El
intento de asesinato del espía desertor ruso Sergei Skripal y su hija Yulia,
perpetrado por agentes de la inteligencia militar rusa complican las relaciones
del presidente Vladimir Putin con sus pares occidentales.
EJECUCIONES
EXTRAJUDICIALES
El Derecho
Internacional Humanitario considera a las ejecuciones extrajudiciales como el
homicidio doloso, es decir intencional y planificado, de una persona por parte
de un funcionario público que se sustenta en la potestad de un Estado para
decidir y justificar el crimen, sin pasar por ningún proceso judicial.
Se trata de una
violación a los derechos humanos que comprende delitos contra las personas y
bienes protegidos en forma específica por el Derecho Internacional Humanitario.
Una ejecución adquiere
el carácter de extrajudicial cuando es llevada a cabo por agentes de un Estado
fuera de los siguientes parámetros:
1.- Legítima
defensa.
2.- En combate
librado como parte de un conflicto armado.
3.- En el uso
racional, necesario y proporcionad de la fuerza para hacer cumplir la ley.
4.- Por
imprudencia, impericia, negligencia o violación de la legislación y los
reglamentos.
En el ámbito de los
servicios de inteligencia se denominan como “ejecuciones
extrajudiciales” a las operaciones que implican el asesinato clandestino de
agentes, dobles, desertores, disidentes u opositores importantes.
Usualmente este
tipo de operaciones de inteligencia clandestinas e ilegales son llevadas a cabo
con la autorización de las más altas autoridades del Estado.
Existen numerosos
casos de operaciones planificadas por los organismos de inteligencia e
implementadas por agentes contratados. Uno de estos casos fue el asesinato de
León Trotski ordenado por Stalin, planificado por el Departamento Extranjero
del NKVD –Glavnoye Upravleniye
Gosudarstvennoye Bezopasnoti / Administración Central de Seguridad del Estado-
y llevado a cabo por el español Ramón Mercader del Río.
En 1939 Trotski
estaba exiliado en México. Se vio forzado a dejar la Unión Soviética en 1929, y
tras vivir en Turquía, Noruega y Francia, se trasladó a México ante la
inminente guerra. Ya antes de exiliarse, Trotski había perdido la batalla por
la sucesión de Lenin. Desde el exilio, sus esfuerzos para escindir y luego
controlar el movimiento comunista mundial estaban perjudicando a Stalin y a la Unión Soviética.
En marzo de 1939,
Stalin ordenó al jefe de la NKVD, el temible Laurenti Beria y al subjefe del
Departamento Extranjero, coronel Pavel Sudoplatov que encabezara el buyeveke
–equipo de fuerzas de choque- encargado de asesinar a Trotski. Según testimonio
de Sudoplatov, Stalin habría dicho: “Trotski debe ser eliminado antes de que
acabe el año y la guerra estalle irremediablemente. Como prueba la experiencia
de España, sin la eliminación de Trotski no podemos confiar en nuestros aliados
de la Internacional Comunista, si los imperialistas atacan a la Unión Soviética”.
El 20 de agosto de
1940, Ramón Mercader visitó a Trotski a quien pidió que leyera un artículo que
había escrito. Estando a solas con Trotski en su estudio, cuando este leía en
su escritorio, el asesino se situó detrás de él y le asentó un golpe con un
pequeño y puntiagudo piolet que llevaba oculto bajo el impermeable. En
el instante previo a recibir el impacto,
Trotski movió ligeramente la cabeza. Aquel movimiento desvió la dirección del
golpe, debilitando su impacto, Trotski no murió instantáneamente y tuvo tiempo
de gritar pidiendo auxilio. Mercader sorprendido por el grito y muy nervioso
quedó paralizado. No atinó a emplear el puñal ni el revolver que llevaba.
Finalmente, el
ingreso al estudio de la mujer de Trotski acompañada de sus guardaespaldas
impidió la huida de Mercader. Trotski finalmente murió al día siguiente en el
hospital como resultado del golpe recibido.
Ramón Mercader del
Río fue detenido y juzgado por las autoridades
mexicanas como Frank Jackson, joven empresario canadiense. Su verdadera
identidad no fue desvelada hasta seis años después, cuando se conoció por la
infidencia de un desertor soviético pariente suyo.
Al conocerse su
verdadera identidad y su carácter de agente soviético las condiciones de
detención de Mercader mejoraron considerablemente. Mercader incluso se casó con
una mujer que lo cuidaba en la cárcel y la llevó consigo a Moscú después de ser
liberado el 20 de agosto de 1960.
