Exteriores. “Responderemos con firmeza, sin ambigüedades ni complacencias”.

Las relaciones entre ambos países, marcadas por una historia común dolorosa, han ido deteriorándose desde el verano de 2023. La decisión de Emmanuel Macron de alinearse con Marruecos en el contencioso del Sáhara llevó a Argelia a retirar a su embajador. Las tensiones se agravaron aún más este año cuando ambos países lanzaron la llamada “Asociación Excepcional Reforzada”, un marco de colaboración sellado entre el rey Mohammed VI y el presidente Emmanuel Macron,

Desde entonces, la tensión ha ido en aumento, agravada por la detención en Argel del escritor franco-argelino Boualem Sansal, condenado por “atentar contra la integridad territorial del país”.

Para Francia, el caso Boukhors ha cruzado una línea roja. No solo se trata de una violación de su soberanía, sino de un desafío abierto a los valores republicanos que garantizan el derecho de asilo. Para Argelia, en cambio, se trata de un pulso geopolítico en el que París estaría protegiendo a “delincuentes disfrazados de activistas”.

El abogado de Boukhors, Éric Plouvier, asegura que “la operación fue organizada al más alto nivel del Estado argelino”. Las órdenes de arresto que Francia emitirá en breve contra altos mandos como el general de división Abdelghani Rachedi y el coronel Souahi Zerguine se enfrentan a un muro político: Argelia no reconoce su implicación y no contempla su entrega. “Sería una rendición humillante”, apuntan fuentes diplomáticas.

La figura de Amir Boukhors, con más de un millón de seguidores en TikTok y miles en otras redes, se ha convertido en un símbolo. Desde su refugio en Francia, ha denunciado sin descanso la corrupción de las élites argelinas y los abusos en los centros de detención secretos de Ben Aknoun y Blida, comparándolos con las infames prisiones del régimen sirio.

Francia, que rechazó su extradición en 2022 por riesgo de tortura, considera que Boukhors fue víctima de una “operación de Estado” en suelo francés. “No es solo un crimen, es un asunto de Estado”, sentencia Plouvier.

Mientras tanto, la cooperación bilateral en materia de seguridad, migración y energía permanece congelada. Los gestos de acercamiento de los últimos meses han quedado en nada. Lo que debía ser una primavera diplomática se ha transformado en un invierno de hielo.

Amir Boukhors, cuya lucha desafía a dos gobiernos, simboliza ahora el coste personal de enfrentarse al poder. Y su caso —más que un hecho aislado— evidencia las fisuras profundas de una relación todavía cautiva de su pasado colonial.

  

miércoles, 14 de mayo de 2025

La Asociación Excepcional Reforzada entre Marruecos y Francia llega al Sáhara marroquí



La intensa relación de amistad entre Marruecos y Francia no es solamente fruto de la historia o la geografía, sino también de una voluntad compartida de encarar juntos los desafíos del desarrollo.

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La asociación entre el Reino de Marruecos, tejida a lo largo de décadas, ha conocido en los últimos meses un nuevo impulso en una región de enorme simbolismo político y económico: el Sáhara marroquí.

El reciente viaje de Rémy Rioux, director general de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), a la región de Dajla-Ued Edahab, confirma el interés de París por acompañar a Rabat en su estrategia de crecimiento equilibrado e integrador. Acompañado por una importante delegación francesa,

La Agencia Francesa de Desarrollo (Agence Française de Développement, AFD). Conocida entre 1992 y 1998 como Caisse Française de Développement (CFD), literalmente Fondo Francés para el Desarrollo. Es una institución financiera pública que contempla las políticas de desarrollo y solidaridad internacional de Francia.

En su visita el Director Rioux ha dejado claro que la cooperación bilateral trasciende las palabras y se traduce en acciones concretas. “La AFD, en nombre del Estado francés, desea explorar los medios de contribuir al desarrollo de la región de Dajla-Ued Edahab”, declaró tras reunirse con las autoridades locales.

