Marruecos
frustró fácilmente una maniobra argelina destinada a darle algún protagonismo
al Frente Polisario dentro de la Unión Africana.
La dictadura argelina se ha embarcado en una campaña
diplomática contra Marruecos, que unida a la carrera armamentista, está
tensionando a todo el continente africano.
El nuevo incidente se produjo durante la 42° sesión
ordinaria del Consejo Ejecutivo de la Unión Africana, realizada el pasado
jueves 16 de febrero en la ciudad de Addis Abeba, Etiopia.
En esa ocasión, Argelia con el apoyo de Sudáfrica y un
puñado de países aliados a ambas naciones pretendió modificar el reglamento
denominado “Estrategia y Marco Político para las Asociaciones de la Unión
Africana”.
El proyecto impulsado por Argelia pretendía crear las
condiciones reglamentarias que permitiera a determinadas entidades, en especial
la inexistente República Árabe Sahariana Democrática (RASD), tomar parte en
todas las cumbres de la Unión Africana con sus socios de Europa y Asia.
Con este Proyecto, Argelia pretendía dar “aire diplomático”
al alicaído Frente Polisario y su ilusoria RASD, en momentos en que crece su
aislamiento internacional y el consenso entre los países africanos de que debe
ponerse fin a la ficción de una entidad que no reúne los requisitos mínimos
para ser considerada como un actor estatal.
Por eso, fue sencillo para Marruecos conformar un
bloque mayoritario de países aliados y amigos que rápidamente abortó la burda
maniobra argelina.
La mayoría de los países africanos son conscientes de
que el Frente Polisario forma parte de la Unión Africana, la entidad africana
está perdiendo oportunidades de desarrollo y encuentra impedimentos para el
establecimiento de asociaciones importantes, como sucedió durante la
Conferencia Internacional de Tokio sobre el Desarrollo de África, organizada
recientemente, en Túnez, que fue un frustrante fracaso debido a la
participación de los separatistas en sus trabajos, en violación a las
normativas de la Unión Africana.
Es por esto, que el Polisario fue excluido de la
Cumbre entre Estados Unidos y África, en diciembre pasado, que contó con la
participación de cerca de cincuenta líderes africanos, y previamente a la
Cumbre Unión Africana – Unión Europea, realizada en febrero de 2022, la Unión
Europea había publicado un comunicado de prensa afirmando su constante y sólida
posición de no reconocimiento de la inexistente RASD.
Mientras Argelia y sus aliados del Frente Polisario
padecen un gradual aislamiento dentro de la Unión Africana, Marruecos ha
recogido el apoyo de los países que la forman a sus candidaturas en organismos
internacionales, incluida su candidatura a la elección del Consejo de la
Organización Marítima Internacional (OMI) para el período 2024 – 2025; el
Comité para la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migrantes y
sus Familiares, así como la candidatura al Consejo de Seguridad de la ONU, para
el período 2028 – 2029.
Lo ocurrido en la votación dentro de la Unión
Africana, es una clara derrota más para Argelia en innecesaria y estéril batalla
diplomática contra el Reino de Marruecos.
Es también un infructuoso derroche de energías y
recursos que estarían mejor empleados en la implementación de proyectos de
desarrollo y crecimiento económico de los pueblos del Magreb.
Pero, hasta el momento ha sido inútil pedirles a los
militares argelinos, los auténticos mandatarios de Argelia, prudencia,
racionalidad y vocación de servicio a su propio pueblo, mucho menos solidaridad
con el resto de África.
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