El asesinato de
Osama Bin Laden,el 2 de mayo de 2011, por parte de un equipo SEAL de fuerzas
especiales estadounidenses, en el marco de la “Operación Lanza de Neptuno”, ordenada por el presidente Barack
Obama es otro caso de “ejecución
extrajudicial”. También lo son el asesinato de terroristas yihadistas
mediante el empleo de drones operados por miembros de las fuerzas armadas de
los Estados Unidos.
EL HOMBRE DEL GRU
El
coronel Skripal fue detenido, en 2006, en Rusia acusado de actividades de
espionaje, desde 1990, en favor del servicio secreto del Reino Unido, el
célebre MI6.
Skripal
nació en 1951. En 1972 se graduó como oficial de ingenieros de las tropas
aerotransportadas. Luego fue reclutado por la inteligencia militar, el GRU y
destinado como agregado militar en España. Allí fue reclutado por el MI6 que
pagaba sus informaciones a través de una cuenta bancaria en España. Al parecer,
el militar ruso brindó a los británicos y españoles información sobre la
actividad en Europa de los grupos mafiosos rusos y sus vinculaciones con el
gobierno de su país.
Los
rusos imputaron a Skripal de haber revelado a los británicos la identidad de
sus agentes que operaban en Europa a cambio de pagos por valor de aproximadamente
unos cien mil dólares.
Skripal
fue juzgado, destituido y condenado a trece años de prisión por “alta traición en forma de espionaje”.
Pero, solo cumplió una pequeña parte de la condena.
El 8
de julio de 2010, fue amnistiado por el entonces presidente Dmitry Medvedev,
junto a otros tres rusos acusados de espionaje, como parte de un acuerdo de
intercambio de agentes con los estadounidenses.
El
intercambio de agentes, el mayor desde el fin de la Guerra Fría se llevó a cabo en Schewechat, el aeropuerto
internacional de la ciudad de Viena. Entre los diez espías rusos liberados se
encontraba la glamorosa Anya Kushenko, Anna Chapman o, como la denominó la
prensa occidental, “la agente 90 – 60 –
90”. Detenida, el 27 de junio de 2010, por el FBI junto a otros nueve agentes
rusos.
Una
vez liberado, Skripal se trasladó el Reino Unido donde se reunió con su esposa
e hijos. Allí siguió colaborando con los británicos instruyendo a los futuros
agentes del MI6 en las tácticas empleadas por la inteligencia rusa. A pedido
del MI 6 británico, el antiguo coronel del GRU también brindó información y
asesoramiento a los servicios de inteligencia y seguridad de la República
Checa, Estonia y España sobre los métodos empleados por la inteligencia rusa y
de los vínculos del Kremlin con la mafia.
Pero,
su esposa Ludmila falleció, en 2012, de cáncer de útero. Más tarde, en
noviembre de 2017, su hijo Alexander de 43 años, murió mientras realizaba una
visita turística a San Petersburgo al parecer de una falla hepática. Su hija
Yulia, que residía en Moscú, desde 2014, trabajando como vendedora, había
viajado al Reino Unido para acompañar a su padre en la fecha en que se
celebraba el cumpleaños de su hijo recientemente muerto.
El
domingo 4 de marzo, Sergey Skripal, de 67 años, y su hija Yulia fueron
encontrados inconscientes, semiparalizados y con síntomas de intoxicación en un
banco del centro de compras “The
Maltings”, en la ciudad británica de Salisbury donde el exmilitar ruso
había establecido su residencia luego de la liberación.
Al
parecer, los Skripal habían estado paseando por el centro comercial, bebieron
algo en el pub Carteles de The Mill y
luego almorzaron en el restorán italiano “Zizzi”,
donde el exespía comió un plato de risotto. Al salir de restaurante se
sintieron mal y se sentaron en un banco del paseo para recurarse.
Inmediatamente fueron trasladados al hospital distrital donde fue asistido.
El
primer agente de policía en atender a los rusos intoxicados, el sargento de la
policía, Nick Bailey sufrió también una fuerte intoxicación. Otras 21 personas
que se encontraban en el centro comercial padecieron también síntomas de
intoxicación.
EL LARGO BRAZO DE MOSCÚ
El intento
de “ejecución extrajudicial” del
coronel Skripal y su hija constituye un claro ejemplo de cómo opera la
inteligencia rusa para deshacerse de sus enemigos.