Una apuesta por el desarrollo regional

El objetivo es ambicioso pero estratégico: consolidar una red de cooperación que permita transformar a la bella ciudad – puerto de Dajla —puerta del Sáhara Atlántico— en un polo de desarrollo sostenible. Para ello, Francia pone sobre la mesa no sólo fondos, sino también conocimiento técnico y una red de colaboración institucional que articula los intereses del Estado francés con los del Reino marroquí.

La presencia de la AFD en esta región se inscribe en la llamada “Asociación Excepcional Reforzada”, un marco de colaboración sellado entre el rey Mohammed VI y el presidente Emmanuel Macron, cuyo alcance va más allá de los protocolos diplomáticos. Se trata de una hoja de ruta que contempla desde la financiación de infraestructuras hasta el refuerzo de capacidades locales.

Dajla: un enclave con vocación global

La delegación gala visitó las obras del puerto de Dajla Atlántico, una de las piezas clave del nuevo modelo de desarrollo impulsado por Rabat para las provincias del sur. Este proyecto emblemático no sólo persigue mejorar la conectividad marítima y logística, sino también dinamizar sectores como la pesca, el turismo y las energías renovables.

Rioux se mostró “impresionado” por las riquezas naturales y culturales de la región: el océano Atlántico, los paisajes desérticos, los yacimientos arqueológicos y la diversidad patrimonial forman un mosaico que, adecuadamente gestionado, podría convertirse en motor de crecimiento económico.

El interés francés por este enclave estratégico no es casual. Marruecos representa desde hace años un socio prioritario para París, tanto en el plano económico como en el geopolítico. La estabilidad institucional del Reino, su papel en la gestión de los flujos migratorios y su creciente protagonismo en el África subsahariana lo convierten en un aliado de primer orden para Francia en un contexto de reconfiguración de las alianzas globales.

Diplomacia de desarrollo

Pero más allá de las cifras y los proyectos, la visita de la AFD deja entrever una forma de diplomacia basada en la cooperación horizontal y el codesarrollo. En lugar de exportar modelos prefabricados, París apuesta por fortalecer las capacidades de los actores locales —los consejos regionales, las sociedades de desarrollo local, los servicios multiservicios— para que sean ellos quienes definan su hoja de ruta.

Este enfoque ha sido bien recibido por las autoridades marroquíes, que subrayan la importancia de construir una relación basada en el respeto mutuo y los intereses compartidos. “Esta cooperación se enmarca en una visión común del desarrollo integrador y sostenible”, afirmó Ali Khalil, wali de la región.

Lazos históricos, desafíos contemporáneos

Francia y Marruecos comparten una historia y elementos culturales comunes, pero también por una intensa relación humana y económica. Más de 1,3 millones de marroquíes viven en Francia, y el Reino es uno de los principales destinos de inversión de las empresas francesas en África.

Sin embargo, en los últimos años, la relación bilateral ha atravesado ciertos altibajos. La visita de la AFD a Dajla puede interpretarse también como un gesto de distensión, un intento de retomar el pulso a una cooperación que necesita actualizarse al ritmo de los nuevos desafíos: la lucha contra el cambio climático, la seguridad energética, la movilidad juvenil y la transformación digital.

Más allá del simbolismo

El compromiso de Francia en el Sáhara marroquí tiene también una carga simbólica. Al invertir en esta región, París envía una señal política que no pasa desapercibida en un contexto internacional en el que la cuestión del Sáhara Occidental sigue siendo objeto de tensiones diplomáticas. Marruecos, que defiende una solución basada en la autonomía bajo su soberanía, encuentra en Francia un socio dispuesto a acompañar su visión de desarrollo, sin interferencias políticas pero con una clara apuesta por la estabilidad regional.

Una alianza por redescubrir

La relación entre Rabat y París no se define ya únicamente por la historia o por la lengua común, sino por la capacidad de reinventarse frente a los desafíos del siglo XXI. En ese camino, el desarrollo de Dajla y de las provincias del sur se convierte en una metáfora de una relación bilateral que, lejos de agotarse, busca nuevos horizontes.

