Vladimir
Putin rescata la figura de Iósif Stalin y agita los recuerdos y rencores
nacionalistas de rusos y ucranianos.
El 22 de junio de 1941, las fuerzas de la Wehrmacht
atravesaron la frontera con la URSS dando comienzo a la “Operación
Barbarroja”, la invasión de la Alemania nazi a la Unión Soviética.
Fue el momento cuando Iósif Stalin, tras superar su
sorpresa inicial, decidió apelar al nacionalismo ruso para resistir al invasor.
Especialmente, porque, en un inicio, en algunas regiones rusas, especialmente
en Ucrania, la población soviética recibía a los alemanes como libertadores.
El dictador soviético, antiguo seminarista, ordenó reabrir
las iglesias ortodoxas, la mayoría de las cuales habían sido destruidas (como
la imponente Catedral del Cristo Redentor de Moscú[i]) otras convertidas en
establos y los conventos en leprosarios.
Stalin ordenó que las iglesias hicieran sonar sus
campanas convocando al pueblo a la defensa de la “Santa Madre Rusia”.
También impartió instrucciones para que la propaganda
soviética se centrara en el recuerdo de los hechos y héroes de la historia
rusa, como la victoria de Alexander Nevski contra los caballeros de la Orden de
Livonia (1242), la figura del generalísimo Alexander Suvorov, o el mariscal Mijaíl Kutúzov, quien derrotó a la
Grande Armée de Napoleón en la batalla de Borodinó, el 7 de septiembre
de 1812.
Es así como en Rusia se considera que la Segunda
Guerra Mundial recién comienza el 22 de junio de 1941 y se la denomina la “Gran
Guerra Patria”.
Vladimir Putin empantanado en su invasión a Ucrania,
donde tras un año de duros combates y grandes bajas, tiene muy pocos éxitos que
mostrar, también ha decidido apelar al nacionalismo ruso, especialmente al
recuerdo de las mejores glorias del régimen soviético.
En el marco del 80° aniversario de la Batalla de
Stalingrado (23/8/1942 al 2/2/1943), en que las tropas del Ejército Rojo, a las
órdenes del mariscal Vasili Chikov, lograron rodear y capturar a 300.000
soldados alemanes pertenecientes a los Ejércitos 6° y 4° Ejército Panzer, a las
órdenes del mariscal Friedrich von Paulus. Esa fue la primera gran victoria
obtenida por las fuerzas soviéticas en esa guerra, Putin rescató la figura del
dictador Stalin.
Muchos rusos suelen olvidar los horrores del Gulag,
las purgas continuas, los infames Juicios de Moscú, el tradicional “pistoletazo
en la nuca” en una oscura mazmorra de la NKVD[ii] y otros crímenes
cometidos durante el régimen stalinista.
Esos rusos solo recuerdan que el “padrecito Stalin”
los salvó de los invasores nazis. De la misma forma que los infortunados que
daban con sus huesos en las manos de la NKVD creían que se trataba de un error
y exigían ver al “camarada Stalin”.
Esos pobres ilusos ignoraban que era el mismo “camarada
Stalin” quien firmaba las órdenes de ejecución. Algunos incluso morían
vivando a Stalin en el momento de recibir el disparo fatal.
Aunque pueda parecer extraño, a siete décadas de su
desaparición, en Rusia hay mucha gente que sigue venerando la figura de Stalin
como un gran héroe ruso.
Es por eso, que Vladimir Putin intenta apropiarse de
ese recuerdo para avivar el nacionalismo ruso frente a la guerra en Ucrania.
Es de esperar, que al acercarse el 5 de marzo en que
se conmemoran los setenta años de la muerte del dictador soviético, Putin
multiplique las referencias y homenajes a Stalin. En especial, que restituya a
la ciudad de Volvogrado el nombre de “Stanlingrado” que ostentó entre
1925 y 1961.
El revisionista antiestalinista de Nikita Kruschev eliminó
ese nombre restituyendo la denominación original de Volvogrado. Fue
precisamente el ucraniano Kruschev, secretario general del PCUS, quien también
entregó la península de Crimea a Ucrania, el 17 de junio de 1954.
Pero, si el nombre de Iósif Stalin reactiva el
nacionalismo ruso también activa el odio de los ucranianos contra los rusos.
Para los ucranianos el nombre de Stalin inmediatamente
trae el recuerdo de las peores atrocidades contra ellos en tiempos de la Unión
Soviética. La República Soviética de Ucrania era el granero de la antigua URSS,
por lo tanto, sufrió los más duros castigos durante la etapa de la
colectivización forzada del agro, la “guerra contra el kulak”[iii] y finalmente la tragedia
del genocidio conocido como “Holodomor”[iv] en que millones de
ucranianos murieron de hambre, padecieron hechos inenarrables de delaciones y
hasta de canibalismo.
Se dice, incluso, que, al final de la Gran Guerra
Patria, Stalin quería deportar a Siberia a la totalidad de la población de
Ucrania, tal como hizo con los chechenos, para castigar a los ucranianos por
haber colaborado con los invasores nazis. Sus generales, con mucho cuidado,
debieron convencerlo de que eran demasiadas personas para poder desterrarlas.
Por lo cual Putin debería pensarlo muy bien antes de
seguir alentando el culto a Stalin para despertar el nacionalismo ruso.
Paradójicamente, Stalin y el stalinismo cobran una
inusitada vigencia después de tanto tiempo de su muerte y aún cuando los
espantosos crímenes que cometió son bien conocidos y no han sido totalmente
olvidados.
[i] Catedral del Cristo Redentor:
Construida por orden del zar Alejandro primero para conmemorar que Dios salvó a
Moscú de los ejércitos de Napoleón en 1812. Fue demolida en 1931 por orden de
Stalin bajo la escusa de emplazar en ese lugar el Palacio de los Soviet, que
nunca se construyó. Inspirada en la Iglesia de Santa Sofía, fue reconstruida en
1995 por orden del presidente Boris Yeltsin y consagrada en el 2000 como sede
del Patriarcado Ortodoxo Ruso. Allí se realizó el funeral de Yeltsin en 2007.
[ii] NKVD: Comisariado
del Pueblo para Asuntos Internos (en ruso Народный комиссариат внутренних дел,
romanizado Naródny komissariat vnútrennij del, abreviado
como NKVD (НКВД, según el acrónimo ruso). Policía política y servicio
de inteligencia soviético. Sucesor del Cheka leninista y antepasado de la KGB.
Mismo organismo con distinto nombre.,
[iii] Kulák: Denominación que
se daba a los campesinos ricos. Durante la colectivización agraria forzada los
campesinos se negaron a entregar sus cereales y animales al Estado. Stalin
ordenó confiscar todos los alimentos y ejecutar a las familias que ocultaran su
producción y quemar sus viviendas. Otros campesinos fueron deportados a Siberia
en hacinados en vagones de carga. En ocasiones un campesino era calificado de
kulák por el solo hecho de ser propietario de una vaca.
[iv] HOLODOMOR: En ucraniano: Голодомор;
pronunciación: ɦɔlodɔmɔr; literalmente: “matar de hambre”, es el
nombre de la hambruna que devastó el territorio de Ucrania, en el contexto de
la colectivización forzada de la tierra emprendida, durante los años de
1932 y 1933, en la cual habrían muerto de hambre entre 1,5 y 12 millones de
personas.
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