Al
analizar el caso Skripal lo primero que hay que preguntarse es porque Moscú
decidió eliminarlo catorce años después de comprobada su traición.
Si el
Kremlin deseaba castigar la traición del ex agente del GRU tuvo muchas
ocasiones y procedimientos a su alcance sin necesidad de arriesgarse a provocar
un escándalo internacional.
Podían
haberlo condenado a muerte y ejecutado tras el juicio que se le siguió en
Moscú, en 2006. También pudieron asesinarlo en secreto durante los seis años de
cárcel que cumplió en Rusia.
Pero,
no el gobierno ruso lo consideró tan poco importante que se libró de la
acusación de traición por espionaje con una condena relativamente leve para
este tipo de delitos, incluso en Occidente, tan sólo trece años de cárcel.
Además, aceptaron liberarlo en un canje de espías. Esto indica que no existía
mayor rencor contra él por parte de las autoridades rusas.
Curiosamente,
ningún otro de los tres espías rusos liberados junto a Skripal fue objeto de
represalias por parte de Moscú.
Estos
hechos indican que el atentado contra el ex agente del GRU debe estar motivado
por algo que Skripal ha hecho en los últimos años y que desató las iras del
Kremlin o la necesidad de callarlo para siempre.
UNA OPERACIÓN DE KOMPROMAT
Esta
suposición alimenta la sospecha de que Skripal no estaba totalmente retirado
del espionaje y de que incursionó donde no debía trabajando para consultoras de
inteligencia corporativa.
Skripal
se habría involucrado en una operación psicológica clandestina de “Kompromat” organizada por la firma
británica “Orbis Inteligencia Empresarial
Ltd” contra el presidente Donald Trump.
Orbis, con sede 9 y 11
Grosvenor Gardens, de la ciudad de Londres, es una firma de inteligencia
corporativa fundada, en 2009, por dos ex agentes del MI6, que se desempeñan
como codirectores de esta: Christopher Burrows (58) y Christopher Steele (52).
En la
página Web de Orbis, la empresa ofrece “asesoría
estratégica”, así como el montaje de “operaciones
de recopilación de información” e investigaciones transfronterizas.
Al
parecer, la operación que comprometió la vida de Skripal, habría comenzado en
septiembre de 2015, durante las elecciones primarias del partido Republicano en
los Estados Unidos. En ese momento un donante republicano anónimo, muy
preocupado de que Trump alcanzara la nominación presidencial del partido, contrató
a una firma de investigaciones en Washington, denominada “Fusion GPS”, del periodista Glenn Simpson, a los efectos de
implementar una operación de “kompromat”,
consistente en acumular información comprometedora sobre una persona para que,
llegado el momento oportuno, se la utilice como mecanismo de presión, chantaje
o simplemente difundirla para destruir su reputación y credibilidad.
Esta
técnica suele ser empleada por todos los servicios de inteligencia del mundo.
En Argentina, por ejemplo, este tipo de informes de desacreditación reciben el
informe menos técnico de “carpetas” y
su difusión a través de la prensa para destruir la imagen pública de una
persona se denomina “carpetazo”.
En los
círculos de inteligencia se afirma que la antigua KGB perfeccionó y sistematizó
este tipo de operaciones psicológicas clandestinas hasta convertirlas en un
verdadero arte.
La
operación que se habría montado contra Donald Trump consistía en recopilar
datos, verdaderos o no, sobre sus negocios y vida privada. En la primavera de
2016 finalizó el interés de los republicanos en el tema, después de que el
magnate inmobiliario obtuvo la candidatura de su partido. Pero el tema no murió
totalmente, Simpson pronto encontró otro financista para el proyecto.
Durante
la campaña presidencial, el Comité Nacional Demócrata sufrió un importante
hackeo, supuestamente a mano de operadores rusos, y se comenzaron a publicar en
Internet algunos de los documentos robados a los demócratas. Estos habrían
decidido devolver el golpe de alguna manera.
Fue
entonces cuando Glenn Simpson dispuso de mayores fondos y se vio urgido de
producir resultados concretos. Para ello habría contratado los servicios de
Christopher Steele, a través de Orbis
Business Intelligence, encargándole la reunión de información sobre los
vínculos de Trump con Rusia.
Steele
a su vez recurrió a sus antiguas fuentes rusas, la mayoría desertores de los
servicios de inteligencia de Moscú.