El Sáhara se consolida así como un escenario privilegiado para que Marruecos y Francia ensayen una diplomacia de futuro: una alianza basada en proyectos tangibles, respeto mutuo y una visión compartida del desarrollo. Una relación especial que, como el océano que baña Dajla, encuentra en la profundidad su mejor anclaje.

 

lunes, 12 de mayo de 2025

De la mano del rey Mohammed VI Marruecos refuerza su resiliencia ante catástrofes


En una muestra de previsión estratégica y liderazgo institucional, Marruecos ha iniciado un ambicioso programa de infraestructura humanitaria con la construcción de plataformas regionales de reservas de primera necesidad.

 

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Impulsado personalmente por Su Majestad el Rey Mohammed VI, el proyecto de construcción de una plataforma de reservas de primera necesidad constituye una piedra angular del modelo marroquí de resiliencia ante catástrofes naturales y emergencias complejas. La ceremonia inaugural de las obras en la región de Rabat-Salé-Kenitra, celebrada en la comuna de Ameur, marcó el punto de partida de una iniciativa que busca transformar la capacidad de respuesta del Reino frente a crisis humanitarias.

Una visión proactiva ante los desafíos del siglo XXI

La iniciativa, fruto de las expresas orientaciones del Rey Mohammed VI, pretende dotar a cada región de Marruecos de una plataforma de abastecimiento inmediato en situaciones de desastre. Inundaciones, seísmos, deslizamientos de tierra o incidentes químicos e industriales ya no encontrarán al país desprevenido. “Se trata de un modelo innovador, coherente con los principios de gobernanza preventiva y justicia territorial”, señalan fuentes del Ministerio del Interior.

El proyecto va más allá del almacenamiento de suministros: establece un sistema descentralizado y escalable que permitirá una movilización veloz de recursos en las 12 regiones del Reino. En Rabat-Salé-Kenitra, la futura plataforma ocupará 20 hectáreas y contará con cuatro almacenes de gran capacidad, refugios logísticos, un helipuerto y estacionamientos, todo con una inversión de 287,5 millones de dírhams (28,75 millones de dólares). La entrega está prevista en un plazo de doce meses.

La huella del monarca en la arquitectura del socorro nacional

Mohammed VI ha sido el principal artífice de esta arquitectura nacional de respuesta. No se trata simplemente de una decisión técnica o administrativa, sino de una apuesta política con visión de largo plazo. El Rey, acompañado por el Príncipe Heredero Moulay El Hassan durante la presentación del proyecto, ha insistido en un enfoque integral y anticipatorio. Su estrategia busca evitar la improvisación ante desastres, una lección que Marruecos aprendió con crudeza tras el terremoto de Al Haouz.

La planificación contempla una inversión total de 7.000 millones de dírhams, de los cuales 2.000 millones se destinarán a la construcción de las plataformas y 5.000 millones a la adquisición de productos y equipos. Estas instalaciones albergarán reservas suficientes para atender hasta tres veces las necesidades que se presentaron tras el citado seísmo.

Infraestructura y humanidad: qué contienen las plataformas

Cada plataforma dispondrá de un amplio espectro de medios destinados a garantizar la supervivencia y dignidad de las poblaciones afectadas. Entre ellos destacan:

  • Alojamiento inmediato: con la adquisición de 200.000 tiendas de campaña multiusos, colchones, mantas y camas de campamento.
  • Restauración y alimentación: cocinas móviles, panaderías de campaña y kits alimentarios para familias damnificadas.
  • Agua y electricidad: equipos móviles de potabilización de agua y generadores eléctricos para garantizar servicios básicos.
  • Salud de emergencia: 12 hospitales de campaña, módulos quirúrgicos de urgencia y reservas estratégicas de medicamentos.
  • Rescate y salvamento: herramientas específicas para luchar contra inundaciones, terremotos, derrumbes y riesgos tecnológicos o químicos.

Además, todo el sistema estará gestionado por personal capacitado y sujeto a normas rigurosas, conforme a los estándares internacionales de ayuda humanitaria y protección civil.

Un cambio de paradigma

Esta red de plataformas no sólo responde a la lógica de la emergencia, sino que configura un ecosistema nacional orientado a la producción local de equipamientos de socorro. Desde Rabat hasta Laayún, el mapa de Marruecos se vertebra así en torno a una infraestructura invisible pero vital: la del cuidado y la protección en los peores momentos.

El emplazamiento de las plataformas ha sido determinado tras un estudio pormenorizado de los riesgos regionales y la densidad poblacional. En regiones como Casablanca-Settat o Marrakech-Safi, con mayores concentraciones humanas y exposición a peligros sísmicos, se han previsto centros logísticos de mayor envergadura.

Un modelo replicable

Expertos en gestión de catástrofes señalan que la iniciativa marroquí podría convertirse en un modelo a seguir para otros países del sur global. Al combinar centralización estratégica con despliegue regional, Marruecos logra un equilibrio entre eficacia operativa y equidad territorial. “Este programa refuerza la soberanía humanitaria del país”, afirma un alto funcionario del gabinete real.

En una región geopolíticamente volátil, expuesta al cambio climático y con importantes brechas de infraestructura, el liderazgo del Rey Mohammed VI en esta materia ofrece una respuesta moderna, estructural y empática. No se trata sólo de ayudar en la emergencia, sino de preparar al país para afrontarla con dignidad, eficacia y humanidad.

Esto marca una gran diferencia con la situación de otros países del Norte de África

Argelia, por ejemplo, segundo país en tamaño del continente africano, ha sido históricamente vulnerable a seísmos —como el devastador terremoto de Boumerdès en 2003— e incendios forestales. Aunque dispone de capacidades logísticas considerables a través de su ejército y la Protección Civil, su modelo sigue centrado en la reacción más que en la previsión estructurada.

La respuesta argelina a catástrofes suele depender de almacenes centrales y decisiones de emergencia. A diferencia de Marruecos, no existe un programa nacional de plataformas regionales preposicionadas, lo que puede alargar los tiempos de respuesta en zonas periféricas como la Cabilia o el Sahara argelino. Las recientes crisis climáticas han evidenciado lagunas en la gestión coordinada de recursos y en la descentralización operativa.

Túnez ha logrado avances institucionales en la gestión del riesgo desde la revolución de 2011, pero sus capacidades logísticas siguen siendo limitadas. El país depende en gran medida de la cooperación internacional para la provisión de equipos de emergencia y asistencia técnica. La Agencia Nacional de Protección Civil tiene un papel destacado, aunque con escasos recursos frente a eventos como inundaciones o incendios forestales.

En comparación con el programa marroquí, Túnez carece de una visión de largo plazo que integre reservas estratégicas y producción nacional de equipos de rescate. Las dificultades presupuestarias y la inestabilidad política han frenado proyectos de gran escala en este ámbito.

Egipto ha priorizado la modernización de sus infraestructuras críticas desde el mandato de Abdel Fattah al-Sisi. En el ámbito de la protección civil, cuenta con capacidades considerables, especialmente en El Cairo y Alejandría. Sin embargo, el enfoque egipcio tiende a concentrarse en grandes centros urbanos, dejando vulnerables a regiones como el Sinaí o el Alto Egipto.

El país ha desarrollado sistemas de alerta temprana, centros de mando unificado y almacenes militares, pero aún no ha desplegado una red descentralizada de reservas estratégicas como la que impulsa Marruecos. La centralización de los recursos puede entorpecer una intervención rápida en zonas alejadas del eje del Nilo.

Marruecos: modelo descentralizado, preventivo y escalable

En este contexto, el programa marroquí sobresale por su visión descentralizada, anticipatoria y sostenible. No solo abarca todas las regiones del Reino, sino que incorpora criterios de riesgo, densidad poblacional y proximidad logística. La inversión en hospitales móviles, generadores eléctricos, unidades potabilizadoras de agua y cocinas móviles coloca a Marruecos en una posición avanzada en la gestión humanitaria del siglo XXI.