Durante
sus años como agente del MI6, Christopher Steele estuvo destinado en Moscú bajo
la cobertura diplomática de secretario de segunda en la embajada del Reino
Unido. Se desempeñó allí a comienzos de la década de 1990. En este período Serguei
Skripal era un doble agente al servicio de los británicos, controlado desde la
embajada en Moscú.
Es de
suponer que Steele al conocer que Skripal estaba disponible en Gran Bretaña y
sin trabajo, recurriera a él para confeccionar el dossier contra Trump.
Cuando
Trump ganó las elecciones, en noviembre de 2016, los demócratas dejaron de
financiar la operación montada por Fusion
GPS y Orbis.
Pero
la ambición de Steele pudo más que su experiencia profesional y prudencia.
Reunió sus mejores informaciones en un dossier de 35 páginas, con mucha
información adulterada y otra imposible de verificar, sobre la supuesta
conducta personal inmoral de Donald Trump y la colusión de miembros de su
equipo de campaña con funcionarios rusos para alterar el resultado de las
elecciones presidenciales de 2016.
Inicialmente,
Steele intentó negociar su informe con el FBI, pero acabó cortando la relación
aparentemente frustrado por la lentitud del Departamento de Justicia de los
Estados Unidos para satisfacer sus demandas y tomar con seriedad su material.
Supuestamente,
el ex agente del MI6 pasó semanas haciendo circular documentos para interesar a
diversas agencias de inteligencia de los Estados Unidos esperando que alguna
tomara en serio su informe.
El
material terminó llegando a manos del senador republicano John McCain, al que
Trump había criticado duramente en alguna ocasión y este lo entregó al FBI.
El FBI
elaboró un informe propio, tomado parte del material recopilado por Steele, y
lo remitió tanto al presidente Barack Obama como al propio presidente electo
Donald Trump.
El
expediente terminó por filtrarse a numerosos medios de comunicación. Pero, como
la información en muchos casos era imposible de verificar ninguno se atrevió a
publicarlo por miedo a las consecuencias legales.
No
obstante, algo cambió el 10 de enero de 2017, cuando responsables de la CIA, el
FBI y la Agencia Nacional de Seguridad añadieron el informe en un comunicado de
prensa relacionado con el ciberataque de Rusia en las elecciones.
“BuzzFeed” fue
el primer medio de prensa en difundir el escándalo, la CNN le dio veracidad al
mencionarlo y a continuación el resto de la prensa mundial se hizo eco de la
información. A partir de ahí, empezó a circular la posibilidad de que Trump
fuera víctima de chantaje por parte de los rusos, el supuesto incidente de las prostitutas
contratadas por Trump para orinar en una cama donde había dormido el matrimonio
Obama o los vínculos con el Kremlin que componen la llamada “Trama Rusa”.
La
difusión del dossier dejó expuesto a Christopher Steele y a Orbis. El ex agente del MI6 comprendió
inmediatamente que su vida corría peligro y prudentemente desapareció. Sabía
que eran los gajes de un oficio
peligroso.
Skripal,
posiblemente pensó que su participación en el “kompromat” no había transcendido, se sintió protegido por su
condición de exespía asilado en Gran Bretaña y fue entonces que la confianza
mató al gato.
EL ATENTADO
Las
autoridades británicas creen que a través de los registros y filmaciones han
esclarecido el atentado sufrido por los Skripal y comprobado la responsabilidad
de la inteligencia militar rusa en la comisión de este.
El 2
de marzo de 2018, dos ciudadanos rusos de nombre Alexander Petrov y Ruslan
Boshirov, de unos 40 años, arribaron al aeropuerto británico de Gatwick,
procedentes de Moscú, en el vuelo de Aeroflot SU2588.
Ruslan
Boshirov, era en realidad el coronel Anatoly Vladimirovich Chepiga, de 39 años,
graduado en 2001 de la Escuela de Comando Militar Superior del Lejano Oriente.
Se trata de un veterano de la Segunda Guerra de Chechenia y de Ucrania
perteneciente al GRU.
En
2014, Chepiga recibió la más alta condecoración que puede recibir estando vivo
un militar ruso: la medalla de “Héroe de
la Federación de Rusia”.
Los
espías rusos tomaron un tren desde el aeropuerto hasta la ciudad de Londres.
Descendieron en la estación Victoria. Desde allí se trasladaron en micro hasta
la estación Waterloo.
Luego
caminaron hasta el hotel “City Stay”,
en Bow Road, en el este de Londres, donde se hospedaron por dos noches.