Además, el desarrollo de un ecosistema industrial nacional para producir los equipos necesarios refuerza la autonomía del país y crea capacidades permanentes. Esta dimensión de soberanía logística y tecnológica es aún incipiente en otros países vecinos.

Hacia una arquitectura magrebí de resiliencia climática

Los desafíos que enfrentan los países del norte de África —cambio climático, urbanización acelerada, riesgos sísmicos y escasez hídrica— exigen respuestas innovadoras y cooperativas. El modelo marroquí podría inspirar una agenda magrebí de resiliencia compartida, donde la experiencia, la tecnología y los recursos se pongan al servicio de una región más preparada y cohesionada.

Sin embargo, para que esa cooperación avance, será necesario superar tensiones diplomáticas crónicas, especialmente entre Marruecos y Argelia. Mientras tanto, Marruecos consolida su liderazgo en este campo, demostrando que la previsión también es una forma de soberanía.

 

jueves, 1 de mayo de 2025

Marruecos abre el Atlántico al Sahel: la ambiciosa apuesta de Mohammed VI para integrar África


 

Por Adalberto Agozino

La Iniciativa Atlántica de Marruecos, lanzada por el Rey Mohammed VI en 2023, ha recibido el amplio apoyo de Alianza de Estados del Sahel y ha comenzado reconfigurar el panorama geopolítico africano.

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En un continente donde las fronteras terrestres pesan más que las marítimas y donde las carencias estructurales continúan condicionando el desarrollo, Marruecos ha decidido tender un puente de dimensiones históricas entre el Atlántico y el corazón árido del Sahel. Bajo la iniciativa personal del rey Mohammed VI, el Reino alauí ha lanzado la denominada Iniciativa Atlántica, un proyecto que trasciende las infraestructuras para situarse como una apuesta geoestratégica destinada a redibujar las rutas comerciales, energéticas y diplomáticas del oeste africano.

De las palabras a los hechos

Anunciada oficialmente en noviembre de 2023 y consolidada con una serie de encuentros diplomáticos en Rabat en abril de 2025, la Iniciativa Atlántica es fruto de la visión personal del Rey de Marruecos, Mohammed VI, quien ha reiterado que “los problemas que afrontan los países africanos del Sahel no se resolverán únicamente con medidas militares, sino con cooperación y desarrollo compartido”.

A diferencia de otras propuestas que han quedado atrapadas en los laberintos burocráticos de la Unión Africana o de las grandes potencias extranjeras, la apuesta de Marruecos se caracteriza por su enfoque pragmático, su base en la cooperación Sur-Sur y su respeto por la soberanía de los países socios. La iniciativa propone abrir un corredor comercial que permita a los países sin litoral de la Alianza de Estados del Sahel —Burkina Faso, Malí y Níger— un acceso directo al Océano Atlántico a través de infraestructuras modernas como el megapuerto de Dajla, actualmente en construcción en las provincias del Sur del Reino.

En palabras del presidente del Instituto Marroquí de Inteligencia Estratégica, Abdelmalek Alaoui, se trata de “conectar capacidades de producción aire-tierra-mar”, facilitando no solo la exportación e importación de bienes, sino también la circulación de personas, capitales y conocimientos​.

El Sahel, un socio estratégico que mira al Atlántico

La acogida de la propuesta no se ha hecho esperar. Los ministros de Asuntos Exteriores de los tres países de la Alianza de Estados del Sahel, D. Karamoko Jean Marie Traore, ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Regional y Burkineses del Extranjero de Burkina Faso, D. Abdoulaye Diop, ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de la República de Malí, y D. Bakary Yaou Sangare, ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación y Nigerinos en el Extranjero del Gobierno de Transición de la República de Níger, de visita en Rabat esta semana expresaron  su “apoyo total” a la iniciativa, que consideran una “oportunidad histórica” para diversificar sus rutas comerciales y fortalecer su autonomía económica. “No se trata solo de un acceso físico al mar, sino de una transformación profunda de nuestras economías”, aseguró el ministro burkinés Karamoko Jean Marie Traoré​.

Esta alianza emerge, además, en un contexto de tensiones crecientes con la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental), de la que los tres países sahelianos se desvincularon en 2023. Desde entonces, la creación de la Alianza de Estados del Sahel (AES) y el giro hacia alianzas alternativas, como la que ofrece Rabat, suponen un giro en el tablero africano.

El respaldo de estos países no se limita a declaraciones diplomáticas. Los gobiernos de la AES ya han comenzado a trabajar en los niveles técnicos y logísticos necesarios para conectar sus territorios con las rutas que confluirán en el puerto de Dajla. Este puerto, cuya inversión supera los 12.000 millones de dírhams (unos 1.200 millones de euros), tendrá una capacidad proyectada de 37 millones de toneladas anuales, convirtiéndose en un hub logístico de primer nivel para la región​.

Integración energética, alimentaria y comercial

La iniciativa marroquí no se limita a lo portuario. Aglutina una serie de proyectos complementarios que incluyen la interconexión energética, el desarrollo de redes ferroviarias y carreteras, y programas como la Triple A (Adaptación de la Agricultura Africana) impulsados por Rabat para mejorar la seguridad alimentaria y la resiliencia agrícola del continente​.

El proyecto también se inscribe en la estrategia del gasoducto Nigeria-Marruecos, una obra titánica que pretende conectar a 14 países de la fachada atlántica africana, promoviendo la integración energética y la seguridad de suministro.

“Lo que Marruecos está proponiendo es una plataforma regional flexible, moderna y conectada que sitúa a la costa atlántica como un área clave para la energía, el comercio, la inversión y la seguridad marítima”, subraya la ministra marroquí de Transición Energética, Leila Benali​.

Repercusiones continentales y nuevo liderazgo africano

La Iniciativa Atlántica de Mohammed VI no solo reconfigura las relaciones de Marruecos con el Sahel, sino que proyecta una nueva arquitectura de alianzas para todo el continente. Frente a la creciente presencia de China, Rusia y Turquía en África, Marruecos ofrece un modelo alternativo basado en la cooperación regional, la estabilidad institucional y una economía emergente que aspira a ser locomotora continental.

El respaldo de actores internacionales como Estados Unidos, España y Francia que ven en la iniciativa marroquí una oportunidad para contrarrestar la influencia de otras potencias en África, podría consolidar aún más este liderazgo​.

Además, la iniciativa se enmarca en la aspiración de Rabat de convertirse en un socio esencial en la diplomacia africana. Marruecos no solo busca consolidar su posición en la Unión Africana —a la que regresó en 2017 tras décadas de ausencia— sino también posicionarse como un interlocutor privilegiado ante la comunidad internacional, especialmente de cara a eventos como la Copa Mundial de 2030, que coorganizará junto a España y Portugal.

Un proyecto de largo aliento

A diferencia de los megaproyectos que suelen languidecer en las etapas iniciales, la Iniciativa Atlántica ha comenzado a materializarse a pasos agigantados. Según fuentes diplomáticas en Rabat, las primeras fases de conexión terrestre y acuerdos logísticos se pondrán en marcha en el segundo semestre de 2025, con la expectativa de que el puerto de Dajla inicie operaciones parciales en 2027.

Para Mohammed VI, esta apuesta no es solo una cuestión de estrategia, sino de legado. La construcción de una “comunidad afro-atlántica” —como la denominan en círculos oficiales marroquíes— se presenta como el proyecto que podría definir su reinado en las próximas décadas.

El éxito o fracaso de la iniciativa dependerá, no obstante, de la estabilidad política de los países socios, de la continuidad de las inversiones y de la capacidad del Reino de  Marruecos para mantener un delicado equilibrio entre cooperación y liderazgo. Por ahora, Rabat parece haber comprendido mejor que nadie que, en África, las alianzas sólidas se construyen tanto en los puertos como en las mesas de negociación.