Al día
siguiente, el sábado 3 de marzo, salieron del hotel a las 11.45 horas, tomaron
el metro hasta la estación Waterloo, donde subieron a un tren que los trasladó
a Salisbury, en el condado de Wiltshire, situada a unos ciento cuarenta kilómetros
al suroeste de Londres, lugar de residencia de Serguei Skripal.
Los
rusos realizan un reconocimiento del terreno donde deberán operar al día
siguiente durante unas dos horas. A las 20.05 están de regreso en su hotel.
El
domingo 4 de marzo, los rusos salieron temprano de su hotel, a las 08.05 horas,
realizando el mismo periplo que el día anterior.
Las
grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona muestran a los agentes del
GRU en el entorno de la casa de Serguei Skripal. Allí rociaron con “Novichok” el picaporte de la puerta de
entrada de la casa del desertor ruso.
UN VENENO DE NUEVA GENERACIÓN
El
nombre de “Novichok” significa en
ruso “recién llegado” y sirve para
denominar a un grupo de agentes nerviosos binarios desarrollados por la Unión
Soviética en las décadas de 1970 y 1980.
Son
armas químicas de cuarta generación desarrolladas como parte de un programa
militar ultrasecreto conocido por el nombre clave de “Foliant”.
Uno de
los agentes tóxicos incluidos en el grupo conocido como Novichok, el Novichok
A-230, es entre cinco y ocho veces más potente que el agente nervioso VX.
Aunque
algunas variantes del Novichok son líquidas, existen otras en estado sólido, en
forma de un polvillo ultrafino.
Algunos
tipos de Novichok pueden producirse como “arma binaria”, formada por dos
sustancias inocuas cuando están separadas y letales al combinarse.
Si una
persona inhala Novichok o este agente toca su piel, los efectos tóxicos se
hacen sentir rápidamente. Los síntomas suelen aparecer entre los treinta
segundos y los dos minutos posteriores al contacto con el veneno en forma
líquida. En su estadio de polvo la absorción es más lenta y los efectos suelen
demorar más en hacerse presentes.
El
tóxico actúa bloqueando las señales de los nervios a los músculos, provocando
que se colapsen las principales funciones del organismo.
Entre
los síntomas más frecuentes se observan los ojos en blanco, ya que las pupilas
se contraen, convulsiones, babeo y, en el peor de los casos, fallas
respiratorias, entrada en coma y la muerte.
La
acción letal del Novichok se inicia con una ralentización del ritmo cardíaco y
la obstrucción de las vías respiratorias, lo que conduce a la muerte por
asfixia.
Algunas
variantes de Novichok fueron específicamente diseñadas para resistir los
antídotos existentes para la mayoría de los agentes nerviosos.
Si una
persona sufre una exposición al Novichok, debe retirársele la ropa y lavarle la
piel con agua y jabón para eliminar cualquier residuo del tóxico. Se debe
también enjuagarle los ojos y suministrarle oxígeno.
Los
agentes del GRU trasladaron el Novichok dentro de una botella de perfume “Premier Jour”, de la marca Nina Ricci,
que trajeron desde Rusia y que luego fue hallada en los alrededores.
Como
hemos consignado anteriormente, Serguei Skripal y su hija Yulia resultaron
afectados por el Novichok pero, también hubo víctimas colaterales inocentes.
Luego,
el 27 de junio, Charlie Rowley, de 48 años, encontró en un recipiente de
residuos en Salisbury una caja de perfume conteniendo una botella y un
aplicador, que durante tres días trató de ensamblar ambas partes en su casa de
Amesbury, según declaró. Mientras lo hacía, se puso parte del contenido. Su
pareja, Dawn Sturgess, de 44 años, se lo aplicó en las muñecas.
Dawn
Sturgess falleció y Rowley se debatió durante meses entre la vida y la muerte.
El 10
de julio, la Policía encontró una caja con la etiqueta Nina Ricci en una bolsa
de residuos en la cocina y al día siguiente una pequeña botella de cristal con
la boquilla modificada. Tras analizarla, se comprobó que tenía una importante
cantidad de Novichok.
Mientras
que los Skripal eran hallados inconscientes, la pareja de agentes rusos del GRU
regresan a su hotel, retiraron su equipaje y se dirigieron al aeropuerto de
Heathrow. A las 22.30 horas del domingo 4 de marzo partieron hacia Moscú en el
vuelo de Aeroflot SU2585.
Los
Skripal fueron internados en la unidad de cuidados intensivos del hospital de
Salisbury.
Primero
los sedaron fuertemente y eso les permitió poder soportar el equipo médico tan
intrusivo al que estuvieron conectados. A la vez, esto ayudó a protegerlos de
un posible daño cerebral como consecuencia de la intoxicación por agentes
neurotóxicos.
Con el
tiempo, la sedación se redujo y la ventilación pasó de la boca a la tráquea.
Una
vez que los Skripal estuvieron estables y consiguieron hablar, la preocupación
de los médicos era ver como se podía estimular la producción de una encima
clave para su recuperación: la acetilcolinesterasa, que se ocupa de transmitir
las órdenes del nervio al músculo.
Es
algo que el cuerpo hace de forma natural, pero el proceso puede llevar meses.
Probaron
entonces combinar varios medicamentos aconsejados por expertos internacionales,
algunos de ellos provenientes del laboratorio Porton Down, el laboratorio de
Ciencia y Tecnología de Defensa del Reino Unido. Un centro conocido
internacionalmente por su experiencia en tratar con armas químicas. Así se
ofreció al hospital de Salisbury y a su personal asesoramiento sobre las
mejores terapias a seguir en este caso. Se decidió entonces aplicar
tratamientos ya conocidos, pero con enfoques nuevos. Y sucedió lo inesperado.
La
rápida recuperación sorprendió a todos. Los médicos que los atendieron no han
podido explicar las razones por las que la evolución fue tan satisfactoria.
El 9
de abril, Yulia fue dada de alta después de un tratamiento que ella calificó de
“lenta y extremadamente dolorosa”.
Algo más de un mes más tarde, el 18 de mayo, lo hizo su padre. Ambos se
mantienen a resguardo en un lugar secreto.
REPERCUSIONES
Conocido
el hecho el gobierno británico de la Primer Ministro Theresa May expulso a 23
diplomáticos rusos a los que identificó como “oficiales de inteligencia” no declarados. La mayor expulsión de
diplomáticos en treinta años.
Además,
el gobierno británico interrumpió los contactos de alto nivel con Rusia. Retiro
también la invitación para que el ministro de Relaciones Exteriores ruso Serguei
Lavrov, visitará el Reino Unido. Por último, los ministros y miembros de la
familia real no asistieron a la Copa del Mundo de la FIFA en Moscú.
Londres
también apeló a sus principales socios internacionales que inmediatamente apoyaron
al Reino Unido y repudiaron la conducta de Rusia.
Los
líderes de Estados Unidos, Alemania, Francia y el Reino Unido emitieron un
comunicado conjunto en el que exigieron al Kremlin respuestas por el
envenenamiento. Los mandatarios aceptaron la versión británica de los hechos
sobre un acontecimiento que constituyó “la
primera utilización ofensiva de un agente nervioso en Europa desde la Segunda
Guerra Mundial” y “un asalto a la
soberanía británica”, que “amenaza la
seguridad de todos”. En la declaración conjunta, difundida por Downing
Street, los cuatro líderes exigieron a Rusia que esclarezca las cuestiones
relacionadas con la agresión y el programa de producción del gas nervioso
utilizado en la misma.
“Reino Unido ha informado en profundidad a
sus aliados de que es altamente probable que Rusia estuviera detrás del ataque”, dice
la declaración. “Compartimos la
evaluación británica de que no hay otra explicación plausible alternativa y
señalamos que la incapacidad de Rusia de responder a la legitima petición del
Gobierno británico subraya aún más su responsabilidad”.
Theresa
May, Donald Trump, Angela Merkel y Emmanuel Macron exigen a Rusia que “responda a todas las preguntas sobre el
ataque” y que “proporcione
información completa sobre el programa Novichok a la Organización sobre la Prohibición
de Armas Químicas”.
“Nuestra preocupación es aún mayor en el
contexto de un patrón previo de comportamiento irresponsable por parte de
Rusia. Pedimos a Rusia que esté a la altura de sus responsabilidades como
miembro del Consejo General de la ONU de defender la paz y la seguridad
internacional” concluía la declaración.
Después
del envenenamiento de los Skripal, más de veinte países occidentales expulsaron
a más de ciento cincuenta diplomáticos rusos, incluyendo a sesenta de los
Estados Unidos. Rusia respondió con un número similar de expulsiones
diplomáticas y ordenó el cierre del consulado estadounidense en San
Petersburgo, la segunda ciudad más importante de Rusia.
No
obstante, las repercusiones del incidente no han cesado aún y continuarán
entorpeciendo las relaciones del jefe del Kremlin con los líderes occidentales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario